Músculos de Popeye… ¿espinacas o esteroides?

Por Dulce Roxana Ordaz | 
México (Aunam). Al apagarse las luces, solamente quedan prendidos los reflectores que alumbran el escenario. Tercera llamada. La competencia da inicio. Todas las categorías se preparan para subir a la tarima y mostrar el esfuerzo y disciplina trabajada por meses.


Mujeres y hombres bronceados, con el cuerpo aceitado para resaltarlo en la competencia, así es como los culturistas practican las posturas que harán que sus cuerpos se miren grandes, fuertes y definidos cuando mencionen sus nombres para ser calificados por los jueces.

De acuerdo con la categoría a la que cada participante está inscrito, los jueces califican cuerpos musculados y definidos o piernas grandes y marcadas con un abdomen plano; “caras bonitas”, bikinis diminutos en distintas tonalidades y con pedrería si son mujeres. Si son hombres, entre más grande y marcado este el cuerpo, tiene más oportunidades de obtener el primer lugar.

En estos eventos suelen verse jóvenes varones de entre 17 y 19 años con un excéntrico “abdomen de lavadero”, voluminoso y musculado cuerpo, similar al del famoso “Popeye el marino”, el cual pareciera llevar años de trabajo, disciplina y perseverancia; pero ¿realmente el cuerpo por sí mismo es capaz de crecer tanto con un buen entrenamiento y correcta alimentación o  en competencias de culturismo hay algo más que les ayude a formar tanta masa muscular?

Mala fama

Los gimnasios y el culturismo son afamados por el uso de hormonas o sustancias para ayudar a incrementar masa muscular. Incluso el reconocido artista, Gobernador de California de 2003 a 2011 y ex culturista Arnold Schwarzenegger declaró en una entrevista que, en algunas ocasiones, él utilizó este tipo de sustancias para sus competencias en el Mr. Olympia.
 
“En 10 minutos entra categoría wellness”, anuncia uno de los organizadores del evento Copa Promesa, una competencia de culturistas principiantes. En esta esfera ganará la mujer con las piernas más grandes, “cinturita” y con la mejor definición.

La tensión y el nerviosismo de todos los competidores se entremezcla en un ambiente de orgullo y alegría. Una por una, las tres competidoras suben al escenario conforme la mención de su nombre. Las zapatillas transparentes que utilizan añaden glamour y sus sonrisas resplandecen a la par de sus aretes.

“Fue fácil darme cuenta de que las chicas contra las que competí habían utilizado gran cantidad de anabólicos. Una de ellas tenía la quijada desfasada, como de hombre, y mucho acné en la espalda y glúteos; ambas tenían la voz muy grave. Para ser un concurso de principiantes, no creí que fueran necesarias tantas de estas sustancias”, comentó Laura N, quien prefiere mantener su anonimato debido a que consumió anabólicos, aunque en menor cantidad y desea que no lo sepan. 

Los anabólicos, también conocidos como “chochos”, son sustancias sintéticas derivadas de la testosterona (hormona sexual masculina), las cuales son utilizadas legalmente con fines médicos para tratar enfermedades como el cáncer o el SIDA. Sin embargo, estos fármacos también se utilizan por atletas y fisicoculturistas para aumentar su masa muscular, perder grasa y mejorar su rendimiento físico. Las dosis utilizadas pueden ser 10 veces mayores que las recomendadas para su uso médico.

Entre los nombres más comunes de los esteroides, se encuentran el Anadrol (oximetolona), Dianabol (methandrostenolona), Winstrol (estanozolol) Deca-Durabolin (nandrolona), Oxandrin (oxandrolona), Cipionato de testosterona y enantato de testosterona. Además de otras sustancias como el clembuterol, que a pesar de ser utilizado para tratar con algunas enfermedades respiratorias, también se emplea para incrementar la resistencia en algunos deportistas.

Es posible encontrarlos en distintas presentaciones, desde pastillitas blancas y redondas, o en tonalidades naranjas con forma de triángulo, inyecciones o geles y con un precio que oscila entre los 700 pesos por caja, dependiendo de la sustancia. Sin embargo, de acuerdo con la duración del ciclo y las dosis requeridas, los gastos pueden ascender hasta los 4,000 pesos.

Aunque pareciera que los efectos de estas sustancias en el cuerpo son benéficas y mágicas físicamente hablando, es importante mencionar que hay contradicciones médicas por el abuso o mal uso de estas. Incluso hay personas que no reaccionan bien a ellas y podrían ocasionarles la muerte.

Según un reporte del National Institute on Drug Abuse (Instituto Nacional sobre el Abuso de las Drogas, o por sus siglas, NIDA) los efectos secundarios pueden presentarse de diferentes formas según cada sustancia y la persona que lo utilice.

Entre los efectos secundarios que pueden producirse en ambos sexos, se encuentran la pérdida de cabello y el acné; entre los más graves están tumores hepáticos, presión arterial alta, retención de líquidos e incluso ataques al corazón. 

Por otra parte, en los efectos secundarios en mujeres, se encuentran la disminución del tamaño de los senos, agrandamiento del clítoris, engrosamiento de la voz, piel áspera y el crecimiento de vello corporal. Mientras tanto, en hombres, el uso de anabólicos puede provocar ginecomastia (aumento de masa en las glándulas mamarias y contrario al de las mujeres), infertilidad, encogimiento de los testículos y pérdida del apetito sexual. 

En una entrevista con Juan Vera Alarcón, nutriólogo y entrenador del gimnasio Scobby, asegura que si alguien sobrepasa de las dosis o no se utilizan correctamente y, además, se emplean fármacos que no están certificados  o que no  son de buena procedencia, el riesgo en la salud será inminente. 

“Construir un cuerpo musculado a través de los fármacos es un arma de doble filo. Muchas personas tienen una genética privilegiada que hace que el cuerpo pueda generar masa muscular rápidamente. Sin embargo, estas personas son muy pocas; por lo tanto, muchos de los atletas que gustan de ir al gimnasio buscan esa alternativa farmacéutica que sustituirá la buena genética. O sea, si uno no tiene buena genética, los fármacos te pueden ayudar a generarla, al menos momentáneamente”, aseguró.

Además de ello, Juan Vera explicó seriamente que el uso de anabólicos debe evitarse en personas asmáticas, con problemas del corazón o antecedentes hepáticos, pues puede agravarse la situación de su padecimiento y causar daños irreversibles.

Cabe destacar la disciplina y responsabilidad que debe tener el atleta al momento de utilizar anabólicos, pues se siguen estrictos hábitos alimenticios para obtener una ganancia máxima de cada fármaco. Además de evitar otras sustancias como el alcohol, ya que desencadenaría cirrosis o daño hepático.

Por otra parte, Vera mencionó la importancia del entrenamiento y la alimentación para la retención de las ganancias musculares después del consumo de anabólicos y esteroides




“Como ventaja directa por lo que se busca el uso de anabólicos y esteroides es el aumento de masa muscular; sin embargo, también notas una mejoría del rendimiento aeróbico en la persona que lo usa. El atleta se beneficia porque hay un aumento de glóbulos rojos, lo cual significa que también la oxigenación va a ser mejor”, afirmó.

De esta manera, el entrenador recomienda utilizar anabólicos solamente si el atleta desea entrar a una competencia de culturismo y siempre y cuando tenga asesoría de un profesional, así como el sustento económico suficiente para acceder a fármacos de buena calidad, protectores hepáticos y los suplementos complementarios durante el proceso de preparación.

“Si una persona tiene ganas de mejorar su físico, pero no quiere subirse a una tarima, y lo está buscando para verse bien, por salud o para estar en forma, no es necesario que use ningún fármaco. A final de cuentas es tu salud y eso no tiene precio. Por cualquier lado que lo veas, es meramente el reconocimiento lo que vas a ganar porque además es un volado, así como hay gente que una sustancia le puede caer muy bien, hay gente a la que no le puede caer bien la misma sustancia, entonces para qué poner en riesgo tu salud”, comentó Vera. 

Anabólicos por gusto o por abuso

Si bien es cierto que los esteroides se utilizan principalmente por el deseo de cambiar la apariencia y se cree que no causan dependencia como otras drogas, encuestas  recientes del NIDA aseguran  que los atletas que utilizan estos fármacos pueden desarrollar algunos trastornos psicológicos como la dismorfia muscular, en donde los hombres se ven delgados y pequeños aunque tengan gran cantidad de masa muscular;  las mujeres, por el contrario, se ven gordas y flácidas aunque no lo estén, lo cual conlleva a utilizar cada vez más anabólicos.

“El uso continuo de estas sustancias sí puede generar una dependencia psicológica,  donde tú creas que no vas a poder conseguir los mismos resultados si no sigues administrando las drogas”, aseveró Juan Vera. Lo cierto es que las ganancias musculares pueden mantenerse siempre y cuando se cumpla con un entrenamiento y alimentación correctas.

Asimimo se ha demostrado que las personas con antecedentes de abuso sexual, físico o bullying son más suceptibles al abuso de estos productos. En la encuesta realizada por el NIDA en Estados Unidos, un 25% de hombres que abusaban de los esteroides tenían recuerdos de abuso físico. Entre las mujeres entrevistadas, algunas habían sido violadas y reportaron el doble de uso de anabólicos y el aumento en sus entrenamientos con pesas, pues según sus testimonios, los hombres las encontrarán intimidantes o poco atractivas y así evitarían nuevos ataques. 

El experto en nutrición y entrenamiento  declaró que “hay personas muy susceptibles emocionalmente a los cambios que los fármacos provocan; incluso algunas de ellas pueden llegar a la depresión y a conducir la muerte por suicidio”.

Anabólicos ¿uso común en los gimnasios?

En una encuesta realizada a través de redes sociales (debido a la contingencia sanitaria por COVID-19) y dirigida a usuarios de gimnasios y  centros deportivos, se realizaron una serie de preguntas para saber qué tan común es el uso de anabólicos en las personas que practican algún deporte e identificar la conciencia que tienen al usar estos fármacos.

Los resultados de hombres y mujeres de 18 a 35 años, entre culturistas y personas que solo gustan de hacer ejercicio, fueron los siguientes:




El 75 por ciento de los encuestados declaró conocer a alguien que ha utilizado anabólicos para mejorar su apariencia. Sin embargo, solamente el 25 por ciento declaró abiertamente haber hecho uso de algún fármaco. 

Asimismo, tres cuartas partes de los encuestados declaró conocer los efectos secundarios que los anabólicos causan y más de la mitad conoce a una persona que tuvo efectos secundarios negativos por su uso.




Por otra parte, sólo al 33.3 por ciento de los encuestados les han ofrecido anabólicos dentro de gimnasios o centros deportivos y aseguran que las recomendaciones de estas sustancias vienen principalmente de entrenadores. 

Finalmente, se les preguntó a los encuestados si estarían dispuestos a utilizar anabólicos para mejorar su rendimiento físico o la apariencia de su cuerpo. a lo que 33.3 por ciento respondió afirmativamente siempre y cuando estuviesen bajo la supervisión de un experto. 




“Supe lo que es competir, se me quitó la cosquilla… Ahora tengo Hipertensión”

Jesús Muñoz es un joven de 28 años, que mide poco más de 1.70 y tiene un cuerpo atlético. Participó como competidor en culturismo y actualmente es nutriólogo por la Universidad del Valle de México.

“Ya llevaba mucho tiempo entrenando y tendía a ser gordito, pero comía bien. Con el paso del tiempo, comencé a escuchar de los suplementos y vi que vendían cosas como los esteroides. Al principio decía que nunca iba a usar ese tipo de sustancias, pero las cosas cambian. Conocí a un entrenador que me fue guiando al mundo del chocho y fue mágico.

“Comencé a cambiar. Ya no estaba gordito, pero era gracias al chocho. Me tenía que meter tres medicamentos cada tercer día y aunque le temía a las inyecciones, poco a poco le agarré el gusto. En ese entonces yo estudiaba contabilidad y no sabía mucho del tema, pero notaba que mi cuerpo estaba cambiando, me sentía super bien. Yo lo que quería era bajar de peso, un poco por esta idea de la sociedad de tener un cuerpo perfecto, te vas guiando por esas ideas”.

Jesús se mantuvo en régimen por aproximadamente cinco años. Su rutina diaria consistía en cuatro horas de entrenamiento entre gimnasio y natación, además de cinco estrictas comidas al día que no pasaban de pollo, carne o pescado acompañado de arroz hervido, camote y verduras. Durante ese periodo utilizó tres ciclos de anabólicos 

“Los anabólicos son un negocio total. El entrenador me decía: vamos a estar 3 meses con tal fármaco, un mes de descanso, luego otros tres meses. Cuando empecé a notar los cambios, dije, ¡wow, esta cosa es maravillosa! Después competi. Siempre la misma dieta, siempre el mismo estilo de vida. Sin embargo, después te das cuenta que depende de tu genética para poderte desarrollar. Si no tienes potencial, siempre hay alguien que puede ganarte”.

“Supe lo que es competir, se me quitó la cosquilla, pero me volví dependiente. Después de todo eso viene una depresión porque ya no ves el cuerpo que obtuviste. Vi a un psiquiatra. Todo esto porque siempre quieres más, más crecimiento muscular, te quieres meter más sustancias, quieres jugar con el cóctel de los esteroides. Ahora tengo hipertensión gracias al chocho, los testículos se te hacen pequeños y me crecieron las glándulas mamarias”.

 Ahora como nutriólogo entiendo que está mal, en el aspecto de que te metes sustancias que no produce tu cuerpo, entonces ya le exiges más rendimiento y el cuerpo no está preparado, o sea, si se puede ir adaptando, pero obviamente va a haber consecuencias. En este caso, yo padecí las consecuencias y tengo algunos conocidos a los que les ha dado un infarto. Yo no las recomiendo.


Naturalmente también es posible

Es común asociar culturismo, el abdomen “de lavadero” o el cuerpo perfecto solamente con gimnasio y el uso de "polvos mágicos". Lo cierto es que se trata de un deporte base que complementario otros tantos como el tenis, el fútbol o fútbol americano; sin embargo, para algunos otros solamente es un lugar para liberarse del estrés provocado por el trabajo o para conservar una buena salud.

“Todo el mundo se involucra con algo que tiene que ver con el gimnasio y resistencia. Es un deporte bastante completo porque no solo se enfoca en la parte estética, sino también en la parte de las debilidades que se requiere fortalecer para otro tipo de deportes. Beneficia en la salud como en lo estético. El culturismo tiene bases morfofuncionales para cualquier deporte. Ayuda a fortalecer el cuerpo a nivel músculo-esquelético y a nivel cardio pulmonar”, explicó Juan Vera.

Además, con una alimentación y entrenamiento adecuados, es posible lograr grandes cambios físicos sin necesidad de utilizar fármacos. Aunque quizás la masa muscular no aumente de manera exponencial, la grasa corporal puede reducir en niveles significativos. 

“En la definición nunca vas a dejar de ver resultados. Cuando cambias ciertos patrones de alimentación puedes ver una diferencia. Nadie puede saber cuándo es cuando tu cuerpo va a dejar de ver resultados, todos somos distintos. Los fármacos son los que te ayudan a rebasar los niveles hormonales para la formación de masa muscular. Todas las personas tienen diferente producción hormonal y nivel anabólico, lo que hace que ni todos crezcamos al mismo ritmo ni nos detengamos en el mismo punto” detalló Juan.

Lo cierto es, que cada usuario de gimnasio o deportista debe crear conciencia sobre lo que hace para no caer en el abuso de anabólicos o en trastornos alimentarios. “Hay que buscar un equilibrio y consentirte de vez en cuando”, afirmó Jesús Muñoz. 

El uso de anabólicos es y seguirá siendo controversial, debido a que hay sustancias que no se encuentran reguladas en todos los países, por ser consideradas como dopaje en la mayoría de los deportes. 

Asimismo, aquella persona que decida utilizarlos para mejorar su apariencia y rendimiento físico, requiere analizar los pros y contras que le traerá el uso de estas sustancias, además de asesorarse con un experto si no quiere consecuencias desastrosas.

Lo cierto es que México ocupa el primer lugar en obesidad infantil y el segundo en obesidad adulta, según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF); y es necesario crear conciencia sobre los alimentos que consumimos, sin caer en exageraciones que pongan en riesgo la salud . 

De la misma manera, hay que cuestionar los estándares de belleza impuestos por los medios de comunicación y reproducidos por la sociedad, pues son uno de los incentivos por los cuales algunas personas comienzan a utilizar anabólicos y productos “milagro”, que supuestamente favorecen la pérdida de grasa.

Los anabólicos y cualquier sustancia que favorezca el crecimiento muscular o la pérdida de grasa, de la que el cuerpo por sí solo no puede realizar, implican un riesgo para la salud y con ello no vale la pena jugar.




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1 comentario:

  1. Excelente artículo! Se ve una buena investigación. Gracias por compartir

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