LA CDMX ABRAZA LA DIVERSIDAD

  • Alrededor de 170 000 personas le dieron vida a la edición 41 de la marcha del orgullo LGBT+ 2019
  • Es esta ocasión el lema principal fue “Orgullo 41: ser es resistir”
Texto y fotografía: José Luis Ruperto
Ciudad de México (Aunam). Es un sábado diferente en la ciudad, quizás sea el día en que más colores se verán por las calles, pues en punto de la una de la tarde dará inicio la edición 41 de la marcha del orgullo LGBT+. Son las ocho de la mañana y en Paseo Reforma es posible ver los camiones de carga que más tarde cobrarán vida y colorido durante el “pride”; y el despliegue de más de cinco mil policías que se encargarán de vigilar que el evento transcurra con completa calma.

Un par de horas más tarde, a las 10 de la mañana, comienza a ser notorio el arribo de los asistentes, gran parte de ellos con banderas arcoíris y trans, entre otras que con el airoso día ondean portentosas. Sobre Paseo de la Reforma destaca la comunidad Muxe, que por primera vez participa en la marcha. Los colores del orgullo lo mismo se dejan ver en playeras, calcetas y gorras que en elaborados maquillajes e incluso en accesorios de joyería.


La tercera marcha del orgullo más grande del planeta está por avanzar; pero antes, la encargada de hacer entrar en ambiente a los presentes es la cantante Fey que interpreta algunos de sus más grandes éxitos como “Díselo con Flores” y “Azúcar Amargo”, acompañada de un cuerpo de bailarines y DJ.

Grupos de amigos se toman selfies con sus banderas, las asociaciones civiles toman su lugar en los contingentes y minutos después de la una de la tarde la marcha es un coloso de colores y diversidad, que además congrega grupos de estudiantes de la UNAM, del ITAM, del Tecnológico de Monterrey; representaciones diplomáticas como la de Australia y personal de la Cámara de Diputados. El Ángel de la Independencia pasa a ser un mudo testigo de una las ediciones más grandes de la marcha, cuyo lema fue “Orgullo 41: ser es resistir”.

El avance de los contingentes es poco continuo, pero al interior de ellos se vive una gran algarabía: risas, consignas como “ese mirón es maricón” o “esa muchacha es lencha”, cantos y aplausos hacen de esta manifestación una fiesta de la comunidad LGBT+, a la vez que hacen de la movilización un recordatorio de aquella lucha por la liberación del movimiento que en 1969 iniciara la Drag Queen Marsha P. Jhonson en Stonewall.


Según cifras oficiales 170 mil personas participaron en la marcha. Entre ellas, familias completas también apoyan la manifestación, como una madre familia que en una pancarta expresa su apoyo a su hijo, “¡felicidades, señora!” le gritan algunos de los muchos espectadores que atestan las aceras de Reforma.

La caminata continúa entre el calor y el bullicio. Por un día, la Ciudad de México ha abrazado la diversidad y la convergencia de varios sectores de la diversidad sexual es notoria. Una niña en los hombros de su padre, vestida con unas alas de ángel pintadas con los colores de la bandera arcoiris, hace que sea inevitable pensar en que es un símil de la apertura que en la actualidad vive la sociedad mexicana.


Algunos de los espectadores que observaban en las banquetas también llevaban mensajes, fue el caso de un joven que ante el paso de carros alegóricos de grandes marcas como Uber y Doritos, mostraba una pancarta con el mensaje “No somos una estrategia de marketing”, la escena se volvió viral en redes sociales. En el mismo tenor, frente a la Alameda Central también hubo letreros con protestas similares como uno en el que se podía leer “Las grandes marcas no nos visibilizan, nos explotan”.

No muy lejos, una mujer regala “abrazos de mamá” a aquellos jóvenes o incluso adultos que sufrieron rechazo por parte de sus familias. A las cinco de la tarde los primeros contingentes en finalizar su recorrido llegan a Bellas Artes. Mientras tanto en el Zócalo, Galilea Montijo es coronada como reina gay y “los Aristemos” causan revuelo con su show.


Ahí dos jóvenes descansan luego de haber cubierto todo el recorrido de la marcha y una mujer junto a su hija los mira, dudan en acercarse pero lo hacen. La mujer deja a su niña unos instantes y se acerca a los jóvenes; les sonríe y les pregunta “¿Me prestan su bandera?, es que mi hija se quiere tomar una foto con ella”, los jóvenes acceden y con una enorme sonrisa la niña se toma su foto. La 41 marcha del orgullo LGBT+ ha terminado en el programa oficial, pero para muchos y muchas, seguirá una noche de fiesta junto a amigos que se prolongara hasta el día siguiente… y toda la vida.





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