20 de enero de 2018

PRESENTARÁN DOCUMENTAL EL CORAZÓN RESILIENTE EN CANAL ONCE

Por Mónica Santos Vargas
Ciudad de México (Aunam). El documental El Corazón Resiliente fue presentado en las instalaciones de Canal Once por Valentín Fuster, médico cirujano que estudió en la Universidad de Barcelona y fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias para la Investigación Científica y Técnica en 1996.


El documental da a conocer los esfuerzos por parte del doctor Fuster para promover el cuidado de la salud desde la niñez, así como los avances tecnológicos que intentan prevenir la mortalidad cardiovascular, padecimiento considerado como la primera causa de muerte en el mundo por factores como el tabaquismo, la obesidad y la hipertensión.

“Todo lo que aprendemos de la ciencia, en términos de salud, debería ser usado como herramienta de educación” declaró Valentín Fuster. El doctor explicó que durante su visita a varios países, detectó que las personas de clase media-baja son las que sufren más problemas cardíacos. En un inicio Fuster no consideró realizar un documental, “pero me convencieron de que tendría un impacto”, añadió.

“Conocemos más a la enfermedad que a la salud”, expresó.

En El Corazón Resiliente se mencionan siete factores de riesgo fundamentales de la mortalidad cardiovascular: físicos (presión arterial alta y obesidad); químicos (colesterol elevado y diabetes) y de conductas (fumar o no, hacer o no ejercicio y la nutrición).

Fuster resaltó que “el adulto escucha y no sigue el consejo, pero el niño escucha y sigue el consejo”.

En la versión larga del documental se menciona la “polipíldora”. El doctor tuvo esta idea cuando estaba en Moscú, donde las personas no acudían al médico para adquirir y comprar medicamentos debido al elevado costo de las medicinas. Por ello, el aporte de esta pastilla consiste en que “tenga valor económico, pero al mismo tiempo sea una polipíldora que la gente tome para prevenir problemas de infarto y miocardio. Sólo quienes hayan tenido un evento cardiovascular”, aclaró.

Producido en 2017 por la compañía Ginger Brown/Mermaid Media, dirigido por Susan Froemke y narrado por Fuster, El Corazón Resiliente será transmitido el próximo domingo 21 de enero a las 22:00 horas a través de Canal Once, Canal 22, el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR), así como la Dirección General de Televisión Educativa de la Secretaría de Educación Pública (DGTV).


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18 de enero de 2018

EL BAILE SAGRADO DEL BHARATANATYAM HECHIZARÁ A MÉXICO

Por Nilsa Hernández
Ciudad de México, (Aunam). Con el apoyo de la Embajada de la India en México y el Centro Cultural Gurudev Tagore, el grupo artístico de Arupa Lahiry presentará la danza clásica del Bharatanatyam en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris el próximo 25 de enero.


A partir de las 19 horas Lahiri y su compañía deleitarán con su arte a los asistentes que, de manera gratuita, podrán contemplar 60 minutos de un espectáculo considerado sagrado pues, con sus coreografías y vestimentas, las bailarinas representan la eternidad y su relación con el cielo.

El Bharatanatyam es uno de los estilos de danza clásica más antiguos de la India, con más de dos mil años de antigüedad, un baile místico que surgió en templos hindúes para adorar a los dioses. Por su complejidad en movimientos, su ritmo exótico y música milenaria es un estilo de baile popular y de goce en el extranjero.

A la rueda de prensa para anunciar el evento, a cargo de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México y la Coordinación del Sistema de Teatros, asistió el embajador de la India en México, Muktesh K. Pardeshi, quien confirmó que esta presentación es la primera de seis que este grupo de bailarinas realizaran durante los dos primeros meses del año.

Pardeshi comentó que si bien las funciones fueron programadas para agosto del año pasado, como parte de los festejos por los 70 años de independencia de la India, 2018 es el año de este país asiático en México. Durante este año se realizaran diferentes eventos tanto de danza, ópera y otras artes para dar a conocer la cultura hindú y cómo a través de historia se convirtió en “la nación más grande y democrática del mundo”.

En la rueda de prensa también se informó que la India será el país invitado en la 46° edición del Festival Cervantino que se realizará el próximo mes de octubre. Aún cuando no están confirmados otros grupos y eventos, el objetivo principal de la participación de la India en el festival será dar a conocer su enfoque cultural en México y estrechar las similitudes en cuestiones culturales que estas dos naciones comparten.

Pardeshi expresó que en la Ciudad de México se realizarán tres presentaciones del grupo de danza de Arupa Lahiry, además de las demostraciones en los estados de Guanajuato, Quintana Roo y Monterrey. El embajador subrayó que el itinerario de eventos se confirmará de manera oficial a finales de marzo.


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CARRERA DEL PARACHICO 2018, FIESTA ATLÉTICA EN TIERRAS CHIAPANECAS

Texto y fotografías por José Luis Ruperto
Tuxtla Gutiérrez, Chis. (Aunam). La XXII Carrera del Parachico 2018 se celebró el pasado 14 de enero en la Heroica Chiapa de Corzo con una gran convocatoria pues participaron más de 10 mil corredores inscritos, más aproximadamente 500 que se sumaron de forma recreativa.

En la carrera no faltaron los participantes vestidos con el traje típico de parachico 
El evento principal fue la carrera de 15 kilómetros, para las categorías libre, máster y veteranos, con inicio a un costado del parque 5 de Mayo de Tuxtla Gutiérrez y la llegada al centro de Chiapa de Corzo, pasando por el monumento natural del Cañón del Sumidero. Por su parte, los competidores en la categoría juvenil arrancaron la competencia a altura de la fábrica de chapas y triplay del sureste.

También se realizó una carrera recreativa de 2 kilómetros que inició en el monumento a la Chiapaneca y al Parachico, para las categorías tercera edad e infantil, menor y mayor. Los participantes contaron a lo largo de la ruta con el apoyo de los espectadores, quienes aplaudían y vitoreaban su paso; inclusive un grupo de músicos animó el ambiente a ritmo de percusiones, a la altura del parque Victórico Grajales.


En el marco de los festejos de la Fiesta Grande de Chiapa de Corzo, hubo familias completas que terminaron la carrera
En la carrera estelar de 15 kilómetros, el ganador fue Mburi Joroge, de Kenia, con un tiempo de 45 minutos, 15 segundos; el segundo lugar fue para el mexicano José Juan Esparza Pérez, de Jalisco, con un registro de 45:33; por otra parte, la tercera posición la ocupó Eloy Sánchez Vidal, del Estado de México, con marca de 45:37.

En la rama femenil, se impuso una corredora nacional pues con su contundente ritmo la mexiquense Mayra Sánchez Vidal se adjudicó el primer lugar con una marca de 54 minutos 15 segundos. Detrás de ella llegó la keniana Cherop Leonida, quien concluyó el recorrido en 55:19 minutos; completó el podio su compatriota Jelegat Rebeca, con tiempo de 55:42.

Al cruzar la meta, los corredores pudieron disfrutar del típico pozol
Después de su llegada a la meta en Chiapa de Corzo, el grueso de corredores podía dirigirse a la Casa Museo del Parachico para disfrutar del característico pozol, bebida que en la usanza tradicional era servida en jícaras, y la música de marimba.

En el mismo recinto, un poco después de las once la mañana, se realizó la ceremonia de premiación. Antes de iniciar el acto, se reconoció la participación de Silvino Cubesare y José Cruz Cleto, ambos corredores rarámuris, que viajaron desde Chihuahua para formar parte de la carrera. Ellos compartieron con el público que en promedio cubren distancias de 100 kilómetros. En un emotivo acto se les nombró padrinos del evento y se les invitó a encabezar la ceremonia.

Silvino Cubesare y José Cruz Cleto, corredores rarámuris, viajaron desde Chihuahua para participar en la carrera
Cabe señalar que algunos corredores cubrieron todo el trayecto de la carrera portando los trajes de chuntae, chiapaneca o parachico, aportando un particular colorido al contingente de participantes.

La XXII Carrera del Parachico formó parte de los festejos de la Fiesta Grande de Chiapa de Corzo. Este año, un frente frío provocó un clima fresco, muy distinto a ediciones anteriores en las que se registraban altas temperaturas, por lo que el evento transcurrió sin ningún contratiempo, y por el número de corredores este evento se posicionó como la carrera atlética más importante de Chiapas.

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CON EL #METOO, PUEDE VOLVER UNA MORAL EXTRAMEGACONSERVADORA: MARÍA BLANCO

  • “Debemos buscar un cambio sostenible en el tiempo, que venga para quedarse”, afirmó la autora
  • Criticó la existencia de las cuotas de género en el ámbito político y empresarial
Por Diego Caso
Ciudad de México, (Aunam). Las denuncias por acoso y abuso sexual promovidas por el movimiento #Metoo tuvieron cabida en la presentación de Afrodita desenmascarada: una defensa del feminismo liberal de María Blanco González, doctora en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid.


La también autora de Las tribus liberales: una deconstrucción de la mitología liberal expresó su aprobación al manifiesto firmado por cien artistas e intelectuales francesas, que defendía el derecho a importunar de los hombres pues “no niegan la importancia del #Metoo, pero sí especifican que no se puede volver a esa especie de moral extramegaconservadora”.

“Tenemos derecho a equivocarnos, pero una cosa es ser torpe y otra es abusar”, sentenció la escritora.

El periodista Sergio Sarmiento resaltó que “simplemente alguien que acosa a otra persona, hombre o mujer, debería tener un castigo”; pero en la conversación promovida por el movimiento #Metoo, la presunción de inocencia de los denunciados no ha tenido lugar.

“Debemos suponer, o por lo menos, escuchar los dos puntos de vista [de los acusados y acusadores]. No estamos escuchando eso tampoco en este debate”.

Sarmiento resaltó que si bien es necesario combatir el acoso y abuso sexual, se debe tener mucho cuidado de no permitir que esa lucha se convierta en una cacería de brujas que tiene detrás una visión moralista de lo que deben ser las relaciones entre los sexos.

“Estamos viendo a algunos grupos feministas, no todos, que lo que buscan es llevarnos nuevamente a una moral casi musulmana”, declaró.

Sin embargo, según María Blanco “no podemos tomar el camino más corto sin pensar en las consecuencias. Lo que debemos buscar es un cambio sostenible en el tiempo, que venga para quedarse”.

La investigadora de la Universidad CEU San Pablo criticó las cuotas de género en el ámbito político y empresarial pues no ofrecen una solución al problema de la desigualdad de género.

“No vamos a negar el problema, la cuestión es cómo se soluciona: con la cuota o se soluciona atacando la cultura [de desigualdad], afectando a las mentes, dando ejemplo”.

Blanco concluyó que la salida al problema de la desigualdad de oportunidades no debe pasar por una subvención del Estado porque provoca que “haya desigualdad ante la ley y que los hombres sean los desiguales”, así como también ataca la propiedad privada y el derecho de cada empresario de decidir cómo manejar su negocio.






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LATIRÁ EL CORAZÓN DE LA MATERIA EN SU SEGUNDA TEMPORADA EN EL CENART

Texto y fotografía por Natalia Castrejón
Ciudad de México, (Aunam). Tras una primera temporada exitosa, la puesta en escena El Corazón de la materia, dirigida por Luis de Tavira, vuelve al Cenart (Centro Nacional de las Artes) del 1 de febrero al 4 de marzo próximos.

De izquierda a derecha, Ricardo Calderón Figueroa, Enrique González Torres, Luis de Tavira, Mariana de Tavira y Santiago Aranda
En palabras del director de la obra, el espectáculo camina en la representación de las diversas crisis sociales de violencia y destrucción del mundo y, particularmente, de México, todo esto a través de la vida del jesuita, científico, poeta, paleontólogo y aventuro del siglo XX Teilhard de Chardin, quien a lo largo de su vida conjuntó la ciencia y la religión con la idea de que materia y espíritu no son distintos.

A través del teatro, este espectáculo busca convertir a las personas en espectadores de la realidad, hacer que adquieran conciencia y sientan que todos esos problemas son parte de ellos. El Corazón de la materia invita a buscar un nuevo comienzo en el país y en el mundo y transmitir esperanza.

El elenco está conformado por José María de Tavira, Marina de Tavira, Laura Almela, Carlos Corona, entre otros. A esta nueva temporada se incorporan Carlos Corona y Raúl Briones.

En entrevista para Aunam Noticias, Mariana Tavira invitó a todo público a asistir a la obra, pues a lo largo de 3 horas y con una asombrosa escenografía de video mapping (la proyección de animaciones o imágenes sobre superficies para conseguir un efecto artístico), los espectadores podrán viajar a Chernobyl, Nueva York, Francia, la Selva Lacandona. El precio de los boletos es de $30 los jueves y viernes a las 19:00, y $100 sábados y domingos a las 18:00.

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17 de enero de 2018

CONACYT PRESENTA AGENDA DE ACTIVIDADES PARA 2018

Por Mónica Santos Vargas y Yafhed Martínez
Ciudad de México, (Aunam). En conferencia de prensa Enrique Cabrero Mendoza, director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt); Víctor Gerardo Carreón, director adjunto de Planeación y Evaluación; y Julio César Ponce Rodríguez, Coordinador de Proyectos, Comunicación e Información Estratégica, presentaron algunos de los logros alcanzados por este organismo en 2017 y la agenda de actividades para este año.


Cabrero Mendoza destacó que en septiembre de 2017, la construcción del Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano, ubicado en Puebla, estaba casi completa y en diciembre del mismo año se completó la circunferencia de 50 metros del aparato. En este proyecto se han invertido alrededor de 200 millones de dólares, lo que hace a este telescopio “la instalación más importante y de este tipo en México”.

El director general del Conacyt destacó también que en el Programa Nacional de Posgrados (PNP) las becas para maestría y doctorado se mantuvieron y enfatizó que en 2018 haya un posible incremento en el número de becas, además de que se destinarán 10 mil millones de pesos para éstas. Expresó que pese al discurso del actual presidente de los Estados Unidos, los convenios y becas con universidades estadounidenses no se han intensificado ni alterado.

Por otro lado, Cabrero Mendoza expresó que en los últimos 5 años se ha realizado un esfuerzo muy grande para incrementar los proyectos del consejo en un 40%. El director agregó que 2018 es muy importante para Conacyt debido a la culminación de proyectos con duración de 5 años.

Por su parte, Víctor Gerardo Carreón comentó que “México es un país pionero en investigación y desarrollo tecnológico”. Resaltó la importancia del Repositorio Nacional que facilita el acceso a información académica, científica y tecnológica de forma gratuita y sin requerir de una previa suscripción. El Repositorio Nacional se generó con base en el resultado de la segunda convocatoria y contiene información de 36 repositorios.

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16 de enero de 2018

ESPÍRITU DE LUCHA, DESEO DE SUPERACIÓN: RÁUL TREJO PASTRANA

Por Niltze F. Trejo Báez
Ciudad de México, (Aunam). Con un café sobre la mesa de su casa, el dirigente Raúl Trejo Pastrana dobla una servilleta de manera distraída. Su aire tranquilo y afable choca de manera drástica con un semblante serio, el cual muestra el paso de sus 55 años de vida. Los lentes rectangulares se resbalan de manera constante sobre su nariz aguileña, sin embargo, el acomodarlos parece ser ya un reflejo del propietario.


Mexicano de nacimiento, Raúl Trejo comenzó su incursión en los movimientos sociales cuando cursaba el bachillerato en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), Plantel Oriente.

“En ese tiempo se desarrollaba en el país una situación muy difícil ya que aún permanecía latente la lucha estudiantil del 2 de octubre, por lo que a mí me comenzó a nacer la inquietud de pertenecer a esa lucha y lograr la reivindicación del pueblo”, recuerda.

Fruto de esa inquietud juvenil Pastrana, junto a otros estudiantes, crearon la organización Frente Popular Francisco Villa Independiente cuyos objetivos iniciales eran el de crear bibliotecas, comedores y salas audiovisuales dentro del CCH. No obstante, uno de los principales propósitos fue el de buscar que los alumnos pudieran salvar el año por medio de exámenes extraordinarios y que se les diera la oportunidad de presentarlos, por lo menos, cinco veces, meta que lograron cumplir.

Años más tarde, cuando se integró a la carrera de Sociología en la UAM Iztapalapa, ese deseo por ayudar a la gente continúo echando raíces en él. A pesar de que han pasado los años y la organización ha dejado de ser de carácter estudiantil, Trejo menciona que en ningún momento ha perdido la motivación para dirigirla

“Lo que me inspira a seguir dentro de ella es el crear una conciencia crítica en la gente a partir de darles información acerca de los problemas que suceden dentro de su país, como en el caso de la privatización del agua potable o de la militarización de las calles en México”. Para el sociólogo, llegar a concientizar a la población es un factor clave para enfrentar y resolver los futuros retos del país.

Aunque Raúl Trejo asegura no tener la influencia de un personaje en específico, siempre ha sentido gran interés por la Revolución Mexicana y los personajes que participaron en ella. De hecho, su gusto por la historia no termina ahí ya que en varias ocasiones se planteó la posibilidad de ejercer la docencia en dicha materia. Sin embargo, la oportunidad nunca se presentó.

Su trayecto por el Frente Popular Francisco Villa Independiente se ha encontrado marcado por problemas, pues ha llegado a pisar la cárcel mexicana, en la que permaneció por dos meses tras ser acusado por un delito que, al final, las autoridades reconocieron que jamás cometió.

“También me he encontrado con la violencia que diariamente enfrentamos los ciudadanos: golpes, injurias, insultos, etc. Sin embargo, eso no me quita las ganas de seguir luchando por este país”, afirma.

A pesar de las dificultades, las metas que ha logrado concretar gracias a esta organización son diversas: la creación de más de 5 mil viviendas con las que se benefició a más de mil familias que también gozaron de facilidades para entrar a hospitales, áreas deportivas, centros culturales e, incluso, la creación de una escuela primaria en beneficio de la sociedad.

Gracias a dichos proyectos, el dirigente ha recibido algunos reconocimientos como diplomas o medallas, sin embargo, para él estos son más de carácter simbólico, como es el caso de una pequeña cabeza olmeca de parte del grupo de los Scouts.

A lo largo de los 34 años que lleva dentro del frente Raúl ha sido testigo de diversas anécdotas. Una que en especial llegó a dejar una marca dentro de él fue la ocasión en la que un joven corpulento se le acercó de la nada y empezó a platicar con él.

“El chavo comenzó a preguntarme que si me acordaba de él, pero la verdad es que no lograba recordarlo. Sin embargo, todo cambió cuando me dijo que venía a agradecerme que en una ocasión yo le había llamado la atención para que no se drogara ya que, por eso, él no había caído en las drogas. Tal vez sea una historia simple, pero para mí es algo muy significativo”, comenta.

Han pasado muchos años desde sus inicios en los movimientos sociales y Trejo Pastrana duda que pudiera haber encajado en otras actividades que no fueran las relacionadas con la lucha social.

“Siempre he llevado esa inquietud de luchar por algo, ya sea por una escuela, un hospital o una vivienda. Siempre van a existir problemas pero he aprendido que con el trabajo colectivo muchas cosas pueden lograrse”, concluye.

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15 de enero de 2018

DROGAS Y MUERTE A LA ORILLA DEL PACÍFICO

Por Diego Valadez
Ciudad de México, (Aunam). Es la hora de la comida, el barullo de los cubiertos chocando contra los típicos platos de cerámica con motivos florales y risas de oficinistas son los sonidos que pueden escucharse a las tres de la tarde en el Mercado Tlacoquemécatl. Entre paredes de ladrillo rojo y personas con traje se encuentra Uriel, sentado frente a una mesa para dos.


El hombre de 37 años, tez morena oscura y baja estatura resalta entre los empleados de las empresas cercanas por su vestimenta: una camisa polo azul celeste y un par de jeans azules difieren del estilo gris y aburrido a su alrededor.

Uriel, como ha pedido que se le llame en vez de su nombre real, perteneció unos cuantos años a un pequeño cártel en la costa central de California (Estados Unidos), pero los suficientes para sufrir sus efectos. Pasó quince años tras las rejas, tres menos de los que originalmente recibió como condena.

Las voces fuertes y una que otra carcajada ruidosa distraen la atención. Uriel pasa su mano por su cortísimo cabello negro mientras sus pupilas pasean a lo largo del recinto. De arriba a abajo y de izquierda a derecha sus ojos oscuros buscan en que enfocarse, sus nervios parecen incontrolables.

Una joven simpática ha venido a tomar la orden, Uriel pide una orden de tacos dorados y se limita sólo a mirar el patrón a cuadros del mantel verde. La jarra de agua de frutas, incluida en el menú, llega segundos después, permitiéndole seguir buscando una excusa para salir huyendo. No obstante, jamás la encuentra.

Donde la ciudad terminaba

Pueblo de Santa Fe, Ciudad de México. Barrio capitalino caracterizado las últimas tres décadas del siglo pasado por su cercanía con el basurero y la aparición de pandillas como Los Panchitos en las barrancas de aquel extremo de la ciudad.

“Era como el fin del mundo, no había colonias bien hechas más allá de donde terminaba Santa Fe, sólo había basura y algunas casitas de lámina o cartón. Aunque empezaron a construir la Ibero después de lo del 85, no había nada más”, describe el entrevistado, quien después de casi 30 años de haber dejado el lugar aún siente cierta nostalgia por el vecindario que lo vio crecer.

Uriel, el hijo menor de la familia, acumularía sus primeros once años de recuerdos en una pequeña casa cercana a la parroquia de la comunidad. Sin embargo, tendría pocos juegos y anécdotas infantiles que compartir con su única hermana, debido a los ocho años que ella le lleva de diferencia.

Su primo Emilio, en consecuencia, sería su compañero inseparable durante su niñez. Correr por el mercado y otras actividades lúdicas tendrían como escenario aquel viejo Santa Fe, entre los desperdicios de una urbe que seguía creciendo y la utopía de Vasco de Quiroga.

Los platillos ya están servidos, aunque Uriel apenas ha tocado sus tacos. Su mirada paró de divagar y había decidido no probar bocado hasta concluir su historia. Al parecer pensó que los alimentos impedirían que continuara su relato o que le robarían sus preciadas memorias.

“Éramos los dos juntos un caos. Me acuerdo que mi abuelita, que vivía a unas calles, les dijo a nuestras mamás que la visitáramos por separado, no nos aguantaba. Nos gustaba mucho jugar a los luchadores, hasta nos disfrazábamos; una vez estábamos luchando en la azotea y Emilio se cayó, pero lo más que pasó fue que se rompió un brazo”, recuerda Uriel con una gran sonrisa en su rostro bronceado.

Aquel mundo de recreo y diversión tendría que terminar en algún momento. A unos de meses de su onceavo cumpleaños recibió una noticia que cambiaría su vida para siempre: su madre decidió que cruzarían la frontera norte hacia Estados Unidos para encontrarse con su padre en Monterrey (California).

A la orilla del mar

El camino fue largo y difícil: un día de viaje hasta Tijuana, cruzar la frontera con la ayuda de los famosos coyotes y caminar dos días –incluyendo paradas– hasta Los Ángeles era sólo el comienzo de la travesía.

Uriel estaba cansado, tenía calor y hambre, contaban con poco dinero y debían utilizarlo para comprar los boletos de autobús a su último destino. La dirección que tenían de unos parientes en Los Ángeles facilitó las cosas: una prima y su esposo les proporcionaron alojamiento, comida y transporte hasta la terminal de autobuses.

El paisaje californiano cambiaba conforme avanzaba el trayecto mientras Uriel lo observaba por la ventana. Las grandes palmeras y plantíos de árboles frutales se fueron transformando poco a poco en pinos y secuoyas; el clima era menos caluroso y las aguas del Océano Pacífico rugían contra las formaciones rocosas. Bienvenidos al Condado de Monterey y a la Costa Central de California.

“Aún me acuerdo de la primera vez que vi Monterey. Hacía mucho aire cuando nos bajamos del camión, pero olía a sal. Nunca había visto el mar, mucho menos casas de madera junto a él, pensaba que había llegado a otro planeta”, menciona antes de darle la primera mordida a su taco.

A Uriel ya no le cuesta mantener la conversación, cada palabra fluye entre sus labios gruesos tan fácil como lo haría con un viejo amigo. Su impaciencia se ha desvanecido, evita distraerse con los sucesos y sonidos de su entorno. El Mercado de Tlacoquemécatl ha desaparecido y en su lugar se ha materializado la ciudad de Monterey, tan fría y pintoresca como el entrevistado la recuerda.

Largas extensiones de rocas y arena, un animado muelle con locales comerciales, pequeños hoteles de todas las categorías, la helada brisa marina, y la armonía entre edificaciones novohispanas y estadounidenses son los rasgos que representan a esta pequeña ciudad turística encallada en la bahía del mismo nombre.

El padre de Uriel trabajaba como ayudante de cocina en un hotel junto la playa de Carmel-by-the-Sea. Llevaba casi cuatro años laborando en el lugar y reportaba muy buenas ganancias, mismas que enviaba a su familia mes con mes, además de permitirle rentar un modesto departamento en un tranquilo vecindario de clase media.

Por otro lado, su madre no tardó en conseguir empleo. Los servicios de intendencia, a pesar de no ser los mejor pagados, propiciaron a que, en conjunto con el salario de su padre, Uriel y su hermana llevaran una vida sin carecer de la satisfacción de sus necesidades básicas.

El joven mexicano ingresó al penúltimo año de primaria en una institución pública cercana a su domicilio. A pesar de la barrera lingüística, para el año siguiente Uriel ya manejaba con una fluidez aceptable el idioma inglés, entendía a sus compañeros y profesores y realizaba tareas sencillas. Uriel expresa que es el único de su núcleo familiar que habla esta lengua y que, hasta la fecha, ni su hermana ni sus padres han mostrado interés por aprenderlo.

Bahía roja

La adolescencia es una etapa de la vida donde se conjuntan las nuevas experiencias, donde los amigos y la búsqueda de la propia identidad fungen como un fuerte muro divisorio en el mundo infantil y el adulto. Sin embargo, Uriel no contemplaría que esa pared lo perseguiría hasta su actualidad.

Desde principios del siglo XX California ha sido sinónimo de multiculturalidad. Los diversos grupos étnicos y lingüísticos que se asentaron en ese territorio se relacionaron profundamente con sus iguales y formaron comunidades donde compartieran símbolos, idioma, religión y un mismo sentir.

Los cuatro grandes puntos económicos del estado (Los Ángeles, San Diego, San Francisco y San José) vieron nacer en sus calles grupos de jóvenes que, desde la década de 1970, se inclinaron por crear un propio estilo de vida a través del vestir y formas de pensar y actuar, pero sin dejar a un lado su origen o el de sus antepasados.

La ciudad de Monterrey, a pesar de su tamaño, no se vio excluida de este proceso: pandillas de mexicanos, centroamericanos, chinos o afrodescendientes surgieron en diversos puntos de la bahía. Uriel, al igual que su nuevo hogar, no se privó de pertenecer a uno de estos grupos.

“Yo tenía quince años cuando empecé a juntarme con los muchachos de mi cuadra, todos eran mexicanos o sus jefes lo eran. Íbamos casi todos a la misma high school, pero yo era de los más chicos en la gang. Nos divertíamos un chingo, probé con ellos la coca y otras cosas”, expone Uriel riendo, pero con un aire de nostalgia en sus ojos.

El joven pandillero aún no sabía en lo que se convertiría esa aventura californiana. Otros integrantes de su grupo, a quienes su sociedad llamaba cholos, se habían involucrado en la venta de drogas en el área de Monterey, actividad en la que pronto también se encontraría inmerso.

A sus diecisiete años el inmigrante adolescente y sus amigos se convirtieron en uno de los principales distribuidores de marihuana, cocaína, heroína y otros narcóticos en Monterey y sus alrededores. Uriel abandonó la escuela y dedicó todo su tiempo y energía al boyante negocio. Personas de todos los estratos sociales iban a buscarlo en algunos parques de la ciudad, a la par que realizaba también entregas a domicilio.

No obstante, sus actividades se veían amenazadas por cárteles rivales de mayor envergadura. Clanes de San Francisco habían penetrado en Monterey y ofrecían precios más bajos y, en consecuencia, ganaron fuerza en el pequeño puerto.

“Nos quitaron muchos clientes, ellos traían más variedad que nosotros. Lo que pasaban nuestros proveedores de Tijuana a San Diego ya no era suficiente. Los de San Francisco estaban vendiendo variedades muy exóticas de China, Tailandia y otros países de por allá y bueno, por eso hicimos lo que hicimos”, explica el ahora exdistribuidor.

Su voz se empieza a cortar. La fluidez con la que había relatado sus primeros dieciséis años de vida ahora no es más que un recuerdo. Sus facciones reflejan seriedad, los ojos bien abiertos y apuntando de nuevo al mantel dan la sensación de que lo que está por venir es doloroso.

“Fue en la tarde, 16 de octubre, tenía veinte años. Tres amigos y yo nos encontramos con dos de los vendedores de la otra pandilla, un mexicano y un gringo. Todo empezó con mentadas y uno que otro madrazo. No queríamos aceptar que nos estaban quitando clientes, había que enseñarles que era nuestra ciudad y no se podían meter, pero las cosas se salieron de control. Uno se calienta, saqué de mi pantalón la pistola y disparé dos veces, así sin ver, sin apuntar”, recuerda Uriel.

En años pasados él ya había utilizado armas blancas y de fuego o lastimado a miembros de otros grupos, pero jamás mató a nadie, hasta aquel día. Había terminado con la vida de un ciudadano estadounidense. Dos balas perforaron su cuerpo: una en su rostro, abajo del ojo izquierdo, y otra en el pecho. Había caído al suelo, al asfalto que se convertiría en su lecho de muerte. El líquido rojo emanaba de su cuerpo, mientras se esforzaba por dar el suspiro final y ver el cielo oscuro por última vez.

El recuerdo de ese cadáver no abandonaría a su asesino jamás, lo llevaría a sufrir, durante quince años, un frío aislamiento tras las rejas e incluso atormentaría años más tarde al pequeño su novia dio a luz unos cuantos meses atrás.

Lejos de la luz del sol

La decisión del juez fue inapelable: tendría que pagar una condena de dieciocho años en prisión por homicidio y tráfico de drogas en una prisión de alta seguridad al sur del estado. Además, sería separado de sus seres queridos –las visitas no estaban permitidas– y deportado al concluir su larga sanción.

“Todo el tiempo tenía mucho frío, creo que es porque no había ventanas. No sabía si era de noche o de día, mucho menos qué hora era. De vez en cuando nos sacaban al patio a que nos diera el sol, claro, sólo una hora, máximo dos, más o menos. Todo el día me tenían con unas cosas de metal en los pies, para que no intentara escaparme. Al menos en la noche nos los quitaban”, revela el exconvicto.

Aquel primer lugar de encierro, sin embargo, sólo sería temporal. Siete años más tarde sería trasladado a un lugar con medidas mucho menos estrictas por su buena conducta. Recuperaría de cierta forma un poco del ánimo que la helada cárcel le había hurtado.

Una de las tres prisiones estatales de California sería el escenario para que se reencontrara con sus padres, su hermana y, sobre todo, con su hijo. No tendría jamás que permanecer encadenado y estaría con más frecuencia expuesto a la intemperie.

Uriel señala que pudo ver a su hijo crecer y decirle cuantas veces pudo que lo quería. Le prometió que iba a cambiar, que ya no volvería a las actividades delictivas e intentaría recuperar su rol de padre. No obstante, la situación no llegaría a cumplirse.

En septiembre del 2011 una bala atravesaría la espalda de su hijo. El niño de once años, al regresar caminando de la casa de sus abuelos, sería interceptado y asesinado por un hombre de unos treinta años a las siete de la tarde. La noticia se la dio su hermana por medio de un vigilante.

Ha optado Uriel por mantenerse en silencio, aprieta los puños sobre la mesa en señal de rabia y reprime a la perfección las lágrimas. Toma con rapidez una servilleta y la pasa por el contorno de sus ojos. Nada ha sucedido.

“¡Desgraciados! ¡Pinches maricones! ¿No pudieron meterse con alguien de su tamaño los muy putos? Él no tenía la culpa de nada. Su único error fue ser hijo mío”, externa entre dientes.

Los meses consecuentes fueron un infierno para Uriel: no podía dormir, no había noche en la que no rompiera en llanto. Su temperamento se tornó violento otra vez y, a la primera provocación, apuñaló a uno de sus compañeros. La seguridad era muy laxa en aquel lugar, era fácil traficar armas blancas, alcohol y tabaco, varios policías se encargaban de distribuir las mercancías entre los presos que pudieran pagarlas.

Como no era de esperarse, Uriel fue castigado por su acción: regresó a una penitenciaría de alta seguridad. Caminó de nueva cuenta con grilletes en los tobillos y aislado del exterior. Empero, la templanza de su carácter le valió esta vez la reducción de la condena, pues sería liberado tres años antes de lo previsto.

Fue trasladado a Tijuana, donde todo comenzó hace casi veinte años, sin ninguna pertenencia más que la ropa que su familia le había proporcionado. Su madre lo esperó con impaciencia en aquella ciudad fronteriza para guiarlo y acompañarlo con unos parientes que residen al norte del Estado de México. Allí comenzaría de nuevo su vida trabajando en un taller familiar de carpintería.

Empezar de cero siempre resulta difícil, sobre todo cuando lo que más lastima es perdonar. Uriel desechó, con mucho esfuerzo, las ideas de venganza que lo atormentaban, pero la herida sigue abierta. Aún espera que se haga justicia por la muerte de su hijo.

“Yo ya pagué lo que debía, pero no he visto claro. Me dicen que la investigación sigue abierta, pero yo sé quiénes fueron. No haré nada, todo lo dejaré en manos de Dios. Le prometí a mi niño que ya no volvería a hacer esas cosas y lo voy a cumplir”, afirma el joven repatriado.

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PUMAS DERROTA AL ATLAS Y ES SUPERLÍDER

Por Gerardo Padilla
Ciudad de México, (Aunam). El Estadio Olímpico Universitario fue la sede para el partido correspondiente a la jornada 2 del torneo Clausura 2018, en el cual los Pumas se presentaron ante su afición y se enfrentaron al Atlas.



Las emociones comenzaron desde los primeros minutos, ya que al minuto 5 el cuadro del Pedregal se fue al frente en el marcador. El canterano Jesús Gallardo mandó un centro por el sector de la izquierda para el chileno Nicolás Castillo, quien hizo una buena recepción dentro del área y se acomodó a su mejor perfil para rematar y mandar el balón a las redes.

Los Pumas mantuvieron su ritmo de juego y la posesión del esférico, tratando de ampliar su ventaja en el marcador. Al minuto 12, Mauro Formica se animó a disparar de larga distancia, pero el guardameta de los Zorros, Cristopher Toselli, se lanzó espectacularmente para evitar la caída de su arco.

El conjunto universitario continuó presionando la salida del cuadro del Atlas y al minuto 32 logró ampliar la ventaja en el marcador. El defensa rojinegro Stiven Barreiro intentó controlar el esférico, pero Nicolás Castillo robó el balón y entró al área encarando el arquero. Sin embargo, el chileno prefirió ceder el balón a su compañero Matías Alustiza, quien no tuvo problemas para conseguir el segundo gol universitario.

En los primeros minutos de la parte complementaria, los Rojinegros intentaron presionar a su rival y lograron generar peligro en el área rival. El camerunés Serge Njoh Soko desbordó por la banda derecha y mandó un centro para Milton Caraglio, quien remató de cabeza, pero el esférico se fue por encima de la portería defendida por Alfredo Saldívar.

Al minuto 63, los Universitarios volvieron a conseguir una anotación. El defensa de los Zorros, Leiton Jiménez, cometió una falta dentro del área sobre Castillo; el chileno fue el encargado de ejecutar la pena máxima y lo hizo hacia el lado derecho, engañando por completo al portero rojinegro.

La respuesta de los visitantes llegó diez minutos más tarde en una jugada a balón parado. Tras una falta de los Pumas, Ravel Morrison cobró el tiro libre de forma espectacular y el balón superó la barrera de los Auriazules y se incrustó en las redes, pese al lance de Saldívar.

Tras dos jornadas disputadas del torneo Clausura 2018, el cuadro Universitario se mantiene invicto y como súper líder con 6 unidades, mientras que los Rojinegros se ubican en la posición 17 con dos derrotas. En su próximo partido, los Pumas recibirán al América en uno de los partidos más esperados de la temporada y Atlas se enfrentará al Toluca en el Estadio Jalisco.

[Fotografía: Telemundo]

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