DESOBEDIENCIA SONORA, UN VIAJE A TRAVÉS DE LA ESTÉTICA DE JOHN CAGE

Por: Alfonso Sotelo Gómez
Ciudad de México (Aunam). Nuestra vida está llena de sonidos, no todos son considerados música. Pero, ¿Qué sucedería si lo fueran? Esa era la idea de John Cage, un artista reconocido principalmente por sus composiciones extravagantes y su uso no estándar de instrumentos musicales.


En 1970 hizo un compendio de canciones que presentan la posibilidad de reconocer cualquier sonido o silencio como música; dicho proyecto tiene por título Song Books y el Festival Impulso llevó esta obra al escenario del Foro del Centro Universitario de Teatro (CUT) bajo el nombre de Desobediencia sonora.

Bajo la dirección de Belén Aguilar y Silvia Dávalos (directora de escena y directora musical respectivamente) Desobediencia sonora está formada por 90 piezas musicales, todas, acopladas para presentarse en teatro. Sin embargo, la mayoría no son partituras, es una exploración escénica compuesta de: puntos, rayas y tipografías que son interpretadas y replicadas por los actores.

El reparto de “Desobediencia sonora” está conformado por: Mariana Castro, Sabina Cobos, Aarón Mendoza, Abril Pinedo, Alejandro Toledo y Rebeca Villalobos.

John Cage fue un artista, pintor y teórico musical nacido en Los Ángeles en 1912, era un apasionado de la micología y un recolector de setas reconocido en su país. Fue precursor de la música electrónica y aleatoria. Era considerado uno de los compositores estadounidenses más influyentes del siglo XX. Logró junto al coreógrafo Merce Cunningham el desarrollo de la danza contemporánea.


Desobediencia sonora surge de la necesidad de unir la parte actoral con la musical. La filosofía de Cage no podría entenderse sin antes construir una simbiosis entre cuerpo y sonido. Primero hay que entender al autor para comprender partituras con esa complejidad.

En entrevista para Aunam, Belén Aguilar explicó que a través de ejercicios teatrales y musicales los actores lograron adecuar las canciones de John Cage a la obra; resaltando así la esencia del filósofo norteamericano.

"El teatro es para vivir experiencias. Lo que buscamos es dar a conocer el trabajo de John Cage y el impacto que tuvo su música en la historia del arte", mencionó la directora escénica egresada del Centro Universitario de Teatro (CUT).

Por su parte, Silvia Davalo puntualizó que Desobediencia sonora busca que los asistentes experimenten una apertura de sentidos a través de lo visual y auditivo.


“Toda la vida nos han dicho que el ruido es contaminación. La filosofía de John Cage consistía en no jerarquizar el ruido. Mirar todo lo que genera nuestro entorno como música”, expresó la directora musical egresada del Conservatorio Nacional de Música de México

El Festival Impulso continuará con sus actividades en el Centro Cultural Universitario hasta el 9 de septiembre. Ofrecerá una oferta cultural que incluye conferencias, talleres, ciclos de cine y obras de teatro.

Toda la información del Festival Impulso aquí http://culturaunam.mx/impulso/programacion.php.




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