LAS TORTUGAS MARINAS LLEGAN A CHAPARRALES, VERACRUZ

Texto y fotos: Yafhed Martínez
Cazones de Herrera, Veracruz (Aunam). A tan solo hora y media de Poza Rica, Veracruz, se encuentra la comunidad de Chaparrales, con una población aproximada de 100 habitantes, la cual recibe en sus playas cada año a las tortugas marinas provenientes del Golfo de México, depositando sus huevos en la costa formando nidos.

Liberación de tortugas marinas de la especie lora, después de eclosionar en los sitios de reubicación de nidos, donde se permite que caminen hacia el mar para completar su ciclo de vida.

El campamento tortuguero “Totonacapan” cuenta con 13 años, realiza a diario una gran labor para la conservación de tres especies de tortugas marinas, que son: La tortuga carey, blanca o verde y lora en Chaparrales. Las principales actividades que se llevan a cabo son recorridos nocturnos en las playas, reubicación de nidos y liberación de tortugas recién nacidas.

Chaparrales pertenece a una zona costera de playas tranquilas, poco conocidas de acuerdo a la dirección de turismo del municipio de Cazones de Herrera, sin embargo, la contaminación y los cambios ambientales globales limitan la conservación de la fauna marina.

Cada año se protegen y liberan un aproximado de 100 mil crías de las tres especies que arriban la costa, cuyo esfuerzo a inicios del monitoreo y conservación de estos animales ha sido en gran parte el trabajo comunitario. “Antes se caminaban aproximadamente 20 kilómetros como parte del trabajo diario que implica el monitoreo, al menos ahora ya se consiguió una cuatrimoto para uso de la comunidad, lo que facilita en gran medida el trabajo” expresó Eleazar García Núñez, director del campamento.

La comunidad de Chaparrales también ofrecen recorridos guiados en la playa a los visitantes, así como un programa de voluntariado donde los inscritos pueden participar y tener una mayor convivencia con la comunidad al conocer sus costumbres y cultura.

“La comunidad se apoya de este programa para sustentar sus actividades junto con la venta de artesanías y gastronomía a los visitantes de esta playa, sin embargo, se reconoce la falta de difusión así como el apoyo gubernamental, lo que finalmente es vital para la conservación de estos animales y sus funciones en los ecosistemas marinos” añadió Nuñez.

La conservación de la naturaleza no solo implica estrategias de trabajo y seguimiento de los sitios importantes en diversidad de especies, sino también la adecuada incorporación y valoración de las comunidades implicadas en la protección de estos ecosistemas.

“Chaparrales y su gente ofrecen un lugar tranquilo y admirable a quien lo visita, que se ha dedicado por años a la conservación de tortugas marinas a pesar de la falta de recursos y que también ha servido como espacio para la realización de servicios sociales y tesis de distintas entidades académicas” menciona Núñez.


La fundación tortugas campamento tortuguero Totonacapan es de los pocos campamentos donde se evita la retención de crías para asegurar su supervivencia al ser liberadas. En esta foto se muestra una cría de tortuga carey momentos antes de ser impactada con el oleaje del mar.


El varamiento de tortugas marinas cada vez es más común debido a la pesca, cuya práctica con redes llega a lastimar la piel de estos animales desembocando finalmente en su muerte. En la presente foto se muestra un juvenil de tortuga marina blanca o verde.


Como parte de las interacciones bióticas que existen en la naturaleza, la depredación de huevos por perros, coyotes y algunas aves es uno de los principales factores que determinan el número de crías, dejando al final solo los cascarones rotos. Aquellos huevos que no se desarrollan completamente suelen ser sitio de proliferación de hongos que utilizan los nutrientes como recurso, tornándose de color negro.





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