VIOLENCIA DE GÉNERO: FACTOR INCIDENTE EN EL FEMINICIDIO

  • La enseñanza de los roles de masculinidad también influye
  • La educación es la causa del crimen y también puede ayudar a erradicarlo
Por Norma Sibaja Pérez
Ciudad de México /Aunam). “La violencia de género en la sociedad y, por tanto, la educación son factores que inciden en el feminicidio”, afirmó el doctor Jesús Santiago Reza Casahonda, médico que pertenece al Programa de Estudios de Género y Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).


De acuerdo con el Código Penal Federal, comete el delito feminicidio, quien prive de la vida a una mujer por razones de género. Por ejemplo, cuando haya existido entre el homicida y la víctima una relación afectiva, sentimental o de confianza; la víctima presente signos de violencia sexual de cualquier tipo, o su cuerpo sea exhibido en algún lugar público; entre otros factores.

Así, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer en la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares del 2016 que el 66 punto uno por ciento de las mujeres mexicanas, mayores de 15 años, han sufrido en algún momento de sus vidas agresiones de índole sexual, física, laboral y emocional.

Ericka Andrea Rodríguez Velázquez, licenciada en Ciencias de la Comunicación, con posgrado en Filosofía y profesora de Introducción al pensamiento social y político moderno en la UNAM; refirió que México es un país con una enorme desigualdad, no solamente económica, ni en la educación, sino también en el aspecto del género y lo social.

La comunicóloga manifestó que las mujeres transitan en diferentes escenarios, en los que son vulneradas y donde la violencia hacia ellas es normalizada. En dichos ambientes está incluida: Su propia casa, donde experimenta violencia de género por parte de su padre y de su madre; así como en el ámbito laboral y escolar.

Así, al asignarle a la mujer el rol de que debe de servirle al hombre, que no puede vestirse libremente ni ir a fiestas, que debe de estar “guardada” en su casa a determinadas horas, son manifestaciones violentas hacia ella. Al respecto, el doctor Reza expuso que también lo es establecer, qué carreras son exclusivas para hombres y rechazar a las mujeres que las estudien; y sobre todo el comportamiento agresivo en las relaciones de noviazgo.

“Cuando pensamos en violencia pensamos forzosamente en golpes. Pero también son el pellizquito, los celos, insultos. Así, incrementan las agresiones y los hombres y las mujeres se acostumbran a que así deben de ser las cosas” agregó que esto implica otro tipo de feminicidio: matar algo de ellas, hacerles sentir que no valen nada, aunque sigan con vida.

La educación como causa y como promesa del cambio


Tanto Ericka Rodríguez como Jesús Reza coincidieron en que la educación incide en la violencia de género y el feminicidio: por un lado, a partir de ella las personas aprenden valores y comportamientos, que transgreden en la integridad física y mental de la mujer, y a su vez, puede ser el factor que los minimice.

El especialista en género opinó que la educación es determinante. Las instituciones educativas y familiares deben de estar permeadas con perspectiva de género. Es decir, cambiar la forma en la que las personas conciben el ser mujer y ser hombre.

Refirió que los hombres y mujeres deben de ser feministas: los primeros, para dar cuenta de las diferencias que tienen en su ser para fomentar la equidad; y las segundas, con el fin de empoderarlas.

Por otro lado, aseguró que el uso del lenguaje debe ser modificado y enseñado de distintas formas en las escuelas y desde casa. Este, al establecer que el genérico es masculino, inmediatamente invisibiliza a la mujer; lo cual obliga a que de manera colectiva la consideren menos importante.

El doctor Reza advirtió que el uso del término “conquistar” para referirse a la acción que realizan los hombres para acortejar a una mujer, implica ganar y apropiarse de un territorio, a través de la fuerza y el poder; y, por tanto, “esta violencia nos llevaría a decir: la mujer no tiene valor, no existe sin un hombre. Entonces, ¿por qué no la puedo matar si no vale nada?”.

“Aunque la Real Academia Española, diga que en términos gramaticales es incorrecto, es importante en término de hacer los cambios sociales. Cuando nosotros hablamos de niños y niñas, o de hombre y mujer, estamos dándole un significado a cada uno de ellos y su existencia. El lenguaje es trascendental para que las cosas existan”.

La académica Ericka Rodríguez aseguró que la educación es parte de la verdadera estrategia para erradicar el problema. La familia y la escuela deben de cambiar el paradigma, en cuanto a la percepción del género. Además, mencionó que la sociedad debe de darle más importancia a algo que debería de ser inamovible e inquebrantable: los valores.

“Podrán mover escenarios, momentos morales pero la ética jamás. Hay que seguir enfatizando en una educación que promueva escenarios de paz, de sana convivencia, de libertad no entendida como libertinaje”, y añadió que la sociedad tiene que transformar de manera conjunta las instituciones educativas, los medios de comunicación y la familia, pues influyen directamente en el comportamiento de las personas.

Sin embargo, la alteración radical de una sociedad tiene que ver también con la transformación interna de una persona: “De nada sirve que hayas sido educado bajo ciertos parámetros y premisas positivas, cuando las personas han decidido actuar de acuerdo con un discurso propio, que nada tiene que ver con lo que le inculcaron”, insistió.

El tratamiento de la información en los medios de comunicación:

La comunicóloga mencionó que el tema de los feminicidios no es novedad alguna, y recordó los casos en Ciudad Juárez. La razón por la cual la gente siente que este crimen ha aumentado, es debido a que los medios de comunicación son empresas y muestran las noticias que más impacten y vendan.

Precisó que tienen mucha responsabilidad en el tratamiento de las noticias, y que algunos intentan apelar a las emociones de las audiencias, para que sigan consumiendo información del medio; También que otros exaltan aspectos poco relevantes sobre los casos, con el fin de criminalizar a las víctimas.

“No hay que quedarnos con una sola versión, hay que buscar otras. Hay que tener cuidado en cómo presentan la información y cómo vulneran los propios derechos humanos de las familias y de las víctimas”. Añadió que, por esta razón, es necesario aludir a una alfabetización visual y mediática, con el fin de que las personas sean críticas ante los contenidos que son presentados y que busquen información en diferentes fuentes.

Ericka Rodríguez piensa que las agencias mediáticas deberían de realizar campañas de participación ciudadana, en donde promuevan los valores familiares, por ejemplo, el respeto hacia el otro sin importar si es hombre o mujer.

La especialista en género mencionó que los medios deberían de exponer las causas por las cuales suceden los casos del feminicidio. Admitió la importancia de mostrar el hecho noticioso, sin embargo, también debería de haber foros de debate sobre el tema, con el fin de cambiar el pensamiento de la sociedad sobre la violencia hacia la mujer.

Además, destacó la trascendencia de la academia en el asunto “Nosotros debemos de aportarle las herramientas a los medios, para que vayan tocando los elementos centrales. Deben exhibir los diferentes tipos de violencia de género hacia la mujer, aunque estén insertos en los aspectos más cotidianos”.

#SiMeMatan: El impacto de los movimientos en redes sociales

El movimiento en las redes sociales nació a partir de la criminalización de Lesvy Osorio, cuya muerte fue tipificada por los magistrados de la quinta sala penal como feminicidio agravado.

Días después del hallazgo de su cadáver en Ciudad Universitaria, la Procuraduría General de Justicia criminalizó a la joven, al presentar una serie de aspectos de su vida, que parecían indicar la razón por la que fue asesinada. Por ejemplo, mencionaron que ya no estudiaba y que debía materias, que el día de los hechos estuvo alcoholizándose y drogándose.

A raíz de la manera en la que las autoridades trataron el caso surgió la tendencia en redes sociales de #SiMeMatan, movimiento en el que las mujeres mencionaban detalles de su vida personal, que podrían ser utilizadas para acusarlas, si fueran víctimas del feminicidio. Por ejemplo, salir noche sin un hombre, usar falda, tomar bebidas alcohólicas, entre otras cosas.

Ericka Rodríguez expresó que estas manifestaciones de disconformidad por parte de las mujeres sí pueden y deberían de causar una reconsideración a conciencia del feminicidio, la criminalización de las víctimas y de la violencia de género.

Sin embargo, reiteró que este tipo de movimientos sólo pueden ayudar si reflejan la violencia de manera permanente pues refirió que los mexicanos no tienen una memoria histórica respecto a los eventos que suceden en el país y que repiten los mismos errores, ya que olvidan que alguna vez fueron evidenciados: “Sí es un reforzamiento, un anclaje de esto que te tienes que acordar todos los días”.

Jesús Reza mencionó que “es importante cada una de las manifestaciones que tengan las mujeres. Que va a haber tibieza, y que muchos van a olvidar, lo van a hacer. Pero cada vez está marcando a más personas. Tal vez no las cientos de miles de personas que lo leyeron, pero al menos a unas cuantas que puedan hacer la diferencia sí”, reflexionó.

Manifestó que este movimiento en redes es importante pues las mujeres visibilizan no sólo el tipo de acusaciones y violencia a la que son víctimas, sino que incita a que las demás personas comiencen a hablar del tema y, por tanto, los casos de feminicidios disminuyan.

Fotos: Wikimedia Commons


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