ILUSTRACIÓN Y FEMINISMO: “¡ES DIVERTIDO Y NADIE ME VA A DECIR CÓMO HACERLO!”

  • “Es un proceso doloroso volver a hablar cuando te silencian”
Texto y fotos: José Manuel Díaz Rico
Ciudad de Mèxico (Aunam). Iurhi Peña Capistrán, una artista gráfica de 28 años, que utiliza los medios de la ilustración como un instrumento para plasmar el movimiento feminista y expresarse de manera independiente, en un mundo cultural poco explorado en México.

Escritorio de trabajo. 

Ha participado en eventos como “DEALER” en Gurú Galería de la Ciudad de México (CDMX) y fue ponente de charla en “Auto editoras: Un vistazo al feminismo fanzinero” realizado en la Librería Jaime García Terrés de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Iurhi Peña realizó su primera exposición individual llamada FUERA DE CASA en el 77 Centro Cultural Autogestivo del Foro Shakespeare, ubicado en la Ciudad de México y es profesora de Dibujo, en la Escuela Nacional Preparatoria número nueve de la UNAM.

Cabello corto y anteojos gruesos, camisa blanca con la leyenda “Descarnada” que deja ver sus tatuajes en los brazos y una falda con medias negras, Iurhi Peña se quitó los zapatos y se sentó en el sillón en posición de loto, su pose refleja seguridad, pero su forma de hablar apresurada hacía notar su nerviosismo por la situación.


Es domingo a mediodía en la Ciudad de México, en un zaguán negro seguido por un angosto pasillo que continua hasta la puerta de su hogar, ya dentro, un escritorio lleno de hojas con dibujos, una computadora con bocinas y detrás se ve la ilustración en un cuadro de su primera exposición individual. Ese es el lugar donde plasma sus ideas mediante dibujos.

Un encuentro con música de fondo

Iurhi Peña. 

Una lista de reproducción de rock alternativo se escuchaba de fondo en las bocinas de su escritorio, “si quieres quitamos la música” preguntó, pero las canciones eran tranquilas y aportaban serenidad al ambiente, así que las dejó para comenzar a hablar de su niñez.

“Era súper nerdita, sacaba puro diez en la escuela, mis papás me cuidaban mucho, me gustaba leer y dibujar, pero era muy introvertida y todo me daba pena”; Peña comienza a relatar, con una sonrisa dibujada en el rostro y una voz alegre.

“Mi mamá tuvo una vida muy difícil, fue obrera un tiempo en una maquila, y era muy aprensiva, todavía lo es, si yo quería ir a jugar en la tierra ella no me dejaba, actuaba muy protectora pero muy linda a la vez. En ese momento no entendía el porqué era así, pero después me di cuenta de que le pasaron cosas muy feas”.

Después Iurhi Peña habló sobre su papá, quien con ella era algo distante “pero, a su modo, protegía a la familia, él no se involucraba en el rollo emocional, pero por cualquier cosa siempre estaba echando el ojo”. Se escucha su voz melancólica y su mirada divaga un momento.

Su anécdota continúa hasta su carrera profesional y su estancia en la Facultad de Artes y Diseño (FAD) de la UNAM.

“Mi experiencia en la FAD fue muy chida y un poco frustrante, hay gente que está intentando hacerla una buena escuela, pero también está atrapada en una burocracia terrible que evita que los alumnos desarrollen su potencial”.

La artista plàstica habló sobre sus experiencias en la FAD, para ella tuvo grandes maestros, pero también algunos que evitaban que se desarrollará o que criticará algunas cosas, “hacen que te sientas tímido, te hacen dudar. A mí me pasó, me hicieron dudar de mis proyectos y cuando yo sentía que era algo chido, a ellos no les gustaba”.

Para ella, es bueno que en la FAD no haya una selección de artistas, porque “no se fijan si vienes de un linaje del arte, permiten que haya relaciones más interesantes y que gente como yo se acerque, porque yo no tenía ningún tipo de antecedente en el arte y no me imagino estando en otra escuela”.

Ilustración, fanzine y feminismo

Hay una pausa, ya había terminado de hablar sobre su escuela y esperaba el siguiente tema, un momento donde las palabras aguardaban el disparo de arranque, que fue la anécdota sobre su primer contacto con el mundo de la ilustración y el feminismo.

“El primer contacto que tuve con la ilustración creo que fue una vez en el museo Carrillo Gil, en una exposición de libros independientes donde conocí a Ediciones ¡Joc Doc! Esa fue la primera vez que tomé en serio la ilustración”.

Cuenta que en la escuela le prohibían mucho que hiciera cosas ilustrativas, “me costó mucho trabajo porque siempre quise hacer cosas narrativas, pero no lo pude llevar a cabo más que con la ilustración”. Esta vez no lo piensa, sus ojos se encienden con un destello de emoción.

“El primer fanzine que hice fue en un colectivo, donde no quería limitarme y después de eso me junté con una amiga porque queríamos hacer un colectivo de consignas feministas, las dos nos pusimos a dibujar, íbamos a marchas y los regalábamos, porque es algo que nos interesa comunicar y dispersar para que la gente lo sepa ¡Porque es divertido y nadie me va a decir cómo hacerlo!”.

Iurhi Peña cuenta que cuando estaba en la prepa la invitaron a un círculo de estudio feminista, “antes solo tenía las referencias de la cultura pop, fue ahí donde me hicieron reflexionar preguntas como el ¿por qué la mujer se debe de encargar de los quehaceres de la casa? y ¿por qué las mujeres no ocupan puestos políticos?”.

Para ella las palabras que escucho en ese círculo feminista marcaron “un despertar al darme cuenta, que son un buen de cosas que yo también vivo y nunca había notado. Es cuando entiendes cómo funciona una injusticia y dices no mames, no quiero ser parte de esto”.

“Fanzine y maneki-neko”. 

Lirhi Peña dice que no se involucra en las asambleas, porque siempre le ha dado flojera, “soy una persona que se aburre fácilmente, entonces no me gustan esas reuniones como de cinco mil horas, más bien participo a través del dibujo, me gusta ir a las marchas y utilizar los medios gráficos”.

Ella cuenta que está muy feliz, porque las chavas del movimiento están trabajando en diversos proyectos, gracias a la cantidad de información que se tiene de toda la violencia que suceden en el país.

De repente se borra la expresión alegre del rostro de Iurhi Peña y la reemplaza un sentimiento de enojo y preocupación, que sale de sus labios al hablar de los feminicidios.

Con los feminicidios de Lesvy Berlín (ocurrido en el campus de la UNAM el día tres de mayo del 2017), o con el de Mara Castilla (que ocurrió el día ocho de septiembre del 2017 en el Estado de Puebla) sigue habiendo una respuesta muy grande, entonces, ella hace más visible su arte por las redes sociales.

“Saber que son cosas que pasan todos los días te hacen sentir una impotencia, no estás segura nunca y no sabes cuándo te va a tocar, al estar trabajando estas consiente siempre de todo eso y te debilita emocionalmente”.

El machismo: “veinte weyes y una morra”

¿Has sufrido algún acto machista hacia tu persona?

“Ahora que doy clases, a los niños les cuesta trabajo hacerme caso porque soy una morra y me veo más chica, los maestros también me tratan con condescendencia porque soy joven; en la calle siempre me gritan, me han agarrado en el metro, en fiestas llega un wey que se le hace fácil y te manosea, cosas así”.

Iurhi Peña percibe que en las artes visuales siempre son hombres que organizan los eventos. “Sólo invitan a una chava para darle algo curioso, los line ups de eventos de arte contemporáneo siempre son de veinte weyes y una morra. Siempre prefieren a la chava de porte europeo para obtener algún beneficio, cuando algo así me pasa siempre trato de hablarlo, decirlo y señalarlo” expresó.

Proyectos

         Ilustración de Iurhi Peña para la exposición ‘Fuera de casa’.

“Justo ahora estoy trabajando en Tania la Rockera, que lo voy a sacar con Rodrigo Téllez en Ediciones Hungría, vamos a publicar un capitulo para Paper Works, es un proyecto que me gusta mucho y espero que salga exactamente como lo tengo en la cabeza, está planeado para que salga a principios del siguiente año, como en enero o febrero”.

Iurhi Peña cuenta que su proyecto de Art Babis, es un reflejo del proceso que tiene que pasar un estudiante de arte en México. Es la historia de una morra que estudia artes visuales y se enfrenta con el mundo del arte en México, es una ficción que muestra las cosas jodidas que he visto, que me han pasado y que le han pasado a la gente de mi alrededor, ese probablemente salga hasta finales del otro año”.

Peña menciona que cuando termine esos proyectos, terminará un ciclo en su vida “Creo que cuando acabe esos dos voy a morir, habré terminado lo que vine a hacer a este mundo. Intento empujarme para hacer nuevas cosas y ser más comprometida con mi trabajo”.

Para la artista “en este medio, las chavas siempre son representadas con figuras perfectas, yo intento mostrar lo feo y raro que es el cuerpo naturalmente, donde la violencia siempre está presente porque es un proceso doloroso volver a hablar cuando te silencian. Esa es la realidad”.

Ilustración de Iurhi Peña, en http://iurhipena.tumblr.com 





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