26 de mayo de 2017

CUANDO LA MUJER AVANZA, NO HAY HOMBRE QUE NO RETROCEDA

Por Gloria Chavely Toraya Pita
Amilcingo, Morelos (Aunam). “Aquí vivimos, nos sentimos orgullosas de estudiar en este lugar”. Éstas fueron las palabras de Mónica, estudiante de la Escuela Normal Rural Emiliano Zapato de Amilcingo, Morelos. Conocerla y escuchar su testimonio me hizo reflexionar sobre la vida que llevan las personas del campo, una realidad que se mira en tonalidades grises.

Fundada por Vinh Flores, la escuela para señoritas se ubica a un costado de la carretera. Ahí más de cien jovencitas cursan la licenciatura que les dará la oportunidad de ser educadoras de niños en regiones rurales del país. Desde el autobús se divisaba un instituto de gran extensión, cuyas paredes tenían citas de contenido revolucionario y los escudos pertenecientes a las Normales Rurales de todo el país.

“Qué a sangre y fuego caiga lo que a sangre y fuego se sostiene”


El ingreso fue fácil gracias al diálogo de mi profesora con la seguridad del plantel. Por ser un internado de mujeres, se restringía el paso de los compañeros varones a ciertas partes de la escuela, de tal manera que no podían acercarse al área de los dormitorios. Gina y yo –amigas desde aquel momento– nos adentramos emocionadas por el lugar. No paraba de pensar que así debían de lucir los muros y los jardines donde los compañeros de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” desarrollaban su vida antes de desaparecer.

Con mi corazón conmocionado admiraba los murales que coloreaban la escuela. En ellos se apreciaban guerrilleros nacionales y latinoamericanos. Su contenido exhibía orgullo de sus raíces indígenas, dignificaba el trabajo del campo y mostraba el coraje ante las injusticas del mal gobierno. La memoria, conciencia y coraje se hacía presente en cada metro de las imágenes.


Sus instalaciones estaban limpias, todo parecía estar en orden. La escuela aparentaba estar vacía hasta que llegamos al comedor, mismo que tenía en la entrada un reglamento que exponía una serie de lineamientos a seguir no sólo en donde se sirven los alimentos, sino en todo la escuela. Entre ellos se prohibía el robo, el consumo de bebidas alcohólicas, prácticas lésbicas, peleas, etc.

Las estudiantes del comedor nos miraban con recelo o quizá fuera curiosidad. Sus rostros eran propios de hijas de padres campesinos, mujeres fuertes de cabello largo, delgadas y de tez morena. Cuando vimos que un par de chicas salían, Gina y yo optamos por peguntarles por el sanitario y con toda la amabilidad nos invitaron a pasar a los baños de su dormitorio.

En sus cuartos había una cama individual y una litera, cortinas de madera y sabanas. La pared era de ladrillo rosa y se encontraba decorada con dibujos, mensajes, cuadros y adornos sencillos. No era muy grande el lugar y tampoco poseían muchas pertenencias y, sin embargo, nos invitaron a pasar. Sus cuartos eran acogedores y su confianza nos hacía sentir como una compañera más de clase.

Dispuestas a contestar nuestras preguntas nos platicaron sobre sus experiencias. Se confirmaron como mujeres valientes, con memoria y dignas portadoras de la sangre tipo Zapata. Autónomas e independientes, capaces de trabajar la tierra con la misma habilidad que un hombre.

Nos contaron que ellas son las que mantienen limpia su escuela, hacen su comida y atienden las cosechas y animales de granja. Son autogestoras y dueñas de sí mismas. Aprendieron a manejar el machete y cultivar la tierra. Su educación está basada en cinco ejes: académico, cultural, agrícola, político y deportivo. Esto las hace ser mujeres empoderadas, sin miedo a nada, preparadas para dar clases y enseñar a los hijos de los campesinos en las condiciones más limitadas. Desde el momento en que fueron aceptadas en la Normal Rural, su objetivo es continuar con el propósito de estas escuelas.

Hablar con ellas me llenó de orgullo y a su vez me partió el corazón, pues una vez más los 43 compañeros de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa llegaron a mi memoria. Al igual que Andrea, ellos soñaban con educar a otros para combatir la ignorancia y la injusticia.

Al terminar de contar sus historias de vida nos invitaron a quedarnos a dormir. Yo me sentí halagada por su propuesta, pero dadas las condiciones tuvimos que declinar la invitación. Ellas mostraron una actitud positiva y no descartaron la posibilidad de asistir en algún momento a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

Al despedirnos de ellas, nos abrazamos como si tuviéramos largo tiempo de conocernos. ¿Y cómo no iba a ser así? Si somos estudiantes, compañeras de lucha y soñadoras de un mundo mejor. Sus sonrisas permanecieron con nosotras y tras despedirse continuaron con su limpieza de rutina.

Después de tomar unas cuantas fotos, Gina y yo nos reunimos con el grupo, era hora de partir. Me despedí con amor de aquel lugar, levanté mi puño izquierdo y me prometí seguir siendo parte de aquellos jóvenes que se niegan a ser sumisos ante el tirano. Grandes son aquellas compañeras normalistas, que sueñan con un nuevo México.


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25 de mayo de 2017

POR ESTAS MANZANAS...

Por Gloria Chavely Toraya Pita
Zacatlán, Puebla (Aunam). “¡Despierten jóvenes! Ya hemos llegado”, exclamó mi profesor de Investigación. Algunos iban dormidos, otros estaban por adentrarse en su mundo de sueños, pero pocos éramos los que mirábamos asombrados la niebla que cubría por completo los cerros y parte de la carretera; era tan blanca y espesa que se podía creer que estábamos rumbo a un destino fantasma.


Me encontraba a dos horas y media de Puebla de Zaragoza. Había escuchado de este destino en numerosas ocasiones y la curiosidad cultivada en mí se transformó rápidamente en completa emoción. Tenía deseos inmensos de bajar cuanto antes del camión y recorrer el pueblo por completo. Zacatlán de las Manzanas –denominado Pueblo Mágico por la Secretaría de Turismo de México–se incluía a partir de ese momento en la lista de los lugares donde amaría la vida.

El cielo nublado anunciaba que pronto llovería y el frío rompía por completo la magia del clima templado de Puebla. Estábamos a 14°, pero podría jurar que en ese momento se sentía a menos 2°. Algunas chicas esperaban un clima caluroso por lo que portaban, arrepentidas, sus shorts y vestidos pequeños. La más grande sorpresa del viaje acababa por comenzar.

Horas antes estuve a punto de ser una más de ellas, pero mi sexto sentido me convenció de llevar pantalón. El frío no me afectaba al igual que ellas, sin embargo en ese momento añoraba tanto una chamarra y un chocolate caliente. Las personas del lugar vestían con ropa abrigadora y nos miraban llenos de curiosidad; en poco tiempo se acercaron a nosotros un conjunto de vendedoras de panes, empanadas y hojaldre de manzana elaboradas por ellas. Las mujeres, de una edad avanzada, nos saludaban contentas y nos mostraban sus productos.

Sus canastas quedaron casi vacías. No habíamos desayunado nada y el aroma de pan caliente despertó de inmediato nuestra hambre voraz. El pan era suave y con dulzor perfecto; los hojaldres de manzana fueron declarados en ese momento patrimonio de la humanidad, pues todo el grupo comentaba su delicioso sabor. Nadie podía creer que dentro de cada hojaldre había una manzana completa. Era algo totalmente nuevo y, por ello, sobrevalorado por foráneos como nosotros.

El reloj floral de la plaza principal marcaba las 12:30 del día. En compañía del grupo, me dirigí al Exconvento Franciscano, el cual tenía a su alrededor numerosos puestos de comida. Abundaban los perros huérfanos y los niños que estaban en los juegos del parque. La construcción católica erigida frente a mí, que conservaba el estilo de una basílica, fue uno de los primeros templos cristianos construidos en América.

Su interior me dejó sorprendida, dado que a diferencia de las iglesias del centro de Puebla, ésta poseía una arquitectura sumamente sencilla. En su interior no abundaba el estilo barroco, todo lo contrario: la iglesia estaba conformada por fuertes de madera, confesionarios, adornos pintados de dorado en vez de oro, y un sencillo altar que contaba con la imagen del santo patrono San Francisco de Asís, la Virgen María y Jesucristo crucificado.


Sus paredes lucían descuidadas, en ellas se apreciaban rastros de pintura que hace algún tiempo fue de color crema. Era un templo incomparable con la parroquia de San Pedro y San Pablo, ubicada a 5 minutos del exconvento, la cual se caracteriza por contar con un estilo barroco sobrio indígena o Tequitqui.

Al salir de ambos templos, nos dividimos en grupos. Daniela y yo decidimos ir a desayunar al mercado. Mientras caminábamos por las calles nos sentíamos sumamente felices. El frio se había vuelto una característica deliciosa del lugar, las casas pintadas de colores y los negocios antiguos le daban un toque tan único que revelaba la magia del pueblo. No quería irme nunca.

El mercado abarcaba una cuadra completa: por fuera se vendían flores y por dentro frutas, verduras, carne fresca y productos de primera necesidad. El área de comida era un mar de olores: el aroma a salsa, caldo, mole y masa se mezclaban en el ambiente de tal manera que era imposible escoger una opción. Al tomar asiento elegí una orden de tlacoyos especiales del menú. Nunca imaginé que esa sería la mejor elección de mi vida: cuatro tlacoyos de frijol bañados en salsa verde con pollo deshebrado, queso, crema y aguacate hicieron de mi estadía en Zacatlán una experiencia gastronómica extraordinaria.

Al salir del mercado nos dirigimos a comprar productos de la región. El refresco de manzana y el rompope de sabores eran de los productos más populares de la zona. Para mi sorpresa había numerosos locales que vendían el refresco oficial de Zacatlán, el cual promocionaban como único en el mundo. Tras probarlo me prometí no volver a tomar refrescos comerciales de manzana, dado que entre ellos no había uno solo que se pudiera comparar con el fantástico Delison.


En el local abundaban también refrescos de moras, durazno, cerveza de manzana, fruta deshidratada, salsas, licores, rompopes, camotes, destapadores, tazas, llaveros, etc. Al salir del lugar todos llevábamos en nuestras manos numerosos productos de la zona. Comprar y consumir en México asegura que el mercado nacional crezca y se extienda de tal manera que nuestros paisanos se y nos beneficien con productos de calidad incomparable.

El tiempo había terminado y debíamos volver. No me retiré de aquel hermoso lugar sin antes prometerme volver para visitar sus calles y conocer con más detenimiento sus atractivos principales: el mirador, el museo del vino, el museo del reloj, entre otros tantos lugares que se ocultan entre la misteriosa neblina.

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MANUEL URESTE: MIGRANTE, REPORTERO, ANIMAL POLÍTICO

Por Guadalupe Jimarez Martínez
Ciudad de México (Aunam). Barba tupida. Al menos un metro con ochenta centímetros de estatura. Porta lentes, cuyas micas impiden conocer a ciencia cierta cuál es el color de sus ojos. Sus pestañas tampoco ayudan. Sin embargo, su acento delata que es un extranjero nacido en Murcia, España. Se trata de Manuel Ureste o “Manu”, como le conocen en Animal Político.


Se desempeña como periodista desde que terminó su licenciatura en 2004, en la Universidad Católica de San Antonio Murcia donde también obtuvo una maestría en Estudios Europeos. Ureste posee otras más en Relaciones Internacionales y en Prensa Internacional por la Universidad de Staffordshire de Reino Unido.

Pide rotundamente que se le hable de tú. Al hablar, lo hace con desenfado y utiliza frases cortas y coloquiales. No desea formalismos. Su caminar es lento, pero los pies de plomo le hacen ver a cualquiera que la falta de alguna encorvadura en su espalda es síntoma de la seguridad del éxito, de los años, quizás de la vida.

Ureste es periodista porque escribir siempre fue su vocación. Lo tuvo claro desde muy joven, cuando escribió su primera crónica acerca de Miguel Indurain, un ciclista español, y su intento por batir el récord de la hora en 1994. Tenía 13 años. Su opinión sobre sus pininos se resume en un desenfadado “me quedó bien”, frase acompañada por una sonrisa pícara.

Uno más de los “animales políticos”

Manuel relata cómo se fue fraguando su llegada a México, país en el que se ha desarrollado como profesional del periodismo.

“Siempre tuve un interés por el continente americano y estudiaba en Inglaterra, así que comencé a preguntarme dónde iba a trabajar. Salió la oportunidad de laborar en el periódico El mundo de Córdoba (editado en Veracruz) y así fue como llegué a México, hace 10 años. Ahí estuve trabajando 2 años como editor de las secciones Local y Regional. Tiempo después, ya estuve en Animal Político”.

Ureste considera que es difícil consolidarse en el medio, pues éste representa una carrera de largo aliento.

“El periodismo es un mundo complejo y llegar a un sitio como Animal Político, que te da una independencia y libertad para poder escribir e investigar, es realmente difícil. Soy muy afortunado de trabajar en este medio”.

El entrevistado comenta que Animal Político ha sido y es un medio fundamental en su carrera periodística, en el que no existe la imposición de líneas editoriales o la exigencia de ocultar ciertas cosas.

“Es un medio independiente, el cual, pienso, está haciendo cosas importantes. No ocupamos un edificio entero, sólo somos una sala y compañeros, así que cada quien es talentoso en su campo. Para mí, es un privilegio poder trabajar con gente profesional con la cual puedo hacer un buen periodismo”.

Sobre las características particulares del trabajo hecho por el portal de noticias, Ureste explica.

“Un distintivo sería que en las investigaciones siempre hay un estándar de calidad. Ofrecemos el más alto: tratamos de ser lo más precisos, puntillosos y excelsos. Cada una de nuestras investigaciones está fuertemente contrastada, documentada y revisada. La prueba está en que nunca nos han podido ‘tirar’ ninguna”.

Manuel detalla que la dinámica de trabajo en este medio busca que sus colaboradores hagan de todo un poco, para evitar encasillarse en un tópico. Sin embargo, cada uno de ellos va haciendo sus temas con el paso del tiempo.

“Hubo un momento, no sé si me encasillé, pero le dediqué mucho tiempo al tópico de la migración indocumentada. Actualmente, estoy enfocado a otros temas, por ejemplo, la corrupción mediante empresas fantasmas. No obstante, disfruto muchísimo del periodismo narrativo, de la crónica por ejemplo. También he trabajado bastante con coberturas sobre derechos humanos, desapariciones forzadas, crimen organizado”.

La violencia constante contra los periodistas

Los ataques dirigidos a quienes ejercen el periodismo en México han sido, lamentablemente, una constante desde el inicio de la guerra contra el narcotráfico, puesta en marcha por Felipe Calderón. En lo que va de este año 6 periodistas han sido asesinados siendo Javier Valdez, del seminario Ríodoce en Sinaloa, la víctima más reciente.

El entrevistado considera que debido a este entorno, las agresiones contra los periodistas ya no pueden calificarse como una “ola de violencia”.

“Pienso que no se trata de una ‘ola’ porque es ya una violencia constante. Evidentemente ahora se ve más. Sin embargo, 2016 fue el año con más periodistas asesinados en México que se tiene registrado. Artículo 19, que es nuestro referente, documentó alrededor de 11 casos. Por ello, entiendo que pueda parecer que es una ola, pero lo que sí debemos tener claro es que hay una violencia periódica hacia los periodistas”.

“El detonante es la impunidad, no sólo en el ámbito del periodismo, sino en todos los males del país. Pero si el asesinato se da en una ciudad, sí causa ruido; no obstante, si se lleva a cabo en un ‘pueblito’, no despierta mayor interés, y ¡vamos!, a lo que sigue”.

Una prueba impactante de dicha impunidad es el número de ataques a periodistas sin resolver por parte de la Procuraduría General de la República (PGR).

“A partir del asesinato de la compañera Miroslava Breach, en Animal Político hicimos una investigación en la cual descubrimos que desde 2007, la PGR tiene documentadas alrededor de 800 agresiones contra periodistas, y sólo hay 2 condenas, de las cuales sólo hay detenido por agredir a un periodista. Es un dato que te dice mucho del nivel de impunidad existente en México”.

Estas cifras están presentes en las mentes de los colaboradores de Animal Político. No obstante, en el portal consideran que su cuerpo de lectores, entre los cuales se encuentran periodistas reconocidos a nivel nacional, les brinda cierta protección.

“El reconocimiento limita cualquier clase de ataque. A pesar de eso sabemos que debemos ir con cuidado. El nivel de riesgo siempre lo tenemos presente en nuestras coberturas”.

Cuando alguno de los miembros del medio realiza una cobertura en un estado de riesgo –como Veracruz, Sinaloa o Chihuahua– se ponen en marcha mecanismos de prevención pensados entre los mismos periodistas.

“No es nada sofisticado: hacer un chat de whatsapp, reportar cada lugar donde estamos, decir con quiénes vamos, confirmar las placas de los automóviles donde vamos. Así es como intentamos protegernos. Pero la mejor herramienta es el sentido común: si vemos que en una zona no hay condiciones o hay una amenaza, suspendemos la investigación porque no hay ningún reportaje que valga la vida de una persona”.

En sus 10 años de trabajo en México, Ureste aclara que no ha sido víctima de violencia directa o de amenazas contra su persona. Empero, eso no significa que no tome precauciones.

“He tenido suerte, porque sé que lo es. Tengo compañeros que han sufrido amenazas y otros de Veracruz que han sido asesinados. A la violencia la he tenido de cerca. No me autocensuro. Hasta la fecha, nunca lo he hecho, pero sí te hace repensar las cosas”

Sobre si este clima de trabajo pone al periodismo de investigación en vías de extinción, Manuel Ureste opina.

“Hacer periodismo ya es un riesgo y hacer periodismo de investigación es mayor riesgo porque tocas intereses de gente poderosa, con mucho dinero. Realmente es muy sencillo matar a cualquier persona, no cuesta nada. No solamente hablo del narco, quien es un agente agresor de periodistas, pero no es el único. De hecho, de acuerdo a Artículo 19, los mayores agresores resultan ser funcionarios públicos. Ellos se alinean muy fácil con el ámbito del narco”.

Ante este contexto hostil, el entrevistado afirma que los periodistas deben continuar su exigencia por un clima de seguridad para la realización de su trabajo, cuestión que el Estado mexicano debe cumplir.

“Yo sé que el Estado no puede ir contigo de la mano, pero platicaba con compañeros y puedo concluir: los elementos de protección que nos da el gobierno son inservibles. Ellos desean proteger al periodista, pero igual nos violentan. Además, es necesario tener en cuenta la cantidad de periodistas en México”.

“Por otro lado, lo que sí debería garantizarse es la no impunidad de los asesinatos. Así el delincuente, ya sea ‘de corbata’ o perteneciente al crimen organizado, se la pensaría dos veces antes de transgredir nuestra seguridad. La falta de castigos ante esta clase de violencia pone en peligro al periodismo de investigación, porque si no hay trabajos de averiguación extenuante, seguirán existiendo las injusticias y los atropellos en todos los ámbitos”.

El papel de la prensa como foro de denuncia de las injusticias que ocurren a lo largo y ancho del país es uno de los motivos por los cuales su labor debe ser fomentada, no amedrentada.

“No somos los ‘salvadores de la patria’, ni nuestras investigaciones eliminarán totalmente la corrupción en el país, pero sí somos una especie de mantenimiento y equilibrio importante”.

“Amigos de Animal” para un periodismo independiente

El periodismo de investigación no sólo enfrenta al crimen organizado. La compra de líneas editoriales para evitar la investigación de temas o personas particulares también representa un peligro para la integridad de este trabajo.

“Si un medio recibe millones de pesos para publicidad y saca una nota negativa sobre su proveedor, le cerrará el flujo de capital, o bien puede ser una vía para decir ‘igual no lo publico, así me va bien’. Por eso para medios independientes o pequeños en infraestructura como Animal Político es difícil encontrar vías de mantenimiento”.

Como respuesta a dicho problema, en este sitio nació la iniciativa “Amigos de Animal”, cuyo objetivo es otorgarle al medio un apoyo económico libre de cualquier nexo con empresas, partidos u otros intereses.

“Queremos vivir bien, pero no somos idiotas. Por ello nace ‘Amigos de Animal’, conformada por socios quienes dan una pequeña aportación mensual. Con ese dinero, financiamos las investigaciones. También nos afiliamos a asociaciones universitarias que apoyan este trabajo. Nunca nos ha pasado que una fundación nos condicione para indagar en un determinado tema o ‘golpear’ a alguien”.

“Plan Frontera Sur: cacería de migrantes”

En octubre de 2015, Manuel Ureste se hizo acreedor al primer lugar de la categoría multimedia del Premio Nacional Rostros de la Discriminación por su trabajo “Plan Frontera Sur: cacería de migrantes”. Producto de un esfuerzo en equipo, el entrevistado platica su experiencia con esta investigación.

“Definitivamente, fue un trabajo de un equipo de profesionales, pero a la investigación fui solo. No importa si somos 10, 20 personas, si quieren hacerte algo, lo hacen y ya, saben que da igual. Te seré sincero, cuando voy a realizar una cobertura, no voy a la aventura. Antes contacto a gente que pueda ver en el lugar”.

Desde su perspectiva, las organizaciones civiles son las mejores aliadas y parte fundamental de la construcción de redes de contactos.

“En Oaxaca y Tabasco contactamos con el Padre Solalinde y Fray Tomás, pues sabemos que a donde vayamos, estaremos seguros con ellos. Si te vas sin conocer (el lugar de la investigación), aumenta el riesgo; es necesario pedir opinión a personas que saben. No se trata de ser aventurero”.

Para Manuel, el origen de este reportaje data desde sus primeros días en Veracruz, cuando en un viaje dentro del estado vio, por primera vez, la cruda realidad de los migrantes ilegales.

“Siempre he estado interesado en el tema de la migración. Supongo, se debe a que en cierto sentido, subrayando las colosales distancias, soy migrante. La idea de salir de casa está muy arraigada en mí. He vivido poco tiempo en ella. Cuando llegué a México en junio del 2008, exactamente a Córdoba, tenía un conocimiento del país nulo, más allá de las canciones rancheras y películas”.

“Una semana después de mi llegada, una amiga me llevó en su vocho al puente de Metlac. Llegamos y mientras veíamos la barranca, vi un ferrocarril viejísimo. ¡En mi vida lo había visto! En Europa son diferentes. Me llamó mucho la atención. Cuando se acerca, veo gente encima de él, al menos 800 personas, todos gritaban y saludaban. Cuando le pregunté a mi compañera sobre todo ello, ella me respondió: ‘pues son migrantes, van a Estados Unidos’. Yo le respondí incrédulo: ‘¿así hasta Estados Unidos?’ y ella, sarcástica, dijo: ‘pues si papá. ¿Qué creías? ¿Que se iban en avión o qué?’. Le cuestioné sobre su lugar de origen”.

Ese primer encuentro, con miles de migrantes indocumentados que buscan alcanzar “el sueño americano”, llevó a Ureste a contactar con “las patronas”, un grupo de mujeres dedicadas a dar de comer a los ilegales, sobre las que haría un reportaje.

“Me dejó impactado ese tema y comencé a reportear cada vez más sobre el mismo. No me quedé con la parte bonita, aquella referente a la solidaridad. Investigué y supe del asesinato y secuestro del que son víctimas, del infierno representado por México para los migrantes”.

Estos primeros trabajos sobre la migración indocumentada acercaron al entrevistado a una asociación civil estadounidense que impulsa a jóvenes periodistas, la organización Round Earth Media

“Ellos nos financiaron una investigación sobre niños migrantes y se dio el ‘boom’ de la migración infantil en Estados Unidos. Fue entonces cuando comencé a escuchar sobre el Plan Frontera Sur y el anuncio de Peña Nieto. Tuve curiosidad por saber de qué se trataba e investigamos y vimos las lagunas y carencias de dicho postulado. Descubrimos el alza en la cifra de detenciones de migrantes ilegales en el sur, en las cuales participaba el ejército federal. Supe que ahí había algo”.

Llegaría después el apoyo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), que financió a Ureste para escribir un reportaje más extenso sobre migración.

“Había notas periodísticas acerca del incremento en las detenciones, pero no existía un trabajo cuyo contenido explicara a fondo la problemática que significa el Plan Frontera Sur. En 3 meses, ya teníamos el trabajo”.

A pesar de que buscaron una declaración o respuesta oficial del gobierno mexicano sobre el reportaje, Manuel y su equipo de trabajo no encontraron réplica.

“Lo único que conseguimos fue que el comisionado del Instituto Nacional de Migración, Ardelio Vargas, diera una rueda de prensa justo antes de publicar el reportaje. Acudimos con muchas preguntas y sólo hicimos 3. Las grabamos y eso fue todo. Sabíamos de la nula respuesta. Las usamos para hacer el contraste entre el discurso político y el del migrante ilegal, pues el primero está muy alejado de la realidad”.

Todo este trabajo para la realización de “Plan Frontera Sur: cacería de migrantes” tuvo como resultado el Premio Nacional Rostros de la Discriminación. Al respecto, Ureste cuenta.

“Evidentemente, todos los periodistas tenemos un nivel de vanidad bastante importante, algunos más que otros. No sé cómo estaré yo. Fue una gran satisfacción, por Animal Político, por los compañeros y por mí. Todo un esfuerzo de meses y riesgos es reconocido por un premio. Fue una satisfacción personal, pero, sobre todo, a nivel periodístico”.

“Me gusta creer, a lo mejor y soy un poco romántico, que ese premio contribuyó a magnificar el mensaje emitido a través del reportaje: el gobierno mexicano no está protegiendo a migrantes, los está persiguiendo como animales. Por ende, se han incrementado las redadas. No decimos que la solución sea dejar vía libre a los migrantes sin documentos, hay leyes y normas. Sin embargo, lo que se hace aquí es la “chamba sucia” de Estados Unidos”.

Con el dinero del premio, el entrevistado compró una cámara nueva que utilizará en próximos trabajos. Manuel, ante todo, aclara que premios de este tipo brindan al reportero una satisfacción laboral y personal, nada más.

“Es como el fútbol, el hecho de hoy ganar, no significa que ya en los demás partidos también lo harás. Tienes que seguir trabajando, luchando, buscando nuevas propuestas y retos”.

“El periodista no trabaja por premios. Qué bueno que existan y nos den esa clase de reconocimientos. Hace poco, nos dieron (a Animal Político), la mención honorífica en el Premio Ortega y Gasset y aquí la gente sigue igual, continuamos trabajando de la misma forma. No trabajamos para ganar premios, más bien, una consecuencia de nuestro trabajo es obtenerlos. Eso nos indica que vamos por el buen camino”.

“Siempre hay temas, sólo hay que buscarlos”

Como parte de los objetivos a largo plazo de "Plan Frontera Sur: cacería de migrantes", Ureste y su equipo continúan dándole seguimiento al tema. En cada aniversario del Plan Frontera Sur, su equipo hace una serie de preguntas a las procuradurías de varios estados, entre ellos Chiapas y Veracruz, que sigue arrojando una luz sobre un problema en crecimiento.

“Analizamos el número de denuncias por agresión a migrantes y vemos un aumento constante. Chong se aventó una declaración bastante fuerte: los migrantes ilegales ya no padecen ningún delito.

“En suma, el objetivo es continuar monitoreando las acciones del gobierno mexicano ante este problema latente. ¿Qué hará México ante Trump y sus políticas migratorias? Asimismo, evaluamos el éxito de campañas de protección al migrante por agresiones”.

Para Manuel, el objetivo principal de su reportaje en la frontera sur fue intensificar el valor de la situación migratoria a través de la exposición en los medios de comunicación.

En el futuro de su trabajo se asoma otros temas que investigar y denunciar con el mismo ahínco demostrado durante su carrera.

“Siempre hay temas. En todos lados, sólo hay que buscarlos. Estamos trabajando siempre. Hay unos en puerta, no puedo revelarlos, pero pronto los verás”.

Manuel Ureste se marcha, pues el hambre puede esperar, pero el periodismo no.

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24 de mayo de 2017

CARTA DE ACADÉMICOS, EN PROTESTA POR LA VIOLENCIA CONTRA PERIODISTAS

CartaAbierta by Aunam Noticias on Scribd



Ciudad de México (Aunam). Para protestar contra la violencia que viven los periodistas y clamar justicia a las autoridades de todos los niveles del país, al momento, 80 académicos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM suscribieron una carta en la que aseguran que "el ejercicio de la actividad periodística en México vive una de sus épocas más oscuras".

En la Carta Abierta dirigida a la opinión pública, los poderes de la Unión y la comunidad periodística nacional, condenan estos actos que "laceran no solamente a quienes ejercen en los medios de comunicación. Silenciar a las voces críticas significa vulnerar el derecho a la libertad de expresión y el derecho a la información, garantías fundamentales para construir una sociedad democrática, plural, justa y en paz".

"Como académicos de la Máxima Casa de Estudios, no debemos permanecer indiferentes a esta tragedia, que afecta no sólo a los periodistas sino a todos los ciudadanos que vemos año tras año mermados nuestros Derechos Humanos y nuestra seguridad, ante la pasividad cómplice y ominosa de quien debía velar por salvaguardarlos".

La misiva termina con la exigencia de una respuesta inmediata y efectiva "al presidente Enrique Peña Nieto, al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, al procurador general de la República, Raúl Cervantes Andrade; al comisionado de Seguridad Nacional, Renato Sales Heredia; al fiscal especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión, Ricardo Sánchez Pérez del Pozo; a los 32 gobernadores de las entidades federativas, al Congreso de la Unión y a los Congresos locales".

"Exigimos justicia y un alto a la impunidad. Exigimos que sean responsables y cumplan con las funciones que de sus puestos emanan", concluyen los docentes firmantes.





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23 de mayo de 2017

PRESENTAN LA TRADUCCIÓN AL NÁHUATL DE "PEDRO PÁRAMO"

Por Mónica Santos Vargas
Ciudad de México (Aunam). Con la presentación del libro “Pedro Páramo. Español-Náhuatl”, en el Aula Magna del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFL) de la UNAM, se cerró el ciclo de conmemoraciones del centenario del natalicio del escritor mexicano Juan Rulfo.


Heriberto Yépez, profesor de la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) escribió y leyó parte del prólogo que redactó para el libro. El investigador mencionó que la traducción al náhuatl se hizo para que “Pedro Páramo” pueda ser leído por más personas que hablen el lenguaje maternal del autor.

Yépez resaltó que cuando un libro se traduce hay modificaciones y se interpretan cosas distintas. Por ello, “las imágenes pasan de un lugar a otro [...] y son visiones” y eso es lo que tiene más fuerza al momento de leer.

“Traducir ‘Pedro Páramo’ a otras lenguas acerca a otros lectores; traducirla a náhuatl te acerca a Rulfo, a una parte esencial de sus voces[...] al escuchar a Pedro Páramo en náhuatl se abre una dimensión de espectros dentro de los personajes”, expresó.

Victoriano de la Cruz, director general de la revista electrónica Yolitia y traductor de la obra, agradeció a la editorial RM por la oportunidad de publicar el libro más famoso de Rulfo en la lengua náhuatl.

De la Cruz mencionó que muy poca gente se acerca a los textos escritos en otras lenguas, lo que provoca que exista un conocimiento sobre ellas y, por ende, en las librerías no haya una sección de libros sobre lenguas indígenas.

El lingüista finalizó su intervención haciendo énfasis en que la obra presentada está dirigida “a personas que deben conocer la lengua mexicana”.

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AARÓN MONTES: LA TRADICIÓN MUSICAL DE OAXACA PARA EL MUNDO

Por Priscila Matías Ríos
Ciudad de México (Aunam). Aarón Montes es un joven músico nacido en la Ciudad de México, pero con la tradición musical de San Bartolomé Zoogocho, uno de los 570 municipios que conforman al estado de Oaxaca y cuna de los principales productores de música en esa entidad.


Con 27 años, Montes ha participado en el Festival internacional de Saxofón en Colombia, Brasil y Costa Rica. También ha colaborado con la banda Aires Serranos, junto a la cantante de música tradicional mexicana Susana Harp. Desde 2014 empezó a contar con su propio grupo musical, el cuarteto de saxofones Ácatl, donde toca el saxofón barítono.

Primer acercamiento con la música

“Mi primer acercamiento con la música, creo que fue cuando tenía como 9 años. Mi papá quería que aprendiera a tocar en la banda del pueblo, porque estaban enseñando música a niños, pero yo no quise ir. Cuando esos niños a los que les estaban enseñando tocaron por primera vez, yo estaba ahí y entonces me gustó mucho; hasta entonces me llamó la atención. Tiempo después volvieron a juntar a otro grupo de niños para enseñarles y ahora sí tenía muchas ganas de ir”.

En sus primeras clases, Aarón y sus compañeros empezaron a aprender lo más básico, iniciando con el solfeo (la lectura de la escritura musical). Meses después, Montes tuvo que escoger qué instrumento quería tocar en el conjunto musical del pueblo.

“Llegué con mis papás para preguntarles, pues yo no sabía mucho sobre eso. Entonces mi papá dijo que a él le gustaba el saxofón, además de que en la casa de mi abuela estaba el que tocaba mi abuelo. Dije que sí y con ese empecé a aprender. Tenía más o menos 10 años”, recuerda.

Si bien en la mente del músico pasó el pensamiento de cambiar de instrumento y aprender a tocar el trombón, al final Aarón siguió familiarizándose más el saxofón.
“No me llamaba la atención algún otro instrumento, aunque tampoco me preocupaba mucho por saber más acerca del saxofón. Eso pasó hasta que entre a la FaM (Facultad de Música) de la UNAM) y conocí todas las posibilidades que ofrece el instrumento, desde lo ‘clásico’, el jazz, la música popular o la música contemporánea”, platica.

Sobre las cosas que le atraen del saxofón, Aarón Montes comenta.

“Al ser el instrumento más nuevo, aún se está perfeccionando y explorando, y esto lo hace en mi opinión el más versátil y el que más posibilidades ofrece para adaptarse a cualquier tipo de música. Puedo hacer mucho con él, es lo que me gusta”.

Oaxaca y su identidad musical

Como músico oaxaqueño, Aarón Montes es representante de una larga tradición presente en la mayoría de los municipios de la entidad sureña. Sobre este valor cultural, el entrevistado explica.

“Como músico, Oaxaca tiene un valor fundamental. En todo el estado es así, sobre todo en la sierra. Ahí los músicos son gente importante y de cierto estatus. Incluso hay veces que están exentos del tequio (forma organizada de trabajo en beneficio de una comunidad) y cosas así porque, por lo regular, se toca en cada cosa que se necesite: en fiestas, procesiones, calendas, misas, velorios, etc. Entonces tenemos muy arraigado esa identidad que la música le da al pueblo y lo que el músico representa”.

El entrevistado disfruta la posibilidad, otorgada por la música, de conocer nuevos lugares y personas que de otra forma no hubiera llegado a ver. Como todo en la vida, Montes también encuentra en su actividad un lado negativo.

“No sé si es lo que no me gusta, pero lo pesado (con la música) es que debes ser constante, y si la descuidas puedes pagarla caro. Además, lo quieras o no, estás compitiendo todo el tiempo”.

La música, profesión y futuro

Si bien ahora Aarón se dedica profesionalmente a la música, las razones que lo hicieron tomar esa decisión no fueron las más sólidas.

“La verdad, decidí ser músico profesional porque no me decidía por nada y tocar es lo único que sabía hacer y ya, no hay más. La respuesta romántica sería porque me interesé mucho por la cultura musical de Oaxaca y decidí seguir la tradición de manera profesional como muchos de los músicos de allá”.

Montes considera que de no haberse decantado por el saxofón, hubiera seguido el camino de las letras.

“Me hubiera gustado ser escritor. Cuando estaba en la prepa escribí algunas cosas y junto con unos amigos hicimos un blog donde publicábamos lo que escribíamos, pero prefiero no decir más, no éramos bueno”, declara.

Al hablar sobre los logros cumplidos como saxofonista, el entrevistado resalta la creación de su grupo como parte fundamental de su carrera.

“El logro más grande como saxofonista creo que ha sido mi cuarteto. El hecho de que nos inviten a festivales internacionales, tocar frente a gente de todo el mundo, que reconozcan el trabajo que se hace en México y la música mexicana, y llegar a estar entre los mejores grupos de cámara del país es un gran resultado”.

En los planes de Aarón Montes está la búsqueda por seguir su preparación en el extranjero, algo que comenta “está difícil por la edad”. Si ese plan no se concreta, el saxofonista tiene claro los pasos a seguir.

“Si no puedo salir a estudiar al extranjero, quiero impulsar el saxofón en México: dar clases y seguir tocando y haciendo proyectos que ayuden a que la difusión del instrumento crezca en nuestro país”.

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22 de mayo de 2017

INTEGRACIÓN CON ROSTRO HUMANO: BREATRIZ CANSECO

Por Ixtlixochitl López
Ciudad de México (Aunam). Uno de los principales problemas que enfrenta América Latina es la reconfiguración de las alianzas entre los países menos desarrollados y las grandes potencias de la economía mundial, Estados Unidos y China, sin perder de vista el verdadero desafío de la región, “una integración multidimensional con rostro humano”, así lo expresó Beatriz Canseco en la mesa redonda “América Latina: desafíos de la integración continental”.


Las alianzas económicas en particular, así como los avances y retrocesos en este momento de reconfiguración política fueron el tema principal de la mesa organizada por el Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA) de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS).

Canseco, miembro del CELA, destacó la importancia del Caribe como fuente de recursos y puerta de entrada al continente, a través de la cual Estados Unidos ha mantenido su hegemonía en materia económica, cultural y de tratados internacionales.

Sin embargo, existen organismos de contrapeso como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en la cual países como Venezuela y Cuba han sido claves para el desarrollo de otras comunidades internacionales.

El objetivo del CELAC es propiciar el debate, la integración, la cooperación y la concertación política y ser un modelo que busque “fortalezas conjuntas frente a problemas regionales”.

Canseco destacó el enfrentamiento que existe entre estos modelos de integración pues “mientras de un lado existe la CELAC, que respeta la soberanía y la autodeterminación de las naciones, por el otro se encuentra Organización de Estados Americanos (OEA), que se ha caracterizado por su papel legitimador de las políticas intervencionistas de Estados Unidos, con lo que se pretende dividir al Caribe y someterlo para reducir su capacidad de vinculación con otros miembros”.

Por su parte, el embajador Francisco José Cruz abordo el tema desde el papel de México como actor en la integración latinoamericana, pues considera que “un país con alma latinoamericana, pero que también es un país norteamericano” tiene el compromiso de ser un puente que lleve los intereses de América Latina hacia el norte para la conquista de mercados.

En su intervención, la doctora Mariana Aparicio habló sobre la posición de México en la nueva era de Trump, una etapa de creciente nacionalismo con “políticas proteccionistas que han tratado de reencaminar los problemas que ha traído la globalización”, dando paso a dos tipos de pactos comerciales: regionalismo sur-sur y acuerdos discriminatorios norte-sur.

De acuerdo con Aparicio, lo que no debe perderse de vista es que si bien “se perciben cambios de afinidad, estos no chocan con los intereses de la política exterior estadunidense”. Es decir, que los acuerdos comerciales con otros países como China, no se traducirán en una mayor independencia política en América Latina pues Estados Unidos sigue interviniendo las decisiones políticas de los países latinoamericanos a través de la OEA.

Sobre este mismo José Hernández, doctor en Estudios Latinoamericanos, hablo sobre la importancia de las alianzas económicas, pero enfatizó “la integración como medio y no como fin, pues los objetivos son el desarrollo y el bienestar para la sociedad”.

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TROLEBÚS: ALTERNATIVA VERDE Y ECONÓMICA

Por Iris Aguirre Rodríguez y Diana Isela Carrera Salinas
Ciudad de México (Aunam). Desde el momento en que se anunció el alza de un peso en la tarifa del trasporte público de la Ciudad de México y el Estado de México, éste se vio reflejado desde el viernes 28 de abril en microbuses, combis y autobuses. El aumento no afectó el precio del Metro, Trolebús, M1 (antes RTP) y Metrobús.


Este incremento se combinó con la mala calidad del aire presente en la ciudad, producto de una alta concentración de contaminantes en el ambiente. Estos gases, consecuencia de la quema de combustibles, pueden repercutir en la salud de los habitantes. Entre las fuentes contaminantes principales se encuentran los transportes públicos, autos particulares, camiones, entre muchos más.

Ante esta situación, la capital cuenta con una alternativa muy viable para contrarrestar ambos problemas: el trolebús, un medio que desgraciadamente se encuentra en malas condiciones.

De acuerdo a los operadores del transporte, el sistema del trolebús se encuentra en el olvido de las autoridades capitalinas ya que no cuenta con una inversión adecuada para optimizar la calidad y el servicio de sus vehículos, que trasladan a una gran cantidad de pasajeros día con día.

Las cifras demuestran la falta de inversión: según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el presupuesto destinado para la movilidad en 2016 fue de 50 mil 748 millones de pesos, de los cuales sólo el 2%, mil 184 millones de pesos, fueron destinados al transporte público en nuestro país.

Beneficio para la calidad del aire

El índice de la calidad del aire es una herramienta diseñada para informar a la población sobre el grado de contaminación en el ambiente. Muestra qué tan concentrados se encuentran los gases de efecto invernadero y cuáles podrían ser sus efectos en la salud.

El índice toma como base cinco de los contaminantes criterio: dióxido de azufre, monóxido de carbono, dióxido de nitrógeno, ozono y partículas suspendidas (PM); dicho indicador se muestra en una escala con valores que van del 0 al 500. Cuando el índice está por debajo de los 100 puntos, la calidad del aire no representa un riesgo para la salud.

Día con día se presenta una mala calidad del aire. Por ejemplo, el día 1 de mayo de 2017, la escala registró un valor de 118 puntos, presentando un riesgo para la salud de los capitalinos.

Es por ello que el trolebús aparece como una gran alternativa como medio de transporte, ya que al ser un medio eléctrico no representa un riesgo para el medio ambiente pues no emite gases contaminantes, a diferencia de los demás transportes que producen 150 mil toneladas de monóxido de carbono al año, de acuerdo con datos de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México. Así lo comentó un chofer de la unidad 4490, que trabaja desde las 5:15 am hasta las 11:30 pm toda la semana con solo un día de descanso.

“Ofrecemos un servicio anticontaminante y lo tienen descuidado completamente. Los carros de milagro están funcionando: tienen más de 30 años de servicio y tendrían que invertir en mejorarlos y ofrecer mejor servicio”.

Beneficio económico

Para muchos capitalinos, el trolebús ha pasado a ser un respiro para sus billeteras. Por tan solo 2 pesos, este transporte lleva a miles de personas a sus centros de trabajo o estudio. Es más barato que el microbús, combis, Metro y Metrobús, lo que se traduce en un beneficio para la economía del ciudadano que actualmente vive al día y tiene que buscar las medidas necesarias para hacer rendir su salario.

Otra ventaja del trolebús es la seguridad que brinda respecto a otros transportes. Fernando Arredondo, de 22 años, sale a las 5:30 de la mañana para llegar a su trabajo. Toma el primer trolebús de la ruta 6, que sale de la colonia San Felipe de Jesús a metro Hidalgo.

“Me agrada viajar en el trolebús porque es muy económico, con tan solo dos pesos de aquí de la San Felipe me puedo trasladar al centro de la ciudad en tan solo una hora. También me siento muy seguro y sin miedo de ser asaltado”, comenta.

Finalmente, la red de trolebuses cuenta con 8 líneas, las cuales no se dan abasto para trasportar diariamente a las personas que usan este medio. Por ello, resulta necesario que el gobierno de la Ciudad de México destine más recursos para el mantenimiento de las unidades del transporte eléctrico y así optimizar este servicio que beneficia a los ciudadanos y al medio ambiente.

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