28 de abril de 2017

ENJAMBRE: CUANDO LA MÚSICA TRASPASA FRONTERAS

Por Andrea González Segura e Ixtlixóchitl López
Ciudad de México (Aunam). Es viernes en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. La explanada principal y la cafetería, sitios icónicos del lugar, y todos los puntos de encuentro de los estudiantes estaban casi vacíos. Apenas se podía distinguir un alma que rondara despistada por los pasillos de los edificios. La vida de este recinto parece haber tomado un descanso antes de dar paso a los alumnos del siguiente turno.


Sin embargo, ese día sucederá algo inusual. El reloj marcaba apenas las tres de la tarde y una enorme fila ya se asomaba afuera del auditorio principal Ricardo Flores Magón.

Algunos llegaron bien preparados con sombrillas para cubrirse del sol, que a esa hora pegaba con todas sus fuerzas. Otros llevaban botanas, para no aburrirse, y algunos más cargaron hasta con el tripié para hacer de sus fotos un recuerdo inolvidable.

No hacía mucha falta preguntar qué era lo que esperaban con tantas ansias, pues la mayoría de los muchachos llevaban playeras en las que se podía leer Enjambre.

Era mucha la emoción y las pláticas giraban en torno a canciones y ritmos. Los alumnos no daban crédito a la enorme fila que rodeaba el sitio del encuentro. “Pasé por aquí hace rato y no vi nada”, decían algunos. “La fila está empezando la rampa” comentaban algunos jóvenes sudorosos que habían llegado corriendo a formarse, esperando encontrar una oportunidad para entrar y ver a sus ídolos musicales.

Tras una espera de casi tres horas, las puertas del auditorio se abrieron. Como si fuesen una ola las personas se fueron levantando, una detrás de otra, al instante. Observaban a su alrededor, ya tenían grabadas las caras de los que estaban delante y detrás de ellos en la fila; bajo ninguna circunstancia iban a permitir que algún extraño usurpara lugares que no le correspondían. Nadie quería perder detalle de la tocada, así que no estaban dispuestos a ceder ni un centímetro.

Adentro, las butacas se llenaron en un abrir y cerrar de ojos. La euforia no se hizo esperar, se escuchaban cantos, porras, bullicio, gritos ahogados de emoción mezclados con propuestas de matrimonio, declaraciones de amor eterno y demás cánticos del alma. Mujeres y hombres por igual manifestaban su impaciencia por ver de cerca a esos jóvenes provincianos.

El momento de su presentación llegó: gritos, aplausos, chiflidos, los clásicos “te amo” y desmayos fueron la carta de presentación de cientos de alumnos hacia ellos. Enjambre estaba ahí, a unos pasos. Aquello se iba a descontrolar.


Presentación, entrada y comienzo de la tertulia. Cada palabra que ellos entonaban iba acompañada de un grito eufórico de sus fanáticos. Ellos, con una sonrisa, agradecían y continuaban bromeando con el público, como si estuvieran con viejos amigos.

Su implicación en la vida de las personas que sufren por la migración, por el desplazamiento forzado, fue la razón por la que fueron invitados a esta charla, para que Enjambre pudiera contar sus experiencias como provincianos oriundos de Zacatecas y como migrantes en Estados Unidos.

Los miembros de Enjambre describieron a la población mexicana radicada en Estados Unidos como una clase trabajadora, que se esfuerza por tener cada una de las cosas que poseen; es gente llena de recuerdos y tradiciones de su tierra y conforman un sector de suma importancia para los estadounidenses.

Cada uno de ellos explicó, de forma muy particular, que la experiencia de vida en el vecino del norte fue de gran ayuda en su vida, tanto en lo personal como en lo musical, pero el gran trampolín para desarrollarse en todos los aspectos fue su patria.

Cada pregunta realizada por sus fans sirvió para darse cuenta que sus orígenes provincianos son los más presentes en sus composiciones y que se sienten afortunados y agradecidos porque su carrera tenga más impacto en México que en cualquier otro lugar.

Pasados los tapujos y los desentramados del corazón llegó la parte más esperada; cual video musical de cadena de televisión, la sesión acústica brindó dos canciones que fueron coreadas, gritadas y filmadas para la posteridad.

La voz de Luis Humberto, el cantante de la banda, que alguna vez fue comparada con la del grande de la canción José José, recorrió cada uno de los rincones de este auditorio para quedarse para siempre en el alma de sus seguidores.

Terminada la sesión los ánimos quedaron exaltados. Aquellos que pudieron ver a sus ídolos presenciaron una conexión diferente entre música y migración. La cultura traspasa cualquier frontera.


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EL MURO DE TRUMP, INCONGRUENTE E INNECESARIO: INVESTIGADORES

Por Diego Caso
Ciudad de México (Aunam). La construcción del muro en la frontera entre México y Estados Unidos, una de las principales promesas de campaña de Donald Trump, es innecesaria debido a que el flujo de migrantes indocumentados mexicanos hacia el vecino del norte ha venido disminuyendo, así lo señalaron investigadores en la conferencia “El efecto Trump en las migraciones México-Estados Unidos”.


Mónica Verea, académica del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, apuntó que la migración indocumentada hacia suelo estadounidense ha venido a la baja a partir de la crisis económica mundial de 2008.

Esta tendencia se reafirma con datos publicados por el Pew Hispanic Center, que muestran cómo la población total de migrantes indocumentados en Estados Unidos se ha mantenido en una cifra estable cercana a los 11.3 millones entre 2008 y 2014.

Verea señaló también que de ese total de indocumentados, 5.8 millones son mexicanos. Sin embargo, en 2007 la cifra de connacionales en Estados Unidos con un estatus migratorio irregular era de 6.9 millones. “El flujo de migración neta de mexicanos ha llegado a un punto de equilibrio”, dijo.

Asimismo, Verea enfatizó que la construcción del muro prometido por Donald Trump a sus votantes terminaría por enriquecer a los traficantes o coyotes de migrantes, que ya han empezado a subir las tarifas de cruce. En noviembre del año pasado, los coyotes cobraban alrededor de 3 mil 500 dólares; en enero de 2017, el importe ya llega a los 8 mil.

Por su parte Gustavo Verduzco, miembro del Centro de Estudios Sociológicos del Colegio de México (COLMEX), expuso que la escolaridad es uno de los factores responsables en la reducción del número de migrantes indocumentados.

“En estudios comunitarios […] nos encontrábamos con que la gente que mayormente iba a Estados Unidos eran personas que tenían unos cuantos años de escolaridad, y los que tenían arriba de la secundaria, en ese tiempo, ya no se iban a Estados Unidos, migraban a otras ciudades en México”.

Otro factor de este fenómeno es una combinación de la edad de los migrantes y los factores de oferta y demanda laboral. En la década de los noventa, la edad promedio de las personas que cruzaban la frontera era de entre 15 y 29 años. “Ese grupo de edad se va agotando (en México), cada vez hay menos jóvenes y si hay menos, ya no se pueden ir”.

“Además se fue dando saturación en los mercados laborales de Estados Unidos. A medida que fueron llegando más y más, pues la gente ya no encontraba trabajo”.

Verduzco mencionó que, en los últimos años, las personas que han obtenido visas de trabajo del tipo H2A (trabajadores agrícolas) y H2B (trabajadores para servicios de baja calificación) cada vez forman un grupo más numeroso.

“Aunque hay una baja de la inmigración, va habiendo un aumento de la migración mexicana de baja calificación, pero documentada. Este es el gran cambio que estamos observando: una baja de la migración indocumentada de baja calificación, pero un aumento de la documentada”.

Junto con las visas para trabajadores de baja calificación, Verduzco remarcó que además ha habido un gran aumento de las visas de trabajo temporal para profesionales, es decir, de alta calificación. En 2001, se otorgaron 116 mil admisiones de ese tipo; en 2008, 360 mil; en 2011, 699 mil y en 2014, 700 mil.

Las amenazas de Trump hacia el TLCAN

Esta semana el presidente Trump subrayó la posibilidad de abandonar, mediante una orden ejecutiva, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) para conmemorar sus primeros cien días en la Casa Blanca, aunque después declaró que Estados Unidos se mantendría, por ahora, en el tratado comercial.

Sobre este asunto, Verduzco resaltó que México es el segundo receptor más importante de las exportaciones comerciales de Estados Unidos, al recibir cerca del 16% de dichos productos.

Además, el doctor también señaló el débil sustento de la acusación del presidente Trump sobre el masivo déficit comercial con México. Cifras señalan que el déficit con nuestro país –ubicado en un 9%– no es el más grande, pues los norteamericanos tienen un desbalance aún mayor con China (48%) y la Unión Europea (20%).

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26 de abril de 2017

MARCHA POR LA CIENCIA EN MÉXICO PIDE FRENAR RECORTE PRESUPUESTAL

  • Más de mil quinientas personas asistieron a la demostración   
  • "Sin investigación no avanza la nación” fue una de las consignas
  •  Se exige que no haya más recortes a las becas de posgrado otorgadas por CONACYT
Por Mónica Santos Vargas
Ciudad de México (Aunam). En el marco del Día Internacional de la Tierra se llevó a cabo la “Marcha por la ciencia” en México que citó al público interesado en el Ángel de la Independencia para después partir con destino hacia el Zócalo de la Ciudad de México.


Uno de los objetivos de la demostración fue reivindicar la protesta de estudiantes de posgrado en distintas instituciones educativas del país contra la disminución de becas, que fue desencadenada por el recorte presupuestal para el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) programado para este año.

Esta marcha se inscribió también en una serie de manifestaciones de la comunidad científica que se llevaron a cabo alrededor del mundo para criticar las decisiones tomadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, referentes al cambio climático.

Entre los asistentes se encontraban estudiantes e investigadores de diferentes entidades educativas, como el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Facultad de Ciencias y el Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV), el Posgrado de Energía y Medio Ambiente de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-Iztapalapa), entre otros.

Los estudiantes expresaron las inconformidades que tienen con el gobierno federal a través de consignas como “menos políticos, más científicos”, “más posgrados, menos diputados”.

“Nosotros no venimos a dividir, venimos a unir”


En entrevista con Aunam, Pedro Camilo Alcántara Concepción, investigador de la Universidad de Guanajuato (UGto) y miembro del comité organizador de "la Marcha por la Ciencia”, declaró que con ésta se pretende obtener una respuesta por parte del gobierno federal sobre los problemas que existen con las becas del CONACYT. “Nosotros no venimos a dividir, venimos a unir […] Mientras el CONACYT y el gobierno mexicano no quieran resolver los problemas del paìs, éstos van a seguir”.

El académico mencionó que ninguno de los organizadores de “Marcha por la ciencia México” participó, el pasado 19 de octubre de 2016, en el primer Foro Nacional “Hacia una política de Estado en educación, ciencia y tecnología”, donde se invitó a los interesados en la problemática para que argumentaran el porqué no debían de realizarse recortes en las becas del CONACYT.

Alcántara Concepción reiteró que invitaron a la directora de la Facultad de Ciencias, Rosaura Ruiz, y al presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, Jaime Urrutia, para formar parte de la marcha. El comité organizador de la “Marcha por la Ciencia” pretende que el asunto del recorte presupuestal “se le presente a quién corresponda, para que mejore la ciencia en México”.

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INAUGURAN EL FESTIVAL CIENCIA, FICCIÓN, CIENCIA 3.14

Por Mónica Santos Vargas
Ciudad de México (Aunam). Por tercer año consecutivo Miguel Alcubierre, director del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM, inauguró el Festival Ciencia, Ficción, Ciencia 3.14 acompañado de Jorge Volpi, coordinador de Difusión Cultural de la UNAM, José Gordon, novelista y periodista, e investigadores del mismo instituto.


Alberto Güijosa del ICN se congratuló por la presencia de los jóvenes en la fiesta sobre la ciencia, el arte y la literatura que se llevará a cabo del 25 al 27 de abril, con diferentes actividades y conferencias programadas, así como con invitados especiales a lo largo de los tres días de duración.

Pilar Carreón, secretaria académica del ICN felicitó a la Unidad de Comunicación de la Ciencia y al director del instituto por realizar el evento. Por su parte Gabriela Frías, coordinadora de la mencionada unidad, comentó que en un inicio el Festival Ciencia, Ficción, Ciencia 3.14 fue planeado para la difusión de contenidos científicos.

José Gordon, invitado especial, mencionó que “la ciencia y la imaginación nos permiten salir de los límites”. También subrayó la importancia de seguir hablando sobre la ciencia, la ficción y la ciencia ficción.

Jorge Volpi, coordinador de Difusión Cultural de la UNAM saludó, en tono de broma, “a quienes nos ven desde otros planetas”. Después resaltó la importancia de la ciencia y el arte. “La ciencia nos hace humanos y la ficción también”, expresó.

Para concluir, Gabriela Frías agradeció la presencia del Instituto de Fisiología Celular, el invitado especial del evento, y de las editoriales participantes. Frías apuntó que “esta es la primeria feria del libro de ciencia ficción y divulgación de la ciencia” y que los distintos eventos de festival están abiertos a todo el público.

Finalmente, Miguel Alcubierre remarcó la singularidad del Festival, Ciencia, Ficción, Ciencia 3.14, pues es un evento en el que se relacionan tres grandes campos del conocimiento humano. “La ciencia, la literatura y el arte son disciplinas mucho más cercanas de lo que pensamos”, finalizó.

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25 de abril de 2017

LOS RITUALES Y POEMAS NUESTROS DE CADA DÍA: OMAR HAHNEMANN

Por Cecilia Estefanía Bucio Juárez
Ciudad de México (Aunam). El día es tan gris y lluvioso que todo apunta a que la cita tendrá que realizarse en otra ocasión. Por fortuna, no fue así. El lugar del encuentro es la estación del metro Escuadrón 201; el destino, el Instituto de Educación Media Superior (IEMS) Iztapalapa plantel número 4.


“¡Cecilia!” se escucha en medio de la estación, un grito que pronuncia mi nombre proveniente de la zona en donde se encuentran los torniquetes. Ahí está él, Omar Hahnemann Sánchez Hertz, que viste casi totalmente de negro: zapatos, pantalón, incluso el color de cabello hace juego con su ropa. Lo único de un color distinto es la cazadora azul que lleva puesta encima. Porta una camisa de Black Sabbath, una famosa banda británica de heavy metal. “Al rato voy a ir al concierto”, aclara.

Para llegar al lugar de la entrevista, hay que tomar un microbús con dirección a la escuela, pero antes de partir un incidente que ocurre dentro de la unidad capta la atención de todos los pasajeros: un intento de asalto. El chofer reta a los presuntos delincuentes y llama a las autoridades correspondientes (que por suerte se encuentran cerca), por lo que el asunto no pasa a mayores.

Al llegar al instituto, el profesor empieza a contar la historia de la escuela. Dice que fue gracias al “Peje”, Andrés Manuel López Obrador, que las IEMS se crearon. El breve, pero sustancioso recorrido por las instalaciones del plantel es acompañado por la voz de Omar que trata de emular el tono tabasqueño del líder de Morena.

Por fin se llega al lugar en donde se llevará a cabo la conversación: el libro-club El principio del placer, un sitio dedicado a que los alumnos se acerquen a la lectura y se sumerjan en la historias de los libros. El libro-club es una habitación con dos sillones color azul en el fondo, repisas de libros con varios títulos a lo ancho y largo del lugar, un librero color madera en la esquina izquierda y un escritorio con dos sillas, una para los profesores y otra para las visitas.

Para comenzar se advierte al profesor, en todo sarcástico, que todo lo que diga puede y será usado en su contra. Con una sonrisa, la misma que lo caracteriza, él asiente con la cabeza. “Está bien, nada más no me vayas a secuestrar, eh”.

“La vida es una delicia, hay que aprovechar cada instante”

Omar Hahnemann nació el 13 de octubre de 1978 en el Distrito Federal, hijo de Lorenzo Apolinar Sánchez Martínez y Matilde Josefina Hertz Ortiz. Su abuelo materno era alemán, de ahí el apellido Hertz, pero su mamá llegó al mundo ya en suelo mexicano. “Mis padres son chilangos hasta decir basta”, recalca.

Su segundo nombre, el peculiar Hahnemann, tiene una historia propia. “Mis papás estudiaron medicina homeopática y me pusieron el apellido de Samuel Hahnemann, fundador de la homeopatía. Ellos, queriendo que yo también estudiará medicina, me ponen el nombre de Hahnemann”.

Omar es el benjamín de la casa: delante de él hay tres hermanos –un arquitecto, un físico y un ingeniero–, y una hermana, que es pedagoga. Cuenta que en su infancia él quería escribir, pero su madre lo alentaba a estudiar “algo que deje dinero”. Hahnemann no sabe a ciencia cierta el porqué nació en su persona el gusto por la escritura y también por la música, pues desde pequeño le decía a su mamá que quería tocar el violín, pero ésta nunca lo apoyó.

Ahora vive en Ecatepec de Morelos, donde ya lleva alrededor de 11 años. “A veces pensaba que mi familia era nómada porque he vivido en muchas partes de la Ciudad de México y El Estado de México: Canal de Norte, Metro Consulado, Aragón, Ecatepec, Tlalnepantla Oriente, en Tepito viví nueve años, en el sur no he estado”.

El profesor se saltó el kínder, a lo que achaca el que su letra sea algo .fea y su nula habilidad para las manualidades. Cursó la primaria en la escuela Bartolomé Gutiérrez, por metro Canal del Norte, y la secundaria en el plantel no. 81 República de Colombia. Pero lo que marcó su historia como estudiante fue su paso por el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Naucalpan. “Escogí ese plante por culpa de mi hermano. Allí conocí muchos maestros, muchos puntos de vista” comenta con cierta nostalgia.

Después asistió a la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para estudiar Literatura y Lenguas Hispánicas y después realizó el estudio de especialización en Literatura Mexicana del siglo XX en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Azcapotzalco.

Omar Hahnemann declara que un hecho que marcó su vida sucedió cuando apenas tenía cuatro años.

“Me iba a ahogar en Acapulco, pero me rescataron. Todo apuntaba a que yo me iba a morir. Para mí ese hecho había sido intranscendental, yo lo veía y sabía que me iba a ahogar, pero no le había tomado importancia”.

Un día uno de sus hermanos mayores le preguntó: “¿nunca te has preguntado por qué no te moriste ese día?”. Sus ojos revelan asombro al recordar aquel momento. A partir de esa pregunta comenzó a cuestionarse el porqué estaba vivo, “cuál era mi misión aquí en la tierra. Por azares del destino me encaminé hacia la docencia y me gustó. La vida es una delicia y hay que aprovechar cada instante”.

El entrevistado se define a sí mismo como muy divertido y buen consejero. “Eso me lo han dicho muchas generaciones, pues porque más que nada, no sé cómo llamarlo, no tengo un adjetivo, les transmito ganas de vivir, eso me lo han dicho muchísimas veces, y me hace feliz”, comenta mientras su rostro devela una sincera satisfacción de poder contagiar a las personas con su alegría.

Uno de los defectos que lo acompañan es que suele ser rencoroso aunque, aclara, eso le ha ayudado pues en ocasiones el rencor que tiene hacia la vida o algunas personas le ha servido para superarse.

“Cuando tomé teatro en el CCH, me ayudaron mucho a canalizar todas esas energías negativas y convertirlas en positivas. El hecho de ser rencoroso y terco lo pude canalizar en ‘no me voy a dejar, no voy a hacer esto’, y poco a poco me fui puliendo como persona”.

Antes de optar por la licenciatura en Literatura y Lenguas Hispánicas, Omar planeaba estudiar química en alimentos, pero por culpa de dos personas en especial tomó un camino diferente. La primera de ellas fue Luis Fernando “El lobo”, un maestro de filosofía que con sus clases hizo que se diera cuenta que las ciencias no eran lo suyo. La segunda fue una exnovia, que le dijo que “pues sí te gusta la química, pero no la amas. Lo tuyo es la literatura”.

Otra situación que lo orilló a estudiar letras hispánicas fue el leer Pedro Páramo, de Juan Rulfo. “A partir de que lo leí marcó mi existencia, reforzó mi idea de estudiar literatura, cuando yo leí las técnicas narrativas que utilizaba Rulfo simplemente fue fenomenal”.

Sin embargo, elegir esta carrera no tuvo el apoyo de toda su familia. Su padre se enojó porque esperaba que, siendo el hijo menor, estudiara medicina. “Cuando le salgo con el chistecito de que quiero hispánicas, me dejó de hablar dos años, o sea durante ese periodo mi papá nada más era abastecedor; yo le pedía para libros y él me decía cuánto es y esa era nuestra única conversación”.

Con el tiempo, su padre aceptó su elección y le confesó que le gustaba ver cómo la casa se llenaba de libros y observar un cambio en sus pláticas, que ya no eran sobre los chismes de siempre. “Fue hasta después que sintió respeto por lo que estudiaba, pero porque me di a respetar”. Esa misma terquedad hizo posible que se convenciera del esfuerzo puesto en sus estudios.

“Mi compromiso es con la educación de los jóvenes”

Omar Hahnemann precisa que se encaminó a la docencia por dos sucesos. El primero fue la aparición de la figura del padre Fernando, a quien conoció en una parroquia de Tepito. “Que en paz descanse, él me hizo respetar la religión, me enseño a buscarle el lado filosófico y cultural. Por su culpa, yo leí mucho y me volví catequista cuando tenía más o menos 17 años. Di clases durante 5 años”.

El otro hecho fue cuando hizo su servicio militar. En ese entonces, la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) se unió con el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) para hacer la regularización de personas que no habían terminado la secundaria, y como Omar Hahnemann estaba cursando el primer año de la carrera, le dijeron que no marcharía, que mejor diera clases. “Enseñarles a los chavos lo que es la literatura, lo que yo estaba estudiando, me agradó mucho”.

Al terminar la carrera, su hermana tomó tres meses de incapacidad por embarazo, por lo que Omar dio sus clases de secundaria, en las que “fue malísimo”. Después una compañera de la facultad le habló sobre un empleo disponible a nivel preparatoria. Fue así como ingresó al Colegio Francés Hidalgo de México, donde dio clases de lengua española durante tres años. “Si tuvieses la oportunidad de ver cómo daba clases dirías ‘este no es Hahnemann’. He cambiado mucho mi manera de dar clases”, subraya.

Fue profesor en esa institución durante tres años. Después estuvo en la Universidad del Valle de México (UVM) del 2005 al 2011. En las “peje prepas”, los institutos educativos puestos en marcha por el político tabasqueño, empezó en 2008, primero en el sistema semiescolar y después en el escolarizado a partir del 2011.Pero Omar Hahnemann tenía una meta que logró cumplir.

“Yo siempre dije ‘mato por dar clases en la UNAM, yo tengo que dar clases en la UNAM’ y por azares del destino, no lo hagas, tardé mucho en titularme. Salí en el 2001 y me titulé hasta el 2006, cinco años perdidos de mi vida, cinco años en los que yo quería entrar a la UNAM, pero para entrar a la UNAM necesitas el título. En cuanto me titulé, metí mis papeles y tardaron cinco años en hablarme”.

Un día llamaron a la casa de su mamá y preguntaron si quería tomar un grupo para dar clases. Así empezó su camino docente en la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) número 8, Miguel E. Schulz. Después se fue a la preparatoria número 7, Ezequiel A. Chávez, donde cubrió a una maestra que se fue de año sabático, y ahora está en la preparatoria número 3, Justo Sierra.

Sánchez Hertz cavila sobre qué habría hecho de no haber seguido una carrera como profesor.

“Si no hubiera sido docente, creo que habría buscado la forma de meterme a un periódico a escribir, o hubiera buscado la forma de salirme del país, pero como no tenía el titulo eso me cercó mucho”.

Omar ha sido profesor por casi 15 años y con orgullo presume cómo ha mejorado. La misma vida, en sus palabras, lo fue llevando.

“En la facultad nos decían que el camino seguro para los humanistas es la docencia, porque no hay trabajo, y por eso cuando te das cuenta de cómo está el país, y te das cuenta de que la única forma de cambiar al país es desde la enseñanza, le entras con más ganas”.

“La educación es una de las formas de cambiar al país, no se puede de otra forma. Tienes que enseñarles mentalidad y educación a los chavos, porque al fin y al cabo son ellos quienes van a estar gobernando al país en unos años”.

Mueve las manos, golpea el escritorio en el que se encuentra y aclara que la paga del docente no es muy remunerada, “es más la paga moral o sea cuando los chavos llegan y te dicen ‘por tu culpa empecé a leer’, ‘gracias a ti mejoré mi ortografía’, ‘ya tengo el hábito de lectura’. Es ahí cuando dices que valió la pena tu esfuerzo”.

Ritual número 1: El poema nuestro de cada día

Omar Hahnemann opta por realizar sus clases de forma amena, esperando que a sus alumnos les nazca el gusto y aprecio por la literatura. Una de sus dinámicas dentro del aula es la de leer un poema a sus pupilos, un día de cada semana, y discutir sobre el mismo.

“Decidí leerles por culpa de un maestro que quiero mucho y respeto más, el profesor Carreño Gallo, […] Me encantaban sus clases, él siempre llegaba y nos leía un poema. ‘Hoy les voy a leer el poema nuestro de cada día’ decía y lo comentábamos un poco y luego nos daba clase”.

Aunado a esta historia, narra que estuvo a punto de desertar de la facultad en el segundo semestre pues se cuestionaba si estaba en la carrera correcta. “Dije una semana más y si no me convence, me voy y ya a ver a que me dedico”.

Recuerda que cuando llegó a la clase, un jueves, el día estaba soleado, “yo llegué y no saludé a nadie, me senté en el rincón y llegó el maestro y dijo ‘les voy a leer un poema de León De Greiff’. Se llamaba Tergiversaciones”.

Se queda callado un momento y sus ojos miran hacia arriba como si buscará el poema en su archivero mental y continúa, “no me lo sé de memoria, me sé una parte”. Comienza a recitar de memoria el poema y golpeando con sus manos el escritorio, delata pasión al evocar aquella composición que tanto bien le hizo:

“Porque me ven la barba y el pelo y la alta pipa
Dicen que soy poeta…, cuando no porque iluso
Suelo rimar —en verso de contorno difuso—
Mi viaje byroniano por las vegas del Zipa…,
Tal un ventripotente agrómena de jipa
A quien por un capricho de su caletre obtuso
Se le antoja fingirse paraíso… al uso”


Sonriendo, y aún concentrado, pronuncia “lo bueno que no me lo sé, después hay una parte que no recuerdo habla sobre Poe, Víctor Hugo y la última estrofa dice:

“¡Y tanta tierra inútil por escasez de músculos!
¡Tanta industria novísima! ¡Tanto almacén enorme!
Pero es tan bello ver fugarse los crepúsculos”.


Al terminar, sus ojos lucen sorprendidos y afirma: “cuando él leyó esa parte, yo estaba llorando, estaba arrinconado en el final de la banca,” imita la forma en la que se colocó aquella vez, con los brazos cruzados y el rostro sobre ellos. “Estaba llorando y me di cuenta de que esto era lo mío, de aquí soy y eso me convenció a terminar de amar a la literatura, y fue cuando dije que lo iba a aplicar con mis alumnos”.

Omar comenzó a poner en práctica esa estrategia durante sus clases en la UVM. “Tenía un grupo muy rebelde, de esos que nadie quería, ¡ay el 416!”, dice mientras actúa unos desmandes de desagrado para imitar como se referían al grupo. “Me la jugué y les leí un poema y me funcionó”.

“Son mis poemas de tradición: tengo que leerles Canonicemos a las putas de Jaime Sabines, a Octavio Paz cuando les hablo de mentalidad, a Julio Cortázar porque Cortázar es Cortázar. Cada poeta que escojo lo enfoco hacia alguna necesidad que veo que ustedes tienen”.

Ritual número 2: promesa a Ekatherina

Ekatherina era una paciente que llegaba al consultorio de los padres del entrevistado. Tenía SIDA por lo que la idea del suicidio rondó por su cabeza. Pero cuando llegó a México y descubrió su clima y sus paisajes se dedicó a viajar por el país. En una de sus pláticas con Ekatherina, Omar hizo una promesa.

“Un día me preguntó a qué me dedicaba y le respondí que era maestro. Luego me dijo ‘prométeme que le vas a decir esto a tus alumnos: los rusos matarían por tener un país como el de ustedes, porque allá en Rusia el clima es horrible, nosotros mataríamos por un clima como el que tienen, y ustedes lo no lo valoran, no ven su cultura no ven su gastronomía, no ven nada. Enséñales a tus alumnos a que vean eso’ me dijo”. Desde esa vez, Omar Hahnemann honra ese juramento.

Ritual número 3: frutas con sabor a vida

Al iniciar la descripción de este ritual, se le ve por primera vez en la entrevista, más serio y reservado. “Lo de las frutas, y más bien la manzana, surge porque alguna vez una amiga mía se quería matar. De repente me llamó para despedirse, y fue que yo me acordé de algo que había visto hace mucho tiempo en el metro, un letrero que decía ‘Antes de hacerlo (aventarse a las vías), huele una flor, come una fruta, dale la mano a un amigo’”.

“Me acuerdo mucho que era una mano con una flor, no recuerdo qué tipo era, y yo cuando lo vi dije ‘¿esto qué?’. Cuando me habla mi amiga, y me dice que se quiere matar, me acordé del cartel y le dije ‘antes de que tú lo hagas, saborea una fruta’. Historia conocida se salvó, saboreó la manzana y me dijo ‘te veo mañana’ y colgó”.

Prosigue relatando lo que le sucedió a un primo suyo. “Cuando yo estaba dando clases en 2003 o 2004 no recuerdo, me llamaron y me informaron que mi primo se había suicidado. Me sentí muy mal, porque dices cómo es posible que alguien que se ve normal, alguien que se ríe, alguien que se ve feliz, tiene una súper máscara y por dentro está desecho”.

Sus ojos se muestran algo cristalinos y posa la mirada en un solo sitio. “Te derrotas, no te lo puedes creer. A partir de ese momento dije ‘ni una muerte por suicidio más’, y con esa generación hice por primera vez que me hicieran la promesa de lo de la fruta”.

Aún serio afirma: “no es por presumirla, pero sí ha salvado más de 20 vidas, eso te lo puedo decir. Luego llegan los chavos y me cuentan con pena ‘hice lo de la fruta’. No les voy a preguntar por qué se querían matar, lo único que les digo es ‘¿a qué les supo la fruta?’, y créeme que casi todos me han dicho ‘sabe a vida’. La paga, para el docente, es lo moral, el que te digan gracias a ti no lo hice, es fenomenal, no hay un cheque que te lo pague”.

Ritual número 4: los arbolitos de Hahnemann



Esta dinámica inició con sus alumnos de la UVM, debido a que una mañana estaban muy inquietos y al preguntarles por qué se encontraban así respondieron que ese día habían tenido muchos exámenes.

“Como eran poquitos les dije que íbamos a leer en mi lugar favorito de la UVM. De hecho, era una jacaranda que la habían podado, la habían dejado como suelen dejarlas cuando los podan, en nada”.

“Les un poema y les dije que cuando se sintieran mal vieran a los árboles, porque los arboles reflejan mucho la actitud que nosotros debemos tener. Aunque todo el mundo te destruya, aunque todo el mundo te haga daño, tú tienes que seguirle, no queda de otra”.

Cuando entró a la preparatoria número 8 se presentó la misma situación. Acababa de llegar y los chavos estaban muy alterados, todo el mundo les había aplicado examen y él les dijo “vamos a hacer una dinámica. Los saqué al patio y los llevé a un árbol que estaba podado. Les leí Derrota de Rafael Cadenas, lo traía por casualidad, y se quedaron llorando y un alumno me dijo: ‘¿esto es un rito? Y me cayó el veinte y dije: ‘pues sí, tienes razón, y más que un rito es un ritual’ y a partir de ahí lo hago casi al finalizar el curso”.

“La literatura es muy padre, te ayuda a valorar la existencia, pero hay algo que se llama realidad y hay que tomarla por los cuernos”.
Todas estas actividades han pasado a conformar su propio ritual, “son dinámicas que vas tomando y las haces hasta cierto punto inconscientemente. Eso de los arbolitos y de los días de lectura me ha funcionado mucho porque cuando las realizo, ellos se dan cuenta de que la literatura no es tan lejana a su realidad, sino al contrario, empiezan a valorarla”.

Un profesor diferente: La anticlase

Al maestro Omar Hahnemann casi nunca se le ve molesto, al contrario, siempre muestra una sonrisa a las personas que pasan por su lado, y en el salón de clases no es la excepción. Puntual y alegre, tiene una forma distinta de enseñar literatura, “inclusive la manera en que les hablo, hay maestros que les hablan con toda pulcritud, y a ver alumnos siéntense por favor” imita la postura y gestos de un “típico” maestro, serio y taciturno.

Él no es así, incluso algunas veces bromea con los alumnos y les dice “pumitas, pumitas”, de la misma manera en que una persona llama a su gato para que se acerque, “y eso los hace ver esto como una anticlase, y me lo han dicho, es que tu clase es la anticlase, tu esperas una clase formal y llegan y se quedan de ‘qué onda’ y eso también es parte de mi compromiso. Hay que estar actualizado, con eso del internet y las redes sociales, tengo que estar a las vivas con los memes”.

Omar Hahnemann confiesa estar orgulloso de sí mismo. Imitando el clásico acento argentino menciona “ojalá hubiera tenido un maestro como yo: sencillito y carismático”. Agrega estar también orgulloso de sus alumnos “aunque no lo parezca, estoy orgulloso de ellos, de los que van triunfando, y de los que se quedaron a mitad del camino, me entristece, pero tengo la esperanza que todavía se puedan levantar”.

En un futuro planea realizar una maestría. “Salió la convocatoria para enero y voy a trabajar en mi proyecto, tengo escasos dos meses para hacer un proyecto de tesis de maestría, espero sí me lo acepten y si me quedo, digo no hay peor lucha que la que no se hace”. También espera aprender a manejar, empezar con el alemán, y perfeccionar su inglés y francés. “Me gustaría aprender náhuatl, debería ser un idioma obligatorio en las escuelas, debemos estar orgullosos de nuestra sangre”.

Le agradaría escribir, “he descuidado mucho eso, tengo cuentos, escribo cuentos he escrito poesía, pero entre más lees, menos te las crees que pueda funcionar un libro tuyo y conforme vas leyendo más, te das cuenta que lo que le puedes decir a la humanidad es mínimo. Tengo una amiga que me dijo no tengas miedo, pero si tengo”, cuando expresa esto suelta una sonrisa algo nerviosa, y sus ojos demuestran sinceridad.

Asegura que no hay fórmulas para la felicidad, “no sigas fórmulas, ¿para qué las sigues? no hay una fórmula para ser feliz porque la felicidad es relativa, bendito Einstein. A ti puede hacerte feliz la sonrisa de una persona, depende de cada quien. La felicidad no tiene fórmulas, cada quien se hace su propia felicidad”.

Le pido recuerde una frase que menciona cuando da clases, referente al café. Es un maestro que se caracteriza porque siempre llega a clases con un termo.

“La frase es de una amiga llamada Julieta: ‘el café debe ser negro como la noche, amargo como la vida y caliente como la pasión. Si no, no sabe’”, recita muy serio y seguro de lo que a continuación dirá. “No puedes dar una clase de literatura sin un termo y sin café”, después esboza una sonrisa.

Para concluir la charla afirma para vivir, no existen las llamadas fórmulas. “No existe una clave, tú eres la clave, y es un placer que tus ex alumnos te sigan considerando, que te vean como un personaje y que todavía les puedan enseñar cosas”.

El reloj casi marca las 2:45 de la tarde, lo que significa que tiene que apresurarse para dar su clase de las tres. Camina hacia el edificio principal de la escuela, y se despide con un sólido y franco abrazo. Cuando ya casi está subiendo por las escaleras dice “sí algún día quieres venir a visitarme, búscame en el cubículo 16, ahí estaré”.

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TRÁFICO DE MIGRANTES, CONSECUENCIA DE CRIMINALIZAR LA MIGRACIÓN

Por Diego Caso
Ciudad de México (Aunam). El endurecimiento de las condiciones para cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, provocado por políticas migratorias agresivas, termina por fortalecer las redes criminales que los transportan, así lo consideró Simón Izcara Palacios en la conferencia “El tráfico de migrantes en la frontera México-Estados Unidos en el contexto de políticas migratorias restrictivas”.


En el Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, Izcara Palacios, profesor de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), señaló que entre más difícil es cruzar la línea fronteriza del norte, más migrantes caen en las manos de polleros o contrabandistas. Incluso, varios estudios realizados en México señalan que hasta un 20% de los migrantes son estafados por estas personas.

El doctor en sociología también apuntó que la tendencia cada vez más fuerte de criminalizar la migración por parte de algunos gobiernos ha traído como consecuencia la muerte de entre tres y seis mil migrantes en los cruces de fronteras a nivel mundial. En el caso del cruce entre México y Estados Unidos, la cifra de cuerpos recuperados oscila entre 300 y 600.

“En su intento (de los gobiernos) de combatir a la delincuencia organizada transnacional, a las redes de tráfico de migrantes, a las redes de trata, […] tenemos ese daño colateral que son los miles de migrantes (muertos)”.

“Sin corrupción, no hay migración”

Mientras la corrupción siga presente en ambos lados de la frontera, la migración –y por ende, los grupos criminales que lucran con ella– continuará siendo un problema para mexicanos y estadounidenses.

En el caso de México, a partir de 2004 la delincuencia organizada aumentó su participación en el negocio del tráfico de migrantes, por lo que el pago a miembros del Ejército, Policía Federal o el Instituto Nacional de Migración (INM), empezó a fortalecer y proteger las redes criminales dedicadas a este negocio.

Una estrategia de trabajo observada en los carteles para lograr su protección es la de integrar en sus filas a exmilitares.

“Cuando salen del ejército, muchos exmilitares son integrados a los carteles de la droga de manera forzada, pero también otros son integrados en redes de tráfico de migrantes. Mientras están en el ejército, ellos tienen contacto con estos grupos porque todo ese tiempo ellos están deteniendo a los migrantes, ahí los polleros siempre les dan sobornos. Es ahí donde se van cultivando relaciones”.

En el caso de Estados Unidos, el investigador detalló que, ante la falta o necesidad de más mano de obra, a veces son los mismos empresarios agrícolas estadounidenses los que sobornan a las autoridades migratorias para que dejen pasar a los indocumentados por la frontera.

“¿Qué pasaría en Estados Unidos si no hay corrupción? Pues que no podrían pasar los migrantes, se quedarían en la frontera de México […] Si quitas la corrupción, se acaba el tráfico de migrantes, no se necesita muro”.

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24 de abril de 2017

HOMENAJE A GARCÍA MÁRQUEZ EN LA SALA NEZAHUALCÓYOTL

Por Liliana Quiroz Zavala
Ciudad de México (Aunam). En el marco de la Fiesta del Libro y la Rosa 2017, se llevó a cabo el conversatorio “50 años de Cien años de soledad” que rindió homenaje al periodista y escritor colombiano Gabriel García Márquez, premio Nobel de Literatura, considerado uno de los representantes más emblemáticos de la narrativa hispanoamericana del siglo XX.


Cien años de soledad es la mejor novela del siglo XX en español”, afirmó el narrador y crítico literario mexicano Gonzalo Celorio, quien encuentra en la narrativa poética del novelista una función épica de la literatura. “La novela es la propia Biblia del alma latinoamericana, el Popol vuh mestizo y continental, el Quijote imaginativo, fantástico y maravilloso”.

Sobre la forma en la que García Márquez pulía sus narraciones y se esmeraba por fascinar y hechizar a los lectores, la escritora Rosa Beltrán dijo que ese era el secreto de su prosa fantástica. El libro es un extraño misterio que supo cautivar a todas las culturas en todos los continentes. “Fue el escritor que cambió la forma de narrar nuestra realidad. En su mundo nos reconocemos y descubrimos quienes somos”, precisó.

Santiago Gamboa, escritor y diplomático colombiano, agradeció el esfuerzo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) por difundir la obra del novelista, “un hombre de personalidad arrolladora que nos ‘macondizó’ con verdad y con poesía”. Recomendó la novela por tratarse de una obra con “significado universal” que no solo buscó el entretenimiento ni le apostó a la batuta de las ventas. “El Gabo buscó ser planetario, universal, nos hizo ciudadanos de Macondo y supo ganarse el corazón de todos”.


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LUZ DE COLIBRÍ: UN TRABAJO ARTESANAL

Por Ixtlixochitl López
Ciudad de México (Aunam). El sol estaba ya calentando el día en la explanada del Centro Cultural Universitario y en el Foro Fuente la gente comenzaba a llegar para no perderse la presentación de Luz del colibrí, el nuevo material de Alberto Ruy Sánchez.


Algunos jóvenes decidieron abandonar antes sus clases para dar un paseo sobre la explanada del Centro. Ante sus ojos, los vendedores terminan de alistarse para atender a los cientos de marchantes intelectuales que, año con año, se dan cita en este recinto para celebrar la fiesta más grande de la Universidad, la del libro y la rosa.

Los primeros en llegar van de un lado a otro, con la finalidad de tomar la mejor decisión respecto a que libros pasaran a formar parte de su material bibliográfico. Otros deciden madrugársela en alguna de las salas de cine, y algunos más escogen sus asientos en el Foro Fuente con suficiente antelación para no perder detalle de su autor predilecto. Entre estos últimos se encuentran los lectores de Alberto Ruy Sánchez.

El hombre llega sencillo, saluda a quienes lo esperan, sonríe constantemente. El sol ya ha calentado un poco el día y los despistados que pasan por el Foro Fuente quedan atraídos por la cálida voz y el buen humor del ponente.

Su nuevo libro es el resultado de tres años de trabajo, en los que se dedicó a vivir de manera intensa el despertar con su pareja. 152 videopoemas fueron el resultado de esta vivencia, de los cuales sobrevivieron 48 en cuatro grandes universos: Umbrales, Conjuros, Cuerpos y Luz. Esas son las estaciones de “un viaje de la oscuridad, hasta la luz, una experiencia del umbral de los sueños y despertar a la luminosidad”.

El viaje transita entre la incertidumbre de abrir los ojos y no saber bien a bien si la persona de al lado es en realidad aquella a quien se ama o un producto del sueño; la posibilidad de convertir lo desagradable del primer aliento en algo que permita seguir viviendo juntos; la duda que no permite reconocer los miembros medio dormidos del cuerpo y mezclados con los del otro. Todas estas sensaciones se mezclan para recibir la mayor recompensa de los amantes: mantener vivo el amor.

En los jardines secretos de Mogador

El escritor destaca que este material no sólo es una recopilación, sino que lleva consigo todo un esfuerzo de organización, investigación y técnica. Siguiendo los principios de su libro Los jardines secretos de Mogador –que apelan a no inventar y a no contar un deseo de la misma manera–, Alberto Ruy Sánchez reescribió hasta 5 veces cada uno de los 28 poemas. La consiga era hacerlos de una manera especial, tanto en su técnica como en su registró poético, por lo que utilizó 28 recursos poéticos distintos, lo cual le llevó 6 años aproximadamente.

El objetivo era hacer algo irremplazable y que mereciera perdurar, características que Ruy Sánchez considera esenciales para dotar de dignidad la labor del escritor. Además, este no es sólo un libro de poemas, sino que lleva en su interior ideas que evolucionan y se contradicen. Ecierra al “ensayista que como poeta vive el despertar. Un trabajo artesanal que es fundamental y que lo define como escritor de géneros indeterminados”.

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VERACRUZ CONSIGUIÓ TRES PUNTOS EN SU LUCHA POR NO DESCENDER

Por Gerardo Padilla
Foto: Telemundo
Ciudad de México (Aunam). El Estadio Olímpico Universitario albergó el Pumas vs Veracruz, un partido de gran trascendencia en la recta final del torneo Clausura 2017. En su visita a la capital, los Escualos necesitaban sumar puntos para tomar oxígeno en la quema del descenso, mientras que los Universitarios buscaban posicionarse entre los mejores ocho equipos de la competencia.


Tras casi media hora de juego, ninguno de los equipos fue capaz de generar peligro en el arco rival. La primera jugada de peligro que generó Pumas fue por parte de Jesús Gallardo, quien desbordó por la banda izquierda y mandó un centro para Matías Britos, quien cedió el esférico para que Abraham González rematara, pero el balón se estrelló en un defensa rival.

Al minuto 33, el conjunto del Pedregal se quedó con un hombre menos en el terreno de juego. El capitán auriazul Darío Verón llegó tarde a una jugada y pisó a Adrián Luna. El árbitro no dudó en sacar la tarjeta roja.

La primera oportunidad clara de peligro para el equipo visitante llegó entonces al minuto 36. Fredy Hinestroza subió por la banda izquierda al área de Pumas y retrasó el balón para Leandro Velásquez, quien centró buscando a Cristian Pellerano que se encontraba solo frente al arco de Alfredo Saldívar, pero Jesús Gallardo alcanzó a rechazar el esférico y mandarlo a tiro de esquina.

Dos minutos más tarde, los Escualos abrieron el marcador. La defensa de los Universitarios cometió varios errores al intentar rechazar el balón. Josecarlos Van Ranking intentó despejar el esférico, pero éste golpeó en la cabeza de Javier Cortés. El balón le quedó a Leandro Velásquez quien, totalmente solo frente al portero, mandó el balón al fondo de las redes.

Al inicio de la parte complementaria, el Director Técnico de Pumas, Juan Francisco Palencia, intentó ajustar a su equipo con un cambio. Salió el lateral por izquierda, Omar Mendoza, e ingresó el goleador Nicolás Castillo, quien se recuperó de una lesión.

Al minuto 60 del partido, Pumas tuvo una oportunidad inmejorable para empatar el partido. Javier Cortés mandó un buen centro al área rival, y Gerardo Alcoba llegó a cabecear el esférico, pero éste se fue desviado de la portería que defendía Pedro Gallese.

Aunque la posesión del balón seguía siendo del conjunto del Pedregal, los Pumas no podían generar mucho peligro en área rival. Al minuto 84, los Tiburones Rojos aprovecharon un contragolpe para liquidar el partido. Adrián Luna desbordó por el sector derecho y cedió el balón a Cristian Pellerano, quien sólo tuvo que empujar el esférico para anotar el segundo gol.

Segundos después de la anotación, el entrenador de Pumas Juan Francisco Palencia fue expulsado junto con el delantero Nicolás Castillo.
Con este resultado, Pumas se ubica en la doceava posición con 18 unidades, con 6 aún por disputar; mientras que los Escualos se posicionaron en el lugar 13, con la misma cantidad de puntos. En el tema porcentual, Veracruz tiene 1.1400 en el cociente, por encima de Jaguares y Morelia con 1.1300 y 1.1200 respectivamente.

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