"SI UN GOBIERNO QUIERE ESPIARNOS, ES CASI IMPOSIBLE EVITARLO": DAN GILLMOR

Por Diego Caso
Ciudad de México (Aunam). “Si un gobierno federal quiere espiar a alguien, es casi imposible prevenirlo. La tecnología, si bien es una excelente herramienta para los periodistas, es también la mejor arma de espionaje jamás inventada para quien desee vigilarnos”, así lo declaró Dan Gillmor durante el conversatorio Tensiones digitales y periodismo en la era de Trump.



Durante la mesa redonda, organizada en Casa Lamm por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y la Arizona State University, el también escritor comparó el problema de la ciberseguridad, que sufren los medios hoy en día, con una carrera armamentista.

“La ciberseguridad no es algo que se logra, es un proceso que continuamente debe ser actualizado. La ciberseguridad debe verse como una carrera armamentista: si el periodista consigue mejor protección, entonces los hackers desarrollan mejores herramientas para romperla”.

En el panel Ciberseguridad para periodistas, Gillmor también estuvo acompañado por Grisel Salazar, profesora asociada del CIDE, quien mencionó el caso del seminario Luces del Siglo, publicado en Quintana Roo, como un ejemplo de los ciberataques al periodismo en México.

“Cada vez que dicho medio sacaba una portada crítica en contra del ex gobernador Roberto Borges, ésta se clonaba para hacer una nueva usando términos que favorecieran al funcionario público”.

Por su parte Javier Garza Ramos, subdirector editorial de El Siglo de Torreón, señaló que la revisión de cualquier dispositivo electrónico de los periodistas extranjeros que trabajan en los Estados Unidos, por parte de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de dicho país, representa una amenaza para la labor periodística.

Los tres panelistas hablaron también sobre las amenazas físicas que enfrentan los medios de comunicación. En el caso de Estados Unidos, Garza Ramos enfatizó que los ataques sufridos por reporteros en algunos mítines de la campaña presidencial de Donald Trump son una señal de la creciente agresividad mostrada hacia los periodistas.

“De la desconfianza a la hostilidad hay una línea muy delgada. Cuando uno ve a un líder político enviar un mensaje agresivo en contra de la prensa, lo que termina ocurriendo es que alguien va a querer hacerle un favor a esa figura política e ir y hacerle daño a algún reportero”.

Sobre el mismo tema, Gillmor subrayó que ante esta situación los periodistas también deben convertirse en activistas que defiendan su trabajo de cualquier ataque.

“Si alguien que controla el gobierno dice que el periodista es el enemigo, eso es una declaración de guerra y si alguien te declara la guerra nosotros sólo tenemos dos alternativas: rendirnos y hacer lo que el gobierno diga o trabajar muy duro para proteger la libertad de expresión, la libertad de prensa”.

Así mismo, la profesora Salazar apuntó que en el caso mexicano, las agresiones hacia la prensa provienen, en su mayoría, de servidores públicos. Esto, sumado a hechos como que la Fiscalía Especial de Atención a Delitos contra la Libertad de Expresión sólo ha resuelto dos casos de agresiones, hace que los periodistas no sepan a quién acudir para protegerse.

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