"LAS MIGRANTES, VULNERABLES EN SU PASO HACIA ESTADOS UNIDOS": JILLIAN WAGMAN

Por Diego Caso
Ciudad de México (Aunam). “Las mujeres en tránsito hacia Estados Unidos son mucho más vulnerables que los hombres porque tienen que viajar por rutas más ocultas. Además, las mujeres viajan con sus hijos por lo que deben ir más lento; es un viaje muy distinto que el de los hombres”, así lo describió Jillian Wagman en el seminario Género y Migración: retos y perspectivas en la era Trump.



En el conversatorio, organizado por el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM, la abogada del Instituto para las Mujeres en Migración A.C. (IMUMI) señaló también la trata de personas como un problema que ya afecta a las mujeres migrantes durante su camino hacia los Estados Unidos.

“Estamos preparándonos para un aumento en la trata de mujeres porque con el aumento de la militarización y la construcción del muro en la frontera, los polleros y los traficantes van a tener más poder, en especial sobre la migración de mujeres porque ellas necesitan ayuda para cruzar la frontera, no pueden hacer la ruta que hacen los hombres”.

Sobre la vulnerabilidad de las migrantes, Elisa Ortega Velásquez, miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) apuntó que este grupo está expuesto tanto a prácticas discriminatorias como a que sus derechos humanos sean violados sólo por el hecho de ser mujeres.

“Las mujeres migrantes son tres veces vulnerables: por ser mujeres, por ser irregulares y por ser migrantes. Si son niñas y adolescentes, es otro grado más de vulnerabilidad, y si son mujeres indígenas, es aún más indefensa”.

Si bien un porcentaje importante de las mujeres emigran a suelo estadounidense para buscar mejores oportunidades de trabajo, Ortega Velásquez remarcó la incidencia de otras razones detrás de la migración femenil, en especial la violencia intrafamiliar.

“Estas mujeres abandonan sus hogares ya sea por motivos de persecución o violencia doméstica. De hecho, en el ámbito latinoamericano, y en el caso de nuestro país, la causa principal por la que las mujeres mexicanas salen a Estados Unidos y Canadá pidiendo asilo es la violencia doméstica. Esa es la guerra que enfrentan las mujeres en México, no la guerra contra el narcotráfico”.

En este sentido Juliette Bonnafé, representante de ONU Mujeres en México, agregó que la falta de acceso a la seguridad social y a trabajos decentes o bien remunerados empuja a las mujeres hacia la migración.

Sobre la inseguridad con la que las migrantes lidian en sus trabajos en Estados Unidos, Bonnafé subrayó la necesidad de la regularización de dichos empleos como clave para garantizar la seguridad de este grupo.

“El trabajo de las mujeres migrantes debe ser regulado porque eso es lo que va a permitir garantizar sus derechos de acuerdo a estándares internacionales. También porque el tema de la igualdad entre mujeres y hombres es clave para avanzar en todos los aspectos del desarrollo económico”.

Según cifras de ONU Mujeres, actualmente las migrantes, adultas y niñas, constituyen el 48% de la migración a nivel global, con alrededor de 118 millones de mujeres en tránsito hacia otros países.

“Endurecimiento de la política migratoria afecta aún más a las mujeres”


Con respecto a las amenazas de Donald Trump sobre la construcción de un muro en la frontera y el inicio de deportaciones masivas de inmigrantes, Jillian Wagman enfatizó la ineficacia de una barrera física pues dicha estructura no atacará la raíz del problema migratorio.

“Los muros no quitan o eliminan la necesidad de emigrar o de reunificación familiar. Si un padre o una madre está intentando reunirse y proteger a sus hijos, un muro no va a eliminar esa necesidad”.

Al respecto, Elisa Ortega Velásquez destacó que el endurecimiento de las medidas contra los migrantes en Estados Unidos afecta a las mujeres indocumentadas en general, sobre todo si se toma en cuenta el carácter misógino de su ahora presidente, pues se obstaculiza la colaboración entre ellas y las autoridades norteamericanas.
“La posibilidad latente de ser deportadas reduce las probabilidades de que se acerquen a las autoridades para denunciar, por ejemplo, hechos de violencia de todo tipo, en especial la doméstica”.

En ese sentido, la investigadora del IIJ señaló que este miedo puede llevar a las migrantes a prescindir de servicios de salud, situación considerada preocupante pues las mujeres migrantes son más vulnerables a contraer enfermedades de transmisión sexual durante su ruta a los Estados Unidos, ya sea porque son víctimas de trata o porque son forzadas a intercambiar sexo por comida o techo.

Como conclusión la doctora Frambel Lizárrraga Salas, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), enfatizó la poca cobertura que los medios de comunicación hacen de las mujeres migrantes en comparación con los hombres, lo que contribuye a convertir a la mujer en una figura invisible dentro de los procesos migratorios.

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