ESPACIO PARA NOTICIAS FALSAS, POR DESCONFIANZA EN MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Por Diego Caso
Ciudad de México (Aunam). Una de las causas del desarrollo de las noticias falsas es la desconfianza o falta de legitimidad de los medios de información, explicó el doctor Felipe López Veneroni durante la conferencia La era Trump y el desafío de los medios: entre la postverdad y las noticias falsas.


Durante el evento desarrollado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, el académico indicó que en México existe un tradicional recelo hacia los medios. Dicha suspicacia se refleja en los datos de una encuesta realizada por la empresa Parametría, en la que se señala que ocho de cada diez entrevistados desconfían de la información proveniente de la televisión, la radio y los periódicos.

Para Julio Hernández, autor de la columna Astillero en La Jornada, la gran mayoría de los medios de comunicación mexicanos han pasado a ser espacios de reproducción de noticias falsas a partir del alineamiento con sus propios intereses empresariales, lo que provoca dudas sobre la información.

“Me parece que la creación de esas noticias falsas invoca e impacta en la necesidad de las grandes masas de creer, más que de verificar, de asumir posiciones personales partidistas, de facción o de creencia”.

Según el periodista, es alarmante la cada vez más elevada influencia de las noticias falsas sobre la opinión pública en detrimento de la información verificada y real, situación que se vivió en las pasadas elecciones presidenciales en Estados Unidos.

Como parte de ese problema, Hernández mencionó la creciente presencia de cuentas falsas en Twitter y Facebook, manejadas por grupos de poder, que tienen como tarea entorpecer la comunicación en dichas redes sociales, todo ello con un objetivo.

“Estamos viviendo ya (en las redes sociales) el adelanto de una distorsión y de un cultivo de las condiciones para que la comunicación política no sea fluida, no sea confiable, y sí sea distorsionada para que, finalmente, muchos acaben creyendo o entendiendo que esas vías ya no son confiables”.

Como ejemplo de esta estrategia, expuso el caso de una cuenta concentradora en Twitter que utiliza la etiqueta #elinsurgente –a través de bots– para crear y promocionar tendencias frívolas que dominen la conversación en las redes sociales y desvíen la atención de temas críticos al gobierno.

Sobre el rol de las redes sociales en la propagación de noticias falsas, el académico Raúl Trejo Delarbre, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, agregó que la urgencia de la novedad, tanto de los medios de comunicación como de los usuarios de internet, empeora el esparcimiento de información sin verificar.

“Nos hemos acostumbrado a compartir la compulsión de creer que hay que enterarnos con toda rapidez y que hay que difundir la información que acabamos de recibir en nuestras redes digitales de inmediato, y cuando uno difunde un asunto de esa forma, ya sea en las redes sociales o en la vida cotidiana, se corre el riesgo de propagar mentiras”.

La forma en la que algunos usuarios construyen sus fuentes de información en internet –eligiendo cuentas o páginas que estén de acuerdo con su punto de vista–, termina por convertirse en otro tipo de desinformación: “Nos encerramos en circunstancias o en hechos o en burbujas que nos envuelven y en donde tenemos solamente una versión de los acontecimientos”.

Los panelistas coincidieron en que para combatir este problema es necesaria la cooperación tanto de los medios como de los cibernautas, exigiendo a los primeros mayor verificación en los contenidos que publican y a los segundos mayor responsabilidad al momento de compartir información en internet.

La conclusión de la mesa corrió por parte de López Veneroni; Al “treding topic hay que ponerle tú topic, porque si nos vamos por el puro trending al ratito andamos reproduciendo información sin verificar”.




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