TONNYBETH: UN VISTAZO A LAS NUEVAS FORMAS DE LECTURA

Por María Fernanda Hernández Cardeña
Ciudad de México (Aunam). La lectura es una de las grandes pasiones de Antonio Miranda Ocampo. Habla de ella como si también fuera su profesión. Y es que a pesar de haber estudiado Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, ha sido la literatura lo que le ha abierto las puertas hacia lo que hace hoy en día: ser un booktuber, es decir un promotor de la lectura en México a través de YouTube.

La Biblioteca Vasconcelos es cálida y silenciosa al mismo tiempo. Su atmósfera es amigable e invita a cada persona que camina por sus inmediaciones a adentrarse y hacer lo que sea que les guste, desde leer hasta bailar. También transmite una cierta calma: es la tranquilidad que acompaña a los lectores al momento de incursionarse en un libro.


Miranda Ocampo se halla sentado en un sillón del recinto en el que tuvo su primero evento como booktuber. “Fue muy impresionante porque una parte de mí aún tenía la idea de que en México no se lee. Cuando hice mi canal de YouTube pensé que no pasaría de 200 suscriptores, entonces fue sorprendente ver en el auditorio de la Biblioteca a más de 300 personas que veían los videos”, relata.

Tonny –como me pidió que lo llamara– forma parte de la comunidad de lectores llama Booktube, creada en la plataforma de YouTube. “Es una comunidad que permite a los jóvenes tener acceso a nuevas formas de lectura. Antes, cuando yo leía, lo hacía solo. Pero en Booktube no solo puedes encontrar a más personas que leen, sino que tienen otros puntos de vista y te recomiendan libros diferentes”.

La difusión del fenómeno de Booktube en México comenzó a darse entre 2011 y 2012. Innumerables canales de tal índole han surgido y crecido tanto dentro como fuera del internet. Ejemplo de su impacto son las ferias del libro que, continuamente, se han llenado de seguidores de una comunidad que busca, en palabras de Tonny, una nueva forma de experimentar la lectura.

“Yo quiero que la vida sea eso: platicar y compartir las emociones que te produce un libro, no solo que se vaya a un salón de clases a hablar sobre él. Para mí eso no tiene sentido, tiene que ser algo que impacte en tu vida. Y cuando veo que eso pasa con las personas, me gusta”, comenta con tono apacible.

La entrada al mundo de las letras

El gusto de Tonny por la lectura inició desde muy pequeño, cuando empezó a escuchar las historias que su madre le relataba.

“Mi mamá me leía mucho de chiquito, entonces siempre se me hizo algo muy padre, aunque no lo hiciera por mí mismo”, cuenta recargado en el sofá de tono casi tan oscuro como el de su suéter de rayas. “De ahí surgió mi inquietud de leer por cuenta propia. De repente le pedí que me comprara un libro, se llamaba Colmillo Blanco, y me gustó”.

No obstante, fue hasta la secundaria que comenzó a generar un hábito por la lectura y considerarse un lector. “Muchos de los libros que leí, no los entendí; pero otros sí me gustaron y son, hasta ahora, mis libros favoritos”. Entre ellos se encuentran Clemencia, Fausto, La insoportable levedad del ser y Todo está permitido.

Sin embargo, Tonny considera que muchos estudiantes se alejan del mundo de las letras después de pasar por este nivel educativo porque la lectura se convierte en una obligación escolar, no un gusto adquirido.

“Creo que a veces hace falta fomentar el amor por la lectura, preguntarle a un joven: ¿qué te dejó el libro?, ¿qué no te gustó? o ¿qué te gustaría leer?, porque si le ponen un examen, pierde el interés por buscar qué leer por sí mismo. Lo hace por la escuela y ya”.

“Algo que me interesa es que los jóvenes lean, pero no sólo como parte de su formación académica o de un entretenimiento. Creo que la literatura puede ayudarte a adquirir más experiencias o a prevenir otras, te da una perspectiva más amplia e, inclusive, te ayuda a conocerte más como persona”, explica.

Tonny ha sacado muchos beneficios sobre este último punto, pues utiliza lo aprendido a través de la lectura para contestar cuestiones tan existenciales como la forma de vivir la vida o qué hacer para ser feliz. También ha encontrado muchas cosas que lo han ayudado en sus relaciones personales, con la familia, los amigos o la pareja.

“Crecí queriendo ser un todólogo”

El interés generado por la lectura en sus primeros años ha acompañado a Tonny desde entonces y moldeado importantes decisiones en la vida del booktuber. Precisamente, durante la lectura de uno de sus libros favoritos Tonny descubrió su interés por estudiar para filósofo en la máxima casa de estudios

“Un día estaba leyendo con mi tío Fausto de Goethe y él dijo: «A mí me habría gustado saber de todo, pero no hay ninguna carrera que se llame Todología. Tal vez, filosofía sea lo más cercano a ello», recuerdo que dijo”.

No obstante, el booktuber llegó a considerar otra carrera, aunque ésta fuera sólo un complemento para su verdadero interés: el amor por las letras.

“En realidad, crecí con la idea de querer ser dentista, pero porque pensé que estudiando eso iba a poder hacer algo similar a la filosofía. Me gustaba reflexionar e imaginar, así que pensé que podría ocupar el tiempo libre de dentista para hacer esas cosas. Siempre estuve muy seguro sobre filosofía, aún cuando no sabía muy bien en qué podría trabajar. Más tarde, al graduarme, tuve una sorpresa muy grata al descubrir que no podía dedicarme solo a la docencia, sino también a la promoción de cultura”, relata.

Dentro del leve sigilo del último piso de la Biblioteca, Tonny enlista a varios de sus filósofos predilectos, como Schopenhauer y Kant, junto con algunas de sus citas. “Aquellos hombres que en definitiva me interesan, son a los que les deseo sufrimientos, abandono, enfermedad, malos tratos, desprecio…”, citó a Nietzsche con voz delicada.

“Pensé «sí se puede» y abrí mi canal”


El seudónimo de su canal, “Tonnybeth”, surgió de una combinación de nombres realizada por una de sus primas pequeñas. “Su mamá se llamaba Elizabeth, entonces un día llegó y me dijo: «Tú eres Tonnybeth». Me gustó cómo sonaba y opté por él”.

Después del nombre, siguió la elección del contenido del canal. Planeado en un principio para hablar sobre filosofía, su canal terminó por unirse a los booktubers cuando Tonny los descubrió en la red.

“Me gustaba ver cosas en YouTube. Desde que comencé a ver videos me habían surgido las ganas de hacer algo, sólo que no sabía qué. Pensé en hacer un canal de filosofía, pero nunca lo hice hasta que salí de la carrera y, con el tiempo libre, me topé con los canales de libros. Encontré los de Alberto Rebolledo (Holaquelee), Fa (Las palabras de Fa), Raiza (Raizarevelles99) y con ello pensé «sí se puede».

Miranda Ocampo abrió su canal a inicios de 2012. Hasta la fecha, su portal ha conseguido más de 128 mil reproducciones y un aproximado de seis mil suscriptores. Gran parte de su reconocimiento se debe al haber sido uno de los pioneros del movimiento en el país.

La posibilidad de compartir con la gente algún libro interesante que no conocieran fue la motivación inicial detrás de sus primeros videos, pues Tonny no tenía otra expectativa o propósito particular en mente cuando abrió su canal. Incluso, en un principio muy pocas personas conocían la existencia de Tonnybeth.

“Fue muy raro porque no le dije a nadie más que a una amiga. Un día se descompuso mi computadora y, entonces, utilicé la de mi mamá para editar los videos. En una de esas se me olvidó cerrar la sesión y fue cuando ella los encontró. De repente, en el domingo familiar que hacemos cada semana ya todos estaban viendo mis videos. Me dio pena, pero dijeron que les gustaban”, cuenta con una sonrisa encarnada en su rostro de piel bronceada.

Tras detallar los comienzos de su canal, Tonny revela que en vez de haber querido desistir en algún momento, pasó lo contrario. “He encontrado muchas motivaciones para seguir haciendo los videos, aún cuando no pueda o no tenga el tiempo suficiente”, señala.

Sus motivaciones han ido cambiando con el transcurrir del tiempo. Al principio se trataba únicamente de compartir y recomendar algún título. Más tarde comenzaría a conocer a la gente a la que le gustaban sus videos y pedían que subiera más. A la par, llegarían también los patrocinios.

A partir del éxito de la comunidad, algunas industrias editoriales han optado por un tipo de acuerdo para dar a conocer sus nuevos títulos a través de los booktubers: libros gratis a cambio de una reseña en sus canales. Esta nueva dinámica produce en Tonny marcadas alegrías, pero también preocupaciones.

“Es bonito porque hago amigos y enfoco más tiempo, energía y recursos a cosas que tienen que ver con Booktube. Me llena de satisfacciones y alegría, pero también es una responsabilidad. Significa un compromiso no sólo con el público, sino con las editoriales y con los eventos que se organizan”, puntualiza.

Entre otros méritos de Miranda Ocampo se encuentra el haber sido coordinador de múltiples círculos de lectura, así como haber formado parte de conferencias y actividades en Ferias Internacionales del Libro (FIL), como lo son la FIL Monterrey –con el Encuentro con jóvenes lectores: Booktube (2013)¬– y la FIL Guadalajara, con el Encuentro Nacional de Booktube (2016).

Otro de sus logros reside en el apoyo que ha brindado a nuevos booktubers. Tal fue el caso de Ivette Mejía Sánchez –ganadora del concurso “Somos booktubers, 2015”– quien relata que Tonny “fue el primer lazo que tuve con la comunidad. Al principio tenía miedo, pero él me dio confianza. Me dijo «tú habla de lo que quieras, todos te vamos a abrir los brazos, las puertas y los canales»; si en algún momento llegué a dudar, le debo a él que haya continuado”.

“No voy a soltar Booktube nunca en la vida”

La biblioteca se mantiene tranquila, pese al constante intercambio de palabras y el recurrir de las personas entre los pasillos aledaños. Gracias a los ventanales que se hallan a los lados del edificio, es posible distinguir que el buen tiempo persiste en el exterior.

Miranda Ocampo recuerda la forma en la que fue integrándose a la comunidad de los booktubers. Unos comentarios en los videos de otros compañeros fueron seguidos por recomendaciones para su canal. A los tres meses, fue invitado a un grupo en Facebook (Booktube en español) que tenía como objetivo encontrar a más personas como ellos. Pronto Tonny se dio cuenta que este era su lugar.

“A los nueve meses de haber creado mi canal nos contactó un chavo llamado Rafael Cessa, promotor de lectura en el país. Fue con él que empezamos a conocer muchas cosas que se hacen en México para la promoción de la lectura, tanto por parte del Gobierno como de organizaciones independientes. Me interesé en ello y desde ahí dije: «No voy a soltar esto nunca en la vida»”, cuenta.

Una manera distinta de leer

El booktuber encarna sus pobladas cejas color azabache al tiempo que cavila sobre cuál ha sido el mayor logro personal y profesional hasta ahora.

“Ambos se relacionan. El haber logrado cambiar algunas cosas, por ejemplo, que llegue una persona y me diga «por ti leí este libro, me gustó y me cambió la vida» son cosas que, de alguna manera, significan un logro para mí. Porque quiere decir que he convencido a una persona de que leer un título vale la pena y eso es lo que quiero hacer”, explica.

Tonny también puede añadir su participación en la FIL de Oaxaca, con el primer taller Booktube impartido en México –en colaboración con Rafael Cessa– como uno de sus logros. Miranda Ocampo también ha estado relacionado con eventos sobre los booktubers en la Biblioteca Vasconcelos, la Feria Internacional del Libro en Acapulco, Guadalajara y otros estados de la República.

Sin embargo, Tonny aclara que quedan otros objetivos por cumplir, como el relacionado con el fomentar el gusto de la lectura entre los jóvenes y combatir el desdeño que algunos críticos muestran hacia la denominada “literatura juvenil”.

“El problema que yo veo es que muchos críticos literarios y académicos ven a los adolescentes como personas que leen por simple entretenimiento o de una forma superficial. Es importante que no se vea a la literatura juvenil como basura, como algo que no vale la pena. Ese tipo de actitud no le hace ningún bien a los promotores de la lectura y a la sociedad en general”, remarca.

Un mundo sin filosofía y sin literatura

Miranda Ocampo hace una última reflexión sobre la manera en que su pasión por la filosofía y, sobre todo, por la lectura ha cambiado el rumbo de historia.

“Mi vida sería muy diferente sin la lectura y la filosofía, porque a partir de que empecé a hacer vídeos, hice otras amistades. No habría conocido a muchas personas de no ser por este medio”.

“Tampoco tendría todas las oportunidades de presentar autores, viajar a ferias de libro y tener círculos de lectura. Muchas cosas se las debo, de alguna manera, a la comunidad de Booktube, a mi pasión por la filosofía, por la lectura, y a mis ganas de querer compartir ese gusto con los demás”, comenta.

Libro en mano, jeans rectos, playera y tenis del mismo color sombrío. Es esa la imagen recurrente de Tonnybeth, tanto en su vida cotidiana como en su trabajo como promotor de lectura. El booktuber no duda en hacer una recomendación antes del final.

“Lean mucho y quítense los prejuicios de ciertos libros. Sí, hay libros juveniles malos, pero no todos lo son. Aún así, si les gustan ese tipo de libros, léanlos. De todo se puede aprender algo”.






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