NO ME VEO EN OTRA SECCIÓN QUE NO SEA DEPORTES: ENRIQUE SÁNCHEZ VERA

Por Manuel Alejandro Álvarez Torres
México (Aunam). Enrique Sánchez Vera se define a sí mismo como “cazador de metas, sueños y objetivos propuestos, que no se detiene en su andar, alguien que siempre está persiguiendo una ilusión que lo lleve a superarse diariamente, apabullando las adversidades”.

Periodista apasionado, carismático y empático, a pesar de sus 55 años de edad sigue demostrando que la experiencia es mejor que la juventud y que para sobresalir en la vida no hay un límite de años, pues disfruta día con día su “trabajo”, así, entre comillas, porque según él, aquello es un simple pasatiempo bien remunerado.


Enrique Sánchez Vera es oriundo del Distrito Federal, específicamente de la delegación Gustavo A. Madero, Enriquito, como le llaman sus amigos y colegas, es un periodista y comentarista deportivo, labora en Grupo Imagen Multimedia, por las mañanas da los pormenores de los deportes en la estación de radio 98.5, en el noticiario matutino que dirige Martín Espinoza, y por la tarde colabora con la sección deportiva en Excélsior Televisión, de dos a tres de la tarde, a cargo de Yuriria Sierra.

En los albores del día, una cabina radiofónica alberga a dos sujetos, al lado de dicho espacio, un antiguo estudio de televisión del cual solamente se distingue el ruido de máquinas y herramientas en funcionamiento. En dicha cabina hay cinco sillas giratorias y una mesa ovalada donde se pueden recargar los brazos y dejar hojas de papel junto a una grabadora de bolsillo.

El día de la entrevista, Sánchez Vera esperaba en una esquina afuera de Grupo Imagen Multimedia; vestía como debe de vestirse para un trabajo formal: traje negro que combinaba a la perfección con su calzado del mismo color, brilloso, recién boleado, aunque el saco lo cargaba en su brazo izquierdo; camisa de manga larga y tinte azul que hacía juego con una corbata azul marino.

Daba un sorbo de café y observaba constantemente su teléfono, pues ya casi era hora de que entrara al aire en otra cabina radiofónica y realizara lo que más le gusta hacer: enunciar y comentar las noticias deportivas del día, seguía revisando su smartphone mientras leía rápidamente sus notas tratando de jerarquizarlas.

“En un rato más le seguimos ¿no?, es que tengo que estar ahí con Martín, pero en cuanto salga, tenemos todo el tiempo del mundo para charlar, tomarnos un cafecito o salir por un desayuno, ¿va?”, dijo con un rostro de presión, pues sus notas estaban revueltas y no tenían pies ni cabeza, puesto que no le dio tiempo suficiente de prepararlas.

Con el tiempo cumplido salió de la cabina donde estaba, se despidió momentáneamente y prometió volver, así que recogió su saco y salió rumbo a otra cabina donde se encontraba una persona de camisa azul de manga larga, tez morena, pantalón y calzado del mismo color: negro, de 1.70 m de estatura, con mejillas redondas y acento yucateco, era Martín Espinoza, titular del noticiario matutino de reporte 98.5, quien anunciaba la entrada de Enrique Sánchez Vera para ofrecer los pormenores de los deportes.

Sánchez Vera tiene un estilo periodístico que hace que la gente lo siga y que se haya ganado un lugar de renombre dentro de la empresa, debido a que según los propios seguidores, tiene empatía con la gente y es accesible a todo lo que se le pide, cumpliendo cabalmente las órdenes.

Muchos de sus amigos platican que la historia del máster es digna de admirarse, porque proviene de una colonia popular y, a pesar de las adversidades, se ha sabido levantar y anteponerse a ellas, dejando en claro que la edad no es un motivo de estancamiento para no seguir progresando en la vida, pues cuando uno lo anhela lo puede lograr.

Luego de 50 minutos de anunciar los acontecimientos deportivos más importantes del día, salió de la cabina y con un “buenos días” a cual más que le sonreía, retomó a su antigua posición en la cabina radiofónica deshabitada.

“Ahora sí, ya tenemos tiempo suficiente para hablar de lo que quieras, vamos a la cabina”, dijo, y de vuelta a aquel espacio deshabitado donde nos esperaban dos cafés y un tazón repleto de galletas surtidas.

Habilidades y un toque de suerte

Al escuchar la pregunta de cómo llegó a formar parte de Grupo Imagen Multimedia, en su rostro se dibuja una expresión de recuerdo, y haciendo añoranza responde con singular alegría: “Llegar a esta empresa no fue muy sencillo que digamos, bien sabes que para trabajar en los medios necesitas una buena palanca o habilidades acompañadas de un toque de suerte”.

“Reporte 98.5 es una estación nueva, porque nació hace más de diez años, surgió como una estación de información especializada para la Ciudad de México, siendo un poco menos formal que el 90.5, que es una estación con periodistas de renombre y mayor peso a nivel nacional.

“Y todo esto nos conduce a que cuando solicitaban comentaristas y gente para la empresa debían de cumplir con múltiples requisitos, los cuales yo no tenía, yo me sentía perdedor y presentía que no me quedaría ahí; hasta la fecha no me explico cómo pude entrar a la empresa porque recuerdo que me dijeron ´déjenos su teléfono, nosotros le llamamos´. Y a la semana ya me tenía que presentar, es cierto, fue como un golpe de suerte, pero tú tienes que provocarlo mediante tus cualidades y aptitudes para el trabajo.

“Hasta la fecha me pongo a reflexionar, las cualidades o las cosas que vieron en mí que yo no vi”, dice al tiempo que en su rostro se perciben gracia y asombro. Continúa: “Cuando les dije a mis camaradas nunca me creyeron, decían que si me quedé fue porque tenía chispa y cumplía con el perfil indicado para el puesto, pues era una persona que pensaba en los demás y en el auditorio”.

Justo como se lo imaginaba


Desde que ingresó a Imagen Multimedia supo que eso era para él, justo como se imaginaba, hablando y conversando sobre deportes en una cabina mientras el productor y el operador le hacían señales o comentarios por el auricular. En su rostro se apreciaba un gesto de alegría y felicidad, pues por lo que contaba, el trabajo que ostenta cumplía todas sus expectativas.

Desde que asistía a la Escuela de Periodismo Carlos Septién se imaginaba en una mesa con micrófonos y otros compañeros discutiendo las notas deportivas a fondo y con cada opinión aumentar su perspectiva porque parte de su vida la ha construido con base en los comentarios de sus colegas y compañeros.

Sus compañeros y amigos coinciden en que si bien Sánchez Vera no es el mejor periodista de deportes del país por lo menos se le ve impetuoso y con ganas de trabajar. Su amigo Francisco Maturano dice que se ve a leguas que para Enriquito, como lo llama, lo suyo lo suyo son los deportes y que él está hecho para el periodismo radiofónico, como el periodismo radiofónico está hecho para él

Giros de 360 grados

Interrogado acerca de cómo Grupo Imagen Multimedia, en especial Reporte 98.5, ha cambiado su vida, Sánchez Vera se acomoda la corbata, hace una mueca de felicidad, decide quitársela y desabrocharse un botón de su camisa blanca, mirar su reloj y sacar su teléfono para mostrar la carpeta de fotografías.

“¡Uhhh, si te dijera!, Estar aquí me ha abierto las puertas de un mundo desconocido para mí, porque yo vengo de una colonia popular, y el estar aquí me permitió codearme con empresarios y demás colegas de un estrato social más elevado”, señala.

Imagen Multimedia le ha dado giros de 360 grados a su vida porque le ha permitido conocer celebridades y figuras del mundo de la farándula y del deportivo, además de cubrir eventos, como la Fórmula Uno o del Consejo Mundial de Lucha Libre, donde puede conocer referentes o personajes de talla internacional.

Maldito perro

Con los dedos de sus manos numerando empezó a dar una lista de frases que lo han marcado, como “vete al diablo”, “maldito perro”, “perro infeliz”, “canijote”, “chiquitín”, por mencionar algunas de su amplio vocabulario que utiliza de broma y genera risas y burlas cuando se escuchan al aire.

Es el tipo de lenguaje que sus radioescuchas desean oír en la radio. “No quieren algo recto y lineal, que se limite a decir las notas de manera aburrida, por eso mucha gente (del auditorio) me felicita y me pide que les dé más”, que les diga que son “maldito perro” o “perro infeliz” cuando está al aire, dice.

En La industrial, las ventanas de las casas eran los palcos

Después de un momento de risas y una vez agotadas las galletas del tazón y el café, Sánchez Vera va por dos botellas de agua, a su regreso empieza a hablar de su infancia y su juventud vivida en un territorio al norte de la Ciudad de México, en la delegación Gustavo A. Madero: la colonia Industrial.

“La tres veces gloriosa Industrial”, como le llama a la colonia donde vivió desde chamaco, está ubicada cerca de la estación La Villa-Basílica del Metro, allí reside gente de clase media con acceso a todos los servicios sin tener grandes mansiones o casas despampanantes. Clase trabajadora que suele ser muy humilde y caritativa con los que menos tienen.

Con nostalgia recordó la colonia y a las personas con la que pasó su infancia y juventud porque para él la vida en la Industrial fue sensacional, ya que ahí aprendió a valorar a la gente que lo apoyaba o que hacía un esfuerzo con tal de que siguiera adelante, porque deseaban que le fuera bien en la escuela, y eso fue lo que constituyó parte de su identidad y una de sus múltiples motivaciones para sobresalir en la vida.

“Había señoras muy buena gente en la colonia, siempre me regalaban manzanas, naranjas u otra fruta. Al término de un partidito de futbol la madre de un amigo nos regalaba naranjas con chile y una vecina nos daba una jarra de agua, y cuando le preguntábamos que cuánto era nos decía que no le debíamos nada, pues ella lo hacía de corazón y nunca esperaba nada a cambio”.

Cada vez que tiene la oportunidad de ir allá le gusta recorrer a solas la colonia donde creció. A cada paso que da va recordando aquellos partidos de futbol en medio de la calle, Se acuerda de aquellos gritos de ¡Pásala!, ¡Tírale! y todas esas indicaciones típicas del soccer. “Era sensacional jugar ahí porque la calle era nuestro estadio de futbol y las ventanas de las casas parecían los palcos del estadio donde podían vernos jugar”, apunta.

No se olvida de su gente

Enrique Sánchez Vera siempre voltea a ver a la gente que lo apoyó a ser lo que es hoy en día, nunca olvida el pasado que le ayudó a llegar a la cima y ser uno de los referentes de Grupo Imagen Multimedia.

“Esto que te voy a decir, tómalo como un consejo, pues es muy importante que cuando llegues a ser alguien en la vida nunca olvides tus raíces, no las niegues y no quieras tener una vida que no es, siempre ve por la gente que te ayudó para que ahora les puedas echar la mano, porque ellos confían en ti y no hay mejor manera de pagarles que reconociéndolos.”

“En mi caso, nunca olvido mis raíces ni a la gente de la colonia Industrial pues, como te dije, son ellos la motivación que tienes para seguir hacia adelante”, señala. Fue el día de su graduación como periodista que juró siempre ver por su colonia y ayudar en lo que se pueda a la gente de la comunidad donde creció y nunca olvidar sus raíces porque al fin y al cabo no las puede ocultar.

“Tus gustos reflejan tu verdadera identidad”, dice. “Por más que uno quiera ocultarlo o disimularlo, siempre habrá algo que nos delate y revele quiénes somos en realidad. Por ejemplo a mí me delata el tipo de expresiones que uso como el ´maldito perro´ y otras más, no puedo disimular mis gustos por las garnachas y los tacos, así como mi pasión por la música tropical principalmente salsa y cumbia, mis gustos por el deporte, porque le voy al América”.

Sin secretos

Afirma que no posee ningún secreto para tener éxito en la radio, sólo cumplir con lo que se le ordena en el trabajo, “tal vez porque hago que la sección de deportes del programa de Martín Espinoza no sea tan formal y aburrida, como en otros programas”, dice mientras busca en uno de sus bolsillos una goma de mascar sabor hierbabuena.

Llamado por muchos de sus radioescuchas y seguidores como “El comentarista del pueblo”, de pronto pone en su rostro una expresión de fascinación e incredulidad por el mote que, según ellos, se debe a que Sánchez Vera entiende perfectamente cómo dirigirse a su audiencia, pues ningún otro comentarista deportivo lo ha logrado.

“Todo lo hago por Rebeca, ella mueve mi mundo”

El camino para llegar a ser lo que es nunca fue tan sencillo y en ocasiones la suerte nunca estuvo de su lado, el golpe de tener que cuidar y criar a su hija Rebeca fue devastador. Ser padre soltero implicaría trabajar de sol a sol para mantener y ofrecerle una vida mejor, sin olvidar su crianza y la obligación de cubrir los gastos de la casa.

Cuando todo iba por buen rumbo, un golpe lo desequilibró y sacó del camino; sin previo aviso, se quedó solo, sin alguien que le ayudara a criar a Rebeca, su única hija. Hablar de ese tema no le viene muy bien, la tristeza y la melancolía hacen de las suyas en él. Se queda pensativo, en sus ojos quiere asomarse una lágrima pero la contiene.

“No todas las veces en la vida te puede ir bien, para llegar a ser el mejor primero debes tocar fondo, porque es de ahí donde inicias el camino para andar de nuevo, mientras estés abajo tienes dos opciones: quedarte ahí tirado y ya no hacer nada, o levantarte y sacudirte el polvo para seguir andando”, señala mientras busca su pañuelo para limpiarse el rostro.

--Entonces, ¿cómo le hizo o en quién se inspiró para salir adelante?
--Mi mayor motivación para no abandonar ningún proyecto o dejarlo inconcluso es el saber que lo estoy haciendo por mi hija Rebeca, de diez años. Ella es la que mueve mi mundo. Saber que soy su única fuente de ingresos me motiva más, porque no quisiera dejarla desprotegida o abandonada, sin que no tenga a nadie en quien apoyarse.”

--Siempre pienso en mi pequeña Rebeca, es ella la única mujer a quien más quiero en esta vida, inclusive si me preguntas te diré que todo lo que realizo lo hago únicamente por ella --En sus ojos una lágrima quiere salir, mientras le da vueltas a su vaso con café.

De pronto, de su cartera saca un fotografía donde aparecen su hija y él, sonriendo y divirtiéndose, en la imagen se visualiza a una niña de diez años con playera y pants rosados, de su cabello tiran dos coletas sujetas con una liga, mientras él aparece con bermudas de mezclilla y camisa tipo Polo, rayada, y una gorra negra.

Rebeca significa mucho para el maestro Sánchez Vera. Al tiempo que de sus ojos rueda una segunda gota, guarda la foto de nuevo en su cartera y se limpia el rastro de lágrimas.

“Perdón por las lágrimas chiquitín, es que recordé lo mucho que quiero a mi niña, pues es todo lo que tengo hoy en día”. Sin duda, es la parte más frágil de la personalidad de Sánchez Vera.

La conversación ha cambiado, pues resulta embarazoso seguir preguntando sobre ese tema que le aflige demasiado pero que evoca con sentimiento y nostalgia.

Por esa razón, sus compañeros y amigos le tienen una gran admiración, porque a pesar de ser padre soltero ha sobresalido en todo lo que ha hecho; sus metas las ha cumplido y eso, bien o mal, le ha ganado un lugar de prestigio en la empresa.

A sus 55 años de edad sigue demostrando que para anteponerse a las adversidades, la edad no es un factor determinante, tanto que hasta la empresa le ha otorgado ciertos beneficios y le ha acomodado un horario de trabajo accesible para atender asuntos de casa.

Los deportes, como anillo al dedo


Ya lo decía Francisco Maturano, uno de sus múltiples amigos en Grupo Imagen Multimedia, que en la sección deportiva se permite estar un poco más relax, porque conociendo a Sánchez Vera no se lo imagina reporteando situaciones de mayor seriedad, porque ésta no le va y su público no le gustaría verlo así, pues es él quien los divierte y entretiene. Además de que los mejores momentos de la vida de Enrique han sido gracias a la sección deportiva.

Como la vez en que se fue a Acapulco a cubrir el Abierto Mexicano de Tenis de 2013, con todos los gastos y viáticos a cargo de la empresa. “Esa vez me dediqué más a ver a las muchachas que a cubrir el evento”, lo dice con un tono picarón y en voz baja para que no ser escuchado por alguien más.

Aquella vez nunca se le olvidará porque fue una experiencia agradable ya que sólo eran cinco horas de juego por 19 de descanso y relajación, porque iba a la playa, dormía a más no poder o se echaba el mentado “taco de ojo” con las muchachonas que pasaban.

¿En serio está trabajando?

Por la época en que el entrenador de la selección nacional de fútbol era Miguel Herrera, un día El Piojo ofreció una conferencia de prensa en el Centro de Alto Rendimiento, en el sur de la Ciudad de México, por la salida a Cuernavaca. Esa vez Sánchez Vera iba acompañado de su colega y amigo Mauricio Ymay, corresponsal de Televisa, quien cubría todo lo relacionado con la selección.

Miguel Herrera estaba al micrófono hasta que llegó la ronda de preguntas, Sánchez Vera se levantó y cuestionó al entrenador nacional, pero la respuesta pasó a ser segundo plano porque lo que se recuerda de aquella ocasión fue la reacción de los compañeros periodistas.

La risa se apodera de él, toma un sorbo de agua y prosigue: “Recuerdo muy bien que le pregunté a Miguel sobre el planteamiento táctico del equipo y al tiempo que hacía la interrogación, se escuchaban murmullos que decían: ´¿A poco trabaja?´, ´Va a llover´, ´¡Vaya, ya era hora!´, ´¡Milagro!´, ´¿No estará enfermo?´, y demás comentarios que a Ymay y a mí nos causaron risa al terminar la conferencia de prensa”.

Los deportes lo divierten, lo entretienen y él hace lo mismo con su auditorio, por eso es casi imposible que lo remuevan de esa sección, porque el público lo pide a gritos todas las mañanas o las tardes en el programa Reporte Deportivo, transmitido de tres a cuatro pm, de lunes a viernes.

¡Habrá segunda parte!

Tras casi cuatro horas de conversación, el entrevistado debía partir hacia la llamada Esquina de la información (el cruce de las avenidas Reforma y Bucareli, donde se ubican los diarios Excélsior y El Universal), pues el enemigo a vencer era el tráfico esta vez, tenía que enunciar las noticias deportivas en el noticiero de dos a tres de la tarde en el canal 28 de televisión abierta (ahora 27.1).

“Tú no te preocupes, me avisas si deciden publicar la entrevista, si no, pues me vienes a ver y tomamos un cafecito y hacemos la segunda parte. No te digo ´adiós´ porque no es definitivo, mejor le dejamos en un ´nos vemos luego´¨, justo cuando tomaba su saco y su corbata, salió a los pasillos y, como de costumbre, toda la gente lo saludaba pues ha dejado huella en Grupo Imagen Multimedia.

En el escritorio dejó una nota, posiblemente la clave de su éxito, que decía: “Abdicar a tus sueños o esperanzas es traicionar a la gente que cree en ti; claudicar es tirar a la basura todo el esfuerzo que otras personas han hecho por ti; rendirse es la manera más fácil de parar en la búsqueda de los objetivos”.

Sánchez Vera sueña que un día le otorguen un premio de periodismo por sus años en el medio y para ello redobla esfuerzos, porque entiende muy bien que llegar a la cima cuesta, y mucho. El máster es ejemplo para muchos compañeros porque sobreponerse a los múltiples obstáculos no cualquiera lo hace.







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