QUISPE SERRANO, PERIODISTA DE PROFESIÓN, DEPORTISTA DE CORAZÓN


Por Brenda Valeria Cervantes Alonso
México (Aunam). Seguro de sí mismo, excelente profesor, dedicado y responsable, son algunas de las palabras con que sus alumnos y conocidos definen a Héctor Quispe Serrano. Periodista de profesión y deportista de corazón, él ha trabajado para Grupo Expansión, Cable News Network México y Entertainment and Sports Programming Network; ha sido líder mundial en noticias deportivas, además de codearse con grandes celebridades del deporte, entre ellos el astro del fútbol Diego Armando Maradona.

Con éxitos y caídas, la pluma y el papel de Héctor toman un pequeño descanso de su agitada labor como periodista deportivo y deja a un lado su escritura en el portal de Forbes México para narrar el partido más importante de toda su carrera: su vida.

La cita

Contactar a Héctor Quispe fue sencillo; lograr una cita con él para realizar la entrevista fue el verdadero reto, pues es un hombre muy ocupado que divide su tiempo entre el periodismo, la docencia, la familia y la vida social.

La cita para la entrevista tendría lugar en la estación Guerrero del Metro de la Ciudad de México, exactamente a las 12 horas.

“Hola. Mucho gusto”, dijo mientras ignoraba mi mano extendida para saludarme con un fugaz beso en la mejilla… “Hola”, respondí rápidamente ya que su acción me dejó impactada.

El hombre alto, de cabello y ojos color castaño oscuro que solía ver en fotografías vistiendo un traje elegante, con zapatos bien lustrados y corbata que combinaba con el resto, en este encuentro estaba relajado y cómodo enfundado en una camisa a cuadros color verde, pantalón de mezclilla y zapatos negros, siempre con su teléfono a la mano.

El periodista se abrió paso entre a la multitud con paso firme sobre la calle Zarco, decidido a encontrar un restaurante clásico de la colonia Guerrero para almorzar y conversar, todo ello para saldar su deuda, pues un día antes la cita había sido cancelada.

La colonia Guerrero es un lugar bastante concurrido; las personas van y vienen, varios puestos de películas piratas inundan el lugar: locatarios del mercado Martínez de la Torre se apoderan de las primeras calles mientras los marchantes recorren los pasillos para, después, pasar a un escenario de la misma cotidianeidad con locales de comida corrida esperando a sus comensales.

El restaurante que tenía pensado él era Carnitas Rigo, un local pintoresco y folclórico de paredes color verde, decoradas con varios cuadros con escenas como partidos de fútbol y corridas de toros. Las personas que se encontraban dentro no dejaban de degustar sus platillos mientras las encargadas de la cocina seguían platicando entre ellas. En palabras de Quispe, es uno de sus lugares favoritos porque sintetiza la cultura e historia de la colonia.

Con música norteña fácil de reconocer por el sonido del acordeón retumbando entre las paredes y el estruendo del motor de varios automóviles que pasaban frente a él, Quispe olvidó por un momento sus compromisos, dejando que la atmósfera lo envolviera en los recuerdos e historias que estaba a punto de contar, como si fuera la primera vez.

Inspirado en su padre


“Yo crecí enamorado del deporte por mi padre, él me supo inculcar ese amor y pasión por todas esas actividades”, mencionó emocionado mientras su mirada viajaba de un lado a otro y una leve sonrisa se dibujaba en su rostro.

Además de inculcarle la pasión por el deporte, su padre también le enseñó mucho sobre cultura, tanto mexicana como peruana, ya que era originario del país inca y sólo venía de paso por México, pues su verdadero sueño era estudiar ópera en Europa. “Le gustó tanto la música, el cine y la cultura mexicana que no quiso regresar y terminó estudiando ingeniería electrónica, además de enamorarse de una bella mexicana, mi madre”, recordó mientras sus ojos se perdían en una mirada fija en la calle inundada de individuos que paseaban de un lado a otro.

De aspirante a futbolista a periodista


Héctor Quispe estudió en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), plantel Azcapotzalco, aunque su primera opción era alguna unidad de la Escuela Nacional Preparatoria. Poco antes de terminar el bachillerato la vida le dio un giro inesperado.

“Recuerdo muy bien ese día --comenzó a relatar--, era el último día de clases y tenía que ir a la escuela. Viajé desde mi casa en la colonia Michoacana hasta el CCH Azcapotzalco, eran las 4 de la tarde y sólo tenía que recoger mi calificación. Al salir del colegio y emprender el camino a casa me asaltaron. Yo me sentía todo un rebelde, tenía el cabello largo, tocaba guitarra, ¡y hasta tenía mi propia banda!” --recordó emocionado mientras agitaba sus brazos de un lado a otro y las palmas de sus manos se abrieron fugazmente, como un rayo que toca la tierra y después desaparece.

“Ese día se me hizo fácil no dejar que me quitaran ninguna pertenencia, como consecuencia los sujetos me dieron una puñalada en la pierna, lo que me costó dos meses enteros sin caminar. Recuperar la movilidad fue una tarea dura, pero fue más duro ver cómo mi sueño de ser futbolista se desvanecía.”

Después de ese incidente Héctor quería seguir estudiando y el pase directo a la Universidad Nacional Autónoma de México lo llevó hasta la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP --ahora Facultad de Estudios Superiores) Acatlán. Sus padres se encontraban preocupados ya que la institución se situaba muy lejos de su hogar.

Quispe trató de realizar una permuta, pero no lo consiguió, por lo que decidió renunciar a la ENEP y seguir sus estudios en la Escuela de Periodismo de Guillermo Pérez Verduzco, El Toby --reportero estrella del programa 24 horas con Jacobo Zabludovsky-- en la cual era directora de arte Ofelia Guilmain, famosa actriz de la época del Cine de Oro en México.

Con la ayuda de su familia, Héctor logró ingresar en esa escuela, donde cursó la carrera de periodismo y arte. Su nueva responsabilidad era obtener una beca y el sustento para seguir estudiando, por lo que a los 18 años consiguió su primer trabajo de dibujante con Jorge M. Isaac, productor de películas mexicanas.

“Me gusta dibujar, por lo que estar trabajando con el señor Isaac me daba mucho gusto. En ese trabajo me encargaba de hacer diferentes carteles para las películas y bocetos de algunos de los actores. Gracias a este trabajo pude conocer a algunas celebridades como Rodrigo Puebla, actor de cine mexicano, pero duré muy poco en ese empleo, sólo trabajé un mes o menos” –comentó mientras revisaba atentamente su teléfono.

Además del periodismo deportivo, Héctor Quispe se la pasaba todo el día escuchando programas de concursos tipo Adivina la canción. Ahí se enteró de un curso de periodismo radiofónico.

“Llegué a las instalaciones de XEW, La voz de América Latina, y conocí a Juan Ramón del Campo Jr., que era un personaje muy importante en la época de oro de la radio en México. Él había producido a artistas como Arturo de Córdova, ¡Imagínate!” --en ese momento la emoción se refleja en cada una de sus palabras, mientras sus cejas se levantan fugazmente y sus ojos se abren poco a poco.

En el curso se preparaban comentaristas deportivos. Quispe llegó en febrero de 1989 y logró entrar en el programa Comentando el fútbol en noviembre del mismo año, fecha que él considera como su entrada oficial al periodismo. Ese programa fue punta de lanza para varias celebridades como Fernando Schwartz o Gerardo Peña, quienes tardaron meses en debutar. Quispe lo logró en sólo una semana.

“Recuerdo que llegaba al programa dominical que se transmitía de 2 a 3 de la tarde y de 6 a 7 pm. Siempre vestía de traje y corbata, lo que produjo que llamara la atención de varias personas ya que por ser domingo todos se limitaban a asistir con ropa informal. Un día me preguntaron que si yo podría hablar de asuntos deportivos y dije: ´¡por supuesto!´, pero de ahí no pasó. A la siguiente semana me preguntaron si ya sabía lo que iba a decir, sorprendido sólo pude responder con otra pregunta : ´¿lo que voy a decir?´, y la respuesta del jefe fue, ´sí, hoy vas a debutar en un partido Cruz Azul Monterrey´”. Quispe curveó lentamente las comisuras de sus labios, fue una sonrisa leve pero duradera.

Fundador de Reforma

Entre el programa de radio y los estudios, Quispe aún tenía tiempo para colaborar en varias publicaciones y tomar algunos cursos que le ayudaban a mejorar en todos los ámbitos. En su etapa como reportero, fue invitado para ser miembro fundador del periódico Reforma, aunque no fue un camino sencillo.

“Tuve que sortear trece etapas para alcanzar mi meta. Pero en serio, me moría por ser fundador. Recuerdo que un día fui a la hemeroteca a consultar algunos ejemplares de La Jornada, al ver la portada donde se mencionaba a los fundadores me dije a mí mismo: ´¡esto quiero ser!, quiero ser parte de un periódico que marque época´. Me costó sangre, sudor y lágrimas, pero lo logré.”

Las palabras salen de su boca con un tono de voz firme y sin titubeos, mientras en sus ojos se hace presente un brillo que transmite un sentimiento de orgullo y algo de nostalgia al recordar aquel suceso.

La última etapa del proceso de selección para los fundadores de Reforma incluía un curso especial en Monterrey, Nuevo León, y Quispe estaba seguro de que quería asistir, pero el destino le tenía otra sorpresa: a consecuencia de un asalto que sufrió su padre, él quedó incomunicado, por lo que cuando quisieron contactarlo para que viajara a la ciudad del norte, no lo encontraron.

Desanimado, Héctor fue a dar las gracias al periódico Reforma pero, para su sorpresa, le dijeron que él debía ser seleccionado e inmediatamente se le pidió que pasara a una entrevista. Después de comentar que le gustaban los deportes, en especial el fútbol, y que era sumamente capaz de hablar de ello, entró al curso y al periódico en la sección de deportes.

Su encuentro con el astro futbolero


Durante su carrera, Héctor ha trabajado para medios importantes en el mundo del deporte, como Cable News Network México o Entertainment and Sports Programming Network, pero sin duda la entrevista que logró realizar a Diego Armando Maradona es uno de los capítulos más emocionantes en su vida. El encuentro se dio en una de las visitas del astro futbolero a México. En ese momento Quispe se encontraba dando un diplomado.

¿Cómo fue su encuentro con Maradona?

-Fue una grata experiencia. Recuerdo que llegué al hotel donde se hospedaba porque el periodista, hermano de la productora que se encontraba conmigo en el diplomado, no podía llegar a la clase porque estaba esperando a Maradona. En cuanto me enteré de la situación, yo les pedí que me dejaran ir a verlo, aunque sea a saludarlo e inmediatamente salimos hacia el hotel. Al llegar, Maradona bajó y comenzó la entrevista con el reportero que se encontraba en el lugar. Al terminar, me acerqué para saludarlo y, sin pensarlo, saqué la grabadora, le hice una sencilla pregunta y para culminar le pedí que mandara saludos al diario Reforma. Al día siguiente, en el periódico me pidieron que llevara al futbolista para una entrevista y, como nunca digo que no, tuve que mover mis influencias ¡y lo conseguí!

“Poco antes de llegar a las instalaciones de la empresa me acerqué a uno de los ayudantes y le pregunté: ´¿qué es lo que trae Diego en esa maleta?´, a lo que me respondió: ´no lo va a creer, pero lleva su colección de discos de El Chavo del 8´, pues el señor Maradona era un gran fan. Después de eso, comenzamos la entrevista y todos mis compañeros fueron muy respetuosos, nadie se metió.

“Para ser periodista y tener una buena entrevista es necesario investigar y hacer las preguntas pertinentes para obtener una buena información y la exclusiva, pero siendo Maradona, ¿cómo podía conseguir un dato nuevo? Me armé de valor y le pregunté sobre la maleta llena de videos de El Chavo del 8, a lo que él mismo contestó confirmando lo que me había dicho su ayudante. Esa es la única entrevista exclusiva que Maradona ha dado en México y también la primera donde aclara el asunto de la mano de Dios en el mundial de México 86 contra Inglaterra, confesando que efectivamente su mano tocó el balón y entró a la portería, otorgándoles la victoria.”

La mirada de nuestro entrevistado se pierde en el resto del lugar, recordando aquel momento junto al futbolista. Con esa exclusiva, Quispe se despidió del periódico Reforma, pues Panamerican Sports Network (PSN): Pasión por el deporte, un canal deportivo con la misma fuerza que ESPN en la actualidad, se interesó por él, pues ese tipo de notas son las que querían ver en televisión.

El periodista se hace en la calle


Después de platicar sobre cómo PSN quebró y la manera en la que llegó al diario Récord, Quispe comienza a hablar sobre la labor del periodista y menciona sentirse orgulloso del periódico Reforma, ya que es un lugar donde sólo entran los mejores, que es una organización elitista pero que ha dado mucho al periodismo mexicano, e incluso ha cambiado paradigmas.

Quispe asegura que el periodista es una persona que debe tener valores: “Las habilidades y capacidades se pueden adquirir, hay algunas con las que se nacen y otras que se cultivan; esos son los valores que deben venir desde casa. En el periodismo debe haber honestidad, porque se trata de hablar de la verdad o lo más cercano a la realidad, es hacer una labor social pues con el periodismo se es capaz de formar una comunidad que se encuentre deseosa de que se le brinde algo de utilidad”, comenta en tono serio pero seguro, mientras le da una gran mordida a su platillo.

El periodista sabe que esta profesión es demandante y absorbente, asegura que es como la labor de una enfermera, ya que no existen días libres o festivos, siempre se deben mantener al corriente de lo que está sucediendo con su paciente o, en el caso del periodismo, con la información que fluye minuto a minuto.

Quispe aseveró, con mirada firme, que “el periodista no debería buscar fama, sino prestigio, porque el periodismo es una herramienta para crear contrapeso en la sociedad”. De la misma forma comentó que “los estudiantes deberían de poner a trabajar el título universitario, porque el papel no te da talento, sólo se cuelga en la pared para que se vea bonito, el periodista es un individuo que se educa en la academia y se hace en la calle, además de ser como un camaleón que se adapta a cualquier situación”.

La emoción es la mejor parte

La charla fluía y algunos comensales se retiraban del lugar mientras la música de Los Tigres del Norte inundaba el espacio y se mezclaba con las estrofas de los Ángeles Azules que provenían de la acera, era momento de una pregunta contundente.

¿Qué es lo que más le apasiona del deporte?

-La emoción. Todo tipo de deporte debe despertar emociones y la gente dedicada a la producción de estos eventos debe transmitir ese sentimiento. Cuando no hay emoción difícilmente se encontrará la aceptación del público --respondió mientras la mesera se acercaba para recoger los platos y los envases vacíos.

¿Qué opina del deporte mexicano?

-El deporte mexicano sigue el criterio y objetivo de lo que debe significar esta actividad física: mente sana y cuerpo sano, aunque intervienen muchos factores, dependiendo de la empresa. No es un problema apoyarse en el deporte profesional para crear negocio, el inconveniente llega cuando las personas se convierten en cifras y pierden toda su esencia; de la misma manera, convergen muchas marcas, empresas e intereses y, en México, desafortunadamente, es utilizado como vehículo para otros intereses de corte político y nuestro país no es la excepción --comentó mientras su cabeza se tambaleaba de un lado a otro como gesto de desaprobación.

Para ser, hay que parecer

Quispe ha tenido la oportunidad de trabajar para los medios de comunicación y programas más importantes de México y del mundo, él sabe que su esfuerzo y dedicación han dado frutos y se siente como el mejor futbolista del equipo: “Si eres bueno, los mejores equipos te buscarán y podrás jugar con ellos”.

Su trayectoria, que combina responsabilidad, criterio, disciplina y prestigio, lo han llevado hasta donde se encuentra hoy en día, pero nunca se ha subido a la piedra y se ha mareado, siempre sus pies se mantienen en el suelo.

¿Cómo se describiría? ¿Quién es Héctor Quispe?

-Héctor es un tipo buena onda que le gusta compartir lo que sabe, o lo poco que sabe. Una persona que se prepara para no rendirse o fracasar en el intento. Es un hombre que sabe que el periodismo es peligroso, pero que le apasiona cada paso que da, siempre abierto a las críticas. Lo que yo digo trato de llevarlo a cabo todos los días, porque el periodista es como un vaso de cristal, siempre se ve lo que hay dentro. Me gusta el estilo de vida que llevo, porque yo lo elegí y porque el periodismo es eso, es lo que siempre le digo a mis alumnos, ´para ser, hay que parecer´, ése es Héctor Quispe.

La entrevista finalizó y Héctor se levantó de su asiento. Mientras caminaba de regreso a la estación Guerrero del Metro, su rostro dibujaba una expresión de felicidad y satisfacción. El hablar de su vida y su trayectoria lo hacen sentirse orgulloso, pero más aún le agrada compartir sus experiencias con periodistas jóvenes, porque sabe que esa es la mejor manera de que la profesión se nutra de conocimientos y de personas capaces de aportar algo bueno a la sociedad, pero lo más importante, que esos jóvenes se sientan apasionados por el periodismo.


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