LA CULTURA EN UN SOLO LUGAR: EL CENTRO CULTURAL UNIVERSITARIO


Por Livier Licea
México (Aunam). En la capital mexicana la cultura está en el sur. Pero desde hace cuatro décadas, su epicentro se encuentra en un extremo de Ciudad Universitaria. Allí se erigen estructuras arquitectónicas inmensas e innovadoras por su diseño que dan cabida a teatros, foros, salas de conciertos y de proyección, museos y hasta un espacio escultórico que transporta al visitante a otra dimensión.

Se trata del Centro Cultural Universitario (CCU) por donde desfilan cientos de personas que acuden a oír y o a ver a los artistas, cantantes, pintores, cineastas, conferencistas y demás integrantes de la comunidad artística e intelectual del ámbito nacional e internacional que exponen allí sus trabajos y talentos.

La Universidad Nacional Autónoma de México inició en 1970 la edificación de dos de los espacios más representativos de este sitio: la sala Nezahualcóyotl, inaugurada a finales de 1976, y el espacio escultórico tres años después. El propósito de dotar a los habitantes de la ciudad de México de un sitio de cultura y esparcimiento.

Posteriormente se construyó el Museo Universitario de Arte Contemporáneo, que ha adquirido fama por sus exposiciones modernas y variadas, además de su arquitectura fresca y opuesta a lo común. Desde entonces, el CCU se ha convertido una de las zonas de importancia incluso internacional.

Salas por doquier, conciertos aquí, cines allá

La sala de conciertos Nezahualcóyotl tiene casi 39 años de actividad. Con más de 300 metros cuadrados, está diseñada para que el sonido se distribuya parcialmente por cada rincón, tanto del escenario como en el resto de la habitación. Ha recibido infinidad de orquestas, grupos y solistas que lucen sus producciones por la acústica.
Fue realizada por Arcadio Artis y Orso Núñez, con la colaboración de Cristopher Jaffe, éste en materia de acústica, hecho por el cual es comparada con sus antecesoras en Concertbouw (de Ámsterdam), Usher (Edimburgo) y Andrew (Glasgow).

Ese es el factor principal por el cual la Orquesta Filarmónica de la UNAM, una de las mejores del mundo y la más antigua de México, tiene allí su sede principal. La Ofunam, por su parte, se da cabida para realizar cerca de 70 presentaciones al año, mayormente en su temporada de septiembre a julio; este año especialmente, con su gira por Italia, al mando de Jan Latham – Koenig.

El espacio escultórico, por su parte, está edificado a un de la Biblioteca Nacional. Fue realizado por el escultor Federico Silva en 1977, un año después de la inauguración de la sala Nezahualcóyotl, con la intención de mezclar la cultura, el arte y la ecología en un solo lugar.

Lo desarrollaron en equipo Federico Silva, Manuel Felguérez, Helen Escobedo, Hersúa, Sebastián, Mathias Goeritz y Roberto Acuña, este último hizo la maqueta.

Representa una imagen cósmica del mundo prehispánico integrado por 64 columnas triangulares que forman un círculo de 120 metros de diámetro en cuyo centro se aloja roca que alguna vez fue lava del volcán de Xitle, que hizo erupción hace 1600 años.

Su inauguración, en 1979, dos años después de iniciada su construcción, fue sellada con una reflexión de José Vasconcelos –autor del lema “Por mi raza hablará el espíritu” en una placa metálica ubicada en ese espacio:

«Al crear el hombre el jardín, de
hecho separa lo bello de lo útil, en
el tránsito del grano a la rosa hay
el mismo salto que de la marcha a
la danza y de la representación
imaginada al dibujo que la plasma»
José Vasconcelos, Espacio Escultórico, UNAM, 1979

Más al sur se encuentra el Teatro Juan Ruiz de Alarcón, con capacidad para más de 400 personas y su escenario tipo italiano. Junto con el Foro Sor Juana Inés de la Cruz, utilizado para teatro experimental, con espacio para 250 espectadores, brindan una amplia gama de dramaturgia universal de todos los tiempos.

Recintos culturales

Las salas Miguel Covarrubias y Carlos Chávez, los espacios de cine José Revueltas y Julio Bracho y el Centro Universitario de Teatro se encuentran también en ese sitio.

Para el mismo fin se encuentra el Museo Universitario de Arte Contemporáneo, espacio moderno y abierto que le da un toque diferente a la sobriedad que alberga la plaza cultural de CU, en sus salas se presentan exposiciones que brindan la posibilidad de crear una multiculturalidad de las muestras, además de ser símbolo de dicho lugar.

La inmersión juvenil en la cultura universitaria

El Centro Cultural Universitario es visitado todos los días, a todas horas, por jóvenes quienes asisten por asuntos escolares o de interés personal.

Humberto Nava, estudiante de la Universidad Panamericana, se describe como un amante de las exposiciones modernas del Museo de Arte Contemporáneo. En ocasiones visita algunas salas en las que se proyectan películas de hechura internacional con sentido cultural y otras a conciertos musicales.

Suele acompañarse de su pareja, califica de lugar perfecto para salir los fines de semana, gusta de tomar fotos y subirlas a sus redes sociales, por ahí admira el paisaje, la tarde y la diversidad de personas que acuden a este lugar.

Humberto, quien fue estudiante de preparatoria en la UNAM, menciona que asistía frecuentemente por actividades escolares, tanto en las salas a escuchar conciertos, a los ciclos de cine, al MUAC y Universum. Y ahora, explica, “asisto porque me gusta, es una manera diferente de pasar la tarde los fines de semana, que es cuando estoy libre del trabajo y de la escuela, además me gusta andar por aquí caminando.”

El Centro Cultural Universitaria recibe también a cientos de extranjeros, incluyendo aquellos que estudian en la universidad por intercambio escolar.
Ana Rangel prefiere el espacio escultórico, pero “sólo en algunas ocasiones, porque luego hay personas que vienen y toman el espacio como centro recreativo o cama de bronceado, y pienso que es uno de los problemas más grandes que tiene esta zona de CU, porque al encontrarse abierta para todo tipo de público, algunos no lo respetan.”

Se levanta el telón

El Centro Cultural Universitario es más que su diseño arquitectónico, puesto que allí es posible encontrar personalidades, exposiciones de reconocimiento mundial y una riqueza intercultural.

Esto y más es la Zona Cultural de Ciudad Universitaria, un recorrido que no es permitido perderse y que dejará a cualquier visitante con ganas de regresar.
Nunca tanto tan poco espacio dio tanta satisfacción a tantos.


Foto: Archivo Aunam.



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