13 de junio de 2014

UN HÉROE PARA LA INVESTIGACIÓN EN LA FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES

Por Jaqueline Martínez Trejo
México (Aunam) ¿Cuál es el miedo más común al hacer una investigación?: las fuentes de información, porque nos limitamos a buscar sólo en bibliotecas y en internet. Si bien, Wikipedia o El Rincón del Vago por mencionar sólo algunos ejemplos, son fuentes de información, no son confiables ya que su información puede ser plagiada de otras páginas en cualquier momento y por cualquier persona. Además de estos sitios en internet hay otros en donde se puede obtener información confiable y oficial, entonces, si hay más fuentes, ¿por qué siempre utilizar las mismas? La respuesta: por pereza.

El tiempo de las monografías, de las biografías de cincuenta centavos, de Encarta 98 y de Wikipedia ya pasó. Como alumno de primaria es válido, pero como alumno de licenciatura es vergonzoso seguir obteniendo información de estas fuentes tan básicas. Estamos en el siglo de la tecnología, sabemos utilizar iPads, computadoras, smartphones; pero no sabemos utilizar adecuadamente los medios electrónicos para buscar información confiable. Esto puede ser por dos factores: el primero porque no se sabe de la existencia de estos medios; el segundo porque es más fácil seguir buscando en las páginas más frecuentes de la web. Si es por la última opción no hay nada qué hacer contra la pereza del “investigador”, pero si es por la primera hay solución.

Formar parte de la comunidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) implica desde gritar el “¡Goya! ¡Goya! Chachun, Cachun, Ra Ra” con enjundia, ponerse la playera de los Pumas y portarla con orgullo, presumir que estudias en esta institución, pertenecer al equipo de fútbol americano o de cualquier otro deporte, y contar con servicios médicos como indica la página de internet unam.mx en el apartado de Comunidad UNAM, hasta tener el acceso a medios electrónicos con fuentes de información confiables y de calidad, por las cueles si no se es estudiante o profesor se paga una suscripción para poder tener acceso, comentó en entrevista el administrador de la logística del Centro de investigación e información Digital (CiiD), José Luis Huerta Silva. Este recurso es gratuito para la comunicad universitaria y no se explota al cien por ciento.

Las fuentes de información que ofrece la UNAM, según las estadísticas de la Dirección General de Bibliotecas de esta institución, son aproximadamente 6 millones de volúmenes; más de 10 millones fascículos de revistas, más 21 mil especializadas y 110 revistas mexicanas; 444, 198 tesis y 146 fuentes en bases de datos. Hay tantas fuentes que los alumnos no pueden revisarlas todas, y se espantan cuando un profesor les pide como mínimo tres fuentes diferentes para un trabajo.

Para ejemplificar la situación se mencionará el caso de una clase de Sociedad y Comunicación de primer semestre de 2013, donde la profesora adjunta pedía mínimo tres fuentes bibliográficas para realizar una tarea. Algunos alumnos inconformes se quejaban porque eran “muchas fuentes”, así que se llegó al extremo de pedir las fotocopias de las páginas de los libros de donde los estudiantes obtenían la información.

Los privilegiados

La Faculta de Ciencias Políticas y Sociales (FCPS) está alejada del centro de Ciudad Universitaria (CU), los alumnos deben caminar más que los de las otras carreras para llegar su salón, además hay deficiencias en las aulas y en el préstamo de equipos de cómputo y proyectores; pero tiene algo que otras facultades no: un Centro de investigación e información Digital. Así que la comunidad de Polakas es afortunada por tener un este servicio con recursos fidedignos y especializados para la investigación y el uso de softwares especializados.

El CiiD es...
La definición expuesta en un cartel pegado en este centro dice que es “una entidad académica especializada en Tecnologías de Información”. En palabras más sencillas, es un lugar dedicado a la investigación por medio de las tecnologías digitales, las cuales facilitan esta actividad porque brindan acceso a fuentes de información confiables de otros lugares del mundo, como es el caso de Latindex —revistas con información científica de países de América Latina, El Caribe, España y Portugal.

La doctora Silvia Molina reconoce este lugar como un “servicio excelente” en donde encuentra datos e información que “en la vida podrá consultar” porque son demasiados, además de que provienen de fuentes confiables. También mencionó que si los alumnos usan el CiiD para sus tareas pueden mejorar su calidad y también aprenderían a usar los bandos de datos.

Las instalaciones del CiiD, ubicadas dentro de la Biblioteca de la FCPS en la parte inferior, se abrieron el 7 de febrero del 2005. En ese entonces, el objetivo fue que los alumnos pudieran consultar los catálogos de los libros y tesis de la UNAM; se buscaba difundir la Biblioteca Digital. Después comenzaron a apoyar “proyectos más especializados, no se atendía al profesor en particular; si no era un proyecto grande no se aceptaba”, especificó el Ingeniero Alberto Axcaná, uno de los fundadores del CiiD, “ahora se apoyan todos los proyectos, sean de alumnos o académicos y se brindan asesorías para aprender a usar programas de software especializado”, también se le apoya a los profesores.

El legado del virus AH1N1

Dicen que de lo malo siempre queda algo bueno. En el año 2009, debido al brote de Influenza AH1N1 la ciudad estaba desértica y la economía del país estaba frenada: los restaurantes cerrados, las escuelas y oficinas bacías, los mercados con poca gente y en el transporte público las personas usaban cubre bocas y guantes de látex. El 27 de abril de 2009 en El Universal se dio la noticia que todo el país estaría sin clases hasta el 6 de mayo, decisión que tomó el secretario de Salud José Ángel Córdova para evitar contagios.

Ante este problema de salud pública que afectó las clases y obligó a las escuelas y universidades a cerrar, la UNAM propuso la modalidad de “acceso remoto” —se tramita en la página de la Dirección General de Bibliotecas (DGB)—, el cual permite ingresar por medio del número de cuenta a todos los medios electrónicos que sólo se podían consultar en el CIID o en las computadoras de CU. La finalidad era que los tesistas y los investigadores no detuvieran su trabajo, dijo el licenciado Luis Huerta, uno de los tres encargados del CiiD. Así desde el 2009 se abrieron más posibilidades para que los alumnos, profesores, tesistas e investigadores pudieran aprovechar estos recursos.

El puente: la diferencia entre acceso remoto y el CiiD

-Si desde la casa o cualquier lugar de CU se puede consultar las fuentes de información ¿cuál es la diferencia entre consultarlas en el CiiD o en casa gracias al acceso remoto?

“Se puede entrar sin ningún problema desde cualquier lugar, pero hay que saber. Aquí es en donde el CiiD interviene, en el acompañamiento: a dónde buscarás, cómo lo harás, qué quieres encontrar, no qué vas a buscar”, explicó el encargado de la coordinación de Informática de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

No hay diferencia entre ingresar desde cualquier computadora e ingresar desde las del CiiD, pues se encuentra la misma información; la diferencia reside en que en el Centro de investigación e información Digital, se tiene como objetivo ayudar a los alumnos en su búsqueda para que encuentren lo que se necesitan. ¿Qué se necesita?, ¿cómo se necesitas?, ¿para qué se necesita?, con base en estas preguntas es la asesoría. Además quienes apoyan son profesionistas, por ende están capacitados para hacerlo.

En palabras de ingeniero Axcaná, “no es apoyo, se acompaña a los alumnos y profesores y se les asesora para que lo hagamos juntos”, ésta es la función principal del CiiD: asesorar mostrando cómo se hace el trabajo, no sólo indicar. “Somos el puente para que los usuarios busquen información en bancos de datos internaciones, por los cuales la UNAM paga una gran cantidad”. El objetivo principal del CiiD es que se aprovechen estos bancos de datos, ¿cómo? guiando a los alumnos o a los profesores a hacer su búsqueda de información.

En entrevista con la doctora Silvia Molina, mencionó cómo le ha ayudado el CiiD, “Me orientan para que mis búsquedas estén bien hechas”. Los tres profesionistas que se encargan del CiiD son amables y siempre están dispuestos a ayudar.

Los servicios

En entrevista el licenciado en Administración José Luis Huerta Silva, encargado de las salas del CiiD y de los materiales educativos e infraestructura de este sitio, comentó que los principales servicios que se brindan en este lugar se dividen en tres: la investigación documental en línea; la asesoría y apoyo con el manejo de software y TIC; desarrollo de sistemas y páginas web como la de la Facultad, el currículum vítae de los profesores de las cinco carreras y difusión de materiales creados por los académicos. También colaboran en la Gaceta, con los Institutos y Centros de Investigación.

Otros servicios que ofrece el CiiD son el acceso a diversas fuentes de información además de TESIUNAM y las revistas especializadas como Latindex, a publicaciones periódicas de investigadores de la UNAM, a SciELO —hemeroteca virtual— mexicana y de 15 países más, así como a MAPAMEX, lugar donde se encuentra información cartográfica de 15 mapotecas de la UNAM e instituciones externas. Se pueden leer libros en línea o descargarlos, aquí te dicen cómo.

En este centro de investigación aparte de buscar información de fuentes confiables, oficiales y de calidad, se brinda apoyo y asesoría en la edición de videos; ayuda personal y en grupo, capacitación específica sobre algún software; también se enseña a almacenar datos en la web y se dan cursos complementarios para algunas materias como es en el caso de la carrera de Relaciones Internacionales y de Sociología, en las cuales se imparten clases de cartografía con ayuda de los mapas de MAPAMEX y las asesorías de los especialistas.

Entre otras funciones del CiiD, están los cursos intersemestrales para los alumnos; a los investigadores los ayudan a diseñar páginas web y con el hospedaje de su sitio, a difundir su material, a crear la imagen institucional de su proyecto, con la digitalización del material y el posicionamiento de su sitio web. Brinda el mismo apoyo para los proyectos de PAPIIT Y PAPIME. Para la Facultad colaboran con las páginas web de las coordinaciones: su actualización y el currículo de los profesores. Asimismo, si un profesor o alumno necesita comprar una computadora y no sabe cuál, lo orientan.

La Coordinación de Informática junto con el CiiD imparten un diplomado en línea el cual que dura un año, llamado “Tecnologías de la Información y Comunicaciones para la enseñanza”, en donde se le enseña a los profesores a usar todas las herramientas que pueden instalar en sus equipos. Gracias a este recurso, los docentes pueden aprender a usar las nuevas tecnologías y mejorar y actualizar su técnica de enseñanza.

Algunos profesores requieren que el diplomado sea presencial y se les apoya en el CiiD, “no sólo es apoyo y asesoría, se le llama acompañamiento para que lo hagan juntos, porque al profesor le cuesta muchos trabajo realizar las actividades en línea”, dijo Alberto Axcaná. Desde hace tres años que se imparte este diplomado, hasta este mayo según datos de la Coordinación de Informática ya son más de 70 profesores que lo han tomado. Este año 22 docentes lo terminaron, Son pocos los que se acercan. Aproximadamente, por cada siete profesores adultos hay tres profesores jóvenes.

La capacitación específica en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) se enfoca en los sistemas operativos, seguridad de los equipos de cómputo y mejor rendimiento, el manejo de Google Drive, edición de audio, videos e imágenes. A los profesores les ayudan con herramientas tecnológicas y digitales, para la docencia y así las clases no sólo sean en el aula donde el gis y el pizarrón son la única herramienta para la enseñanza.

Algunos profesores que están más relacionados con el CiiD son: el profesor Carlomagno Ávila, Blanca Estela Audirac, Juan Pedro Antonio Chávez, Luz Elena Gonzáles Padierna, María de los Ángeles Sánchez, Silvia Molina y Vedia, quienes acercan a sus alumnos desde segundo semestre a este Centro de Investigación y utilizan la plataforma digital se llama repositorio para almacenar su material documental-didáctico y facilitar el acceso a algunas lecturas. En este caso, el trabajo de esta entidad académica de la FCPyS es la digitalización de los libros (el escáner del CiiD para la digitalización de materiales costó, en su tiempo, “lo de un coche”, según datos de la Coordinación de Informática).

Los créditos del CiiD: lo que hay detrás

La Coordinación de Informática de la Facultad trabaja junto con el CiiD, no sólo son las tres personas que están en el Centro de Investigación las que lo conforman, es todo un equipo de trabajo integrado por 15 profesionistas que les gusta su trabajo. “Nos gusta nuestro trabajo lo hacemos bien y somos amables, además, en parte es por regresarle un poco a la Universidad por todo lo que nos dio” -dijo el encargado de la Coordinación.

El equipo lo conforma: el licenciado Rodolfo Ortiz, egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, quien se encarga de lo multimedia; el licenciado en Diseño Gráfico Hugo Olivares, a cargo de los diseños web y el desarrollo; José Luis Huerta Silva, licenciado en Administración de Empresas, es quien dice lo que funciona y lo que no, lleva la organización de la infraestructura del Centro de investigación; estos tres profesionistas son quienes apoyan a los alumnos y a los profesores en el CiiD.

“Somos lo créditos del CiiD y aunque no estamos ahí, estamos en la Coordinación de informática” y cada año el equipo de trabajo, debe hacer informes, presentar lo que hace y cada tres año proporcionar un reporte con las publicaciones y libros que han hecho para justificar por qué merecen seguir en ese trabajo. Es personal preparado al cual le gusta su labor reiteró el ingeniero, quien también dijo que el CiiD recibe demasiado apoyo de la dirección.

Es personal capacitado y los alumnos son su fuente de trabajo además se sienten capaces para hacer su trabajo. Un alumno del Sistema de Universidad Abierta (SUA), Juan Pablo Cianca Martínez, reconoció al CiiD como “mi maestro, mi fuente de respuestas, mi centro de ayuda y de apoyo, donde están capacitados y educados”. Es notoria la capacidad de los profesionistas del centro de investigación, además los alumnos lo comentan: siempre están dispuestos a ayudar en cualquier asunto que se requiera.

Entre hojas de papel y sitios web: la difusión

Las campañas que se hacen en el CiiD, para la difusión del lugar y de los servicios, son los cursos intersemestrales es la campaña más importante porque van varios alumnos. También se les invita a los profesores a que vayan y lleven a sus grupos. Asimismo tratan de hacer eventos como el Festival Latinoamericano de Instalación de Software Libre (Fisol) que se lleva a cabo anualmente. Este año fue el 25 de abril y el CiiD fue una sede de la República Mexicana. Se enseñó a editar videos y audios, a elaborar medios gráficos y el uso y administración de GNU/Linux (sistema operativo) esta información se podía consultar en el Facebook del CiiD y en los carteles pegados dentro y fuera de sus instalaciones.

Los 40 equipos que se cambiaron hace un año por ordenadores i7, se aprovechan más en los cursos intersemestrales, pues es cuando se utilizan los softwares de alto procesamiento. El todos los integrantes del equipo de la Coordinación de Informática preparan y dan estos cursos; dicen que no lo hacen por el reconocimiento, porque sí lo tiene pero “sí les interesa que los alumnos aprovechen los recursos del CiiD”, ya que este es el objetivo principal.

No todo es perfecto

En el 2007 se actualizó el sitio web del CIID, en diciembre del 2013 se hizo de nuevo y hasta la fecha (mayo de 2014) sigue en mantenimiento, así que quien desee consultar información desde la página principal no puede. El perfil de Facebook y de Twitter está activo y diario comparten artículos relevantes relacionados con la tecnología y la información, además vinculan información de temas sociales y políticos.

El problema de no conocer el CiiD reside en que quien no conoce este espacio, no tiene contacto en las redes sociales con el CIID (de una muestra de 28 alumnos, sólo el 14.5 por ciento de los que usan el CiiD lo conocen por las páginas de internet), lugar en donde publican sus contenidos e invitan a tomar los cursos y asesorías.

Las funciones las limitan los usuarios

La profesora Silvia Molina mencionó que los alumnos deberían exigir a sus profesores ir al CiiD, pero algunas veces los alumnos no quieren ir por flojera como en el caso de una clase impartida en el CiiD de la asignatura de Historia y Procesos de la Comunicación II y III, con el Profesor Pedro Antonio Chávez: de tres grupos de más de 40 alumnos, asistieron menos de la tercera parte. Algunos comentaron que por flojera no fueron, otros mencionaron que se perdieron y que no encontraron el lugar o que tenían otra clase.

Se encuestó a 31 alumnos de un grupo de cuarto semestre de la carrera de Ciencias de la Comunicación y se obtuvo la siguiente información: únicamente 54.5 por ciento de los alumnos sí conocen el CiiD y 10 por ciento ha escuchado algo sobre éste, el otro 35.5 por ciento no sabe qué es. De los 17 alumnos que sí lo conocen, 14 fue gracias a sus profesores, principalmente en las materias de Metodología de la Investigación e Introducción al estudio de la Ciencia. Tres fueron alumnos de Silvia Molina, dos de la profesora Blanca Estela Audirac, uno de la profesora Leticia Suaustegui, uno del profesor Pedro Antonio Chávez quien este mismo semestre invitó a tomar clase a sus tres grupos completos, es para que más de sus alumnos lo conocieran, pero no todos asistieron a esa clase. Los otros alumnos no recuerdan el nombre de su profesor, dos conocieron el CiiD por medio de amigos y tres por la página web de la Facultad.

En otra encuesta realizada a 28 alumnos elegidos al azar, se encontró que algunos alumnos que entran al CiiD no conocen sus servicios: el 11.5 por ciento de los encuestados no los saben, mientras que el 19.20 por ciento saben que ofrecen asesorías y el 69.3 por ciento conocen al menos dos servicios. Otros alumnos que representan el 28.5 por ciento no conocen el CIID y van en cuarto semestre

En las estadísticas desde el 2008 de la Coordinación de Informática se tiene que aproximadamente entran entre 30 y 40 alumnos por hora, al día de 350 a 450. Como en todas las partes de la UNAM, la diversidad de alumnos que entran al CIID es notoria: unos más jóvenes, con o sin lentes, alegres, serios, no importa eso, al final todos entran para utilizar las computadoras y los recursos ya mencionados. Sin embargo, no todos tienen las mismas necesidades.

Mientras los alumnos de segundo y cuarto semestre utilizan las computadoras del CiiD para terminar su tarea, revisar redes sociales y ver videos, los alumnos de sexto semestre investigan en tesis y libros digitales, aunque también revisan las redes sociales. Y los alumnos de octavo semestre y los tesistas utilizan el Centro de investigación para consultar bases de datos, revistas especializadas y para aprender a usar softwares. Por esta razón, el grado académico limita las funciones.

De un total de 47 alumnos que utilizan el CiiD, sólo el 10.6 por ciento cursa el segundo semestre; el 21.27 por ciento cursa el cuarto semestre; el 29.78 por ciento sexto semestre, 25.53 por ciento octavo semestre y 12.76 por ciento son tesistas. De esta estadísticas se obtiene que: los alumnos de sexto y octavo semestre son quienes utilizan el CIID sobre todo porque ya llevan materias especializadas en la investigación como Diseño de Proyecto de Titulación donde requieren fuentes de información confiables e investigaciones relacionadas con el tema que trabajan para poder delimitarlo; mientras que los alumnos de segundo semestre representan el 10.6 por ciento, pues están conociendo la facultad y los profesores comienzan a llevarlos.

En cuanto a los alumnos tesistas, son sólo el 12.76 por ciento. Ileana González, alumna de Ciencia Política está elaborando su tesis y el CiiD le ha servido para saber en dónde están algunos libros, para leer resúmenes y para consultar artículos de revistas actuales relacionados con su tema. Una revista que utilizó fue Redalyc ya que hace compilación de varias revistas especializadas de América Latina. Sobre las personas que están a cargo del centro de investigación comentó: “los chicos que trabajan ahí saben muchas cosas sobre bases de datos y facilitan la búsqueda”.

Jhovanny Uribe, tesista de la carrera de Ciencias de la Comunicación, ha utilizado el CiiD desde el 2009 porque ahí tiene acceso a información reciente y sobre todos los tema. Para su tesis le ayudó a delimitar su tema debido a las investigaciones previas que encontró; también le enseñaron a descargar videos y comentó que las personas que trabajan ahí siempre que lo requería lo ayudaban.

“Como alumno debes investigar sobre todos los recursos que hay en la Facultad. Mi segundo maestro es la biblioteca, pero todos los libros son de los años 70, 80 y con suerte de los 90, pero ¿para la investigación más reciente?, encontré el CiiD” dijo el alumno del SUA Juan Carlos Cian Martínez. “Mi teoría básica la tomo de la biblioteca y en el CiiD las investigaciones”, además recurre a este sitio porque hay información sobre todos los temas y es actual.

Dos personas del equipo de trabajo del CiiD mencionaron que “quien llega aquí ya no se va y su visita es constante”. Además, por lo regular los tesistas se acercan a este Centro para completar su trabajo.

La falta de conocimiento

Si hay difusión sobre el CiiD, hay recursos digitales, softwares especializados, apoyo y acompañamiento por parte de los profesionales que trabajan ahí, entonces ¿por qué no se conoce y utiliza? Después de consultar estadísticas, de aplicar encuesta y de realizar entrevistas con los especialistas, inclusive preguntando a los alumnos, se concluye que es por falta de interés o por flojera como sucedió en la clase del profesor Pedro Antonio, o utilizan el servicio hasta que necesitan algo, como dijo el Coordinador de Informática.

Últimas palabras

Así, en una frase, se describe al CiiD por los alumnos, docentes y profesionistas que laboran allí:

Tesista de la carrera de Ciencias de la Comunicación, Jhovanni Uribe: “es el lugar donde encontré información para delimitar mi tema de tesis”.

Tesista de la carrera de Ciencia Política, Ileana González: “Es una buena fuente de información para los trabajos académicos”.

Licenciado en Administración, encargado de la infraestructura del CiiD, José Luis Hernández Silva: “Es la ventana a los recursos electrónicos para la investigación”

Doctora Silvia Molina: “Es un servicio excelente en donde se encuentran recursos maravillosos”.

Alumno del SUA, Juan Carlos Cian Martínez: “Es el enlace entre la teoría base, lo que está en la biblioteca, y lo nuevo, o sea, las investigaciones”.

Ingeniero de la Coordinación en Informática de la facultad, Alberto Axcaná de la Mora Pliego: “Es el punto de enlace con otras instituciones para la investigación en medios digitales”.



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12 de junio de 2014

DISTRITAL TERMINA SU QUINTA EDICIÓN CON NOCHE POLIFACÉTICA


Por Ilse Sotelo
México (Aunam). Después de cinco días de múltiples actividades paralelas, se celebró el cierre de la quinta edición de Distrital, cine y otros mundos con un concierto de Gruff Rhys de Super Furry Animals. Si bien el lugar no es el ideal para ofrecer un concierto, los asistentes hicieron una exitosa noche multifacética.

Una entrada pequeña adornada con carteles y patrocinadores de Distrital recibió a los asistentes; quiénes pudieron llegar antes de las 11 disfrutaron de tragos gratis para calentar motores. Posteriormente la barra del lugar abrió al mismo tiempo que Gruff Rhys se iba acomodando en el pequeño escenario.

Para ese momento el lugar ya estaba moderadamente lleno (quiénes frecuentan ese lugar saben que se llena nivel “nopuedomoverme”), la gente se acercaba al escenario esperando ansiosamente escuchar los primeros acordes del cantante de Super Furry Animals, quien portaba un gorro que simulaba una cabeza de lobo. Y así es como comenzó el encanto de la noche.



Acompañado de su guitarra tocó la canción que da nombre a su documental y último disco como solista: “American Interior”. A pesar de que tuvo un par de problemas técnicos que tuvo que resolver él mismo el público terminó agradecido con un modesto Gruff que posterior al concierto dejó atrás al artista pata convertirse en un uno más de los asistentes que permanecieron en el lugar para deleitarse con la selección musical de Derré Tida vs Pilas.

Mientras los asistentes seguían llegando y otros iban desertando, la noche pasó de melodías dulces y amables a canciones que hacen mover el cuerpo a cualquiera y a cualquier grado. Quienes se quedaron pudieron ser espectadores de aquellos bailarines que demostraran sus habilidades contorsionistas y de aquellos asistentes que se pasaron de sedientos y terminaron semi-caminando tomados del brazo de alguien. Al final todos disfrutaron del festival, desde la fiesta de inauguración, así como las funciones, el seminario y la película “Los Hamasters” ganadora del premio ARCA a mejor ópera prima mexicana. Excelente quinta edición de Distrital, cine y otros mundos y esperamos ansiosos las sorpresas que tendrán para el próximo año.

Para ese momento el lugar ya estaba moderadamente lleno (quiénes frecuentan ese lugar saben que se llena nivel “nopuedomoverme”), la gente se acercaba al escenario esperando ansiosamente escuchar los primeros acordes del cantante de Super Furry Animals, quien portaba un gorro que simulaba una cabeza de lobo. Y así es como comenzó el encanto de la noche.

Acompañado de su guitarra tocó la canción que da nombre a su documental y último disco como solista: “American Interior”. A pesar de que tuvo un par de problemas técnicos que tuvo que resolver él mismo el público terminó agradecido con un modesto Gruff que posterior al concierto dejó atrás al artista pata convertirse en un uno más de los asistentes que permanecieron en el lugar para deleitarse con la selección musical de Derré Tida vs Pilas.

Mientras los asistentes seguían llegando y otros iban desertando, la noche pasó de melodías dulces y amables a canciones que hacen mover el cuerpo a cualquiera y a cualquier grado. Quienes se quedaron pudieron ser espectadores de aquellos bailarines que demostraran sus habilidades contorsionistas y de aquellos asistentes que se pasaron de sedientos y terminaron semi-caminando tomados del brazo de alguien. Al final todos disfrutaron del festival, desde la fiesta de inauguración, así como las funciones, el seminario y la película “Los Hamasters” ganadora del premio ARCA a mejor ópera prima mexicana. Excelente quinta edición de Distrital, cine y otros mundos y esperamos ansiosos las sorpresas que tendrán para el próximo año.

Les dejamos el vídeo oficial de “American Interior” de Gruff Rhys.







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POEMA EN PANTALLA GRANDE: LES RENCONTRES D´APRES MINUIT

Por Ilse Sotelo
México (Aunam). En la quinta edición de Ditrital, cine y otros mundos, una sala llena de asistentes ansiaba ver la más reciente obra de Yann González, hermano de Anthony González fundador de M83. La película fue Les rencontres d´après minuit (Encuentros después de la media noche), un poema visual y sonoro que se estrena nacionalmente en dicho festival.


Una noche Ali (Kate Moran) y Matthias (Niels Schneider), una pareja joven cuyo amor es inmenso e infinito, y su empleada travesti Udo (Nicolas Maury) deciden realizar una orgía en su casa, a partir de la llegada de los invitados el rumbo de su amor se bifurca y la suerte de sueño en el que vivían se rompe y sucede lo inevitable.

A la fiesta llegan La puta, La estrella, El macho y El adolescente todos preparados para la gran fiesta llena de caricias y besos, sin embargo el deseo sexual se ve interrumpido cuando cada uno de los personajes revela parte de su historia creando una empatía que se convierte en un lazo que los une de manera singular. La pasión de torna en algo más profundo, leal y noble.

Los personajes están construidos de manera concisa, cada uno de ellos tiene rasgos bien definidos que se expresan tanto en el guión como en el maravilloso vestuario y maquillaje bien cuidado. El director juega con los sentimientos de los personajes y permite que surjan sus deseos más sinceros, a lo largo de la película se van entregando lo mejor de cada uno, un amor sincero y sin condiciones, Matthias deja un espacio para que uno de los personajes pueda vivir una nueva historia de amor con Ali como la que él vivió con ella.



El diseño de arte es excepcional, el uso de los colores fríos junto con la iluminación permiten que el lenguaje audiovisual se convierta en una pieza poética, poesía que invade los terrenos narrativos en el guión que también es escrito por el director. Crean escenarios imaginarios con elementos tan simples que le dan a ciertas partes de la película una esencia de cuento. Además para esta película Yann Gonzalez trabaja con su hermano y utilizan para todo el filme música de M83 que le da un toque mágico a las secuencias.

Les rencontres d´après minuit parece ser la carta fuerte de Distrital, un filme imperdible de la oferta cinematográfica de este año. Cuidado, bien construido y sobretodo con una historia innovadora y sensible. Yann Gonzalez es un director que ha evolucionado y ha creado un estilo propio y digno de dejar huella en la historia del cine.





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10 de junio de 2014

LOS HAMSTERS Y OTRAS MANERAS DE REÍRSE DE UNO MISMO


Por Ilse Sotelo
México (Aunam). ¿Quién no le ha ocultado algo a su familia simplemente por evitar problemas? Gilberto González plasma en su ópera prima, Los Hamsters, la relación de cuatro integrantes de una familia (como todas) “disfuncional”. Con humor fino, sin pretensiones y ligera se presentó en Distrital cine y otros mundos dentro de los Estrenos Mexicanos, que esta mañana resultó ganadora del premio Arca a la mejor opera prima.

El argumento se desarrolla en un día en la ciudad de Tijuana.

Rodolfo (Angel Norzagaray) es el padre de familia que no tiene trabajo y pasa los días en una cafetería y buscando trabajo ligeramente. Beatriz (Gisela Madrigal), la madre, pasa el día en su casa y en el gimnasio donde un joven y apuesto entrenador la seduce. Jessica (Montserrat Minor) es la hija adolescente que está explorando su sexualidad y descubriendo el mundo. Juan(Hoze Melendez), el hijo, de buen corazón pero sin muchas metas, afronta ilusionado la noticia de que será padre.

Con un equipo de producción casi novato, Gilberto González logra realizar una obra de muy buena calidad. Aprovecha las cotidianeidades de la vida para darles un toque cómico, sin juzgar ningún acto. Plantea una familia que como muchas, evita comentar lo que sucede en sus vidas para no perder el equilibrio de bienestar, lo que algunos en la realidad tener una “doble moral”.



Los Hamsters es la muestra de que no se necesita ser evidente en los diálogos, o plantear situaciones triviales para que el público se sienta identificado y pueda reírse un poco de la idiosincrasia mexicana. La fotografía es un elemento resaltable que aprovechó cada elemento del diseño de arte para que ambos plasmaran una armonía argumental. La fotografía fue realizada por Juan Pablo Ramírez, único miembro del equipo que ya había realizado un largometraje.

Sin duda se trata de uno de los directores jóvenes mexicanos que recuerda que hacer cine no es un acto de pretensión intelectual-conceptual, que la vida tiene cosas tan triviales y contradictorias que a veces nos tomamos muy en serio y por eso nos complicamos nosotros mismo pero en realidad son situaciones muy cómicas dignas de ser retomadas en pantalla grande y uno de los directores que me recuerda que el cine mexicano tiene aún futuro.






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ELEKTRO MOSKAVA, ALGUIEN TENÍA QUE RECORDAR A THEREMIN


Por Ilse Sotelo
México (Aunam). El genero musical de la electrónica ha ido ganando seguidores en los últimos años, los festivales han aumentado y han llegado a países que exigían su versión nacional como es el caso de nuestra linda patria mexicana. Sin embargo a pesar de que muchos conocen cómo inició la música electrónica en el mundo, muchos otros lo desconocen.

Para ellos Distrital, cine y otros mundos trajo en su programación a Elektro Moskava, película que habla sobre el inicio de la música electrónica en Moscú, que al mismo tiempo fue el nacimiento de la música electrónica en el mundo. Suceso en el que se vieron involucrados tanto físicos como músicos, o físicos que se convirtieron en músicos.


Elektro Moskava es un documental dirigido por Elena Tikhonova y Dominik Spritzendorfer que muestra al primer inventor de un instrumento musical: Leon Theremin. Puede ser que el nombre no te suene pero seguro has escuchado el sonido de una nave extraterrestre en las películas estadounidenses a blanco y negreo, pues eso fue hecho con uno de esos instrumentos llamados Theremin en honor a su creador. Sin embargo no es el único instrumento que éste físico ruso creó.

Su exploración por romper las limitantes con el uso de la electricidad lo llevó a colaborar con el gobierno rus, Einstein y más. Su invento revolucionó la manera de hacer música. El documental un poco lento que muestra el legado de este hombre y algunas de sus creaciones musicales que no le pide nada a lo que escuchamos ahora. Recomendable para quiénes quieran conocer más sobre el inicio de este genero, aunque no muestra nada nuevo bajo el sol.





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9 de junio de 2014

NIÑO OLVIDADO, NIÑO SIN ALAS

Por Francisco Javier Gallardo Peralta
México (Aunam). Sus pequeñas manos sostienen una bola de estopa. El olor que emanan los dedos, cerrados en forma de caracol y con el índice ligeramente levantado, aturde aun a dos metros de distancia. Piel morena, color café chocolate, impregnada de manchas blancas. Movimientos pausados, sin quitar los estambres mojados de “activo” de la nariz. Todavía no tiene edad para votar.


No pone atención a mis preguntas. Se encuentra lejos del mundo. Escucha, pero no responde. Sus cinco sentidos se han reducido a la mínima expresión. La sustancia que inhala lo convierte en una especie de humano mecanizado. Ríe tras escuchar gritos provenientes de los comerciantes tepiteños. Sabe reír.

Ya no es un robot. Se levanta, con paso cansado pero firme. Está de pie. “¿Me dijiste algo? ¿Quién eres?”, pregunta. Su voz todavía no ha madurado; suena aguda, propia de quien está en puertas de alcanzar la pubertad. La mirada queda fija en mí. No dice nada, sólo observa. Respira fuerte cada diez segundos, mientras baja la mano a la altura del femoral.

“¡´Jicarito´!, ¿estás bien?”, grita un joven al otro lado de la avenida Eje 1. Ese es su apodo. En la calle nadie se habla por nombre propio, sino por el sobrenombre que ha sido otorgado. El pseudónimo es la prueba fehaciente de que alguien ya está incluido en la nómina del grupo. Es el requisito para ser parte de la familia.

“Jicarito” es una persona, pero no está incluido en el conteo de niños en situación de pobreza, ni siquiera en el de pobreza extrema. Para el gobierno mexicano, este infante es irreal. Las estadísticas no contemplan a los individuos en situación de calle; entonces, “Jicarito” es un fantasma sin lugar en los números oficiales.

Estadísticas que duelen

De acuerdo con el estudio “Pobreza y derechos sociales de niñas, niños y adolescentes en México”, elaborado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), hasta el año 2012 había en México 21.2 millones de menores de edad en situación desfavorable; es decir, el 53.8% de la población entre cero y diecisiete años.

El Partido Acción Nacional (PAN) dejó al sector más sensible de la sociedad, los niños, en condiciones deplorables. Datos escalofriantes: durante su último año de mandato, Felipe Calderón Hinojosa mantuvo la cifra de 4.7 millones de infantes en pobreza extrema y 16.4 en condiciones de pobreza moderada.

Todavía más: el estudio aclara que no existe información para determinar la condición de los infantes en situación de calle, internados en albergues, víctimas de explotación sexual, trata, migrantes, jornaleros agrícolas y de los que están en conflicto con la ley, porque no son objeto de encuesta.

“No más pobreza, no más hambre… Me comprometo a erradicar la pobreza alimentaria. No más hambre entre los mexicanos que lamentablemente viven en esta condición”. Las palabras de Enrique Peña Nieto, pronunciadas durante su tercer día de campaña presidencial, retumbaron en los oídos de quienes creyeron en él. La promesa quedó en el aire. Hoy no hay instituciones públicas encaminadas a erradicar el problema.

El músico sin suerte

Los turistas pasean por las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México. “¡Look that: the mexican flag!”. Un niño de origen estadounidense, agarrado firmemente por sus padres, observa atónito el vaivén de la insignia nacional causado por las fuertes corrientes de aire. El verde, blanco y rojo se mezclan. Anclada al mástil, la tela se abre y cierra iluminada por el sol que se asoma por detrás de la Torre Latinoamericana.

Bajo un puente de hormigón, el frío penetra en mi piel cada anochecer. Entre cajas de cartón, tu indiferencia hacia mí es una humillación…

La plumilla raspa las cuerdas de una vieja guitarra. El mástil está roto, también las pastillas. No importa. “Juancho” y “Limón” pasan el día acompañados de acordes y mezcal o alcohol del 96. Su diversión está en inventar canciones propias. Cuando sienten el calor de la bebida, cuando llevan más de dos días ahogados en el olor de la alcoholemia, entonces sacan sus frustraciones y dolor a través de la música.

-¿Me dejan ver su guitarra? –pregunto-. Me gusta cómo tocan.

-Si quieres, tocamos otra –propone “Juancho”-. No te la podemos prestar. Pero si le echas a la gorra, nos aventamos otra rolita. ¿Te late?

Aviento una moneda a la cachucha y el sonido comienza. La alegría de los pequeños cantantes-bailarines es contagiosa. “Limón” hace el sonido de un gato, luego gruñe como tigre. Su compañero, en el arreglo musical, hace una especie de huapango. Ambos saltan con un solo pie, luego con el otro, luego ríen, luego terminan fatigados y se detienen. “Ya nos cansamos”, puntualiza el niño con apodo de fruta cítrica.

Dentro de la gorra no hay más de quince pesos, pero el festín es interminable. “Juancho” no pasa de trece años; su amigo es menor de 11. No saben qué edad tienen; tampoco les interesa. Sus delgados cuerpos, con las costillas levemente marcadas, tienen plasmadas las cicatrices de quien ha sufrido hambre, sed, frío, calor… de quien ha soportado golpes, de quien ha sido despojado de todo.

-¿Cómo llegaron aquí? –cuestiono.

-Llegué hace un chingo de años, no sé cuántos –responde “Juancho”. Baja la mirada, se toca el cabello y jala algún mechón que se desprende.

-¿Te acuerdas cómo fue?

-Sí… –levanta la vista.

-¿Me puedes contar?

-Mis papás eran cantantes y tocaban muchas cosas. Una vez los acompañé a su concierto que dieron en no sé dónde, y todos les aplaudieron. También me acuerdo cuando mi hermanito decía que quería aprender a rifarse en la guitarra, pero estaba re´ chiquito y ni alcanzaba las cuerdas –ríe-. Ah, sí… ellos se fueron para allá arriba, con diosito, porque se voltearon en la carretera. Iba mi carnalito y ellos dos, y ya.

La historia de “Juancho” no es común entre los menores de edad que se encuentran en las calles. Él, a diferencia de muchos, no salió de su hogar por maltrato, violencia o porque no le gustara la escuela. Al pequeño de ojos cafés, con playera repleta de hoyuelos por el desgaste, la vida le arrebató a su familia en un arranque de ira. Antes era feliz; hoy, quizá también. Modos distintos de vivir.

-¿Qué pasó después?

-Sufrí mucho. No sabía qué hacer. Me di cuenta de que estaba solo, y la neta me daba miedo todo…

-¿Y tus tíos, primos, abuelos?

-Nadie vive aquí. Todos son de otro lado. No sé de dónde, pero creo que lejos, porque nunca me buscaron.

A “Limón” lo conoció desde el primer día vivido a la intemperie. Se convirtió en su compañero y amigo. En instantes, supieron que harían la mancuerna perfecta. “Juancho” lo cuida, lo abraza cuando hace frío y lo quiere como a un hermano, “como al hermano que perdí”.

-¿Por qué decidiste venir aquí, salirte de tu casa?


-Porque en mi casa ya no había nadie. Yo no había ido a ese viaje porque tenía que ir a la escuela. Me dejaron con la nana. Pero después hasta la nana se fue y me dijo que me cuidara, nada más. Entonces salí de donde vivía, tomé un camión y a ver dónde llegaba. Lo hice de noche. Ya no supe cómo regresar. Dije: “me voy a quedar tantito, sólo hoy”, y veme, aquí sigo.

La ánfora de alcohol casi se termina. Un trago cada uno. La espalda de “Juancho” está dañada: cicatrices en forma de rayas dibujan su espina dorsal. Un día quiso dedicarse a saltar sobre vidrios para ganarse la vida. No lo logró, porque su cuerpo no estaba desarrollado para aguantar los golpes. “Yo también quería ser músico. Aprendí a tocar el piano y la guitarra cuando vivía con mis papás. Soy un músico sin suerte”.

“¿Sabes qué? Ya me caíste chido. Te voy a prestar mi guitarra. ¿Sí sabes tocar? Pero una canción que rife”. El alcohol ya hizo efecto en “Juancho”. Habla pausado, tartamudea. La plancha del Zócalo capitalino despide a los visitantes con la vista de la bandera en lo alto. Ondea menos. Los colores verde, blanco y rojo ya no se mezclan. Rasgueo algunos acordes. Canto para no sentirme triste, para olvidarme que estoy con ellos, para no sentir el nudo en la garganta. Ellos, se sientan en el piso, escuchan, ven las últimas gotas salir de su botella.

La solución no está en la caridad: puede aliviar pero nunca sanar. ¿Cuál es la solución a mi desigualdad? Mientras exista miseria, no habrá dignidad…

Cortar el problema de raíz

El gobierno mexicano se ha olvidado de sus niños. El estudio “Haciendo lo mejor por las familias”, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), señala que nuestro país posee la más alta tasa de pobreza infantil entre los 30 miembros de la OCDE.

En promedio, las naciones de la Organización destinan 274 mil 700 pesos al año para atender las necesidades de cada menor de edad; en México se invierten sólo 39 mil 600. Asimismo, los demás integrantes invierten 2.2% de su Producto Interno Bruto (PIB) en acciones encaminadas al desarrollo infantil; en contraste, nuestro país, junto con Corea y Chile, gasta menos del 1%.

Al respecto, Ana Patricia Sosa Ferreira, doctora en Investigación Económica por la Universidad Complutense de Madrid, opinó que “las políticas del gobierno mexicano no están dirigidas a modificar los procesos de desigualdad y empobrecimiento. Son asistencialistas y no resuelven la falta de oportunidades y desarrollo de la población”.

Según la integrante de la Unidad de Investigación en Historia Económica, la existencia de pobreza y marginación afectan de manera desigual a la sociedad. No obstante, el sector más dañado es el de los niños, lo cual es grave, puesto que ellos son el futuro del país.

Asimismo, señaló que el problema de la pobreza es estructural porque ha estado presente en los últimos treinta años. “El gobierno mexicano no tiene solución a corto plazo. Para disminuir el problema, se requiere de reformas integrales. En nuestro país hay cerca de 200 programas, pero todos están desintegrados. No tienen el fin de solucionar, sino de ayudar”, puntualizó.

Por su parte, Viridiana García Martignon, licenciada en Ciencias de la Comunicación, afirmó que a pesar de que en los últimos treinta años se ha documentado el aumento de políticas de atención dirigidas al sector infantil en situación de calle, no se ha incorporado un enfoque integral que permita resolver el problema, sino sólo aplicar paliativos.

“Una realidad de dicha situación, es que estos niños de la calle se convierten, con el paso de los años, en jóvenes y adultos de la calle, momento en que dejan de ser una población de interés, en términos de políticas públicas, para el gobierno, ya que éste se centra sólo en la etapa etaria de la infancia”, agregó la periodista.

También mencionó que el sistema de apoyo a niños en situación desfavorable suele carecer de un soporte emocional y/o psicológico, así como de programas a largo plazo que den seguimiento a los diferentes casos.

Diana Guadalupe Gallardo Peralta, tallerista en la Subdirección de Atención al Maltrato Infantil del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) y experta en comportamiento de infantes, dijo que “a pesar de que en nuestro país hay más de veinte mil niños en la calle, el gobierno no se preocupa por ellos, pues, quizá, los ve como un caso perdido en el que ya no hay reinserción o readaptación social”.

Para la licenciada en Pedagogía, uno de los problemas más graves es la poca cantidad de instituciones públicas encaminadas a la exterminación del problema de los niños en situación desfavorable. “Hay fundaciones dedicadas a la prevención, pero no al apoyo cuando el infante ya se encuentra en las calles”, aclaró.

La educadora señaló que mientras el gobierno no proponga la creación de entes gubernamentales consagrados a la erradicación de este problema, la situación no cambiará. De igual manera, señaló la importancia de la educación en el proceso de crecimiento humano, así como en el sano desarrollo individual y colectivo.

La psicóloga Dafne Pineda Goicochea, opinó que “a pesar de la existencia de instituciones que tienen el fin de ayudar a los niños en situación de calle, es triste ver que el gobierno no invierta económicamente en ellas para darle una estancia de calidad a los menores que así lo requieran”. Exhortó a las autoridades a presentar un programa que incluya la salud mental como parte del apoyo a infantes en situación desfavorable.

Los cuatro expertos coincidieron en la necesidad de dejar a un lado los programas que no solucionan el problema de raíz. Proponen cambiar la estructura institucional para que el gobierno invierta más dinero en la prevención, apoyo y reintegración a la sociedad de niños en condición de calle.

Bajo kilos de concreto



Paulo Freire, pedagogo de ideología marxista, escribió en su obra Pedagogía del oprimido: “Quienes instauran el terror no son los débiles, no son aquellos que a él se encuentran sometidos, sino los violentos, quienes, con su poder, crean la situación concreta en la que se generan los ´abandonados de la vida´, los desharrapados del mundo”.

Los automóviles pasan por encima de su “hogar”. El sonido de las llantas sobre el pavimento estruja el interior. La entrada al sitio es un espacio de 50 centímetros de ancho, 40 de alto y un metro con veinte de fondo. Para ingresar, es necesario deslizarse, arrastrarse, hasta ver la luz al final del túnel.

Es irrespirable. Pasar por un espacio tan reducido, no permite ver, ni oler, ni sentir. Llegar al final es volver a nacer. El lugar es oscuro. Diez luces emanadas de velas se esparcen por el lugar. Huele a tierra mojada. Se escucha una rata que chilla cuando nos ve entrar. Quizá estaba a la mitad de un manjar y la interrumpimos.

El puente vehicular ubicado en calzada Churubusco y avenida Apatlaco es hogar de “el Mofles”. Arriba, motocicletas y carros; abajo, una vida. Entre la oscuridad, un montón de zapatos rotos se alcanza a observar. A su lado, un colchón donde el adolescente de 15 años intenta descansar por las noches, o por el día, o cuando logra cerrar los ojos y no ver pesadillas.

“Allá es el baño”, me dice, mientras señala un espacio pintado con gis en un rincón. El espacio está dividido por zonas: una, el baño; otra, el dormitorio; más allá, el clóset; y en un entrepaño de cemento, el comedor. No vive solo, algunos mosquitos, cucarachas y roedores comparten la casa. “No te asustes, son mis amigos”, dice, con una leve sonrisa.

Saca una bolsa con líquido anaranjado. Le da pequeños sorbos a través de un popote. El sabor es fuerte. Raspa. Quema desde la lengua hasta el estómago. Después provoca sensación de vómito para quien no está acostumbrado a beber aquel elixir.

-¿Cómo ha sido tu vida aquí?

-Bien. Me la paso tranquilo. No tengo horarios. Puedo llegar a la hora que quiera y nadie me dice nada. O puedo trabajar cuando quiera y el dinero lo ocupo en lo que quiera gastarlo. Soy mi propio jefe –ríe, mientras toma un poco más de aquella sustancia envasada en bolsa de plástico.

-¿Por qué decidiste estar en este lugar?

-No me gusta mucho hablar sobre el tema. Mis papás me pegaban. Los dos. A veces con el cable, a veces con una tabla. Si sacaba ocho en la escuela, me pegaban, si sacaba, cinco, también. Siempre. Después ya no me gustó ir a la escuela; por su culpa me pegaban.

-¿En qué trabajas?

-Como “diablero” en la Central de Abastos. No voy todos los días, pero sí dos tres días a la semana. Con eso saco para andar al tiro. Con que tenga qué ponerme, está chido. Me voy de madrugada, que es cuando la gente llega, y termino como a las cinco de la tarde.

Su cabello corto, a rapa, contrasta con las cejas pobladas. Los ojos negros se quedan quietos sobre el popote a la hora de absorber líquido. Se terminó. Saca una lata de Coca Cola, con agujeros en una cara, exactamente donde comienza la letra “C”. Espolvorea un poco de polvo blanco y lo quema. Pone su boca en el orificio que originalmente sirve para beber. Inhala. Exhala. El olor del crack se expande por el lugar.

Sus manos callosas por el trabajo sueltan el encendedor. La mirada se pone rojiza, su pupila se dilata. Ahora responde con una pequeña sonrisa. Se siente mejor. La droga cumple su función de escape. Ahora se imagina que no está abajo del puente, sino arriba, en la pista, mientras maneja un Audi.

-¿Cómo te ves en el futuro? En diez años, por ejemplo…

-No sé –coloca la mano sobre la barbilla-. Me gusta una chica de la Central, quisiera estar con ella. Pero no me pela. Me gustaría ir al mar. Dicen que nunca hay final.

-Si pudieras regresar el tiempo, ¿qué cambiarías?

-Chance y no mucho. Me gustaba jugar futbol. También leía un poco. Los cuentos me latían. Hacía muchas cosas, ahora ya no tantas. Siento como si alguien me hubiera cortado las alas. Ya no puedo despegar. Aquí estoy, aquí me ves, y no quiero cambiar algo.

“Siento como si alguien me hubiera cortado las alas”. Quizá ese “alguien” es el sistema político, o social, o económico… o los tres. Puede ser que la falta de políticas dirigidas al bienestar de la infancia, sea la causa de la existencia de “Mofles” por todos los rincones del país. La noche cae, es hora de regresar al mundo exterior a través de la entrada que ahora es salida. Irrespirable.

El viaje llegó a su fin



“Jicarito” no me responde. Tampoco a quien le grita desde el otro lado de la acera. Ya no hace gestos. Toma asiento otra vez. Su mirada está perdida en un punto fijo. No tiene reacción ante las voces ni ante las palmadas en su espalda. De la mano cae la estopa remojada en “activo”. El olor penetra a dos metros de distancia. Cae la bola blanca, cae también el niño de piel chocolate.

Sus ojos se cierran. Ya no emanan nada. Las pequeñas manos quedan debajo de su mejilla derecha. Queda en posición fetal. No está dormido, es un sueño más profundo. El viaje llegó a su fin, es hora de quedarse así algunas horas, desmayado, tirado sobre la acera, con el cuerpecillo estrujado y las ropas deshilachadas. Sueña, lindo niño. Olvidado por el mundo, echado a la suerte. Duerme, que así podrás volar, y nadie, absolutamente nadie, conseguirá cortarte las alas.

Nota: el trabajo fue concebido sin fotografías explícitas. La razón principal es el respeto hacia los menores, que de buena manera brindaron información y pidieron no ser fotografiados ni publicados en imagen.











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