DOLOR PERMANENTE, 1968

Por Araceli Isidro
El revolucionario
Yo quiero que a mí me entierren
como a revolucionario (se repite)
envuelto en una bandera roja
y con mi fusil al lado (se repite)

México (Aunam). “Es ese dolor de dejar desangrar a tu compañero, pues entonces, dónde quedó la solidaridad”, Ramiro Carrillo Landeros, brigadista en el movimiento estudiantil de 1968; hoy, doctor en Administración Pública por la UNAM.

Yo quiero que a mí me entierren
como a mis antepasados (se repite)
en el vientre obscuro y fresco
de una vasija de barro (se repite)

Los años han pasado, 46 para ser exactos. Los líderes del 68 y otros personajes que no participaron en tal hecho se han convertido en la voz oficial. Con el motivo de entablar una idea aproximada de lo que fue, el licenciado en Ciencia Política y Administración Pública por la UNAM, Octavio Aristeo López ha organizado un foro anual, “68: Vivencia de otros protagonistas de la FCPyS-UNAM”.

“¿Por qué se conmemora el dos de octubre?, fue un momento sangriento —para— el dos de octubre el movimiento estudiantil se había acabado, ya no nos recibían como antes; al subir a los camiones la gente no nos escuchaba, fue un evento represivo y con diferentes intereses con gente del gobierno y otros que no lo eran”, Erwin Rodríguez Díaz, licenciado en Ciencia Política por la UNAM y brigadista en ese momento.

Cunado un guerrillero muere
en la trinchera rebelde (se repite)
no se mueren las ideas
que iniciaron la pelea (se repite)

“Dos de octubre no se olvida… los que estuvimos en Tlatelolco si lo queremos olvidar, salimos corriendo de ahí, ese momento en el que los sentimientos renacen”, agrega Ramiro Carrillo.
Diferentes guerrillas, no solo en el país, alrededor de todo el mundo. Un contexto autoritario, un México el que sí pasaba algo. Dentro de las asambleas y marchas la intervención del ejército en consecuencia represión y desaparecidos. La inocencia o la conciencia de jóvenes que pedían un cambio inmediato.

Ya te vamos a enterrar
compañero luchador (se repite)
seguiremos en la lucha
en pos de un mundo mejor (se repite)

De acuerdo con Erwin Rodríguez el movimiento del 68 se divide en El Consejo General de Huelga y los brigadistas. Mientras que Felipe de Jesús Galván Rodríguez, egresado del Instituto Politécnico Nacional y quien formó parte de la segunda clasificación de Erwin, aclara lo siguiente: “no hay dos 68, hay múltiples; había anarquistas, comunistas socialistas. Era una amalgama muy interesante”, cada uno con un pensamiento distinto, pero un objetivo particular.

Felipe Galván, también maestro en Literatura Mexicana por la Universidad Autónoma de Puebla, menciona que los movimientos suscitados en 1968 marcaron en la historia mexicana “un ejercicio de democracia, ante todo representativa”.

Cuando el pueblo se levante
por pan, libertad y tierra (se repite)
temblaran los poderosos
de la costa hasta la sierra (se repite)

Los estudiantes protestaron en las calles en contra del autoritarismo en su familia y en el gobierno de Gustavo Días Ordaz, Raúl Rojas Soriano, doctor en Sociología por la UNAM y participante en las brigadas del movimiento.

Rojas repartió una hoja con la letra de “El revolucionario” y la cantó como lo hizo hace 46 años en las asambleas y marchas. Un problema de salud y otras situaciones le permitieron escapar de las autoridades y no llegar al mitin de Tlatelolco. Para el también investigador de tiempo completo, la inspiración a la luchar la encuentra en los jóvenes con ideas de “conseguir un mundo mejor”.

El foro “68: Vivencia de otros protagonistas de la FCPyS-UNAM” organizado por el licenciado Octavio Aristeo López, en la sala Fernando Benítez de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.




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