MILAGROS CANINOS, UNA FUNDACIÓN SEDIENTA EN XOCHIMILCO


Por Ana Rosa Chiquete Patrón
México (Aunam). Al abrir el portón blanco de la entrada a Milagros Caninos A.C., el primer santuario de perros de América Latina, lo primero que mira es un cartel blanco, en él están escritas unas líneas, como si estuvieran a razón de un recordatorio de que ellos, los perros, no son diferentes sólo porque su apariencia física así lo indique, su entrega para quien les da amor es absolutamente natural, así lo aseguró Patricia Ruíz, iniciadora de esta fundación.

“Yo no soy diferente a los demás, porque aunque me falte una patita, soy capaz de dar todo el amor que los perros pueden dar. Soy especial, sé que tú también tienes un corazón especial”.

De lado izquierdo del cartel se puede apreciar el monumento al perro callejero, hecho en honor a Peluso, el primer perro rescatado por esta fundación. Estuvo gran parte de su vida en el abandono e impunidad de la calle y murió días antes de la develación de su estatua, misma que refleja la triste mirada y cicatrices que la calle le dejó.

Vasijas de metal están por todo el santuario, algunas contienen muchas hojas secas que caen de los árboles, otras a medio llenar de agua y otras completamente vacías.

Calabazo, un perrito peludo, negro tal cual una noche sin luna, mutilado de su pata izquierda se acerca y rasga con mucha intensidad uno de esos recipientes que deberían contener agua. El can aúlla como si quisiera expresar que necesita algo; en efecto, no ha bebido agua en todo el día, se muestra jadeando con su lengua de fuera, desesperado al igual que otros de sus compañeros por encontrar el vital líquido, del cual esta fundación sufre una gran carencia.

De pronto sólo se alcanzan a observar a toda velocidad las llantitas de los carritos adaptados a los canes, para que puedan volver a caminar, después de que sufrieran algún acontecimiento que los imposibilitó de sus patas para poder andar normalmente.

Es muy común que al ver llegar personas a su hogar, los perritos se abalancen a recibir a sus invitados con singular alegría, aunque también con la esperanza de recibir premios (alimentos balanceados que se venden dentro del santuario).

Muchas personas han querido adoptar alguno de los perros que están en Milagros, pero no es posible en todos los casos, debido a los cuidados especiales que requieren y que probablemente en otro lugar no podrán seguir recibiéndolos.

El amor a los animales lo motivó a ser veterinario

Patricia Lozoya y Oswaldo Reyes

Más adentro en el santuario se puede ver el consultorio veterinario, lugar donde son atendidos los canes por Oswaldo Reyes, director médico de Milagros Caninos desde hace cinco años. El gran afecto y ganas de ayudar a los animales lo motivaron a iniciar la carrera de Medicina Veterinaria Zootecnista en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Desde que inició su labor médica en esta fundación, ha sido testigo de la crueldad humana en todo su esplendor, asegura que no puede nombrar un caso en específico que lo haya hecho estremecer; todos los perros que ha tratado en su consultorio: perros violados, quemados, mutilados, enterrados vivos, atropellados, golpeados y desnutridos, todos le han dolido, pues no logra entender hasta dónde es capaz de llegar la crueldad humana.

Según la Ley de Protección a los Animales Domésticos, publicada en el Diario Oficial No. 50, de fecha 8 de diciembre de 1997, Tomo CIV, en su Artículo 6: “Se considerarán como faltas que deben ser sancionadas en los términos de esta ley y su reglamento, cualquier acto de crueldad realizado en perjuicio de un animal, sea intencional o imprudencial, proveniente de su propietario ó poseedor por cualquier título, de los encargados de su guarda o custodia, ó de terceros que entren en relación con ellos”.

Según datos proporcionados en la página oficial de internet del Gobierno del Distrito Federal, en la Ciudad de México hay un millón 200 mil perros, 120 mil viven y defecan en la calle.

La indiferencia de los hombres es la causa de todo el daño que reciben los animales, desde lo más mínimo hasta lo más cruel –ahondó Oswaldo- que para él significa lo mismo ver un perro mutilado o un humano, pues ambos son seres vivos.

El Articulo 7º de esta misma ley publicada desde 1997 dictamina que para los efectos de la aplicación de la sanción que corresponda, se considerarán actos de crueldad:

“A).- La muerte producida utilizando un medio que prolongue la agonía del animal, causándole sufrimientos innecesarios; B).- Cualquier mutilación, que no se efectúe bajo el cuidado de un médico veterinario; C).-Torturar o maltratar a un animal por maldad, brutalidad, egoísmo o grave negligencia; D).- Toda privación de aire, luz, alimento, bebida, espacio suficiente o abrigo contra la intemperie, así como el suministro o aplicación de substancias u objetos ingeribles o tóxicos, que causen o puedan causar daño a un animal; E).- El descuidar la morada y las condiciones de aireación, movilidad, higiene y albergue de un animal, a tal grado que pueda causarle sed, insolación, dolores considerables o atentar gravemente contra su salud, y F).- Los actos u omisiones carentes de un motivo razonable o legítimo, y que sean susceptibles de causar a un animal, dolores o sufrimientos considerables, o que afecten gravemente su salud o la de la comunidad”.

Esta ley fue publicada en 1997, Milagros Caninos es una fundación donde habitan canes que han sido maltratados, y hasta la fecha nadie responde por estos actos. Las discusiones por los derechos de los animales continúan en las cámaras de Diputados y Senadores de los Estados Unidos Mexicanos.

En su consultorio, la mayor parte del tiempo Oswaldo Reyes trabaja solo, probablemente así se pueda explicar la suciedad que ahí predomina, es inevitable poder recorrer su pequeño espacio de paredes color blancas y repleto de jaulas con animales en tratamiento y no pisar la orina e incluso eses.

Desechos fecales que según empleados del lugar, son recogidos en bolsas de plástico, perfectamente atadas para que se las lleve el servicio público de recolección de basura.

Por fuera da un aspecto pulcro, con su fachada pintada de color rosa y algunas plantas aderezan el espacio; por dentro es absolutamente lo contrario.

Al lado izquierdo del consultorio esta camposanto canino, lugar donde los perritos que fallecen tienen su última morada.

Compasión por los animales, es lo que le hace falta al mundo

Existen zonas específicas en las cuales están divididos los habitantes de este lugar; según sus características y padecimientos:

Los discapacitados, es el área más grande del santuario, para que los canes a los cuales se les adaptaron una especie de carrito que les permite volver a caminar puedan hacerlo libremente. Este artefacto especial se manda a hacer de acuerdo a las características que cada perro presenta.

Maltratados y mutilados, aquí es donde se encuentra Pay de Limón, un perrito con tres años de edad, cuyo pasado encierra profundo dolor y sufrimiento. Él fue rescatado gracias una persona que lo encontró desangrándose de sus patas delanteras, en un bote de basura, y contactó a Milagros Caninos.

Fue impactante conocer la razón por la cual este perrito fue encontrado en esa situación. Al ser atendido de urgencia en el hospital para detener la hemorragia, descubrieron que había sido utilizado para practicar mutilaciones, presuntamente por un grupo criminal.

Pay de Limón, cuando ingresó al santuario, era un perrito retraído, temeroso, no consentía que nadie se le acercara. Los pronósticos eran desalentadores, pero en Milagros Caninos no se dieron por vencidos y lograron adaptarle unas prótesis, que costaron más de 80 mil pesos recaudados gracias a la cooperación monetaria de la sociedad, que le devolvieron poco a poco, junto a terapias, la capacidad de caminar.

Pay de Limón, antes y después de las prótesis

Patricia Ruíz es una mujer rubia, delgada de ojos azules, hace casi diez años inició esta fundación, acondicionando la “Quinta Patricia” como el hogar de los canes; esta hacienda la heredó de su padre. Ella asegura que los gastos mensuales de manutención entre alimentos, medicinas y la compra de pipas de agua ascienden a más de 150 mil pesos.

Milagros Caninos logra subsistir mediante donativos en efectivo y especie por parte de sus simpatizantes, actividades que realizan dentro de la fundación y dinero propio de los trabajadores de esta fundación.

Paty Ruíz asegura que la única razón por la que preside esta fundación es el profundo amor por los animales, aunque detrás de sus palabras provenientes de su ronca voz es notable su protagonismo. Mientras tanto, los perritos siguen teniendo sed, corren alrededor de las vasijas que deberían tener el agua para saciar su básica necesidad.

Bajo la sombra que ofrecen los frondosos árboles, se puede continuar con el recorrido del santuario, conociendo más amiguitos peludos y de jadeante sonrisa, nacionales y extranjeros, pues, por increíble que parezca, no sólo perritos del Distrito Federal son auxiliados.

Tal es el caso de Chipotle, un enorme cachorro peludo, rescatado por unas personas en Chile, llegó en condiciones de maltrato y desnutrición extrema. Hoy en día es un perrito juguetón y saludable.

Fue curioso encontrar en el santuario a un singular amiguito, que en teoría no se lleva bien con los perros, pero en la práctica es distinto: Refresquito, un gatito blanco de ojos azules, fue rescatado en Guerrero, él también fue víctima del huracán Manuel, que azotó a esta tierra hace algunos meses. No le daban muchas esperanzas, pero hoy en día se encuentra sano y feliz.

También están las áreas de la tercera edad, con cáncer y los inadaptados. En cada una de estas áreas, los perros son tratados especializadamente.

Entre coloridas flores, césped, árboles, libertad y mucho amor, más de 140 perritos se pasean por cada rincón de su santuario, en tres patas; en dos patas y dos ruedas; con prótesis; sin visibilidad, ellos han vuelto a ser felices, así se pueden observar fácilmente, sin ser un experto.

Jubilada de las aulas pero graduada en amor canino

Miss Paty y Fresita

Los encargados de cuidar a los animales son los voluntarios, encabezados por la ‘miss’ Patricia Lozoya, quién laboró por más de 36 años en las aulas como profesora de primaria, se jubiló hace cuatro años.

Hace 9 años se unió al cuerpo de voluntarios de Milagros Caninos por el simple amor que siente por los animales, tan sólo 4 meses después del inicio de la fundación.

“Llegue aquí por medio de una invitación de Patricia Ruíz, fundadora de Milagros Caninos, me pareció una labor tan hermosa y digna de apoyar, por eso en mis tiempos libres me venía al santuario, para estar con los perritos”, confesó miss Paty, mientras acariciaba a fresita, una perra que ingresó al santuario porque le amputaron el hocico, a quien no le han podido practicar la cirugía que la ayudará a respirar mejor por el problema de la escases de agua, pues al estar sucio el consultorio no se pueden realizar este tipo de procedimientos.

Cuando se inició como voluntaria, la miss se encargaba de abrir y cerrar puertas o hacer labores de limpieza, ya que no podía estar de tiempo completo por su trabajo, fue hasta que llegó el momento de jubilarse, que la nombran directora de Voluntarios de Milagros Caninos A.C.

Actualmente tiene alrededor de 300 solicitudes de personas que desean convertirse en voluntarios, pero la experiencia le ha hecho aprender que no cualquier persona tiene la vocación de ayudar incondicionalmente.

Comentó que en el pasado se alegraba mucho cuando alguien se acercaba para apoyar en esta labor, ella los aceptaba y se les proporcionaba la playera del uniforme y lamentablemente sólo veía a esa persona unos cuantos días, después desaparecían.

Por ello miss Paty, hoy en día, primero pone a prueba a las persona mediante un cuestionario de corte psicométrico y de acuerdo con las respuestas de los interesados es que ella determina si los acepta o les da las gracias por su intención. “Trabaje como profesora por más de 36 años, así que conozco los pretextos en todas sus expresiones, a mí no me pueden engañar tan fácilmente”.

En Milagros Caninos hay 25 personas apoyando, mismas que la miss califica como pocas pero muy funcionales. “En este tipo de fundaciones las personas funcionales y confiables son indispensables, pues aquí lo primordial es dar atención y mucho amor a nuestros perritos, y sólo personas que hagan esto de corazón pueden cumplir con ese requisito”.

Continúa el recorrido a la zona de perritos mutilados y maltratados en extremo, quienes están en un área sobre una cancha de concreto, la cual lavan constantemente, tirando varias cubetas de agua en el proceso, mientras las vasijas de agua de los perros siguen con cierta carencia.

La catástrofe se hizo presente

Dentro del santuario fácilmente se pueden observar instalaciones eléctricas en buenas condiciones, Paty Ruíz asegura que tanto el servicio eléctrico y el drenaje están en perfectas condiciones; sólo padecen un gran problema: la falta del servicio de agua.

El primero de abril del 2014 el Santuario de Milagros Caninos fue víctima de un incendio, se pudo sofocar antes de que cobrara la vida de canes o incluso llegar a consumir su hogar, gracias a la pronta acción de los habitantes del asentamiento Santa Cecilia, lugar donde está el santuario.

Lo que hizo más difícil acabar con el incendio es que no cuentan con un sistema de abasto de agua, la única forma de abastecerse es con base a pipas, mismas que en un principio eran adquiridas mediante los fondos económicos de la fundación, pero por razones que ni Paty Ruíz conoce, les dejaron de vender.

El asentamiento Santa Cecilia se encuentra en lo alto del cerro Comunal Teoca, es en esta zona en donde se encuentra el santuario; forma parte de la zona de Xochimilco donde no existe un sistema para la distribución de agua potable, por las zonas altas y con terrenos irregulares (lomas y/o muchas piedras) es imposible instalar tuberías.

Si se agotan las reservas de agua que hay en el santuario, sería un día catastrófico –calificó Paty Ruíz-, y es que la fundadora de Milagros aseguró que para mantener en buenas condiciones el lugar necesitan usar agua. Desde la limpieza general, para que el consultorio veterinario funcione y por su puesto para el consumo de los más de 140 perritos que ahí habitan.

Si bien es cierto necesitan mantener limpio todo el lugar, es importante resaltar que pese a la falta de un sistema hidráulico y la desventaja en la “Quinta Patricia” (nombre original del espacio donde están los perros), usan mucha agua para regar constantemente la tierra y lavar la cancha en la que habitan los perros del área de mutilados.

Perritos, buscando agua

El veterinario opina que, es de vital importancia que el líquido sea recibido, en primer lugar porque los animales necesitan beber agua para sobrevivir, y más aún cuando las temperaturas del medio ambiente aumentan.

En segunda instancia por el manejo higiénico que se le da a las herramientas de su consultorio médico. Por lo tanto, quedarse sin agua lo imposibilita al cien por ciento de realizar sus curaciones, operaciones y demás actividades en beneficio de la salud canina. Lo anterior se pone en tela de juicio por la observación de un consultorio más que sucio, como ya se había descrito anteriormente.

En busca de la negociación con las autoridades para una posible solución

El día 9 de abril, Patricia Ruíz estuvo en las oficinas de la Delegación Xochimilco, demarcación a donde pertenece Milagros Caninos, a razón de externar el problema de la falta de agua existente en el santuario. Ella asegura que Alberto Ponciano Mondragón, jefe de Operaciones hidráulicas, le negó el servicio.

“El pretexto que me dieron las autoridades de Xochimilco fue que, en Milagros Caninos siempre se ha estado comprando el agua de forma particular a empresas privadas, por eso no le podían dar a Milagros agua gratis. Realmente quiero seguir pensando que esa es la verdadera razón por la que no nos dan agua y no porque los habitantes de este santuario son perros”, confesó Paty.

Sin embargo, Jaime Huerta Arteaga, director de Operaciones Hidráulicas y Mantenimiento de la Delegación Xochimilco, asegura que él es la persona indicada para dar seguimiento a las solicitudes que se presentan por agua. Comenta que, en efecto, vio a Patricia Ruíz en las oficinas delegacionales, pero desconocía el asunto por el cual estaba ahí.

Huerta Arteaga se enteró a través del Centro de Servicio de Atención Ciudadana (CESAC) de que la Fundación Milagros Caninos había levantado un reporte por la falta de agua, así como también de la solicitud de entre 10 y 12 pipas, aunque el funcionario no logró recordar la periodicidad solicitada.

Aseguró que no era posible brindar con esas especificaciones el servicio, “No tenemos el número de pipas necesarias para entregar esa cantidad mientras sigamos atendiendo las necesidades de los habitantes, a quienes no se les entrega esa cantidad, en Xochimilco damos un servicio coherente”.

Mientras, Patricia Ruíz organizó una campaña mediante las redes sociales para dar a conocer el problema que tenían aunado a que las autoridades de la Delegación seguían en su postura negativa, de forma casi inmediata la simpatía por Milagros Caninos volvió viral estos mensajes.

Respecto a esto, Jaime Huerta comenta que sí se percató del movimiento que se estaba dando a través de las redes sociales, lo cual le sorprendió, ya que sigue sosteniendo que nadie, en ningún momento, se dirigió a él para solicitar el servicio.

La fundadora de este santuario narró que muchas personas, al enterarse del problema del agua en el santuario ese día, fueron hasta ahí para llevar agua embotellada en diferentes presentaciones, “si bien es cierto no juntaron grandes cantidades, pero al menos lograron saciar la sed de los canes, porque el calor aumenta considerablemente”.

Agregó que Adrián Rubalcava, delegado de Cuajimalpa la contactó para ofrecerle pipas con agua, razón por la cual Paty dice estar muy agradecida, aunque asegura sentirse mal, porque es a la delegación Xochimilco a la que le corresponde proporcionar el servicio.

A raíz del reporte dado por el departamento Servicio de Atención Ciudadana, el Ingeniero Jaime Huerta decidió ir al lugar para valorar en qué condiciones estaba y consecuentemente dialogar las posibles soluciones a las necesidades que ahí pudieran presentarse.

“El domingo 13 de abril yo me dirigí a buscar el sitio donde tienen los perritos, inclusive, me fue complicado llegar y gracias a que le pregunté por la fundación a un señor que vende carnitas cerca de ahí, me orienté para llegar. Pero no encontré a la persona encargada de la fundación, sólo llegue hasta el zaguán y ahí encontré a dos de los trabajadores de esta organización. Me identifiqué ante ellos, les pregunté si alguien podría atenderme, pero me dijeron que no había nadie”.

Según declaraciones de Paty Ruíz, gracias a la presión que se ejerció mediante las redes sociales, autoridades de Xochimilco le llamaron para ofrecerle una pipa de agua al mes, “en Milagros Caninos se necesitan al menos dos pipas de agua por semana, así que una pipa por mes es prácticamente nada, aunque se agradece la intención pero no es suficiente”.

Después de un primer intento fallido para buscar el dialogo, Jaime Huerta no sabía de ningún acuerdo, por ello volvió a Milagros Caninos el lunes 14 de abril, pero dice no haber tenido resultados.

La duda está en el aire

Mientras Patricia Ruíz, Patricia Lozoya y Oswaldo Reyes, de Milagros Caninos, concuerdan en la conclusión de que no reciben atención por parte de las autoridades porque no hay interés en apoyar a los animales, de manera muy personal, Jaime Huerta, considera que los animales merecen respeto y sobre todo mucha atención, por lo cual piensa que la labor de auxiliar perros maltratados, realizada por la fundación, es sumamente respetable y digna de admiración.

Al Ingeniero Huerta, sólo le queda una duda, respecto a Milagros Caninos: “Yo no sabía de esta fundación hasta que ocurrió un incendio en sus instalaciones, y ahora este problema de la falta de agua. Si lleva más de 9 años, mi pregunta es: ¿Por qué hasta ahora solicitan apoyo de las autoridades de la delegación?”.

El final del recorrido a expensas de la sed

La fachada del lugar; en rosa, el consultorio

En el salón Ruiseñor del santuario Milagros Caninos, Paty Ruíz explica a sus visitantes lo que ha significado su fundación para cientos de perros: una nueva oportunidad de creer en los humanos, de volver a entregarse con todo su amor, olvidando el pasado traumático y doloroso.

Resaltó la zozobra a la que se enfrentan al no tener el problema del agua resuelto en su totalidad, y aseguró que esperan seguir obteniendo el agua y no volver a enfrentarse a una situación similar, pues según las posibilidades económicas de esta fundación no son suficientes para instalar un sistema de captación de lluvias.

Según datos proporcionados por la empresa Isla Urbana, especializada en productos y servicios para la captación de agua de lluvias, dentro de lo que ofrecen a sus clientes, existen tres kits, Bronce, Plata y Oro que contienen los aditamentos necesarios para poder recoger agua llovediza para después convertirla en potable.

El costo de estos kits es de $3 mil 50, 5 mil 200 y 11 mil 50 pesos, respectivamente, cada uno varía según la cantidad de agua que es capaz de recoger de la lluvia. A cada paquete se le agregan $1000 por el trabajo de instalación y el costo de la cisterna según su capacidad y un filtro para purificar el agua.

La solución a la problemática, para su fundadora, se encuentra difusa. Sin embargo, no pierde la fe y concluye: “Ojalá que fundaciones como Milagros Caninos no existieran, porque eso significaría que no existen perros maltratados”.





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