VIRGINIA LÓPEZ VILLEGAS: INVESTIGADORA RECONOCIDA, MUJER QUE MIRA AL SOL

Por Emiliano González Islas
México (Aunam). “El hombre debe caminar mirando al sol”. La frase en una estampa. Y la estampa en una gran pared blanca, casi como letrero de bienvenida, pues es de lo primero que se observa al cruzar la puerta y adentrarse en un espacio que transpira calidez; palabras suaves y amables; el trabajo de muchos años…

No es sólo el hombre quien debe caminar mirando al sol: también lo es la mujer. Y de eso puede dar cuenta la doctora Virginia López Villegas. Su trabajo, y los frutos que éste ha dejado, llevan impreso el sello del andar decidido y la mirada fija en el astro luminoso. Veamos.

Sor Juana fue una mujer que luchó contra el olvido y contra el paso inmutable y silencioso de la mujer por el mundo. Es por eso que, varios siglos después de su época, con nuevos elementos como la computadora personal y la emancipación del género femenino, su legado persiste entre quienes, como ella, se comprometen con el avance del conocimiento.

El Reconocimiento Sor Juana Inés de la Cruz 2014 lo obtuvo Virginia López Villegas, junto con 78 académicas más, por sus contribuciones al desarrollo de la investigación científica en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Es bueno que me reconocieran, pues representa un estímulo para tanto trabajo que he realizado”, afirma.

La entrevista tiene lugar en el espacio que es de la doctora y hoy acepta compartir. Su centro de trabajo, distribuido de la siguiente manera: afuera, como telón de fondo, un breve vistazo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, detrás del ventanal y entre las persianas. Luego, retratos de un niño pequeño y de quien parece ser su madre, con marcos de diversos colores y formas. Computadora, teléfono e impresora de un lado, el derecho, y en el izquierdo, el escritorio que parece abarcarlo todo. Un retrato más, el escudo de la Universidad Nacional, libros, la frase con que abrió este relato…

“El hombre debe caminar mirando al sol”. Entonces, de la figura afable de quien se licenciara en Sociología en 1976, comienzan a brotar las palabras acerca de cómo llegó a ser fundadora de las asignaturas de Semiótica y Teorías del Discurso en la FCPyS, durante la década de los ochenta.

“Previamente, la maestra Regina Jiménez había impartido un semestre de Semiótica, pero en realidad yo fui pionera de esta asignatura”, señala.

En la antigua Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, López Villegas logró que la Semiótica fuera incluida como una materia opcional de la entonces licenciatura en Periodismo y Comunicación Colectiva, y la impartió desde 1980. Comenzó con cinco alumnos pero, conforme transcurrían los años, la cifra se incrementó hasta llegar a noventa.

En un principio, prosigue, “no se veía la importancia de la semiótica para la formación del comunicólogo, es decir, no se visualizaba, en el seno de la comunidad académica, la trascendencia del eje del lenguaje”.

Tanto Semiótica como Teorías del Discurso son, actualmente, asignaturas obligatorias del plan de estudios de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación.
En el caso de esta segunda disciplina, López Villegas señala que fue su fundadora única en la FCPyS y que, tras proponerla como proyecto de investigación sobre análisis del discurso político al Centro de Estudios de la Comunicación y recibir la negativa de Germán Uribe, decidió llevar adelante el proyecto por su cuenta.

La doctora en Sociología expone el motivo por el cual considera que su propuesta fue rechazada en un primer momento: “cuando yo introduje esta materia (Teorías del Discurso) no había ninguna sensibilidad ni el conocimiento de su importancia para la comunicación, pues anteriormente la carrera era Periodismo y Comunicación Colectiva; entonces sí se enfocaba mucho en la cuestión de prensa”.

Arrepentida de las ciencias sociales

Foto: Gaceta Políticas

“Luego de titularme en Sociología, ingresé como becaria al Instituto de Investigaciones Sociales. Ahí estuve con el maestro Óscar Uribe Villegas, y después tomé un seminario que duró ocho años (1978-1986), y que inició como lingüística, sociolingüística, semiótica y comunicación”, relata mi entrevistada mientras esboza una sonrisa que difícilmente se separa de su rostro durante la conversación.

Posterior a este seminario de formación de profesores coordinado por el maestro Uribe Villegas (a quien describe como pionero en recalcar la importancia de los estudios del lenguaje), fue el nombramiento de la doctora Virginia como Profesora de Carrera de nuestra Facultad. Seminario en el cual ella, perteneciente a la generación más joven, obtuvo toda su formación en semiótica, definió su permanencia en el área de comunicación y también su interés por el análisis del discurso político.

Maestra en Ciencia Política desde 1981, doctora en Sociología desde 2003, impulsora del posgrado en Comunicación en la FCPyS y cofundadora de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Aragón, López Villegas relata que las ciencias sociales ya le cautivaban tras concluir el bachillerato, pero se arrepintió de haberse decidido por esta rama del conocimiento cuando presentó su examen de admisión a la Universidad Nacional, pues su formación de bachillerato había estado orientada más bien al área químico-biológica.

Me cuenta que debió presentar examen de admisión aun siendo egresada de una escuela de la UNAM: la Preparatoria siete, ubicada entonces detrás de Palacio Nacional. Y, aunque al final cumplió su objetivo, el cambio de rumbo fue drástico y ocurrió en el último momento. “Fue un riesgo grande para mí, que era joven”, afirma, y lanza una risa breve.

Sobreviviente del 68

“El Zócalo, sitio emblemático de los mexicanos, era de nosotros”, me dice la doctora, aludiendo a sus compañeros de la Preparatoria siete y a la cercanía de la escuela respecto de la plaza principal de la Ciudad de México.

— ¿Influyeron las condiciones de la época; la efervescencia política, social y juvenil, para que se inclinara por el estudio de la sociedad?—, inquiero.
—Sí. Mira, cuando uno es joven y tiene cierta consciencia sobre la realidad social, piensa que puede cambiar el mundo. Yo, por ejemplo, participé en el movimiento del 68, y me tocó estar en el mitin de Tlatelolco…

Recupero el testimonio de otra entrevista realizada a López Villegas hace unas semanas:
“Estuve en el mitin del 2 de octubre pero los soldados no me dejaron pasar al centro de la plaza porque ya la tenían sitiada, no obstante presencié todo desde un edificio aledaño, desde donde vi cómo los militares nos apuntaban; cómo cayeron las primeras bengalas; cómo empezaron el tiroteo, los gritos. En el momento más duro corrí hacia la azotea con muchísimos estudiantes, tocábamos las puertas de los departamentos pero nadie nos abría, de milagro pude entrar a uno, y al final, en una tregua inesperada, pude salir del lugar”, cuenta a casi 46 años de la trágica noche.

Le pido su opinión sobre los movimientos sociales en la actualidad. No lo piensa mucho tiempo antes de responder: “Efectivamente, necesitamos transformar al país, pero para transformarlo, es necesario que los ciudadanos, en cualquier nivel que nos encontremos, y en la medida de nuestro ámbito, nuestras posibilidades y los diferentes núcleos, participemos más”.

Los Félix

Virginia fue la segunda hija de un matrimonio de comerciantes integrado por Félix López Montaño y María Félix Villegas Saucedo.
Debido al oficio de sus padres, “que llevaban comercio a diferentes plazas un día a la semana, como se acostumbraba antes”, Virginia vio la primera luz en Arroyo Grande, Guerrero, aunque siempre vivió en San Lucas, Michoacán.

Posteriormente, la familia se trasladó a Morelia, Michoacán, y fue ahí donde la niña Virginia concluyó su educación primaria. Luego, ella emigró con su hermano mayor, Nicolás, a la Ciudad de México, para que ambos continuaran estudiando y al tiempo trabajaran. No hubo oposición de Don Félix quien, pese a las condiciones de la época, siempre tuvo la idea de que sus hijos estudiaran sin importar el sexo. En cambio, sí hubo cierta renuencia de su mujer, pero Virginia explica que esto probablemente obedeció a la pérdida de una tercera hija, cuando la pequeña apenas contaba ocho meses.

Investigadora desde joven

Foto: Gaceta Políticas

Sus primeros artículos de investigación estuvieron relacionados con la semiótica, pues paralela a su estancia en el seminario del maestro Uribe Villegas, fue la fundación de la primera Sociedad Mexicana de Semiótica.

“También participé durante muchos años en un seminario sobre ciencia y tecnología, y como profesora titular de comunicación tomé algunos cursos sobre género, ciencia y tecnología, lo que me llevó a realizar una investigación acerca de la participación de las mujeres en la ciencia, específicamente en cuatro áreas del conocimiento: medicina, física, antropología y agronomía”, rememora la académica.

Entonces me muestra un ejemplar de este trabajo publicado por la UNAM, cuyo título es, precisamente, Abriendo camino al andar: participación y creatividad de las científicas mexicanas en el área del conocimiento: física, medicina, antropología y agronomía.

La voz de una investigadora comprometida con el desarrollo del conocimiento en la disciplina de Comunicación, quien ha participado en otros proyectos como “Antología de semiótica”, “Teorías del discurso” y “Mujer y ciencia en México”, termina diciendo que, en el marco de una nueva reforma al Plan y Programa de Estudios de la carrera de Comunicación, considera necesarias ciertas adecuaciones para el eje de lenguaje: “en lo que respecta a la asignatura de Semiótica, contemplarla a nivel de dos semestres: uno para toda la parte teórico-metodológica, y otro para su aplicación en los campos de análisis semiótico. Lo mismo en el caso de Teorías del Discurso”.

La doctora Virginia asegura que lleva a buen término este proyecto en sus clases. Así pues, aunque el cambio se vislumbra difícil, conviene seguir caminando con la mirada al sol.




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