19 de junio de 2013

ENTRE NECESIDAD E ILEGALIDAD: UN ATISBO AL AMBULANTAJE URBANO


Por Atzin Ibarra Jacobo
México (Aunam). Seis cuevas de lona multicolor ocupan las banquetas de la avenida Marina Nacional, crean un cálido contraste con el smog en matices gris plata ygris de carbón que recorre las calles de la delegación Miguel Hidalgo. Dentro de ellas, en un comal burbujea aceite quemado, y de un extractor de jugos se derraman gotas ácidas de pulpa de naranja. Es el espacio que constituye el acceso al mundo de los vendedores ambulantes de comida.

Los comerciantes informales forman parte del ecosistema exótico del Distrito Federal. Han desarrollado la capacidad de atender simultáneamente a ocho, nueve o hasta diez comensales y la habilidad de hacer cuentas matemáticas en menos de cuatro segundos. Todo al mismo tiempo, en su lucha por sobrevivir.

A los ambulantes, también se les reconoce por obstruir parte de la infraestructura urbana: calles y banquetas, además de apropiarse de la corriente eléctrica, limitan el paso fluido de los peatones sobre la banqueta opuesta a la Torre de Petróleos de Pemex.

Esta porción de trabajadores forma parte del 29.3 por ciento del total de la población, que se dedica al negocio informal y callejero, según datos del 2012 provenientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Existe algo aún más característico que define al oficio al que se dedica este grupo; no operan en el sistema legal, por lo cual, no cumplen con los reglamentos de mercado de sus establecimientos. Son irregulares y no pagan impuestos.

“Tampoco aportan ingresos contables para el Estado; pero sí conforman un escenario caracterizado por la pobreza, empleo mal pagado y la obligación a trabajar más del tiempo establecido”, expuso la profesora de Investigación y Análisis Económico de la Facultad de Economía de la UNAM, Claudia Solís.

¿Por qué los comerciantes informales operan sin registros contables? de acuerdo con la tasa de ocupación del sector informal realizada por el INEGI en el 2012, se debe a que trabajan para unidades económicas no agropecuarias que funcionan a partir de los recursos del hogar o de la persona que encabeza la actividad, sin que ésta se constituya como empresa.

Aunque cabe precisar que, “No todo el comercio ambulante es ilegal, algunos pagan cierta cantidad a la Delegación correspondiente y a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para mantener el espacio donde venden. A diferencia de reconocidas empresas mexicanas, como Televisa y TV azteca que no pagan impuestos y son consideradas como legales”, dijo la socióloga Leticia Nieto Escobedo.

Antes de exprimir el jugo ácido que representa esta problemática social, es importante mencionar que el comercio informal se divide en dos ramas, según la Cámara Nacional de Comercio (Canaco).

La primera, se denomina de “alta rentabilidad”. Se refiere a negocios familiares que se ubican en puesto fijo: cuentan con más de un local en la misma zona o en una distinta, algunos de sus locales los rentan y disponen de trabajadores para los mismos.

La segunda se llama de “subsistencia”, actividad que proporciona dinero para necesidades básicas e inmediatas: comer, vestir y tener una vivienda.Son trabajadores ambulantes en puestos improvisados. Algunos laboran por cuenta propia, o para cumplir la cuota de un espacio rentado.

Aquí surge otra cuestión: la relación por debajo del agua que las empresas establecen con el sector informal.

Lo cual desata que “el capital se valorice con la actividad del ambulantaje, es decir, que obtenga jugosas ganancias aunque esta actividad sea “ilícita”: los comerciantes venden productos, como coca-cola o Sabritas y no reciben comisión alguna por parte de la marca monopólica. Las grandes empresas se aprovechan del comercio ambulante, explotan a los trabajadores”, expresó Nieto Escobedo.

¡Llegaron los Reyes Magos con botellas de tequila, vodka y ron!

“¿Qué cómo se da la relación entre los ambulantes y la Delegación? como en todo, se basa en mafias: lazos entre la delegación y los líderes que regulan el que un puesto se quite o permanezca en su lugar. Básicamente esto va de amenazas y mordidas”, resuena el eco de la voz de Luviana, vendedora de alimentos sobre la avenida Marina Nacional en la Delegación Miguel Hidalgo.

Luviana, quien no quiso revelar sus apellidos por cuestiones de seguridad, declaró en entrevista exclusiva que existen líderes por zona. Éstos son la conexión directa con la Delegación.

Cada ocho días, estos seis locales deben pagar a su líder una cuota para asegurar su espacio de venta, cantidad que les proporciona cierto tipo de “seguridad” ante la fuerza bruta de la Delegación.

Se supone que sin intervención de la Delegación: mentira. Aparte del pago semanal a la líder comerciante, representantes de la Delegación Miguel Hidalgo rondan cada veintiocho días por la banqueta sobre Marina Nacional para cobrar una retribución más.

“En Navidad tenemos que regalarles una o dos botellas de tequila, vodka o ron al líder y al representante de la delegación, si no, es muy posible que pierdas prestigio y atraigas riesgos que nadie quiere saber en qué pueden terminar”, puntualizó la joven vendedora.

La calle es una radiografía exacta sobre la forma de operación del sistema económico y social del Estado: “México es el país de los amigos”, como dijo Denise Dresser en su libro El país de uno. En el ambiente callejero e informal sucede lo mismo: se nutre de amistades convenientes, amenazas, favores y mordidas de por medio. Corrupción en su expresión pura.

Aún no es todo. ¿Cuándo empeora la situación? de acuerdo con información revelada por un vendedor ambulante de esta zona, quien no quiso confesar su identidad, “Definitivamente cuando hay cambio de sexenio presidencial. Llega el nuevo partido y con esto un nuevo Delegado con una forma distinta de hacer las cosas”.

Al principio siempre quieren desalojar a los comerciantes ambulantes. Ahí es cuando entra la negociación, o sea la corrupción. Todo depende del partido político que entre al poder y claro, de la personalidad y ánimo del Delegado. Que la cuota suba es seguro.

Pero los informales deben adecuarse a otra regla de convivencia: regalar algo de su mercancía que sea de agrado para el Delegado en alguna de sus visitas inesperadas.

“Al final sólo nos queda adaptarnos y callarnos la boca”, declaró Luviana, quien porta unos lentes “de botella” y una playera estampada color pastel.

Aunado a lo anterior, sucede un fenómeno peculiar entre los vendedores ambulantes de la avenida Marina Nacional: existe una hermandad entre los mismos. Funciona como protección en caso de que los de la Delegación quieran desalojarlos, porque ese día se levantaron con ganas de hacerlo.

Situación a la que Luviana añade: “La cosa funciona así: si alguien viene y me quita mi mercancía y quiere pasarse de lanza, mis compañeros de puestos aledaños responden por mí. Y es recíproco, si alguien quiere aprovecharse de otro vendedor yo voy a defenderlo”.

¿Vendedora ambulante es sinónimo de persona sin educación?

“A veces la gente nos subestima y piensa que porque somos vendedores informales, no estudiamos y somos personas sin educación. Por esa razón, algunos se creen con derecho a tratarnos mal”, dijo Luviana quien además de ser comerciante ambulante de medio tiempo, estudia la carrera de Arte y Patrimonio Cultural en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).

El negocio ambulante, no significa dinero fácil y rápido, como los mismos vendedores lo perciben. Al contrario, “tenemos que levantarnos a las 4:30 de la mañana, lidiar con el multifacético estado de ánimo de los clientes, con los automovilistas descuidados, los asaltantes, y en general con el ambiente pesado en que nos acoge el manto de la calle”, expresó la joven comerciante.

Síntomas de vivir en la informalidad

Como en distintos oficios, los comerciantes informales viven al día con riesgos y desventajas que diagnostican la enfermedad de vivir en la “ilegalidad”.

De acuerdo con la experiencia de la familia Castillo, un clan dedicado al ambulantaje urbano; de un momento a otro pueden ser atropellados por algún conductor despistado que vuelque sus frágiles puestos de lona. O que una fuga proveniente de los tanques improvisados de gas provoque una explosión. Una herida, resultado del filo despiadado del cuchillo para cortar las naranjas; son algunos de los riesgos cotidianos con los que deben lidiar los comerciantes de comida.

Como se mencionó en líneas anteriores, el comercio ambulante no es parte del sistema económico formal del país y, por lo tanto, tampoco de los beneficios del sistema de seguridad social.

Lo cual significa que este sector de la población, según el artículo El crecimiento explosivo de la economía informal, publicado en la revista Economía, vol.5, Número trece, de la economista Norma Samaniego, al no contar con bienestar social, como el Instituto Mexicano de Seguro social (IMSS), o el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), queda desprotegido y aislado del resto del porcentaje de trabajadores del país, que sí cuenta con seguridad social.

Así es como emerge o se ahonda, un fenómeno de segmentación y marginación social, entre los vendedores informales y el resto de la población.

En relación con lo anterior, El Economista del día 18 de diciembre del 2012, establece que México supera en 13 por ciento el promedio del empleo informal de América Latina, que se ubica en 47.7 por ciento en toda la región.

Además, la economía informal según un estudio realizado en 2005 por la Cámara de Comercio en el Distrito Federal, representa una parte considerable del Producto Interno Bruto (PIB) anual mexicano, al igual que una fuente de empleo.

Por tanto, los informales se convierten en confidentes y cómplices del sistema disfuncional y corrupto mexicano, pero también son víctimas del mismo, debido a que no cuentan con la certidumbre de que tendrán ventas al día siguiente, ni con la seguridad de que regresarán a dormir a casa. Una coartada que define el modo de vivir en la ilegalidad.

Como no tenemos de otra, la calle es nuestra única solución: Nayely Díaz



“La opción que brindan los puestos ambulantes, es práctica, rica y barata. Además aquí un jugo, una quesadilla está entre seis y ocho pesos, máximo, mientras que en un restaurante un platillo sencillo cuesta 50 pesos. Y ¿quién puede pagar a ese precio?, sólo las personas que tienen con qué. Nosotros como no tenemos de otra, la calle es nuestra única solución”, declaró Nayely Díaz, cliente de los locales ubicados en la avenida Marina Nacional.

Díaz continua: “La comida que compramos en los puestos informales nos sirve, al menos, para callar al hambre un rato en lo que llegamos a nuestras casas”.

Sin duda alguna, “la comida callejera que ofrecen los comerciantes informales es la válvula de escape ante una realidad en donde cada vez más el valor adquisitivo desciende y la pobreza predomina dentro de la situación económica de la población. Una estrategia de supervivencia ante la crisis de empleo actual”, declaró la socióloga Nieto Escobedo.

Al final, los vendedores ambulantes son el resultado de un régimen que opera en lo clandestino, tal como una especie animal endémica que se adapta a las condiciones económicas decadentes del ecosistema del país y lucha para sobrevivir.

Manifiesto ambulante

“Nosotros- continúa Luviana-, los ambulantes vivimos al día. Es cierto que ganamos dinero fácil, siempre y cuando sepamos movernos. Con esto me refiero a que desarrollamos habilidades y capacidades que son básicas para sobrevivir en el ambiente del negocio informal”.

Basado en información que proporcionó la familia Castillo, vendedores de jugos y licuados sobre Marina Nacional, hay reglas fundamentales que deben seguirse:

Hablar fuerte y claro. La pena en el negocio no existe. Se debe dejar en algún otro lado, afuera del puesto, en casa. Finalmente, ser amable y hacer cumplidos a las personas, “qué bien se ve hoy señorita”, hacerlos sentir bien, con ganas de regresar a comprar.

“Los ambulantes también nos dirigimos a públicos distintos. No es lo mismo vender helados y tratar en un ambiente libre de presión, como es el de los niños, a trabajar preparando jugos de naranja, toronja, y licuados de fresa a las seis de la mañana para gente que lleva prisa y quiere todo al momento, fresco y de buen modo”, dice la hija mediana quien habla de una manera fluida. (Se detiene un instante), traga saliva para continuar.

Su postura es relajada, se nota que la experiencia al tratar con gente a diario, le ha otorgado la capacidad de apoderarse del lenguaje, de manera que las palabras son su mejor aliado en el momento de hablar con su clientela.

Sin embargo, detrás de los lentes cuadrados de armazón, se oculta la mirada de una joven que revela signos de fatiga, lo contrario su voz enérgica que por momentos es más fuerte que la música proveniente de una grabadora del puesto contiguo.

De pronto, el vaivén de la gente que pasa por entre los puestos de Marina Nacional, se convierte en un caminar lento, debido a que no falta alguien atraído por el olor y con el hambre entre los dientes, se detenga un momento a observar qué es lo que ofrece cada local.

Entre las entrañas de la informalidad

Hay una cualidad más. La recolección de información sustentada en un sondeo de opinión, arrojó que 8 de cada 10 capitalinos expresaron inconformidad respecto a las medidas anti higiénicas reflejadas en el ambiente de trabajo de los puestos callejeros.

Entre sus experiencias, dijeron haber visto cucarachas escabullirse desde las orillas más altas y frías del local, hasta las esquinas donde se esconde el polvo, además de cabellos resurgir de la comida. Falta de higiene, el vendedor no sólo era quien preparaba los alimentos sino también era el encargado de cobrar.

Así que los comerciantes ambulantes, además de emprender una estrategia de supervivencia ante la crisis de empleo actual, deberían cumplir una serie de condiciones de salubridad estipuladas por la Coordinación de Fomento Sanitario de la Dirección de Vigilancia Epidemiológica, de la Secretaría de Salud del Distrito Federal (SSDF).

El objetivo de esta institución se centra en difundir información entre los consumidores, productores y prestadores de servicios, que prevenga a los ciudadanos de los riesgos anti higiénicos a los que están expuestos al consumir alimentos en puestos ambulantes, tales como infecciones gastrointestinales, enfermedades como diarrea o fiebre tifoidea.

Entre las cláusulas obligatorias que los vendedores de comida en vía pública deben cumplir, se encuentra: el uso de guantes y cubre bocas al contacto con la comida. Tener el cabello recogido, se recomienda portar una malla para cubrir la cabeza, como también evitar poseer anillos o pulseras de oro y plata al momento de preparar los alimentos; Que la persona que despache no sea la misma que cobre. Y, por último, que la persona encargada de recibir el dinero, se lave las manos continuamente.

Esto para mejorar las condiciones sanitarias de los establecimientos, productos, actividades y servicios, en protección a la salud de la población, según la Secretaría de Salud del Distrito Federal (SSDF).

Quién sabe hasta cuándo el negocio ambulante va a ser opción: Leticia Nieto Escobedo

Cabe señalar que ante esta problemática social mexicana, Claudia Solís, economista y profesora de la UNAM, propuso cambiar el modelo económico: crear cadenas productivas que promuevan el consumo de productos hechos en México. Una mejor distribución del ingreso y la creación de una política pública nacional que priorice el sistema interno, volver a una política proteccionista, retomando los errores del pasado.

En oposición, la socióloga Leticia Nieto Escobedo, sugirió hacer frente al comercio informal, en principio, desde el punto de vista de que el Estado emprenda acciones a favor de las necesidades y carencias de sus ciudadanos, y no centrar su visión e intereses en políticas económicas y de desarrollo, como sucede en la actualidad.

Nieto hizo énfasis en que por ahora el problema social del comercio informal representa un trabajo decente. “Pero quien sabe hasta cuándo el negocio ambulante va a ser una opción, debido a que cada vez más el crimen organizado acecha al interés de las nuevas generaciones”, concluyó.

A lo que Claudia Solís aludió, “El sistema siempre trata de ocultar y arrinconar a los vendedores informales en lo más oscuro de la ilegalidad. ¿Qué pasaría si fueran exterminados, tal como una plaga?, ¿México sería un país de primer mundo?: Error”.

La economista terminó la entrevista al declarar que, “Las acciones y políticas económicas del país fomentan una división del trabajo que asigna a sus ciudadanos y trabajadores la opción irrevocable de la mano de obra barata. Los gobernantes quieren aparentar hacia el extranjero una imagen de primer mundo, de desarrollo, lo que no toman en cuenta es que México padece síntomas de uno tercermundista”.

La solución no está en desaparecer a los vendedores ambulantes, sino en atacar el problema de raíz: generar más empleo (mayor oferta), más oportunidades de educación integral, el pago de un salario justo y rentable, y hacer valer los derechos de un Estado benefactor. Nueve palabras: atacar los problemas de desigualdad social en el país.

“Yo sólo sé que si no triunfo a nivel profesional, me dedicaré al negocio ambulante del cual mi familia ha subsistido desde los tiempos ancestrales de mi bisabuelo; al final, en la calle se gana más que de profesionista. Eso lo tengo claro”, finaliza Luvina, mientras su voz se funde en el bullicio de la cúpula celeste del smog que cubre la capital.

Fotos: Archivo






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18 de junio de 2013

SANDRO COHEN, DESDE EL PRINCIPIO…


Por Sandra Pérez Sánchez
México (Aunam). En la intimidad de su hogar, Sandro Cohen autor de Redacción sin dolor, accedió a hablar sobre su vida. El escritor, nacido en Nueva Jersey, Estados Unidos, habló sobre su infancia, sus aventuras y desaventuras; su juventud, sus amores, sus sueños, su trabajo como profesor, y hasta detalles de su vida personal.

Al entrar, sentada en su comedor está Josefina Estrada, su esposa y con quien ha compartido más de la mitad de su vida. En las escaleras se observan muchos fotos, retratos y cuadros. La familia, los amigos y otros rostros significativos para el profesor se encuentran ahí.

Al ingresar en su estudio se observa una gran cantidad de libros colocados en repisas que llenan dos paredes del lugar. Hay un sillón azul, así como una silla, la misma en la que Cohen se sienta para la entrevista y seguramente día a día para escribir y trabajar los contenidos de su blog: sandrocohen.blogspot.com y otras ocupaciones. Enfrente, se encuentra la computadora encendida, la cual comparte el lugar con libros, hojas y plumas en un escritorio.

Cierra la puerta, pero no estamos solos… Propercio, uno de sus tres perros se acuesta a los pies de Cohen quien, con una leve sonrisa, espera el comienzo de las preguntas.

¿Cuáles son sus primeras experiencias o influencias dentro de la literatura?-Mirando hacia el techo, pensativo, dice: “Yo leía muchos poemas en una antología que me regaló –seguramente—mi mamá. Teníamos libros y entre esos libros había de poesía que podrían gustar a los niños, yo leía ahí. Había poemas de todo tipo, incluyendo adivinanzas y cosas rimadas. Recuerdo que fue lo primero que leí en poesía, también había cuentos. Estoy hablando de cuando tenía cinco o seis años”.

Acerca de la pregunta ¿Siempre quiso ser escritor? responde: “Yo siempre sabía que iba a ser escritor, no sabía qué más… aunque también pensé que beisbolista, astronauta…”

“Hay que entender que en un país como Estados Unidos el escritor siempre está lejos. Es algo… como las estrellas de cine. Cuando yo digo que sabía que iba a serlo, nunca pensé que con libros publicados, esa no era la idea, que yo iba a escribir... pero la idea de algún día llegar a hacerlo o trabajar en una editorial era descabellada”, menciona respecto a su vocación.

Confiesa que cuando tuvo un profesor con un libro publicado, le pareció que tenía a un Dios enfrente.

“Todo lo que uno lee lo influye, se vuelve parte de uno”.

Respecto a sus influencias como poeta y escritor, Sandro Cohen señala: “decir que fulano me influyó es un fragmento muy pequeño de lo que realmente sucede cuando uno lee. Son muchísimas experiencias que uno acomoda y hace propias”.

Poetas de habla inglesa fueron muy importantes en sus años formativos, en la época de la prepa, cuando empezó a leer en español con antologías bilingües. “Los primeros autores que leí en español, en versión bilingüe fueron Federico García Lorca y Cesar Vallejo” puntualiza.

Al ingresar a la Universidad leía a Sabines, a Paz, a Bonifaz Nuño. Le agradaba mucho la lengua española y seguía frecuentando a la poesía en habla inglesa, con motivo de sus estudios, primero en teatro y más adelante en literatura.

Al respecto de la interrogativa ¿Su obra refleja sus emociones y sentimientos o intenta desligarlo? determinó: “No, ¿cómo? ¿por qué? Es como desligar la gasolina del coche, ¿para qué sirve el carro sin gasolina y la gasolina sin quemarla?”.

“Autores que jamás hubiera podido conocer en Estados Unidos los conocí en México”

El profesor vestido con una playera negra y pantalón de mezclilla dice: “Estuvo muy bien que me hubiera mudado a México permanentemente”, mientras suelta una carcajada. Así empecé a conocer a los autores de estados Unidos e Inglaterra”.

“Empecé a conocer a los autores que llegaban a los encuentros en México como Allen Ginsberg, a quién traduje en una antología. Él y yo nacimos en el mismo hospital, después lo descubrí, tuve la oportunidad de decírselo y le dio mucha risa”, refiere con una sonrisa.

Diferentes maneras de ser

En su experiencia como poeta y escritor, menciona que los géneros narrativos y la poesía: “son diferentes maneras de ser. Hay días en los que solo quiero explorar una idea así que escribo ensayo, y hay días en los que quiero contar una historia así que escribo prosa y hay días en los que quiero explotar los sentidos con imágenes así que hago poesía”.

Nada es accidental, todo es coincidencia

Acerca de Rubén Bonifaz Nuño, poeta de quién realizó su tesis doctoral, así como varios trabajos a lo largo de su trayectoria mencionó: “Yo empecé a leer su poesía cuando salió De otro modo lo mismo, la recopilación de los libros que había publicado hasta ese momento, en 1979. Era un poeta reconocido, estudiado entre comillas y respetado”.

“Me pidieron que reseñara el libro para la revista de la Universidad, para la UNAM. Estaba leyendo De otro modo lo mismo --mientras señala el libro físicamente que se encuentra en una de las repisas—y fui a la presentación de As de Oros, aunque lo conocí después, en el aeropuerto”.

Se pone los lentes para poder leer, saca el libro de su lugar y corrobora que los datos sean fidedignos.

Haciendo una mueca, como la que sólo provoca el chupar un limón muy agrio, intenta recordar los datos exactos de la información que va dando en cada pregunta. En su lengua materna, el inglés, refiere que junto con Bonifaz Nuño dio conferencias sobre literatura mexicana en Connecticut, en la Universidad de Yale.

Menciona que: “Rubén nunca fue mi maestro académico, pero es quien más me enseñó de poesía al leerlo. Me enseñó a versificar por dentro”.

Junto con Carlos Montemayor, René Avilés Fabila, Martha Robles, Bernardo Ruiz y Marco Antonio Campos, así como Bonifaz Nuño, formaron un grupo de amigos inseparables de los cuales frecuenta a todos, menos a Robles. Este club fue nombrado La cofradía de los calacas. Todos poetas, se reunían a comer en “La lechuza”, un restaurante establecido en Coyoacán y hablaban de todo lo que rodeaba sus vidas, menos de poesía.

Redacción ¿sin dolor?

Sandro Cohen había impartido un curso de redacción por más de 12 años. Utilizaba como apoyo libros de autores diferentes, pero se dio cuenta que ninguno ofrecía una solución a los problemas al redactar y sólo se limitaban a dar axiomas.

La idea de un manual de redacción surge mientras corría en el Bosque de Chapultepec, con un ex alumno de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), lugar donde es profesor desde hace poco más de 20 años. El profesor comentó su inconformidad con su amigo y él lo instó a hacer su propio manual, idea que no dejó pasar desapercibida y se puso a trabajar en ello.

Bastaron seis semanas para terminar el material. Lo presentó en la Universidad como un borrador e iba a ser editado bajo el sello de la misma, pero cuando fue a una entrevista con Jaime Aljure este le preguntó, ¿qué traes ahí? Cohen no le da mucha importancia, pero sale editado bajo el sello de Planeta con un tiraje de cuatro mil ejemplares para todo el país. En un mes se agotó.

“Corregí el libro por los problemas que poseía y prácticamente la segunda edición se publicó inmediatamente. Un libro de redacción siempre debe actualizarse para anexar nuevas normas del español, por ello ya estoy preparando la 6ta edición”.

Además, Cohen imparte en diferentes sedes cursos de redacción, creación literaria y poesía.

“Mi mamá, una lectora voraz”

“Mi madre, como yo, era maestra. Es mi primer modelo pedagógico. La acompañaba a sus clases y me parecía mucho mejor que mis maestros. Ella siempre dio tercer grado de primaria en la ciudad en la que nací, Newark”.

Al mencionarla, su voz se torna suave y su mirada pareciera dibujar la presencia de su madre en la habitación, como si estuviera viéndola.

“Leía mucho y hasta la fecha. Mi madre es mi modelo de lectura, a sus 89 años es una lectora voraz. Lee mucho más rápido que yo. Estuvo una semana en México hace unos días y se acabó una novela literaria llamada Las correcciones, la leyó completa y la entendió perfecto. Tengo recuerdos de ella cuando me levantaba por un vaso de agua a las tres de la mañana y ella estaba leyendo”.

Sandro encuentra gran parecido tanto físico como emocional entre su madre y él, tiene razón. Edith Cohen es rubia, de piel blanca y los rostros de ambos son similares. La genética así lo dispuso.

“Soldador de profesión”

Su padre era soldador de profesión y obrero en una fábrica. “Era muy bueno con las manos, muy simpático. Todo mundo lo quería mucho. Era la adoración de todos sus sobrinos. Él murió en el año de 1982, era muy amigable, de muy fácil trato. Mi mamá no, mi mamá es más intensa. Yo me parezco a ella, no soy de fácil trato”.

Su padre por el contrario no era un gran lector, de hecho: “solo sé que leyó un libro, El padrino y que le gustó mucho”. Su papá no era muy bueno para expresarse además de ser de “pocas palabras”.

Hermanos

Su hermano mayor lo es por cuatro años, mientras que el menor es por seis años. Sus hermanos se han vuelto más unidos. Quizá por que ellos se frecuentan más al vivir ambos en Estados Unidos.

Su hermano mayor, refiere, es la combinación de sus padres, fue su ejemplo para acercarse al beisbol y otros gustos. Su hermano menor por otro lado es igual a su padre y siempre fue muy inquieto, tan inquieto que la mayoría del tiempo estaba metido en problemas.

Nueva Jersey

Acerca de su infancia, ¿podría contarme un poco acerca de cómo era? “yo nací en una ciudad pequeña llamada Newark en Nueva Jersey pero me mudé a Elizabeth, otra ciudad portuaria y viví ahí hasta los 10 años. Me vuelvo a mudar en noviembre de 1963, un poco más al noroeste en esta ocasión, lo recuerdo bien pues mataron a Kennedy por esos días”.

Recuerda asistir con su madre a la primaria del lugar donde nació pues ahí daba clases por ello no se desligó de Newark.

“Edad de oro”

Asistió a la Universidad de Rutgers, una escuela pública de Estados Unidos. Para él, “los años más felices fueron los universitarios, por despreocupados”. Mientras, a través de su mirada se reflejan los recuerdos.

Determina que la Universidad en México es completamente diferente que en Estados Unidos, “allá es tu casa y aquí se ve como algo ajeno”. En ese momento jamás imaginé mi vida en México por eso.

Se casa por primera vez con Claudia Acevedo, lo que atrasa su proceso de titulación. Con ella procreó a su primera hija, Yliana Cohen Acevedo.

Arribo a México

Confiesa que se enamoró de México. Llegó para terminar su maestría. Le preocupaba cómo iba a volver al terminarla. A pesar de que pensó que no podría regresar, lo hace para trabajar dando clases de idioma para turistas en Cuernavaca, Morelos. Su principal interés retornar a México, por lo cual aceptó, aunque fue temporal.

Lo que le gustó de México fue el hecho de que podía conocer a los autores y escritores. A pesar de la felicidad que le provocaba estar en México, los primeros días experimentó dolores de cabeza y el choque cultural que desde luego era impresionante. Todo es diferente.

La hospitalidad del país llamó su atención. De hecho, una de las semillas que provoca la separación con Acevedo es la decisión de regresar.

“Mi futuro está en México”


Tomás Mojarro es de los primeros autores mexicanos que conoce en este territorio.

Tras pasar algún tiempo, Luis Mario Schneider, otro de los grandes modelos, mentor y amigo del poeta, le ofrece volver. Cohen relata que ya tenía todo listo para irse a Madrid, incluso su moto ya iba a ser enviada hacia ese destino pero cambiaron los planes y retorna a México.

Así es que en agosto de 1973, ya viviendo en México, el terremoto de Puebla lo toma por sorpresa ya que jamás había sentido un sismo, dice que fue su “bautizo de fuego” mientras ríe, aunque la experiencia no le causó risa alguna.

El terremoto de 1985 fue también parte importante en su vida, ya que él vivía en Tlatelolco en esos días y aunque no se cayó el edificio donde habitaba, la impresión fue grande.

Su comida favorita es la mexicana. Le encantan los chilaquiles y todos los platillos con excepción de los mariscos. Confiesa que debido a su afición por la comida del país, “Tortillas, carne, pan…”, llegó a engordar muchísimo.

Enamorarse

Su primera novia fue Jean-Marie Simon, estudiante de leyes en Harvard y fotógrafa que, como dato curioso, es de la misma generación que Barack Obama, presidente de Estados Unidos. Cohen me mostró la página del anuario donde Jean sale junto a él.

Con ella vivió el primer amor en todos los sentidos. “Cuando me cortó sufrí mucho todo aquel año, y me inspiró a hacer poemas dolidos, para olvidarla”, recuerda.

“Alguna vez me la encontré en Nueva York, chocamos y aunque yo seguía lastimado me invitó a su galería fotográfica que estaba siendo exhibida. Hace mucho que no la veo pero mantenemos contacto por redes sociales, Josefina sabe”, advirtió.

Al narrar estos aspectos de su vida, su voz se vuelve más alta y denota emoción, y aunque la habitación sigue estática, en su mirada se veía que emprendía un viaje del cuál regresaba para emprender otro.

Otro de sus amores fue Johanna E. Rubba con quien se iba a casar y vivió en pareja todo un verano en el que trabajó en Sears, mecanografiando y otros empleos para mantenerse. El matrimonio no se celebra debido a su viaje a México y ella, estando en Manchester, tuvo otra relación lo que quebró los lazos entre ellos.

Su primera novia mexicana fue Elisa, hija de un poeta regional michoacano. La tuvo a la par que a Johanna. Y desde luego Claudia Acevedo con quién se casó por primera vez.

Teatro, melomanía, fotografía y deporte

William Jacobs fue su profesor y uno de sus modelos. Lo acercó a Shakespeare cuando estudiaba teatro. El teatro y la música le encantan. Se considera melómano, aunque es su juventud intentó aprender a tocar instrumentos, dice que aprendió a tocar piano a los 50 años.

Su música favorita es “Chopin, Mozart entre otros de la música clásica y por otro lado el rock de mi época por lo que desarrollaba paralelamente ambos gustos. Grupos como Grateful Dead y The Who, también formaron parte”.

Entra a clases de Ballet en la Universidad, con el fin de estar rodeado de mujeres hermosas, en un ambiente con una carga sexual impresionante. “La experiencia fue fabulosa”.

A Cohen aún le tocó la época en la que la escuela era exclusivas de hombres o de mujeres por lo que poder estar en una clase con chicas solamente fue toda una experiencia.

De un gran archivero, saca algunas revistas y compendios de fotografías, algunas tomadas por él en su juventud y algunas que Jean-Marie, su primera novia le regaló. Las tomas reflejan a Nueva York, donde conviven personas indigentes, durmiendo en la calle, pidiendo limosna o viviendo bajo las alcantarillas y el contraste con los otros, quienes caminan por las calles vestidos de diseñador.

Cohen también enseña fotos tomadas por él. Diferentes paisajes, puentes, ciudades, un árbol de a universidad a la que acudió entre ellas, todas reunidas en una antología.

Sus deportes favoritos son el beisbol y correr, comenzó a hacerlo al ser adulto, aunque ahorita se encuentra lesionado y por eso ha suspendido esa actividad, esperando recuperarse pronto.

¿Cómo se llama?

¿Dónde y cómo conoce a Josefina Estrada? “En 1979. Fue amor a primera vista”, dice al respecto de su esposa desde hace más de 28 años. “La conocí en una presentación de escritores en Bellas Artes. Ella era la encargada del programa “Veladas literarias” y ahí me la presenta. Fue un flechazo. Me enseñó la librería del recinto y recuerdo que yo, tartamudeaba, --sonríe al recordar ese momento de su vida.

Después de esa ocasión y aún casado con Acevedo, pero enfrascado en una relación que no tenía futuro pues el amor se había ido, comienza a buscar a Josefina sin siquiera recordar su nombre “Estaba tan nervioso aquel día que no me acordaba de cómo se llamaba la muchacha”, revela.

“Iba a verla a Bellas Artes, pero sólo a verla, en serio,--suelta una amplia carcajada--a través de las ventanas de afuera del recinto. Ahí me di cuenta que me había enamorado de ella”.

“Era creepy, ¿no? Era extraño, incómodo pero yo era muy tímido. Nunca se dio cuenta al menos”. En esa época uno de sus hermanos se casa por lo que viaja a Estados Unidos y se da cuenta que a pesar de la distancia no piensa en Claudia, su esposa y Josefina no sale de su mente por ello decide actuar para conocer a Estrada.

Así es como el 12 de diciembre de 1980 al fin la conoce. Cuando se decide a preguntarle a un amigo suyo que, dándole largas, le dice que caminen por la Glorieta Insurgentes donde, enfrente de un edificio, recogerían a Ignacio Trejo Fuentes. Tocaron el timbre y una voz femenina respondió desde un balcón ¿quién? A lo que el profesor al verla la señaló y gritó, ¡ella!

“Ahí no la conquisté, la invité a cenar. Ella escogió un restaurante elegante y ese día yo le llevé un soneto, no contaba con eso, así que bajó la armadura. Josefina es mi musa, mi inspiración. Estamos juntos desde hace más de 30 años, ¡imagínate!”

Al respecto de sus hijas Yliana y Leonora, para Cohen son perfectas. “Ambas poseen muchas virtudes y talentos”. Está orgulloso de ellas. También está muy feliz de haber criado a Nathanael Gibrán Pérez Estrada, hijo de Josefina de una relación anterior.

Así es como Sandro Cohen, en aquella habitación donde surgen sus ideas, donde trabaja y planea sus actividades, mostró al hombre, hijo, esposo, padre y amigo que convergen en él y que lo hacen ser un gran escritor, poeta y profesor.

Finalmente a la pregunta, ¿se siente pleno y realizado totalmente? Respondió: no, por fortuna—sonríe—tengo aún muchos planes y proyectos, un manual de corrección de estilo, una nueva edición de Redacción sin Dolor donde integraré las nuevas reglas del español, seguir escribiendo poesía y narrativa, y bueno, en lo personal seguir mejorando como persona y poeta, concluyó.








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GRAFFITI, PIEL AMBULANTE DE LA ÁLVARO OBREGÓN


Por María Fernanda Mercado Castro
México (Aunam). El graffiti, una especie de “tatuaje” social o “piel ambulante” del reclamo, es en varias zonas de Álvaro Obregón una muestra de arte y rebeldía de jóvenes que reclaman espacios en la sociedad. Con brochas, motas de algodón, pinceles y mucha imaginación, los autodenominados “artistas de la calle” piensan que esa es una forma de no sentirse excluidos ni ser vistos como vándalos o delincuentes.

Este fenómeno ha transportado a las grandes ciudades a una tercera dimensión. El ciudadano que a lo largo de su vida viaja a pie por las calles ha aprendido a coexistir ante la invasión de personajes de acrílico y spray. A falta de espacio, los graffiteros adornan las vías públicas con figuras, algunas grotescas, contorsionadas, de mujeres y hombres sin rostro en el colectivo urbano.

El Street Art es la visión clara de la queja, pensamiento, o simplemente la idea que el autor quiere dar a entender sin que los espectadores tengan que relacionarlo con bandas y delincuencia. Su filosofía y razón de ser han evolucionado como todas las artes y movimientos artísticos, y, forme la sociedad va experimentando cambios socio-políticos y culturales, pero su esencia continúa siendo transgresora y contra el sistema, acota Luis Bou, en su libro Street Art.

Globaliza todas las incursiones artísticas realizadas en el paisaje urbano y es un derivado directo de los graffiti, que eran pintados en los vagones de tren en Harlem, Nueva York, a finales de los años setenta. También derivan otras técnicas utilizadas por los artistas callejeros: el esténcil, posters, stickers, tiza, proyecciones e instalaciones, expone Bou.

En Álvaro Obregón existen bandas de graffiteros que salen por la noche, en grupos de seis personas con spray en manos, a recorrer y pintar paredes, con ello delimitan sus territorios. Algunos sólo ponen su firma, un rayón con aerosol negro, azul o rojo, otros realizan un diseño un poco más profundo, le dan una tipografía y la adornan con burbujas o nubes.

Es el caso de José Luis Corona, para quien el hecho de convertirse en padre no ha sido su única satisfacción, también lo ha sido dibujar. “Nocke” es su nombre artístico dentro del ámbito graffitero; joven de 28 años, tez morena, cabello alborotado y obscuro como la noche; sus ojos cafés destellan el ansia de poder expresar todo lo que pasa por su cabeza.

“Desde niño me ha gustado dibujar”, expresó; cuando pasaba por las calles y veía chavos pintando no los perdía de vista. A partir de 2004 ha practicado el graffiti de ilegal; Debido al embarazo inesperado de su novia dejó de hacerlo, pero su hijo también fue la razón por la que volvió a realizarlo, ahora de manera legal, aunque sigue extrañando la adrenalina de la ilegalidad.

Su hijo le removió muchos recuerdos al saber que a él también le gusta dibujar, “cuando tenía dos años; llegué de trabajar y vi las paredes del cuarto pintadas con crayola”. Al mismo tiempo que sus antiguos amigos que al igual hacían graffiti le insistían para que regresara a pintar, con ello dejó de hacer letras y empezó con comics de carácter real.



“El arte callejero en México es parte de su cultura”, menciona Pablo Delgado, experto en arte contemporáneo, en una entrevista el día 22 de septiembre del 2011 para el periódico La Jornada. Nada más que hay muchos que sólo salen a poner sus firmas, que no se entienden, y las personas lo consideran vandalismo, porque no hay ningún mensaje detrás de eso.

Hay paredes que ve pintadas y sabe que el artista debió ser autorizado o comisionado por el dueño. Pero también hay quienes salen de noche sin permiso, ven un lugar y dicen ‘aquí lo quiero poner’ y lo colocan. Sigue habiendo lo ilegal, la travesura de salir y poner algo que es ajeno a ti. Sin embargo, hay piezas que juegan con el entorno, que es el chiste del arte callejero. Así des un mensaje o no, también puede ser algo visualmente atractivo para el transeúnte, menciona Delgado, quien fue artista callejero en Londres.

Sin embargo, expertos en seguridad pública de la delegación Álvaro Obregón, como Jesús Oropeza, policía judicial del módulo ubicado en la Colonia Corpus Cristi y Vicente García Márquez, policía judicial del módulo situado en la calle 36 de la Colonia Olivar del Conde, coinciden en que el Graffiti es ilegal por dos razones; una, porque quien lo practica comete daños en propiedad ajena y, dos, porque el aerosol, de acuerdo con la Ley de Cultura Cívica, causa daños al medio ambiente.

Es permitido, cuando se realiza, por ejemplo, con pintura de brocha, ya que el material con el que son fabricados los productos utilizados no son nocivos para la salud ni dañan al medio ambiente, o lo que denominan Arte Contemporáneo, es decir los murales que el gobierno promueve para la mejora de la cultura de la delegación Álvaro Obregón, acotó Jesús Oropeza.

Las diferencias que Nocke encuentra en ambos casos son la rapidez y el buscar lugares inéditos y arriesgados; “aunque sólo hiciera letras de forma legal, en el otro caso, tienes más tiempo para darle limpieza, calidad, detalle y te puedes esmerar más sin miedo a que te correteen o te golpeen”.

Respecto a las medidas que se toman cuando un joven comete este tipo de actos, Vicente García acota que no son aprehendidos, únicamente se les hace un aseguramiento y son llevados con el juez cívico, él es quien determinará cuál será su sanción, ya sea económica o administrativa. Si son menores de edad, tienen que esperar a que sus padres lleguen.

Sin embargo, Nocke ha vivido diferentes experiencias con la policía, “me han tocado desde corretizas hasta balazos”, dice que son los riesgos a los que se ha enfrentado al practicar graffiti de manera ilegal, en una zona federal con unos soldados y en otra en una escuela del Estado de México con un policía auxiliar. Lo han llegado a detener, pero nunca lo han llevado a los separos “con 50 o 100 pesos, la he podido librar”.

Por ello la Policía Federal promueve la “Unidad Graffiti”, la cual tiene como objetivo general apoyar el desarrollo de las expresiones culturales y artísticas para evitar las prácticas de manera ilegal en la delegación Álvaro Obregón. Con esto se propone recuperar espacios públicos y privados afectados, impartir sesiones informativas y coordinar distintas actividades con jóvenes graffiteros, de acuerdo con la página oficial de Seguridad Pública.

Soportes de artistas callejeros



Paredes, señales y objetos de mobiliario urbano, son los soportes utilizados por los graffiteros para plasmar sus obras. Lugares que pasaban totalmente desapercibidos hasta que un artista decidió actuar sobre ellos y revivirlos. Sitios que ya nadie utiliza, como locales o casas abandonadas, son lugares cuyas texturas reciben un nuevo valor y utilidad.

“Calle 10”, apenas se alcanza a distinguir, es un letrero viejo y oxidado de la larga avenida norte en la colonia Olivar del Conde, Álvaro Obregón. Las casas no son mayores a dos pisos con las paredes despintadas y desgastadas al igual que las ventanas, contadas son aquellas viviendas donde se observa una mano de pintura recién dada, para esconder aquellos rayones de aerosol. Algunas otras no tienen aplanado, el tabique esta a la intemperie.

Las ciudades de todo el mundo están repletas de signos que han servido de inspiración para los artistas de graffiti, en muchas ocasiones han cambiado el sentido y significado de las mismas, lo que las ha convertido en un corto periodo en obras de arte. Los logos comerciales que invaden las calles de las grandes ciudades tienen como objetivo divulgar un mensaje o una marca.

Soportes cotidianos, desde un contenedor de basura hasta cabinas telefónicas, se convierten en la base para “el milagro de la creación”, apunta Luis Bou en su libro Street Art. Al plasmar su obra, ésta no queda inmune a la actuación de otros artistas de la calle a las inclemencias del tiempo y otros elementos que la deterioran. El Graffiti es un acto artístico y no vandálico, por lo que las delegaciones designan lugares en zonas céntricas de la ciudad para que puedan elaborar sus obras con toda libertad.

El graffiti sobresale por la modificación o distorsión de letras con mucho colorido, tamaños y formas. Una explosión de creatividad, nuevas ideas y talento con miles de artistas de todo el planeta que exponen sus innovadoras obras de arte en las calles, utilizándolas como si se tratara de un gigantesco museo.

Infinidad de texturas se presentan como fondos perfectos para plasmar su obra. Las superficies encontradas pueden ser tan diversas como paredes de hormigón, ladrillo, madera, plástico, metales de señales de tráfico, entre otras. Luis Bou menciona que los artístas casi siempre prefieren las paredes lisas, mientras que otras encuentran más expresivas las superficies irregulares y rugosas.

Además de los sprays y rotuladores de tinta permanente, los artistas utilizan otras formas y materiales para llevar a cabo sus trabajos: plantillas, pegatinas, posters, pinturas acrílicas aplicadas con pincel, aerógrafo, tizas, carboncillo, collage a base de fotografías, fotocopias, mosaicos. Por otro lado, muchos estudiantes y profesionales del mundo del diseño gráfico utilizan el arte callejero para dar a conocer su trabajo.

Actualmente, Nocke pertenece a dos crew, es decir, dos grupos graffiteros: Hiphopotamos, conformado por chavos de Cuajimalpa delegación Álvaro Obregón, es un proyecto para jóvenes que les gusta el Hip-Hop en sus diferentes elementos; y Visión, éste fue formado por él, ya que muchos de sus amigos tienen en común el graffiti, pero cada quien aporta su visión y estilo diferente.


Le gustan mucho los animales y hubo un tiempo en el que sólo se dedicó a pintar animales y le decían “Nocke y su zoológico”. Ahora hace niños con algunas frases: “Algo más para que la gente que voltee a ver la barda donde pinto y se lleve algo de esa pinta”. Para ello utiliza aerosol, pero ha llegado a usar plantillas o pincel.

Desde los años 80 un aspecto primordial del graffiti son los personajes. Caricaturas invaden las calles y grandes avenidas de la delegación Álvaro Obregón, haciéndolas reconocibles e imborrables en la retina de quien las observa. Animales, monstruos, villanos, héroes, gente famosa, políticos y autorretratos de los propios artistas, conviven diariamente con los ciudadanos en los lugares por los que cotidianamente se trasladan a su destino.

Aquellos personajes se convierten en su firma o “nombre”, la cual es la esencia de la cultura del graffiti. Cuanto más sencillo sea el personaje, más fácil será para el artista repetirlo, no es necesario que vayan acompañados de un fondo o de un texto. El “escritor” (término que adopta un artista convencional del graffiti) crea su obra en función del soporte y las circunstancias, aprovecha las posibilidades que ofrece el paisaje urbano, así como sus accidentes.

Ana Lizeth Mata Delgado, profesora y restauradora de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), menciona que “el graffiti se ha considerado excluyente pues el tema visual muchas veces está limitado por tipografías estilizadas que corresponden a la firma o nombre del creador, por lo que pocas personas lo comprenden, aunque a últimas fechas ha evolucionado haciendo sus formas más claras e integrando figuras de personajes reconocidos”.


“Píntate las nalgas”

“WSM” es una pequeña firma con aerosol de color azul, parece recién pintada la noche anterior, “pinches chamacos, no tienen nada que hacer”, mencionó la señora María, dueña de la pared donde apareció aquel rayón por la mañana del domingo, frente al deportivo “El Tanque”, sitio donde Nocke se reúne con sus colegas graffiteros. Estos jóvenes se dedican a manifestarse por las noches para no dejar ningún rastro, más que aquella firma que será vista un día después, para ser criticada o aceptada por las demás personas.

Los habitantes de la delegación Álvaro Obregón, tienen diferentes actitudes en cuanto al graffiti. “Píntate las nalgas”, es como le grita la gente a Nocke al encontrarlo rayando una pared, sin embargo eso no ha sido impedimento para que él lo deje de hacer. Al contrario lo toma en forma de burla; aunque en algunas ocasiones se pone a discutir diciéndole: “La neta creo que hasta traigo más dinero en mi cartera que lo que usted trae”, debido a las ofensas y prejuicios que tienen.

Domingo Cruz, de 50 años, mencionó: “Los jóvenes que cometen este tipo de actos son personas sin educación, ni moral, marihuanos y que no tienen nada más que hacer”. Son algunos de los prejuicios que los habitantes tienen sobre éstos artistas callejeros. Los “vándalos”, como los denomina Otilio Colín, de 47 años, salen por las noches a graffitear sin dejar rastro alguno, que detecte quién rayó las paredes.

Sin embargo, al hacerlo de manera legal, la misma gente reconoce su trabajo y le ofrece un refresco o una torta, “ya con el simple hecho de decirte que está padre, te motiva”, menciona Nocke. Incluso las autoridades cambian, ya no se paran a cada instante, ni insultan a los graffiteros. Ya que antes pedían de mala manera que hablaras con el dueño, incluso ellos se ponían a discutir con los policías por la forma en que se comportaban.

Así como hay prejuicios, también hay buenas opiniones al respecto, “son jóvenes artistas, con la necesidad de querer expresarse, pero la sociedad mexicana los reprime”, menciona Joel Pérez, de 28 años de edad. Algunos otros son indiferentes ante este fenómeno.

Propuestas para el Arte Callejero


Nocke en un principio no tuvo apoyo por parte de su familia al practicar el graffiti de forma ilegal, “me criticaban mucho y tuve muchos problemas”, pero ahora que lo hace de manera legal, lo apoyan. En algunas ocasiones realiza trabajos, incluso ha tenido la oportunidad de ir a algunos eventos en distintos lugares de la República como: a Guadalajara en los panamericanos, a Querétaro con la temática de la juventud y el deporte y también ha estado en el zócalo con el tema del agua.

Desde el año 2001 se celebran concursos y exposiciones del graffiti en algunos estados de la República Mexicana, en los cuales se abren espacios para los artistas urbanos, no para los tageros, es decir, aquellos jóvenes que solamente rayan las paredes con firmas o garabatos, lo que ayuda a que éstos se conozcan, compartan trucos y anécdotas, aprendan nuevos estilos; y, lo más importante, ayuda a que se respeten y admiren entre sí.

Algunas de ellas fueron la exposición ¿Krimen Urbano? en el Museo Nacional de Arte, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, la muestra fue montada para 10 jóvenes, cuyo propósito fue combatir la estigmatización del graffiti y mostrarlo como una forma de expresión que dialoga, convive y cuestiona la problemática social. De igual forma el concurso de Graffiti en el Estadio Azteca, consistió en la elaboración de murales que representaran la historia del Estadio Azteca.


Nocke al igual que muchos otros jóvenes graffiteros están deseosos de lugares para poder plasmar sus obras, “me gustaría que la Delegación abriera más espacios para poder pintar”, eventos culturales, ya que hay muchos parques, escuelas, desniveles y puentes que están rayoneados y bien podrían renovarse, con ello motivarlos para que dejen de hacerlo ilegalmente en la delegación Álvaro Obregón.

Pintores fantasmas o chicos irreverentes, necesitados de espacios de expresión en un barrio mexicano, como la delegación Álvaro Obregón, reflejan la urgencia de delimitar territorios y aprovechar la ocasión para protestar frente a una sociedad caótica y despiadada.

Es una especie de piel sin ojos y tatuajes sociales, que a gusto de las personas podría parecer hostil y, en ocasiones, hasta aburridos. Los jóvenes tienen hambre de espacios, de contar sus leyendas urbanas, de exponer sus panoramas y de dejar las huellas de una oveja negra, de una rata, de un punk irreverente, de una evolución o involución.











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17 de junio de 2013

PRESENTA EL NAHUAL LA HISTORIA DE LOS IGNORADOS


Por Brigitte Martínez
México (Aunam). Tras una larga jornada laboral un joven vendedor de cigarros y pepitas llega a su casa ubicada en la colonia apodada ‘El hoyo’. Poco tiempo después unos golpes interrumpen su descanso y anuncian la llegada de la tragedia que habrá de terminar en unos instantes con su vida. Un grupo de delincuentes lo ha confundido con su vecino de enfrente ‘Chuy’, quien cambio el número de la puerta para pasar desapercibido con sus deudores, y la muerte finalmente alcanza al hombre equivocado.

El joven vendedor (Carlos Talancón) comienza a narrar la historia del sinsentido de su propia muerte, y lo que ocurrió tras ella. Recuerda como se encontró con su propio cuerpo, como lo acusaron de ser un nahual, cuando su cuerpo fue arrojado al basurero y devorado por las ratas del lugar. Evoca el dolor y coraje de lo imposible de su venganza.

Relata, en un tono sarcástico, cuando se encuentra con la multitud de ánimas que deambulan por las calles tras haber muerto de una forma trágica: Asesinatos por equivocación, colgados, atropellados por los vagones del metro; todos se regresan al lugar en donde su vida dio terminó para finalmente llorar por aquello que no habrá de volver.



El nahual representa a todas aquellas personas que han sido víctimas de las circunstancias y han muerto por ello. Carlos Talancón, protagonista y autor, da voz a una de éstas víctimas por lo que expone, a manera de monologo, su experiencia tras la muerte, el dolor, el coraje, y la falta de justicia que decenas de personas sufren en un contexto de violencia como lo padece día a día México.

Bajo la dirección de Erick Bagar, la puesta en escena presenta la historia de los personajes que mueren de manera anónima sin estar involucrados con alguno grupo delictivo; y que sin embargo, son olvidados rápidamente por la vorágine informativa de la primera plana de los periódicos nacionales e internacionales.

La obra se presenta en un espacio alternativo de difusión cultural: El Trolebús Doble Vida, ubicado a un costado del parque España, en donde se presentará Nahual cada viernes con un horario de 8 de la noche hasta el próximo 5 de julio.





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PRÉSTAME TU PIEL: EL ARTE DE APRENDER A TATUAR


Por Andrea Stephanie Espindola González
México (Aunam). El tatuaje se ha transformado a lo largo de la historia. Significados, diseños y colores han variado con el tiempo y con ello también las técnicas de su aplicación. Hoy en día, más del 16 por ciento de la población mundial tiene un tatuaje. De un rito tribal pasó a una explosión cultural. El legado y métodos antiguos que ahora los artistas llevan hacia el futuro, ha llegado hasta la profesionalización de esta labor. Aunque existe el riesgo de contraer infecciones, los materiales y condiciones de sanidad adecuados, pueden evitar estos riesgos.

Guillermo Leonel ha utilizado su piel como lienzo en tres ocasiones. La pluma que parece flotar sobre su hombro derecho reafirma la libertad que posee el ser humano. El nombre de su madre en el pecho es símbolo del amor y la fuente que le dio la vida. Su pantorrilla derecha tiene dibujadas cuatro calaveras, cada una representa a los miembros de su banda de hip hop.

La historia de Héctor Manuel es diferente. El deseo de conmemorar acontecimientos significativos lo llevó a dibujar permanentemente su piel. Su brazo izquierdo tiene plasmado un guerrero azteca que, además de ser “de nuestra raza”, le recuerda que los obstáculos se superan si se está en constante lucha.

Para ambos jóvenes de 20 años, tatuarse en casa no resultó un riesgo ni mucho menos la posibilidad de contraer una enfermedad, ver los trabajos de los tatuadores los llevó a considerar que el valor simbólico era lo más esencial en detrimento del lugar.

Un rito ancestral

Tatuar la piel es un rito antiguo practicado en todo el mundo, cada cultura poseía sus propias técnicas de elaboración; la mayoría, además de ser rudimentarias eran muy dolorosas. Aquí algunos ejemplos extraídos del documental “Los secretos del tatuaje”: el estilo tradicional polinesio era a base de utensilios de hueso animal y madera, un palo era utilizado a modo de martillo para golpear la piel una vez que estaba empapado de tinta.

La cultura japonesa se caracterizaban por usar una especie de aguja hecha a mano, llamada nifo, cada nifo tenía de 30 a 40 dientes finos que rasgaban la piel y la rellenaban con tintas.

Al igual que los japoneses, los hindúes realizaban sus tatuajes a través de una aguja e hilo que eran mojados con tinta, después la introducían en la piel simulando coserla, los restos de la tinta se dejaban en la capa secundaria de la piel, la dermis.

En las cárceles, esta labor artesanal rebasó los límites del riesgo, como sucedió en el Penal de Maricopa en Phoenix, Arizona, donde a partir de máquinas improvisadas se introducía a la piel un clip con tinta, propiciando que se propagara el Sida entre los presos, ante la falta de salubridad en el proceso.

Fue hasta 1891 que Samuel O´Reilly patentó la primera máquina eléctrica para grabar el cuerpo, al tiempo que abrió en Nueva York el primer local para realizar tatuajes.

Una práctica actual

Hoy en día, la práctica de marcar la piel con máquinas improvisadas continúa debido a su popularidad. En contraste, en México se han creado instituciones que capacitan a personas que quieran aprender el arte del tatuaje, dichas escuelas aportan los conocimientos necesarios en sanidad, material y diseño que forman a dermografistas artísticos profesionales.

Uno de ellos es el Instituto de Investigación y Capacitación en Micropigmentación (I.In.Ca.Mip), que abrió sus puertas en mayo de 1996, lo cual la convirtió en la primera sede de micropigmentación en México; además, está registrada ante la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).

En entrevista, el director del mencionado instituto, Héctor Guisa de Alba, certificado en Estados Unidos por la Society of Permanent Cosmetic Porfessionals, declaró que en un principio su escuela causó disgusto entre los tatuadores, pues se sintieron agredidos al tratar de escolarizar una labor que ellos adquirieron de manera empírica.

El temario del curso que ofrece esta academia incluye la historia y desarrollo del tatuaje, legislación mexicana, sanidad en tatuaje corporal, pigmentología, alergias, la piel, mobiliario necesario, herramientas a utilizar, tipos de máquinas; calibrar y sujetar, diseños, esténcil, sitios anatómicos para tatuar, arte delineado, sombra, color, cover up, vendaje, cuidados y práctica.

El costo es de 5 mil 220 pesos con duración de una semana, y se otorga el diploma de Técnico profesional en tatuaje corporal, empero, Héctor Guisa explicó que la inversión es menor pues los precios de los tatuajes varían según el grado de complejidad y si son hechos con tinta de color o negra, en promedio, el mínimo del costo por un dibujo de este tipo va de los 400 pesos hasta los 1800 en una sesión de cuatro horas.

“En el I.In.Ca.Mip se desecha la idea del aprendiz que es utilizado como un “sirviente del tatuador” que aprende viendo el trabajo del mismo”, señaló el titular de la institución. Su método de enseñanza se basa en un curso de bioseguridad que les explica las medidas sanitarias que se deben de tomar para protegerse contra infecciones y enfermedades.

Al respecto, el doctor Gilberto Santa Rita Sánchez, especialista en Medicina Interna del Hospital Ángeles del Pedregal, aseguró que las infecciones propensas a partir de la realización de un tatuaje “dependen totalmente del cuidado higiénico de quien realiza el tatuaje, la esterilidad o contaminación de los instrumentos o materiales”.

Posteriormente, a los alumnos del I.In.Ca.Mip se les imparte el curso de primeros auxilios que les permite ver cómo reaccionar en caso de que existan complicaciones con los clientes, las cuales pueden ser desde irritaciones por sensibilidad en la piel hasta la alteración del sistema nervioso.

En este sentido, Oscar José Salinas, Químico Farmacéutico Biólogo por la UNAM, declaró que las tintas para tatuar elaboradas a base de metales como el cadmio o el cobalto, pueden causar envenenamiento, esto debido al alto grado de oxidación del metal.

El envenenamiento se produce cuando el material de la tinta sustituye un metal que el ser humano tiene, como el potasio, por ejemplo, “causando dificultades en la vías respiratorias o algunas veces se depositan en órganos vitales como el hígado y deja de funcionar, al tiempo que se afectan otras partes del cuerpo, esto también puede suceder en los riñones, pulmones, o la piel”, explicó.

Lo graves es que son problemas asintomáticos, no se presentan indicios de alerta, “uno se da cuenta hasta que está ya casi del otro lado”, por ello no es recomendable utilizar una tinta a base de estos dos metales, argumentó.

Sin embargo, existen algunos pigmentos hechos a base de magnesio, metal que se consume en diversos alimentos, “ahí no tendría tanto problema” pues el cuerpo los asimila de mejor manera, explicó el especialista. A diferencia de las tintas con base en metales, las vegetales son menos dañinas ya que se disuelven en el organismo, “lo que sucede con este tipo de sustancias es que el tatuaje requiere de constantes retoques”, aclaró.

La hipersensibilidad es otra de las posibles reacciones, es decir, el enrojecimiento de la piel, hinchazón e incluso comezón, por lo que el experto recomienda las tintas de henna, aunque se desechen rápidamente del cuerpo; así como el uso de tintas vegetales que el organismo asimile de mejor manera y evitar las infecciones que pueden derivar en la muerte.

Aprender a tatuar

Letras árabes en color negro adornan el oblicuo izquierdo de Yamil, joven estudiante de ingeniería mecánica en Ciudad Universitaria; él acudió al estudio “Kaustika”, ubicado en Miramontes para plasmarse su nombre. Los motivos por los que decidió acudir a este local fueron las reglas por la que se rige el mismo; entre ellas, concretar una cita antes del día de la aplicación. Una vez que el momento llega, debe llenar un formato en que se les cuestiona sobre padecimientos, alergias o enfermedades.

Tras concluir el llenado, Yamil escucha a Poncho, el tatuador quien le platicó lo que iba a sentir, “si en algún momento no aguantas el dolor, dime, pero que no te muevas”. El paso del rastrillo por el área a tatuar aumentaban el dolor y la satisfacción que estaba a punto de experimentar.

Después siguieron indicaciones de cuidados específicos como lavar una vez al día con jabón neutro y colocar una pomada especial para la cicatrización.

Yamil aseguró que antes de tomar una decisión se informó sobre las condiciones necesarias en que debía realizarse el tatuaje y por ello decidió acudir a este local que cumple con las medidas necesarias de protección, establecidas en el Distrito Federal por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), la cual se encarga de la regulación de los establecimientos que se dedican a este tipo de actividades.

En el artículo 224 bis 1, del Reglamento de Control Sanitario de Productos y Servicios señala que “los tatuadores, micropigmentadores y perforadores, para la prestación de sus servicios, deberán contar una tarjeta de control sanitarios, la cual tendrá vigencia de dos años, contados a partir de la fecha de su expedición”.

El trámite consiste en llenar la documentación que se proporciona en la página de la comisión y realizar el pago de 4 mil 84 pesos. Las oficinas de atención y recepción de papeles de la COFEPRIS se encuentran en la calle Oklahoma número 14 colonia Nápoles delegación Benito Juárez, frente al World Trade Center.

Tatuador street VS tatuador profesional

En el curso que ofrece el I.In.Ca.Mip también se retoman las enseñanzas en la parte técnica, en este ámbito, el encargado de impartirla es Miguel Ángel Rivera, quien se inició como tatuador profesional en 1991. Estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM las licenciaturas de Diseño Gráfico y Artes Visuales, pero decidió dedicarse al arte de pintar sobre la piel porque la satisfacción que recibe tras marcar a una persona no se compara con nada, aseguró.

Profesor desde hace ya siete años, Mika, conocido así en el ámbito del tatuaje, ha realizado trabajos a luchadores profesionales como el “Pirata Morgan”, “Mister Águila” y “Halloween”, además, trabaja actualmente en “Dolce Vita”, y se dedica al diseño de máscaras de lucha libre.

Miguel Ángel opinó que la preparación es esencial, “la tecnología y el estudio son la base de todo”, declaró. Cada vez hay mejores máquinas y tintas de calidad, junto con los conocimientos técnicos y artísticos se puede ser un profesional del tatuaje corporal en un año, comentó.

Abraham, llamado por los que lo conocen como “Verso”, inició en el arte de tatuar con la convicción de que eso era lo que quería hacer el resto de su vida. Fue en Tijuana y Sonora, donde acompañado por sus amigos, aprendió a tatuar de manera tradicional e informal. La profesionalización llegó cuando consideró que era importante adquirir los conocimientos de las normas de sanidad y para estar certificado como tatuador profesional.

En relación a las escuelas que se dedican a la preparación de tatuadores, opinó que “están bien tanto que potencializan las capacidades de las personas y no limitan el desarrollo de las mismas”. Además dijo que “en esta profesión todos los días se aprende”. Finalmente “Verso” declaró que “la expresión y el cuerpo son libres, cada quien es dueño de su piel”.

German Arturo, con 34 años de edad, se considera un artista street, comenzó por observar dos semanas a un amigo y primero se dedicó a realizar perforaciones; después, lo único que necesitaba era “que se prestara la piel” y “gente que lo apoyara”, declaró.

“Yo aprendí a tatuar en la calle”, de ahí que su opinión respecto a las escuelas que se dedican a la enseñanza de este arte, sea que “si tienen la oportunidad de hacer las cosas bien desde el principio que lo aprovechen”.

Tatuaje, riesgos y mitos

Uno a uno los dedos de la mano izquierda se introducen en el guante de látex color negro. Los frascos descansan sobre la mesa, contienen sustancias en color rojo, amarrillo, rosa y morado; también hay un par de recipientes con etiquetas que dicen “antibenzil” y “gilocaina”. Cubrebocas, máquina de bobina para tatuar, agujas, un tubo desechable, todo está listo para que Mike tatúe a “La Naye”.

Toma un esténcil, un tipo de calca transparente, en él traza el diseño que su clienta quiere. Moja un algodón con alcohol y limpia el hombro izquierdo de Nayeli. La expresión de los ojos de la chica se prolonga cuando Mike pega el esténcil en su piel y le pregunta si el dibujo está bien.

La máquina comienza a accionar la aguja que va de arriba hacia abajo, la velocidad aumenta en cuanto toca la dermis. Pequeños destellos de color rojo se notan sobre la piel de Nayeli, es la sangre que resulta de la herida producida por los piquetes.

Atento y detallista en el tatuaje, la mirada de Mike es inamovible al diseño. Cada determinado momento limpia la punta de aguja para tomar más tinta. Sin perder la concentración comenta que la inquietud movió sus sentidos para iniciarse en el oficio de tatuar.

Mientras tanto, Nayeli, con sudor en la frente y las pupilas dilatadas, expresa el dolor provocado por los numerosos piquetes que introducen el color morado y negro, pigmentos que conforman las líneas mixtas y flores que serán su tatuaje.

Con sólo dos años de experiencia, Mike tatúa en su casa, su “estudio improvisado” como él lo llama. En él cuenta con un book de referencias y material desechable que le permiten realizar su trabajo.

“Desgraciando amigos” es como se perfecciona el arte de tatuar, ir a una escuela no te garantiza ser un buen tatuador asegura. Él no asistió a ninguna instancia capacitadora, la experiencia la adquirió en la práctica. La pasión y el deseo de hacer bien las cosas no son aspectos que una academia te enseñé, argumentó.

Fueron conocimientos esenciales en asepsia lo único que tuvo que estudiar para no perjudicar a los clientes. Finalmente un tatuaje es una cicatriz, y como tal requiere cuidados específicos. Un buen tatuaje es de dos: el tatuador y el buen cuidado por parte del tatuado.

Por eso Mike concluye que no hay otra forma de aprender más que tatuando, “Lo podrías saber en teoría pero si no lo aplicas nunca vas a perfeccionarlo”, comenta.

Son las 7:00 de la noche y ha terminado de tatuar a Nayeli. La limpieza de la máquina es lo primero que realiza Mike al terminar, seguido de la eliminación de los materiales desechables.

“La Naye”, quien ahora posee cinco tatuajes, más que preocuparse por la posibilidad de contraer una infección, se despide con una sonrisa y sudor en el rostro, quizá contenta por el resultado pero adolorida por el procedimiento.

El mito que existe entre los tatuajes y las infecciones o enfermedades se ha convertido en una generalización que queda poco esclarecida, comenta la doctora Maritza Martínez, encargada del Banco de Sangre del Hospital Ángeles del Pedregal, pues, aseguró, la infección o enfermedad sólo se contrae con el desaseo o contaminación del material.

Además, declaró, en entrevista exclusiva, que “los tatuajes no traen consigo ninguna complicación a menos que el material esté infectando y entre en contacto con el torrente sanguíneo”.

Del mismo modo, expresó que las tintas para elaborar tatuajes tampoco crean enfermedades, sino que depende de cada persona y las alergias que padezcan.

Además, dijo que los casos con que se ha encontrado derivan en no llevar a cabo la asepsia apropiada, es decir esterilización del material con equipos adecuados, que en casa no es posible tener, y no proporcionar las indicaciones pertinentes para el cuidado de la herida.

Aunque no ha recibido casos de Sida o hepatitis, aseguró que sí los hay, y que las estadísticas los demuestran. “A pesar de que los establecimientos ya están más controlados, y necesitan tener una licencia para asegurar que no le van a causar daño a la persona que se lo hacen sigue habiendo casos”, argumentó.

Las últimas cifras que arroja el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH y el Sida, en su Resumen de la Vigilancia Epidemiológica del Registro Nacional de Casos Sida, actualización preliminar hasta la semana 52 del 2012, señalan que en este último año se presentaron cuatro mil 598 nuevos casos de este virus.

Desde 1983 hasta 2012; dos mil 896, de los 160 mil 864 casos, fueron infectados por la vía sanguínea.

En cuestión de donar sangre, la encargada del Banco de Sangre explicó que las personas que cuentan con algún tatuaje deben ser canalizadas durante todo un año, después de que se lo efectuaron, para comprobar que no se contaminaron durante la realización del mismo.

Incluso, si es que la persona tuviera una infección, no es sino hasta la quinta o sexta semana que el virus se gestó cuando es plausible detectarlo en un estudio.

La gravedad de algunas enfermedades como la hepatitis recae en que “son infecciones que pasan desapercibidas, ya que no presentan un cuadro agudo”, comentó.

Finalmente, la doctora Martínez explicó que las limitantes presentadas por las personas infectadas, son donar sangre, llevar una vida sexual controlada, y la prohibición de diversos alimentos que derivan en una dieta balanceada.

A su vez, la dermatóloga Angélica Berrón Ruíz, dijo que los pigmentos que utilizan los tatuadores crean reacciones alérgicas principalmente, “la reacción es individual, depende de cada persona y qué tan sensible es a lo que le aplican”, apuntó.

Declaró que pueden adquirirse infecciones locales como piodermis, un tipo de infección en la piel que se propicia por una bacteria; o virales como verrugas o molusco, e incluso infecciones sistémicas como hepatitis B o C y Sida.

Asimismo, la dermatóloga del Hospital Médica Sur, manifestó que la vía por la que se contraen las infecciones es la ruptura de la piel a través de numerosos piquetes de aguja que atraviesan la capa de la piel llamada epidermis hasta la dermis, invadiendo los vasos linfáticos y venosos.

La importancia de los lineamientos de salubridad son esenciales para proteger la salud de quienes se realizan un tatuaje, para ello, el Código Penal Federal en su capítulo primero “Delitos contra la vida y la integridad corporal”, señala en el artículo 130, que se impondrán sanciones de 30 a 90 días de multa si las lesiones tardan en sanar menos de quince días; de seis meses a dos años de prisión cuando tarden en sanar más de 15 días y menos de 60; de dos a tres años seis meses de prisión si tardan en sanar más de 70 días, entre otras.

Consecuencias irreversibles

Héctor Guisa de Alba, además de ser director y profesor del I.In.Ca.Mip, se dedica a la eliminación de tatuajes.

Entre las causales que orillan a las personas tatuadas a recurrir a este método, comentó el especialista, está el estigma que aún existe entre la sociedad sobre las personas que cumplen con esta característica y son asociadas a prácticas vandálicas como robar, secuestrar, o asesinar, entre otras.

Sin embargo, también “hay gente que viene dentro de una lógica consciente, las primeras son mujeres que ahora son madres y deciden quitárselos para no dar una mala imagen a sus hijos. Y otros que son los que ya no lo quieren, que se aburrieron o simplemente ya no les gusta”, expresó.

El resto, acude desesperado, “no encuentro trabajo, quíteme el tatuaje a como dé lugar”, son las principales justificaciones que Héctor Guisa recibe.

La mala elaboración de los tatuajes también conlleva a esta práctica, explicó el director del I.In.Ca.Mip, “algo que ellos querían, que tenía un significado personal, debe ser removido. Claro que tenemos métodos, pero siempre van a dejar una secuela y la secuela más elemental es una cicatriz”.

El método es doloroso y costoso. El número de sesiones varía dependiendo del tipo de marca; someterse a este procedimiento trae consigo “una marca, fea, deforme, y el tatuaje nunca se va a poder quitar al 100 por ciento y mucho menos va a regresar tu piel al estado natural, entonces de igual modo vas a quedar con una marca para siempre”, concluyó.

La regulación y conocimiento actuales permiten que todo aquél que tenga el deseo de pintar su piel para siempre, puede hacerlo con los procedimientos correctos. Conmemorar momentos específicos también significa cuidar la salud.



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