7 de junio de 2013

AMNISTÍA INTERNACIONAL, EL LLAMADO A PEÑA NIETO QUE CALDERÓN NO ESCUCHÓ


Por Carlos Sigfredo Vargas Sepúlveda
México (Aunam) En México, familiares de desaparecidos merecen más que simples promesas por parte del gobierno federal, afirma Amnistía Internacional, movimiento mundial formado para terminar con abusos contra los derechos humanos.

Las desapariciones son un fenómeno común en México por la ineficacia de autoridades para erradicarlas, además de su participación activa en algunas de ellas, según el movimiento.

En su documento Enfrentarse a una pesadilla: La desaparición de personas en México, Amnistía Internacional dibuja en cifras y declaraciones lo que significó el periodo de Felipe Calderón Hinojosa, expresidente de México, en materia de seguridad, poniendo acento en el tema de las personas que no dejaron rastro alguno.

Entre desapariciones forzadas con funcionarios públicos implicados o miembros del crimen organizado y gente que abandonó su hogar sin decir “adiós”, 26 mil personas “se esfumaron” de suelo nacional de 2006 a 2012. Es decir, con un promedio de más de 4 mil desapariciones por año en el sexenio de Calderón.

Personas convertidas en cifras

Repetidamente se escuchó el número de muertos, desaparecidos y desplazados provocados por la guerra contra las drogas, iniciada el 11 de diciembre de 2006, cuando Felipe Calderón Hinojosa, vestido de militar, declaró la guerra al narco.

Su pronunciamiento fue: “Sé que restablecer la seguridad no será fácil ni rápido. Tomará tiempo. Costará mucho dinero e incluso, y por desgracia, vidas humanas. Pero ténganlo por seguro, esta es una batalla en la que yo estaré al frente. Es una batalla que debemos librar y que unidos, los mexicanos, vamos a ganar a la delincuencia”.

Calderón declaró entre líneas “el Estado de excepción”. La “ley del revolver” se adueñaría de México.


La gente víctima de la guerra contra el crimen organizado se convirtió en cifras. Sus rostros se perdían entre la profundidad de casos. Sin embargo, esas personas eran como tú. Tenían nombre, casa, familia y una vida que fueron arrebatadas, en la mayoría de los casos, impunemente.

Brandon Estaban Acosta Herrera, Guadalupe Jazmín Torres Rivera, Ricardo Peña Mejía, Adrián Domínguez Rolón y Sergio Ramírez Miranda son algunos de los nombres de víctimas que se transformaron en un número en algún informe fedeL.

Y la cifra de muertos puede aumentar. Según el Sistema Nacional de Seguridad Pública, desde diciembre de 2006 ha habido más de 65 mil homicidios y, en caso de sumar la cifra de desaparecidos, los decesos podrían llegar hasta 91 mil. Sin contar los que simplemente no fueron registrados como desaparecidos o muertos.

Cifra altísima al compararla con países que están en guerra como Siria.

Impunidad: Calderón hizo caso omiso

Según el reporte anual de Amnistía Internacional, citado por la reportera de la revista Proceso, Gloria Leticia Díaz, el 22 de mayo de 2013, Felipe Calderón “continuó haciendo caso omiso de los indicios fehacientes de violaciones a derechos humanos generalizadas, como detenciones arbitrarias, tortura, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales, cometidas por fuerzas policiales y de seguridad”.

Es decir, la impunidad se adueñó de todos los niveles. Comenzando desde el hombre que “levanta” a otro en el norte del país hasta la silla presidencial. “Se los llevaron [unos delincuentes], pero cuando menos las autoridades cooperaron con el crimen”, afirman familiares de Adrián Domínguez Rolón, agente de la policía federal desaparecido en 2011.

Amnistía Internacional ha entrevistado a familiares, testigos y organizaciones de derechos humanos y ha documentado 85 casos en los que funcionarios públicos estuvieron implicados con la desaparición.

Sin embargo, muchas voces se apagan por miedo: “Mejor dejarlo porque, si no, te puede pasar lo mismo”, palabras de un agente del ministerio público a la esposa de desaparecido en Nuevo Laredo.

No es algo nuevo, es algo más crudo


De 1960 a 1980, la policía estuvo implicada en la desaparición de 700 personas que formaban parte de “la contrainsurgencia”. En este siglo, Amnistía Internacional trabajó con los casos de mujeres desaparecidas en Ciudad Juárez. Sin embargo, los casos en el sexenio que terminó son más crudos y desoladores por la ausencia del Estado.

Estados con altos índices de violencia en los últimos años, como Tamaulipas, Chihuahua, Nuevo León, Coahuila, Michoacán y Guerrero, encabezan la lista de desapariciones. Sin embargo, el mayor número de denuncias por tales casos se presentan en otras entidades como Jalisco y el Distrito Federal. ¿Por qué?, probablemente por la “sustracción del Estado de derecho” en dichas entidades.

Sin marco legal

“No existe una política pública integral y marco legal que se ocupe de los diferentes aspectos de prevención, investigación, sanción y reparación de las víctimas de desapariciones forzadas”, según Informe del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias, Misión a México, de diciembre de 2011, citado por Amnistía Internacional.

La legislación federal mexicana sí penaliza la desaparición forzada, sin embargo, no cumple con las normas internacionales. Solamente en 13 estados se tipifica a la desaparición como delito.

Esperanza: levantar la voz

Las familias de desaparecidos vieron a los ojos la cruenta batalla contra el narco y llegaron a pensar que estaban solas en tal situación: “Yo pensaba que era nada más mi problema, pero ahora veo que somos muchos”, afirma madre de Pamela Leticia Portillo, mujer cuyo paradero se desconoce desde 2010.

“Autoridades han fracasado de manera sistemática en investigar y aclarar la gran mayoría de los casos”, afirma Amnistía Internacional en su boletín de prensa. Sin embargo, llama a la gente a denunciar y al gobierno a cambiar las formas de tratar el tema.

Reacción del gobierno

Ante las denuncias, el gobierno federal ha tomado algunas medidas, entre las que destacan la promulgación la Ley General de Víctimas, la publicación de extractos de la base de datos sobre personas desaparecidas, la promesa crear una base de datos nacional de personas desaparecidas, reuniones con familiares de desaparecidos y el compromiso de elaborar una estrategia de investigación y búsqueda de víctimas.

Sin embargo, son contados los estados de la República en donde dichas promesas y proyectos han arrancado.

El llamado de Amnistía Internacional

Amnistía Internacional hace el llamado para armonizar la legislación federal y estatal con las normas internacionales de derechos humanos, tipificar la desaparición forzada como delito, investigar a funcionarios públicos acusados de entorpecer investigaciones y garantizar que detenciones se registran inmediatamente.

Además, invita al gobierno federal a reunirse con familiares de víctimas, a crear base de datos sobre desaparecidos y a poner en marcha mecanismos nacionales de buscada rápida de víctimas.

Todo con coordinación con la sociedad civil para garantizar una respuesta rápida ante un altercado. Sin olvidar garantizar el trato digno a familiares de víctimas, permitirles que contribuyan en las investigaciones y garantizar su seguridad.

Recomendaciones que Enrique Peña Nieto, presidente de México, está obligado a revisar y que Felipe Calderón decidió ignorar, afirma categórica AI.



Imágenes y fotos: AI-México



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6 de junio de 2013

ZÓCALO, UNA MIRADA AL DISEÑO EDITORIAL

Por Antonio Díaz Sandoval, Liliana Montserrat Luna Mejía y
Carlos Andrés Flores Zulbarán
México. (Aunam) Con el propósito de ser un medio especializado en comunicación política, telecomunicaciones y periodismo, la revista Zócalo nació el 15 de septiembre de 2000, para proponer mejoras para los medios de comunicación a través del análisis y la investigación.

Zócalo: Comunicación, Política y Sociedad es considerada como una revista que ha logrado ganar un lugar especial como una de las mejores publicaciones en su temática editorial en el país.

En el 2010 la publicación recibió el Premio Nacional de Periodismo por la serie de cuadernillos sobre "La Prensa y los periodistas en la Independencia y la Revolución”.

La historia es de suma relevancia para conocer grosso modo cuál ha sido su mayor aportación, las características que tienen, hasta conocer su tendencia, asimismo de qué forma está estructurada la revista en cuanto al diseño editorial y el manejo de contenido.

La llegada de la modernidad y de la inmediatez que ella implica, han alcanzado a los medios impresos; muchos de los actores y actividades que los conformaban, se han perdido con el paso del tiempo y el auge de la tecnología. Si bien no en todos los medios ocurre así, la mayoría han tenido que librar una disputa por permanecer en su lugar frente a internet, por ejemplo, el corrector de originales.

Si bien, ya no se trata del proceso tradicional y las funciones delimitadas como antes, la misma dinámica actual ha llevado a un “todos hacen todo” que no siempre resulta afortunado, pero Zócalo lo ha podido trabajar de manera profesional.

A planificar Zócalo

La revista Zócalo es una publicación mensual que se caracterizada por dar mayor importancia al texto. Lo principal es el contenido y con base en ello se desarrolla el diseño. Las imágenes siempre van en relación al espacio que dejan los artículos.

No hay un criterio establecido para diseñar la revista. Colores y tipografía son independientes al tema que se desarrolla en el mes. Lo que se busca es que la portada atraiga y guste. El tema principal del número es el que ocupa la primera de forros, siempre bajo la consulta del Director.

Las fotografías son grandes, se juega con los encabezados, los colores son de acuerdo a cada sección con el objetivo de no hacer la lectura tan pesada para el lector. En la experiencia de la revista, la combinación de los diferentes elementos del diseño editorial, son los que le han permitido tener un proyecto sólido.

“El reto creativo obliga a que una imagen no se subordine al contenido o viceversa, sino exige armonizar los elementos de la publicación para sobresalir a la excesiva oferta. Es importante proponer algo diferente”, explicó David Roa Vite, diseñador de la revista.

Asimismo, Zócalo destaca por su sentido crítico, lo cual le ha valido la censura en la distribución. La portada de Agosto de 2012 mostraba el logo de Televisa en forma de huevo rompiéndose y saliendo de él un personaje con copete y garras de dinosaurio, esto desató la polémica por el tema expuesto: ¿la televisión hace presidentes?

Los temas principales tienen hasta cinco colaboradores, los cuales abordan la problemática desde diferentes ángulos, de esta forma la idea queda más completa.

El primer paso es leer todos los artículos, comprender lo que los colaboradores quieren expresar y si existe alguna corrección, llevar al texto a buenos términos, es decir, que destaquen las ideas torales de lo que maneja el analista, comenta Guillermo Rivera, redactor de la revista.

En Zócalo no existe un manual de estilo (en físico) establecido para escribir o para la corrección de textos. Aunque no hay una pauta, se buscan colaboradores específicos que desarrollan los temas de forma similar.

El único limitante es la extensión que va de acuerdo al colaborador y a la pertinencia de los temas. Los caracteres varían entre los ocho mil caracteres que son dos páginas, cuatro cuartillas que son alrededor de 16 mil caracteres o seis páginas que amerita 24 mil caracteres, en casos especiales.

Algunas pautas que son indispensables, son establecer una dinámica de trabajo donde el grupo conozca los lineamientos generales no sólo en Zócalo, sino en cualquier medio; por ejemplo, el titulo debe de sintetizar de manera concreta y contundente lo que dicen los especialistas y que los entresacados sean frases que destaquen en todo el texto.

En la corrección de textos, hay ocasiones que los colaboradores ocupan tres o cuatro pisos para los títulos, la función del corrector es reducir a dos líneas el titular.

Cuando el texto llega a la redacción de Zócalo, lo revisa el corrector de originales o quien esté disponible en ese momento, esto no significa suplir lo que hace el corrector, sino colaborar con todas las actividades para tener diferentes opciones. La revista cuenta con un corrector.

Al momento de corregir un punto de vista de algún colaborador, si es muy sustancial el cambio, se consulta con el analista, ya que la corrección no puede ser de forma arbitraria. Lo más importante es verificar lo que se publica.

“Siempre se tienen reservas para consignar la información. Son los códigos de ética y el ejercicio profesional de manera constante para hacer un periodismo de investigación crítico y hasta cierto punto plural lo que nos obliga a la búsqueda de los documentos originales, información confiable”, menciona Guillermo Rivera.

Algunas reglas generales propias que maneja Zócalo es escribir el nombre de medios de comunicación y palabras de origen extranjero en cursivas. Otros lineamientos de la revista son no poner americano si no estadounidense, no utilizar etcétera, sino enumerar todos los elementos considerados.


Las correcciones son variantes. Se revisan acentos, términos muy especializados, se evitan las onomatopeyas y no repetir en el mismo párrafo la misma palabra tres o cuatro veces. Se busca el uso de sinónimos, evitar el uso de artículos y omitir las siglas que no son muy conocidas; las instituciones siempre se consignan con el nombre completo al igual que a las personas se les pone el nombre completo. No se pone señaló cuando se da la paráfrasis y se menciona lo que dice tal persona. Es recomendable buscar sinónimos de decir.

“Ya que casi todos conocemos el trabajo del corrector y las cuestiones ortotipográficas, a quien le llega el texto lo corrige, con base en las pautas generales que tiene la revista. Si son cosas que conoce uno puede ayudar, cuando es algo más profundo, entra el corrector de estilo”, enfatiza David Roa.

Una vez que es corregido el texto y revisado por el director, corrector, editor y redactores, se regresa al colaborador para que autorice las modificaciones y se pueda publicar.

La revisión de textos consiste en limpiar el contenido, es decir, verificar la ortografía, redacción y sintaxis. Además, hay colaboradores que mandan gran cantidad de texto y no hay espacio, así que se reduce. El objetivo de regresar el texto corregido al colaborador, es para que dé el visto bueno y verifique si no se hizo un cambio a la idea o algún significado.

La precisión es lo que se busca. Lo que los colaboradores dicen en cuatro líneas y se puede decir en una, ahí es donde se hace la corrección. Lo importante para la revista es apostar a la calidad más que a una extensión de seis o siete cuartillas que además será cansado leer, por ello, se utilizan cuadros comparativos que ayuden a la consulta.

Un artículo de dos o tres páginas que dejen en claro el tema será preciso, ameno y disfrutable en término visual e informativo. Claridad y coherencia en lo que se publica, son elementos que se deben consideran para llevar a buen puerto el proyecto.

Zócalo imprime su personalidad en el análisis, la investigación, en corroborar la información y emplear adecuadamente el lenguaje para generar una publicación profesional y con trascendencia en el país.














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4 de junio de 2013

LA GUERRERO, COLONIA QUE TRANSPIRA HISTORIA

Por Alejandra Ríos de la Fuente
México (Aunam). Si pensamos en todas la colonias de la Ciudad de México, posiblemente la Guerrero sea una de las que menos se antojaría visitar. ¿La razón? Por la fama de inseguridad y violencia que ha adquirido; pero no es del todo cierto. Existen razones muchísimo más fuertes para disfrutar de la que fuera la colonia más elegante del México Independiente y, que en este 2013, cumple 140 años desde su fundación.

En 1873 se le llamó Colonia Bellavista y de San Fernando. Posteriormente, se construyeron departamentos (que se transformaron en vecindades) para rentarlos a los primeros inquilinos provenientes del Centro Histórico. En los años 40 y 50, se deterioró porque se fue edificando por autoconstrucción. En las siguientes dos décadas, se demolieron inmuebles que resultaron ejes viales o terrenos baldíos. Después del terremoto de 1985, hubo una renovación habitacional y, desde ese entonces, han surgido propuestas para que la Guerrero deje atrás su mala imagen.


Entre que sí y no se llevan a cabo, existe un lugar con grandes pilares de roca y coloridos jardines donde descansan los restos de Benito Juárez, Ignacio Zaragoza, Melchor Ocampo, entre otros. Claro, es el Museo Panteón de San Fernando ubicado en la Av. Ribera de San Cosme, esquina Guerrero. Éste funcionó como tal entre 1832 y 1871. Después de las Leyes de Reforma, el ayuntamiento a cargo lo administró (puesto que estaba a manos de franciscanos desde que lo construyeron en el siglo XVIII) y lo declaró Panteón de Hombres Ilustres, nombre que recibió hasta el 2006.

Pasillos atiborrados de olores azucarados, salados o agridulces se pueden encontrar en el Mercado Martínez de la Torre --nombrado así en honor al dueño de esas tierras, regidor del Ayuntamiento de México, en los tiempos de Maximiliano-- que está en Mosqueta 5 y 7, entre Zarco y Guerrero. Aquí se puede encontrar todo tipo de carnes, verduras, frutas, productos enlatados, jugos, postres y hasta objetos de santería, entre otras muchas curiosidades que invitan a los paladares.

Pero si realmente se tiene mucha hambre, los Tamales Teresita --fundados en 1953--, ubicados en Héroes 197, preparan unas riquísimas “orejas de elefante”: milanesas al horno con frijoles, chilaquiles, papas a la francesa, plátano macho, jamón, crema y queso gratinado. Si con estos ingredientes no bastan, con gusto ponen otro o lo intercambian. Eso sí, tal vez se tiene que esperar media hora mínimo para poder ingresar, ya que es demasiada la gente y poco el espacio para satisfacerla, pero siempre vale la pena esperar por ese delicioso platillo que se ha ido transformando a lo largo del tiempo adecuándose al cliente.


Sobre la calle Héroes 45 resalta una casa muy antigua, parece que se derrumba porque sus fachadas se van descarapelando por el paso del tiempo. Aquí vivió su infancia y algunos años de su adultez María Antonieta Valeria Rivas Castellanos (1900-1931). Ella fue hija de Antonio Rivas Mercado, el arquitecto del Ángel de la Independencia, y de Matilde Cristina Castellanos Haff, pionera en el feminismo mexicano. Sin embargo, es recordada por difundir y fomentar la cultura artística del país y, sobre todo, por su amorío con José Vasconcelos, quien tras la inconsistencia de su amor, María Antonieta decidió suicidarse con la pistola de su amante en la Catedral de Notre Dame en París, una de las ciudades donde se exilió cuando derrotaron a Vasconcelos por la presidencia de México.

“Rata de dos patas, te estoy hablando a ti…” Sí, Francisca Viveros Barradas, mejor conocida como Paquita la del Barrio, cantaba sus apuñaladas canciones en un popular bar llamado Casa Paquita en la calle Zarco 202. Actualmente es un restaurante bar que representa una gran opción para ir con la familia por la tarde o con los amigos por la noche.

La Guerrero es una de las colonias más antiguas de la Ciudad de México junto con la Tabacalera, Santa María la Ribera, la Morelos y, conformadas un poco después --inicios del siglo XX-- la Condesa y la Roma, entre otras. Éstas la rodean y, de cierta forma opacan, por la ubicación e inversión económica para el turismo, lo que este barrio representa para la ciudad y la historia del mismo país.

Por ello, en la Guerrero se manejan dos dinámicas diferentes: la histórica y la popular. En la primera se encuentran todos los lugares anteriormente mencionados; en la segunda están los puestos de comida en la calle, las retas de fucho en los parques, la gente afuera de sus vecindades: niños jugando, mujeres platicando y señores cheleando. La esencia del barrio ahí sigue, como si el tiempo no pasara ante sus calles, sus edificios, su gente. Simplemente se debe entender que es una dinámica tradicional en la que vagabundos se han insertado, pero como sucede en cualquier lugar de la ciudad: ellos siguen su rumbo y uno el suyo. Es muy difícil que se acerquen porque son pocos y la misma gente de la colonia se apoya porque son personas trabajadoras que viven y aman a su colonia.

Hay que disfrutar la historia de la Ciudad de México en este viejo barrio, promover sus edificaciones históricas, lugares de comida con más de 50 años de existencia y a los vecinos que hacen la lucha por ganarse el pan de cada día. No se debe temer por la inseguridad que poco a poco ha ido desapareciendo --gracias a la introducción del Metrobús y acciones vecinales--. No hay que limitar los andares por la ciudad, que entre tantos cláxones y rayos ultra violeta, no quiere morir en el olvido.


Fotos: Hector Quiñonez Villa (Wikimedia); y Alejandra Ríos












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RAMÓN XIRAU: FILÓSOFO Y POETA

Por Maricela De la cruz Rodríguez
México (Aunam). "-¿Cómo te gustaría ser recordado? -Como Ramón Xirau. Lo demás no, ya habrá quien se interese por la filosofía y la poesía”, es una de las diversas declaraciones del poeta y filósofo que se puede encontrar en el libro Una charla con Ramón Xirau, el cual fue presentado en el Instituto de Investigaciones Filosóficas (IIFs) de la UNAM.

Con la idea de dejar un testimonio breve de la cultura filosófica y la poesía, y funcionar como un recordatorio de la trayectoria de Ramón Xirau, el texto aborda diversos aspectos de la vida del autor como fue su llegada a México y su etapa estudiantil en Mascarones.

En la segunda parte del libro se encuentran fragmentos de su poesía que trata temáticas de amor, soledad, el mar, entre otras.

“La infinita modestia de Ramón no le iba a permitir escribir una biografía” comentó Emilio Rabasa Gamboa, entrevistador y encargado de llevar la pauta del texto, quien compartió algunas preguntas que le hizo al poeta “ -¿Cómo ves a México y al mundo? -A México lo veo complicado y en transición… al mundo lo veo en un gran conflicto”, respondió el filósofo, quien dio clases ininterrumpidamente por más de 60 años en la UNAM.

“Los que conocemos a Xirau sabemos que no le interesa lucirse, sino generar un ambiente de confianza” expresó Pedro Stepanko Gutiérrez, director del IIFs, al recordar sus primeros acercamientos con el originario de España y autor del libro Introducción al estudio de la Filosofía.

Guillermo Hurtado Pérez, investigador del IIFs, se refirió al libro como “pequeño en tamaño, pero muy grande en historia”, al enfatizar que el filósofo tiene una legión de alumnos que sin haber tomado clases directamente con él, son guiados por sus libros a través del desarrollo y crisis de la filosofía occidental.

En el prólogo, a cargo del rector José Narro Robles, menciona que “Ramón Xirau ha entregado lo mejor de su vida a la UNAM, como estudiante, profesor e investigador… Hablar de él, es referirnos al maestro que ha formado con paciencia infinita y sentido crítico a varias generaciones de filósofos poetas y literatos”.








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BUSCAN ESPECIALISTAS DE LA UNAM SOLUCIONES A PROBLEMAS VIALES

Ángel Ortuño Hernández
Mnéxico (Aunam). La primera causa de muerte en los niños no son precisamente las enfermedades, sino los accidentes de tránsito, porque las leyes y las regulaciones para los aspectos viales existen pero no son respetadas. En el mundo ocurren 1.24 de muertes por accidentes viales y el 62 por ciento se concentra en diez países, mencionó Diego Monraz Villaseñor durante el Ciclo de Conferencias “Panorama de la Seguridad Vial en América Latina y México”.

Luis Chías Becerril, investigador y coordinador general de la Unidad GITS del IInstituto de Geografía de la UNAM mencionó que se tiene el propósito de colaborar para la seguridad vial, añadiendo que los problemas principales se concentran en los conductores y que todos deben colaborar para salvar muchas vidas.

Según datos del investigador Monraz Villaseñor, durante el transcurso el 2011 ocurrieron 412,087 accidentes viales en México, en los cuales murieron más de 16 mil personas, donde uno de cada tres fueron jóvenes de 15 y 29 años de edad. Durante ese mismo año, 4,868 personas fueron atropelladas. El especialista explicó que en nuestro país “el promedio de vida es de 31 años por muerte vial”,; a pesar de que todos los accidentes de tránsito se pueden impedir al 100 por ciento.

La manera para impedirlos dijo, es implementando mejores prácticas en seguridad, como mejorar la infraestructura vial, promover la movilidad segura en los vehículos públicos, mejorar el comportamiento de los usuarios y la creación de agencias lideres en seguridad vial.

En muchos ámbitos hay cultura, pero en materia de seguridad vial no la existe. Esto genera un problema de base cultural y esto es así porque existe la certeza de que el siniestro vial es un hecho del destino y transferimos la responsabilidad a un tercero “como Dios o el destino pero siempre a otro”, recalcó Eduardo Bertotti director del Instituto de Seguridad y Educación Vial.

Bertotti mencionó que este tipo de concepción hace que el riesgo pase desapercibido, pero que se están dando consejos de seguridad y que las personas deben generar conciencia de riesgo. Así mismo, finiquitó que hay que brindar herramientas a los políticos para que cada país analice sus problemas viales y de esa manera se pueda focalizar a vulnerabilidad del peatón.







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3 de junio de 2013

INGENIERO, POR “VOLADO”; ESCRITOR, POR DECISIÓN: ANTONIO MALPICA

Por Valeria Monserrat Pioquinto Morales
México (Aunam). A primera vista, es una persona común. Su cabello salpicado por unas canas, su ropa sencilla y su tranquila apariencia remiten inmediatamente a un hombre responsable, amable, que día a día se levanta y cumple con una rutina como cualquiera: se alimenta, convive con su familia, va al trabajo, tiene aficiones, pasa el tiempo de distintas maneras, vuelve a dormir.

Se define como alguien que se esfuerza a diario, y que, como muchos, trata de encontrarse a sí mismo. Es a la vez un hermano, hijo, amigo, padre, esposo y ciudadano. Pero no. Antonio Malpica Maury no es sólo eso.

Es un reconocido escritor mexicano, de 45 años, que se especializa en libros para niños y adolescentes, hecho qur le ha merecido obtener múltiples premios y reconocimientos, como el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil Castillo de la Lectura en el año 2004, el Premio Gran Angular en 2005, el Premio El Barco de Vapor en 2007 y el Premio Norma de Literatura Infantil y Juvenil 2011, sólo por citar algunos. Además, escribe teatro, y también dedica parte de su tiempo a la producción de obras junto con su hermano, Javier Malpica.

Si bien es cierto que muchas veces ya ha contado su historia, nunca está cerrado a la oportunidad de volver a relatarla; esta vez, lo hará en una cafetería de la Colonia Roma y frente a un vaso de limonada durante una tarde de jueves como cualquier otra. Con amabilidad y buen humor, comienza a contar una historia de vida llena de aventuras propias, graciosas anécdotas, momentos difíciles y situaciones de toda índole. Relata, pues, aquello que a él le ha tocado vivir.

Toño

Antonio Malpica Maury, o simplemente “Toño” para los amigos, nació el 8 de marzo de 1967 en la Ciudad de México. Cuando cumplió ocho años, su familia –conformada por sus padres y sus cinco hermanos- se mudó a Lomas de Satélite, lugar en donde transcurrió la mayor parte de su infancia y adolescencia. Estudió en escuelas públicas durante toda su educación.

Desde niño, Antonio siempre fue muy apegado a su hermano Javier, quien era un año más grande que él. Compartían una gran cantidad de aficiones, como el teatro, razón por la cual, en un futuro, ambos se lanzarían a la escritura, tanto en conjunto como por separado. La relación entre ellos es, hasta estos días, cercana y fraternal.

Curiosamente, él nunca fue un gran lector, a diferencia de otros escritores; sin embargo, cuando era niño, disfrutaba con las historias de terror y suspenso. También comenzó a interesarse por la música, especialmente por el jazz; incluso aprendió a tocar el piano a los 12 años y participó en el coro de una iglesia, llamado “Natanael” para después ingresar en el coro “Regina Coelli” dirigido por la profesora Rocío Sandoval. Estos dos pasatiempos –la literatura y la música- se convertirían en una constante dentro de su vida.

El “volantazo”

Después de terminar la educación media en el Colegio de Bachilleres – donde también estudió una carrera técnica en Contabilidad- , Antonio ingresó a la carrera de Ingeniería en Computación en la Facultad de Ingeniería en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la cual cursó en cinco años.

“Siempre estoy dispuesto a contarle al que me lo pregunte esta historia. La verdad es que si elegí esta carrera fue principalmente por puro azar. Una noche antes de sacar las fichas para el examen de admisión de la UNAM, me senté en la mesa con la lista de carreras sin saber aún cual elegir, y al final, cuando tenía Medicina por una parte e Ingeniería en Computación por la otra, lancé una moneda al aire y escogí la que ganó el “volado”. Y así fue como decidí mi carrera.

A mitad de los estudios, me di cuenta de que la Ingeniería no me hacía feliz, y fue entonces cuando descubrí las letras, las cuales llegaron un poco tarde a mi vida, pero eso sí, lo hicieron en el momento adecuado”, dice el entrevistado en un tono jovial y despreocupado.

Sin embargo, no abandonó sus estudios universitarios y en noveno semestre, después de que sus padres se hubieran marchado a vivir a Baja California y él y su hermano Javier –quien estudiaba Física también en la UNAM- comenzaran a vivir solos en un apartamento mientras terminaban sus estudios, ambos se dieron a la tarea de escribir su primera obra teatral, la cual incluso produjeron y llevaron a escena.

Este “volantazo” logró encausarlo hacia el rumbo que su vida habría de tomar, ya que descubrió finalmente su vocación. Sin embargo, él no considera que los años que estudió Ingeniería hayan sido una pérdida de tiempo. “La verdad es que esos años me dejaron grandes experiencias y aprendizajes que me han servido en muchas situaciones. Además, la ingeniería es algo que me gusta mucho, aunque no es mi pasión”

Una vez terminada la Universidad, y recién mudados los hermanos Malpica a un departamento rentado, Antonio comenzó a trabajar en un banco, para después entrar a laborar en una gasolinera y dedicarse más tarde a ejercer la ingeniería en computación.

Fue en uno de esos trabajos en el que conoció a Laura, su esposa, en el año de 1995. Si bien se casaron el 29 de diciembre de 1999, los hijos llegaron tiempo después.

En 1988 fundó la revista literaria Acimut, que sólo existió hasta 1989. Asimismo, fue uno de los fundadores (junto con Roberto Cravioto y su hermano Javier Malpica) de In-Crescendo, una compañía teatral independiente que ha escenificado su obra teatral.

Toño, el escritor

En el año 2000, por recomendación de su hermano, Antonio se presentó al Concurso de Literatura Infantil de Ediciones Castillo con la novela “Las mejores Alas”. Si bien no albergaba la esperanza de ganar el certamen, obtuvo un tercer lugar en el mismo, y esa misma novela fue publicada justo un año después.

A partir de entonces, Antonio comenzó su vida como escritor. Como ya había notado un tiempo antes, eran las letras lo que le hacían sentirse completo, por lo cual dejó de lado la ingeniería en computación para dedicarse a la escritura. Su siguiente libro, La nena y el mar, fue publicado en el 2002.

“La verdad es que nunca pensé dedicarme específicamente a la literatura infantil, sin embargo, se decanté por ella debido a que la considero muy divertida, poco pretenciosa y en extremo juguetona. Haciendo libros para niños me siento muy a gusto y puedo explorar todo tipo de situaciones. De hecho, el estilo que manejo es muy simple, y por esto considero que el público infantil es el que más se adapta a esto.”

“En cuanto a mis hábitos, no tengo realmente una rutina para escribir o un horario específico para hacerlo. Trato de redactar cuando la inspiración me llega, sin embargo, sí tengo bien planeado lo que escribiré a continuación. Creo que jamás me he arrepentido de escribir algo, aunque si algo no me gusta, lo rescribo o lo dejo guardado para futuras referencias.”

Antonio considera que si bien cualquier novela tiene un cierto grado de complejidad al ser escrita, a él le parece especialmente difícil escribir alguna novela histórica, pues aunque la disfruta, sabe que no es sencillo hacer la documentación necesaria y la adaptación de la misma en un formato literario.

“La novela que más trabajo me ha costado escribir ha sido la “Saga del Libro de Héroes”, de la cual apenas he escrito las dos primeras partes de un total de cinco. A pesar de que ya tengo finalizado el argumento, quiero esperar lo necesario para que la historia no quede forzada. Prefiero tardarme mucho a publicar algo que no valga la pena o que pierda la continuidad de la historia.”

Por lo general, Antonio plantea primero el argumento y la desarrolla hasta tener definidos los detalles. El cree en la literatura en donde las situaciones se salen de lo común para hacer entretenida la historia. A partir de esto, sus personajes comienzan a desdibujarse, pues considera que la misma trama es la que te da al protagonista como resultado del desarrollo. Aun así, existen personajes –como Margot, la niña principal en su obra “Margot: La pequeña, pequeña historia de una casa”- que surgen primero en su mente y cuya personalidad da la base de la historia.

En cuanto a la inspiración o la influencia sobre sus textos, el escritor comenta que no tiene algún mentor o algún estilo que trate de imitar o que se haya convertido en su gurú. Procura seguir sus propios ritmos y estilos para no encasillarse en algo ya visto o que pueda resultar tedioso al lector.

“Mi principal motivación para escribir es ser entendido, por eso lo hago desde un estilo que, en general, no cueste trabajo, sin frases muy estructuradas o extremadamente elaboradas”, aclara.

Un día normal

Por supuesto, como persona, nuestro entrevistado tiene una rutina diaria que suele cumplir sin prisas. Procura colaborar en los quehaceres del hogar lo más posible, se despierta temprano, desayuna con su familia, lleva a sus hijos a la escuela y si tiene algún trabajo de ingeniería –actividad que trata de no dejar aparte- se dedica a ello.

Usualmente, su vida día a día se define por aquellos asuntos que tiene que atender. Cosas tan simples como ir al banco, tener alguna cita con un cliente, visitar a su hermano o ayudar a sus hijos con la tarea se compaginan con los viajes, conferencias, presentaciones de libros, los talleres que imparte y por supuesto, la escritura. Trata de tener un control entre su vida normal y su vida como escritor.

Algo que agradece mucho es que ese “volantazo”, como suele llamarlo, se convirtió en algo que a la larga le permitió dedicarse más a la familia y a la vida cotidiana, pues si hay algo que él valora son las relaciones familiares y de amistad. Asimismo, tiene tiempo de disfrutar a sus hijos y verlos crecer, pues ser padre fue un acontecimiento que cambió su vida para bien.

Lo que falta en la vida de Antonio

“¿Qué si hay algo que falta en mi vida? Pues… ¡Dinero, jajaja! No, fuera de broma, la verdad es algo que ni siquiera yo sé, pero seguramente, cuando ese “algo” llegue, estoy seguro de que sabré reconocerlo. No vivo buscando desesperadamente todos aquellos elementos que puedan completar mi vida, sino que he aprendido a esperar por ellos pacientemente y aceptarlos en el momento en el que hagan presencia en mi camino. No tengo prisas. Vivo minuto a minuto”, explica mientras sonríe y mira distraídamente a su alrededor.

Al final, Antonio suspira y dirige su mirada hacia su reloj, con lo cual se da por concluida la entrevista. Es entonces cuando podemos ver que es, sin lugar a dudas, una persona interesante, llena de anécdotas y altibajos que enriquecen su calidad personal. Gracioso y ameno, serio y con talento, sencillo y carismático, este escritor se perfila no sólo como un gran profesional en su trabajo, sino como una excelente persona y un gran ser humano.




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