LOS PROFESORES TAMBIÉN SON VÍCTIMA DE BULLYING: FUENTES CID

Por Carlos Sigfredo Vargas Sepúlveda
México (Aunam). Diario recibimos cifras y noticias sobre el ‘‘bullying’’, es decir, el maltrato de cualquier tipo entre compañeros de clase, en las escuelas. Sin embargo, dichas conductas no son exclusivamente llevadas a cabo y recibidas por alumnos, los profesores también son víctimas de bullying. El licenciado en Enseñanza de Lenguas Extranjeras y profesor, Arturo Fuentes Cid, relata su caso.

El prólogo de una relación poco amistosa

2009. El ciclo escolar está por comenzar en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH). El profesor Fuentes Cid camina hacia su nuevo grupo. Tiene ansia de conocer a sus alumnos.

Ingresa al salón, se presenta y comienza a dar la forma de evaluación. Se percata de algo: uno de los pupilos (al que se llamará 'joven retador de chamarra negra' por el color de su ropa, por la actitud que tuvo ese día y a petición del docente) se muestra indulgente ante sus palabras; no está de acuerdo con los puntos para pasar el semestre.

El profesor no presta atención. Siempre hay alumnos que se comportan así en las aulas. Si alguien dice blanco, ellos dicen negro (aunque no tengan fundamentos para respaldar su contradictoria opinión). Es normal. Sin embargo, ese era el prólogo de una relación poco amigable entre profesor-alumno.

La agresividad madura

El semestre madura. Fuentes Cid asiste a sus clases con la consigna de enseñar a sus alumnos una herramienta importantísima en el siglo XXI: el conocimiento de una lengua extranjera.

Todo parece estar en orden. De pronto, tras una discusión en clase, las cosas se tornan agresivas entre el joven retador de chamarra negra y otro alumno. El primero grita groserías en el salón de clase con el profesor presente: "te voy a romper la madre", dirigiéndose a su compañero.

El profesor reacciona y expulsa del salón al retador. Este último espera el fin de la clase para hablar. Fuentes le hace saber que su actitud y su falta de atención en el curso lo pueden llevar a reprobar la materia. Sin embargo, le otorga una segunda oportunidad.

La navaja entre el pecho del profesor y la mano del alumno

Las clases están a punto de terminar. Los alumnos están conscientes de lo que hicieron y dejaron de hacer para pasar o no sus materias. Sin embargo, uno parece no darse cuenta. Fuentes Cid anuncia las posibles calificaciones y lo que necesita sacar cada uno en el examen final. El joven de chamarra negra requiere un 10.

De inmediato muestra su inconformidad: "¿Por qué profe?, yo siempre vengo a clase y hago todas mis tareas", dice a pesar de que la lista establece otra cosa. El académico lo invita a estudiar y le da consejos para sacar la calificación máxima en el último examen. El joven lo observa con "ojos de pistola" y asienta con la cabeza.

El profesor abandona el aula y se dispone a relajarse comiendo mientras camina por las áreas verdes y pasillos del CCH. No tiene idea de lo que va a ocurrir en unos minutos.

Desenvuelve sus alimentos y se recarga cerca del estacionamiento. Observa que su peculiar alumno viene directamente a él: "tal vez viene a pedir más 'tips' para el examen", piensa. El joven de chamarra negra (que ahora viste de rojo) se aproxima y saca un puñal de su bolsa derecha.

Fuentes Cid lo observa. La torta ha dejado de tener buen sabor. El bocado que tiene entre los dientes se vuelve amargo en un instante. "Tranquilízate", le dice al joven. "¿Me va a pasar o me lo quiebro, profe?", susurra el alumno. La navaja apunta al pecho del profesor.

Puntiaguda. Asesina y filosa. Intimidante. Agresiva y temeraria. Así percibe el profesor a la navaja. "Piensa bien lo que estás haciendo", dice con la voz entrecortada por el miedo. "Ya lo pensé bien. ¿Me va a pasar?", sube el tono de voz el joven.

Fuentes logra tranquilizar al muchacho. El joven baja la navaja y rompe en llanto. El profesor escucha durante un rato los problemas familiares y escolares de su alumno.

"No hay justificación para que amenaces a alguien con una navaja", le dice. "Te voy a ayudar a repasar los temas para que obtengas el 10 que necesitas", agrega y le da una palmada en la espalda. El joven se aleja y el peligro con él.

El bullying, pan de cada día

"El bullying no se da exclusivamente entre alumnos. Los profesores también lo sufrimos. No es necesario que te saquen una navaja, el maltrato se da de muchas maneras", aseveró Fuentes Cid.

El maltrato se da desde que los alumnos no ponen atención en clase, pasando por la falta de respeto que significa salirse durante la sesión o comer en ella, hasta los apodos que los estudiantes les asignan a sus profesores.

El licenciado en Enseñanza de Lenguas Extranjeras, un hombre de origen mexicano que busca transmitir a sus alumnos una de las herramientas que en la época actual se ha convertido en algo "indispensable" para poder salir adelante: saber hablar y escribir en otro idioma, no se intimidó ni dejó de dar clase después de su incidente, al contrario, desde ese día trata de escuchar más a sus alumnos.

"Somos los profesores la base de un edificio. Depende de nosotros como se construya ese edificio", concluyó.










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