VIOLACIÓN: UN DAÑO QUE NO PUEDE COMPARARSE

Por Dania Arreola
México (Aunam). La violación es un quebranto de la identidad que provoca heridas sexuales y espirituales, e implica daños irreversibles en las víctimas, declaró Luis de la Barreda Solórzano en la conferencia “Derechos humanos y género”, en el marco de la Jornada Universitaria por la Equidad de Género.

De la Barreda Solórzano es coordinador del Programa Universitario de Derechos Humanos y compartió con los asistentes una aproximación teórica de este problema social en el auditorio del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.

La presentación estuvo moderada por Rosalba Casas Guerrero, directora del IIS UNAM y presidenta de la Comisión Especial de Equidad de Género. Durante la ponencia, de la Barreda Solórzano explicó varias teorías sobre la violencia sexual y habló de las consecuencias que este evento traumático puede provocar: heridas físicas, estigmas sociales, desprecio, quebranto de la identidad, pérdida de la autoestima y en los peores casos, la muerte.

¿Por qué violar a alguien?

“En algunos casos los violadores se consideran incapaces de conquistar a una mujer” explicó el académico. Además mencionó el problema de discriminación racial que se llevó a cabo en Estados Unidos entre 1909 y 1954 ya que se creía que los hombres negros eran más propensos a violar mujeres blancas, pero gracias a investigaciones posteriores se pudo comprobar que muchos factores sociales pueden propiciar para que el individuo se vuelva violador.

En México cada año se reportan 112,000 casos de mujeres que son violadas sexualmente y la cifra media nacional de violaciones denunciadas es de 14 por cada cien mil, pero “el problema es que solo uno de cada cinco delitos se denuncian y de esos casos, menos del treinta por ciento son juzgados” declaró de la Barreda.

La entidad donde más se cometen delitos es el Estado de México, ya que se denuncian 6.5 violaciones sexuales diarias, según cifras oficiales.

Las principales razones por las que las víctimas no denuncian son: la desconfianza hacia el Ministerio Público, los estigmas sociales y porque la persona no quiere reproducir de nuevo en la mente el momento de la violación.







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