DEBE DESPENALIZARSE EL CONSUMO DE CANNABIS, EN MÉXICO: ESPECIALISTAS

  • Inauguran Primer Coloquio sobre Adicciones, en el instituto de investigaciones jurídicas

Por Claudia Islas
México (Aunam). En el marco del Coloquio sobre Adicciones: Bases Farmacológicas del consumo de marihuana y su impacto en la protección de los Derechos Humanos, especialistas universitarios se pronunciaron por un cambio jurídico respecto a las drogas, principalmente la marihuana, en miras a tratar el tema con una perspectiva de salud pública.

La apertura estuvo a cargo de Fernando Cano Valle, quien hizo énfasis sobre el objetivo de dicho encuentro, que busca sensibilizar a la sociedad y a las instituciones sobre la importancia de las adicciones en México y su efecto en la Salud Humana, y se pronunció porque las discusiones logren impactar en la agenda pública de este país.

Cano Valle anunció que el Instituto, mediante las vías de investigación: medicina y Protección de los Derechos humanos, ha promovido el seminario sobre la marihuana y los Derechos humanos, para que el público y las instancias judiciales del país posean la información adecuada.

El docente habló de raíz sobre la cannabis, mencionó que la marihuana es una substancia que produce estimulación y depresión, cuyo consumo puede producir alucinaciones y disminución de la consciencia, y el uso elevado genera una adición o dependencia, alterando la conducta y el estado de ánimo; “la marihuana es una droga que procede de la planta cannibis sativa, y es la droga más usada entre la población”, reiteró.

Una droga es una substancia o un preparado químico que una vez adentro del cuerpo, crea una conducta o estado de ánimo cambiante, altera o disminuye el rendimiento físico y psíquico y su efecto principal afecta el sistema nervioso central.

Cano Valle, explicó que al interactuar con el organismo, la marihuana genera fuertes cambios en el sistema nervioso central, los cuales van a depender de la naturaleza de la substancia , la cantidad consumida, la vía de administración, las características fisiológicas, y el contexto del individuo al momento de consumirla; además, habría que agregar la condición de psico-actividad, la cual es usada en medicina para referirse a aquellas substancias cuyos efectos además de modificar el comportamiento provocan una necesidad más o menos irresistible de continuar consumiendo.

“Se considera como una enfermedad, en consecuencia, cuando la persona no puede decidir sobre su salud, pues ha perdido su voluntad y la razón eventualmente”, puntualizó el académico, quien dejó en claro que es pertinente definir que existen diversas variedades de marihuana, no se pude hablar de sólo una, ni hacer una apología de la marihuana, existe un amplio menú de nombres y apellidos; “el nombre científico de la marihuana es cannabis, y se divide en grupos: Cannabis sativa, cannabis indica, cannabis rudelaris, cannabis americana, y a su vez se dividen en muchos hibridos, más de 1.200 variedades como “la verde limón” y “la peliroja”, procedente del Estado de Michoacán, o “La sin semilla”, de Guerrero, Michoacán y Chiapas.

En general, los participantes en el Coloquio resaltaron que el uso de la marihuana con fines placenteros ha adquirido una situación delictiva y por lo tanto condenada, las políticas, hasta el momento, no han considerado regular el consumo de drogas, dado que los consideran nocivas para la salud. El modelo jurídico define y controla la tendencia de substancias prohibidas y considera a los consumidores de droga un peligro para la sociedad, situación que ha formado un serio debate, ya que se presenta más violencia bajo los efectos del alcohol que con ninguna otra droga.

La directora del INPRF, María Elena Medina Mora, resaltó que diversos investigadores del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente (INPRF) mencionan que se ha propuesto la legalización y la regulación de las drogas. En el caso de la marihuana, el Estado no puede impedir que una persona se haga daño a sí misma y por ende es necesario que la substancia psico-activa se someta a reglas de mercados similares como el caso del alcohol y el tabaco. La legalización, coinciden, permitiría la generación de riquezas económicas y comercio para sus productores.

Ante los argumentos prohibicionistas, dijo, el consumidor está ausente de la decisión jurídica, por tal razón se convierte en un sujeto vulnerable ante un mercado en el que carece de garantías y de derechos, dentro de una legislación que lo considera un criminal, objeto de persecución, antes que un sujeto de políticas de salud, educación, prevención e información.

Medina Mora abordó el tema sobre Epidemiología de las adicciones con énfasis en marihuana, demostró mediante su investigación que si se le compara con la cocaína, es la droga más usada entre los jóvenes en los últimos años. “México es un productor de marihuana y es la droga que más se consume en el mundo, entre el 75 y 85 por ciento, por ello es una de los primeros lugares en el debate”.

La especialista esclareció que la marihuana que se consumía en la década de los 60 del siglo pasado no tiene nada que ver con la que se consume ahora, ya que existe droga que pose contaminantes, no es pura, como el caso de la cocaína, que a la hora de triturase no lo hacen bien, y esos pedazos más grandes se van directo al pulmón, por ello las consecuencias de la salud también están derivadas de los contaminantes.

Las encuestas en México reportan que se tiene 2.4 usuarios de marihuana, por cada usuario de cocaína, estamos hablando de que en México, a partir de los 90, cuando se cierra la ruta del Caribe –que trasporta la droga de Sudamérica a Estados Unidos- se introduce la cocaína y hay un cambio muy importante y problemático para el país. “Es rara la población que comienza a ingerir cocaína, siempre es a partir del uso de alcohol y tabaco. También se debe saber que no todos los cerebros apetecen igual las drogas y esto tiene que ver con factores genéticos y con los factores de la infancia que los hacen más vulnerables”.

La ponente hizo ver su preocupación sobre el desarrollo de las políticas para la legislación de drogas; “una política de libre mercado verdaderamente sería inoperante y eso no nos ayudaría a proteger a nuestra población; creo que se tiene que pensar en regulaciones que no impliquen la cárcel para tratar una adicción, en regulaciones que nos ayuden a reducir la violencia, pero que también nos ayuden a proteger”.

A lo largo de las ponencias, se reiteró que los consumidores de marihuana, pueden presentar un cuadro de psicosis aguda, alucinaciones, delirios y una pérdida del sentido de la identidad o auto reconocimiento, puede generar sentimientos de confusión y ansiedad, incluso los que abusan de su consumo, pueden llegar a sufrir paranoia, “un mal viaje”.

Sin embargo, la conversación también se dirigió hacía una reflexión sobre los beneficios que causa la cannabis, un ejemplo de uso, es con los pacientes en fase terminal, quienes al consumirla presentan felicidad en las últimas horas de su vida.

El Coloquio dejó abierto el debate acerca de la despenalización del consumo de drogas, y los organizadores esperan que la política termine con la estigmatización y marginalización hacía las personas que las consumen, tratarlas como pacientes, no como delincuentes, involucrando a los profesionales de desarrollo y a los líderes de la sociedad.

En las instalaciones del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, también participaron Gerardo Heinze, Antonio caso y Pedro Pablo Carmona Sánchez.








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