DOS GUANTES Y UNA PLUMA

Por Samuel González Aguirre
México (Aunam). Por las mañanas, Luis Alberto Robles Bernal, segundos antes de encender su cronometro, trata de vestir cómodo, amarra las agujetas de sus tenis y piensa que debe estudiar para el examen sobre política que parece cada día más cercano. El reloj marca con exactitud las seis treinta y cinco de la mañana cuando comienza su entrenamiento.

Todos los días para adquirir condición y “ser disciplinado” recorre 12 kilómetros en 50 minutos, luego bebe un poco de agua mientras regresa a casa, toma una copias de la mesa y apresura la lectura para terminar toda su tarea a tiempo e ir a la escuela por la tarde.


Es estudiante de Comunicación Política en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) también un boxeador promesa en la categoría “Amateur” en donde lo han invitado a entrenar al lado de grandes boxeadores como el “Canelo” Álvarez y la dinastía de los Chávez, hijos de Julio Cesar Chávez González multicampeón de títulos mundiales en distintas divisiones como Superpluma, ligero y súperligero.

Sin embargo para él primero están sus estudios y aunque si desea dedicarle más tiempo al boxeo prefiere que sea cuando tenga su titulo entre sus manos. Todos lo conocen como Luis y saben que se dedica al boxeo aunque en realidad nadie lo ha visto sobre el ring combatiendo con su rival.

Ha asistido por casi tres años a sus entrenamientos antes de sus clases en la Zona Deportiva de Ciudad Universitaria, sin embargo consideró “aun me falta mucho entrenamiento, porque este es un deporte de riesgos, es uno de los más salvajes y si no estás listo fácilmente puedes salir lastimado”.

Luis Robles de 21 años conoce los cuidados que debe llevar un boxeador antes de un combate por eso aseguró que “para lograr una buena pelea se necesitan dos o tres meses de entrenamiento, tratar de dormir bien y cuidar todo el tiempo la alimentación”.

Ante la posibilidad de recibir un golpe certero cuya consecuencia desemboque en una lesión Robles argumentó “Me han lastimado en varias ocasiones, he tocado la lona y es algo que nunca te esperas por eso hay que estar listo para todo”.

Para el boxeador amateur los mejores luchadores han salido de el norte del país y del Distrito Federal, aunque en este último los boxeadores son por lo general “chavos de barrio, chavos con ganas de mostrarse, con hambre y con la necesidad de salir adelante”.

Sobre el apoyo que la UNAM ofrece al pugilismo de principiantes, el seleccionado inconforme habló sobre la falta de apoyo reflejada en la escases de material para entrenar, pero aplaudió el nivel del equipo de la institución y las salidas que realiza fuera de la Ciudad de México para combatir con sus similares preparados de formas distintas que representan nuevos retos para su trayectoria como pugilista.

“El boxeo me ha dado mucho, observarlo es completamente distinto a llevarlo a la práctica, cuando estas arriba todo puede pasar,-argumentó Robles- sólo dos están peleando por eso hay que olvidar en ese momento el mundo exterior. La afición pide más golpes porque ellos no los sienten”.






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