SINATRA EL IMORTAL, VIVE EN LA VOZ DE LORENZ

Por Alejandra Islas Flores
México (Aunam). Entrada la noche, el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris fue recibiendo minuto a minuto una variedad de público en busca del cierre perfecto a su día de trabajo, niños y jóvenes listos para disfrutar una noche en familia, enamorados atraídos por un espacio que emanaba romanticismo... así inició ese momento dedicado al jazz, al tributo a Frank Sinatra, en compañía de Ed Lorenz y de la Big Band de Armando Cedillo.

Por todos lados se respiraba un ambiente festivo, en el escenario los instrumentos esperaron mudos el anuncio de la primera llamada, fue entonces cuando el barullo proveniente de las butacas cesó, cada uno de los músicos tomó su lugar para dar la bienvenida a Armando Cedillo y juntos dieron inicio a la velada musical, abriendo paso a Ed Lorenz con Nothing at All, seguida de Summer Wind y California.

Con la destreza de Armando Cedillo en la trompeta, Ed Lorenz fue llevando a todos y cada uno de los asistentes por la historia musical de Frank Sinatra de los años 50 a los 80 del siglo pasado.

Por su puesto, no faltaron Cheek to Chick, Night and Day, ni Just in Time, que fueron coreadas por los asistentes durante el homenaje al intérprete y actor estadounidense. El espectáculo se complementó con breves memorias de su vida, de su obra, de los motivos por los cuáles hoy Sinatra es leyenda, y que lo ubican como el arquetipo de hombre, modelo de masculinidad que le cantaba al amor, para dar cuenta no solo de su trayectoria de musical, sino al ser más allá del artista, cuya voz sigue haciendo soñar a cualquiera.

Durante el intermedio el saxofonista Ottis Ganceda y su quinteto hicieron acto de presencia, para deleitar a chicos y grandes y hacer gala de sus virtudes, todo en sinfonía con las notas musicales de la guitarra, el piano, el bajo y la batería; su actuación fue precedida por fuertes aplausos, señal de que la noche era joven y que el público aún quería más.

Blue Moon también arrancó los aplausos del público, aunque esa noche la inigualable voz de Ed Lorenz y la Big Band de Armando Cedillo fueron las estrellas más brillantes del firmamento. En perfecta armonía, más de 20 artistas compartían el mismo espacio, ni más ni menos que el de uno de los teatros declarados como Patrimonio Cutural de la Humanidad. La juventud de unos y la experiencia de otros, todos ellos virtuosos músicos, hacían brillar la voz de Ed Lorenz, quien como todo hombre enamorado dedicó More a todo el público femenino pero en especial al amor de su vida, su esposa, quien junto a su familia estuvo presente en su concierto.

El tiempo transcurrió y con la interpretación de My Way el inevitable final llegó. Fue New York, New York, la melodía que puso el punto final al tributo de Frank Sinatra, uno de los grandes personajes del siglo XX, cuyas interpretaciones sin duda seguirán conquistando a nuevas generaciones.




Fotos: Cortesía Ed Lorenz


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