LOS CLIENTES NO SON PATRONES; MIS PATRONES SON LOS NÚMEROS: ROY CAMPOS


Por Lorena Trejo Villeda
México (Aunam). “Podría decir que yo nací para estudiar matemáticas”; es la primera expresión que emana de la boca del sinaloense Roy Campos Esquerra, quien se define como un hombre orientado hacia los números. Proveniente de una familia de periodistas, argumenta que la cuestión matemática deriva del gen de su abuela, quien daba clases en la materia, durante 1920 en el Colegio Rosales, en Sinaloa.

“¿Una mujer dando clases de matemáticas? Ahora se ve muy normal, pero en esa época era muy difícil. Ella daba clases en esta disciplina, entonces yo creo que traigo mucho de eso en el gen”.

Casi sin acento norteño, como si fuera nacido en el Distrito Federal, el presidente de Consulta Mitofsky logra esconder ligeramente esa entonación tan peculiar que caracteriza a la gente de su natal Sinaloa, tono que de vez en cuando logra matizar la conversación.

Este reconocido hombre en el mundo del análisis de la opinión pública, galardonado en 2010 con el premio Nacional de Comunicación José Pagés Llergo, es un sinaloense que a sus casi 53 años conserva una energía impresionante y que a través de sus palabras emana un gran amor por su trabajo.

Con gran orgullo habla de su familia de periodistas, empezando por su padre, quien ejerció la profesión por 50 años, siendo reconocido comentarista de radio y columnista. Asegura Campos Esquerra, que esta aptitud no le fue heredada, a diferencia de su hermano -galardonado en Sinaloa con el premio estatal de periodismo deportivo.

“En mi familia de periodistas yo no tuve nada que ver, yo me les escapé, me vine a México a estudiar Matemáticas, pero finalmente he encontrado muchos amigos periodistas. Mi origen terminó siendo también mi destino.”

Recuerda con emoción que su decisión de estudiar Matemáticas la tomó en sexto de primaria. “Yo desde niño fui muy hábil para las matemáticas y para mí eran como un juego.” Dos anécdotas de su infancia que lo llevaron a tomar esta decisión vienen a su memoria.

Una de ellas, cuenta el simpático empresario, sucedió cuando siendo un alumno de primaria, un profesor le hizo ver que solucionó un problema por una vía distinta a la normal, pero que lo llevó al mismo resultado. Un buen maestro que en lugar de regañar al entonces pequeño Roy, lo impulsó a adentrarse en el mundo de los números.

Otra de sus razones fue porque en una reunión familiar, alguien le puso un problema a una de sus hermanas -que era mayor que él- y quien terminó solucionándolo fue Roy: “era un problema mental de matemáticas que requería álgebra, yo apenas estaba en primaria”, dijo.

Dos momentos de su vida que lo llevaron a descubrir su aptitud. “A partir de ahí toda la secundaria y toda la prepa yo sabía que tenía que estudiar matemáticas”, afirma Campos Esquerra.

Con una peculiar sonrisa, recuerda que terminada la prepa en su natal Sinaloa, tenía 18 años y tres meses, cuando emprendió su viaje a la Ciudad de México para buscar una oportunidad de estudiar en la Facultad de Ciencias DE la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

No fue nada fácil, pues recién llegado al Distrito Federal vivió en una casa de estudiantes, donde convivían nueve personas. Además, tuvo que presentar exámenes, hacer filas en Avenida del Imán y en el Palacio de los Deportes.

Frotándose ávidamente los ojos, recuerda que era un sábado en la mañana el día que le tocaba presentar examen, angustiado como si reviviera aquel momento, recapitula que corrió para ver qué podía hacer. ”Me dieron chance, me dijeron: Ok, venga el próximo sábado.” Sin esa oportunidad no hubiera entrado.

Asegura Roy Campos, que la facilidad que tuvo para entrar a la Facultad fue que las solicitudes para esas carreras -Matemáticas y Actuaría- en esos tiempos eran pocas, las saturadas eran otras, de lo contrario otra historia sería.


¿Así de simple?

El presidente de la empresa Consulta Mitofsky, suelta una carcajada. ¡Qué va, fue una gran hazaña! “Era tan nerd, tan clavado en la objetividad de estudiar, que yo terminé mi prepa en Sinaloa, en el Tecnológico Regional número 17, un semestre antes.” Con la prepa concluida en cinco semestres, se aventuró a emprender el viaje a México antes de la inscripción.

Estando en la Ciudad de México, prácticamente un semestre antes de lo debido, decidió ir durante esos seis meses a la Facultad de Ciencias a tomar clases, aun sin estar inscrito, “tomaba las clases porque quería, era un provinciano que venía al Distrito Federal a estudiar, en ese momento no me importaba tanto la acreditación”. Y cuando el joven de aquel entonces entró por fin a la UNAM, ya había cursado prácticamente esas materias. Asegura que siempre fue muy clavado en el estudio.

Concluyó dos carreras al cien por ciento; una en Matemáticas y otra en Actuaría, es licenciado en esta última, además de contar con maestría al igual que en Estadística. También en la UNAM, dejó inconclusas una maestría en Matemáticas y una de Investigación de Operaciones, ambas las estudiaba simultáneamente pero tuvo que interrumpirlas debido a un infarto. No piensa finalizar ninguna de las dos, asegura.

Con la mirada hacia arriba y un fuerte suspiro añora esa etapa de su vida, una época de muy buenos recuerdos, “cosas por las que quisiera regresar a esa edad pero no a esa aula”.

Trazando el camino al éxito

“Pedirle a un joven de 18 años, aunque ya esté catalogado como adulto, que escoja lo que quiere hacer de su vida es absurdo, a esa edad cuando estudiamos, no sabemos qué queremos hacer en la vida, salimos de la escuela y tampoco sabemos. A lo mejor sabemos lo que queremos saber, pero no lo que queremos hacer. Yo estudié matemáticas porque era lo que yo quería saber.”

Empezando por despachos de actuarios, despachos de corredores de seguros, vía la escuela, los amigos y vía los contactos que hizo con los maestros, Campos Esquerra fue recibiendo ofrecimientos para trabajar, que aceptó sin problemas; “trabajo es donde haya trabajo y más viniendo uno de provincia y teniendo la necesidad de trabajar”.

Con orgullo y humildad el sinaloense sostiene que siempre fue un buen alumno, característica que le abrió las puertas, de este modo llegó la oportunidad para trabajar en el Seguro Social, específicamente en el área de Actuaría, donde posteriormente lo becaron para hacer las maestrías, sin saber que ahí empezaría a trazar su camino hacia el éxito.

“Todo es como un caminito, de repente yo estaba estudiando la maestría en Estadística becado por el área del seguro, y un maestro de esa maestría me ofreció trabajo en el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), eso es lo que me marca”.

Llegó al INEGI vía un camino laboral, de estudio, y a través del ofrecimiento de los maestros, poniendo su mejor esfuerzo, tratando siempre de ser un buen alumno, pues como él dice “ser buen alumno paga, a la larga, pero paga”. Los ofrecimientos llegan cuando menos te lo esperas y hay que estar preparado para ello.

Platica con una enorme sonrisa que aquel maestro, llamado Edmundo Verún, quien actualmente es su colega, en aquel entonces lo llevó como analista, donde pasó a ser a jefe de departamento, subdirector y terminando finalmente en el puesto de director de encuestas en el INEGI.

“Esta etapa de mi vida me hace preguntarme ¿yo estudié para hacer encuestas? Pues no, es más bien un poco el destino. Lo que yo digo, es que todo éxito tiene dos componentes, el de la suerte y el de la preparación. Nosotros tenemos que hacer una de las partes, que es prepararnos y dejar al destino que haga lo otro; proporcionar suerte. Si no nos preparamos, ni siquiera vamos a ver pasar las oportunidades”. Finalmente todo se da en el camino, asegura.

Trabajar en el INEGI era estadística social, pero fue ahí donde el actual presidente de Consulta emprendió su camino hacia la opinión pública, pues era responsable del diseño de las encuestas de ingreso gasto, de empleo, industrial, comercial, de construcción y de estadística en general.

Todo surge en 1988 cuando se da el nacimiento de las encuestas de opinión pública en México. Y ¿qué hace que nazcan este tipo de encuestas en el país?...Un fenómeno dramático que se llamó “se cayó el sistema”.

En ese entonces no había encuestas previas que dijeran cómo venía la elección presidencial, cómo saber si había ganado Cárdenas, no existían encuestas de salida, y mucho menos conteos rápidos, nada de esto, sólo un Instituto Federal Electoral que cumplía con dar resultados y cuando los tenía que dar se cayó el sistema.

Ese fenómeno dramático, generó que en el próximo sexenio, hubiera un auge de opinión pública, que vino desde Presidencia de la República, fue ésta la que motivó la creación de un mercado en este ámbito.

“En ese entonces, durante todo el sexenio (1988-1994), además de ser director de encuestas del INEGI, en el gobierno me tocó asesorar a Presidencia para que hicieran encuestas de opinión pública. Pero en el proceso yo también aprendía porque mi instrucción estaba limitada a la estadística”.

Después de seis años de estar ahí surgió la idea de fundar una empresa. “Llegar a la opinión pública fue todo un camino, también suerte, estar preparado y estar ahí queriendo aprender, porque la Universidad no enseña eso, sólo enseña a aprenderlo.”

Con notable felicidad y orgullo, Roy se expresa denotando amor por lo que hace, se muestra emocionado al hablar de su trabajo. -“Me fascina lo que hago, por eso estoy aquí y me gusta, me encanta...me levanto y me acuesto con ese tema, todo el día estoy pensando preguntas, en reportes, gráficas, no en las que ya conozco sino cómo hacer una que se vea más bonita. De repente se me ocurre algo y ahí estoy, trabajando. Me hace feliz”.

Una idea surgida del ocio y la ignorancia

Terminando el sexenio en febrero de 1995, surgió la idea de poner una empresa. Fueron Roy campos y tres amigos que trabajaban en el INEGI quienes levantaron la que hoy es catalogada como compañía líder en análisis de opinión pública y marketing político. Los tres de la UNAM; Marcelo Ortega, de Ciencias Políticas, Juan Carlos Cervantes, de Economía, y Roy Campos, de Ciencias.

Un tanto interrumpido por el vibrar de su celular que se encontraba sobre la mesa, el presidente de Consulta recordó una anécdota que vivió mientras trabajaba en el INEGI -cuando además laboraba para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)- durante un viaje que realizó en compañía de su esposa a París, trayecto de donde surgió la idea de la empresa.

Mientras hablaba y recordaba aquella anécdota, Roy no paró de voltear constantemente a mirar de manera ansiosa el teléfono que ahora estaba parpadeante.

“Recuerdo que las sesiones eran todo el día, y mientras yo trabajaba mi esposa se iba a pasear por París, pero una ocasión a medio día ya había terminado mi trabajo, entonces me regresé al hotel. Mi esposa llegaba hasta tarde, estaba solo y como no hablo nada francés pues no podía ver la tele, no entendía lo que se decía y por lo tanto no tenía nada que hacer, no tenía libros que leer, nada en absoluto. Entonces me senté en el escritorio y me puse a diseñar la empresa, a escribir, tenía mucho tiempo”.

Roy no sólo diseñó la empresa sino que también pensó con quiénes iniciaría el rumbo de ésta. Una vez en México lo primero que hizo fue hablarles a sus compañeros para, finalmente, decidir de manera unánime que emprenderían lo que en ese entonces era una idea. Este hombre que espontáneamente ríe y deja salir una carcajada ya característica de él, cuenta que hasta establecieron el plan de cómo salirse del INEGI.

“La idea de la empresa surge de la ignorancia y el ocio, porque no sabía francés y no tenía nada que hacer, si hubiera sabido francés me pongo a ver tele”

“Mejor nos registramos”

“El nombre de la empresa fue desde un principio Consulta aunque hay quien piensa que es Consulta Mitofsky, hay que saber diferenciar entre la empresa y la marca”. La empresa es Consulta S.A de C.V., así se llamó y así se llama desde su origen en 1995, pero en 2001 se añade el Mitofsky como parte de la marca.

En 1997 Roy, al igual que sus socios de la empresa, comenzaron a trabajar juntos con Warren Mitofsky –inventor de las encuestas de salida- de ahí que la marca se haya registrado como Consulta Mitofsky.

Recuerda el presidente de la empresa que en un principio los presentaban como la empresa Consulta y la empresa Mitofsky, luego la empresa Consulta y Mitofsky, luego decían la empresa Consulta Mitofsky y después “ya hasta nos quitaron el Consulta”, recuerda con una fuerte risa, “entonces lo que decidimos fue que era mejor registrarnos como marca Consulta Mitofsky a partir de 2001”.

Cuando Warren Mitofsky -inventor de las encuestas de salida- se jubiló, vino a México a entablar una relación con Roy Campos, y en general, con la empresa Consulta, recuerda el presidente de esta última.

Las dos empresas juntas, Mitofsky y Consulta, realizaron un proyecto y se lo presentamos primero a la Cámara Nacional de la Industria y la Televisión, después a TV Azteca y por último a Televisa; “Les presentamos el mismo proyecto, el mismo costo, ninguna preferencia y entonces el primero que contestó fue Televisa diciendo que sí le interesaba, volvió a venir Warren y terminamos trabajando para esta última”.

A partir de ese año (1997) todo su trabajo en cuestión de gubernaturas de este país ha sido para Televisa. Y seguramente lo hará en 2012 por cuarta ocasión, asevera el profesional de las encuestas.

La relación con los medios surgió desde ahí y con ésta también se aprende, dice Campos: “He aprendido, porque también la cámara impone, el entrevistador impone, el lugar impone, el saber que te están viendo y que puedes equivocarte, impone. Uno va instruyéndose poco a poco, nunca se pierde el nervio pero se controla”.

La clave del éxito

El trabajo de Roy en conjunto con su empresa consta en lograr entender que el público que escucha, no es un público que domina conceptos complicados sino que maneja conceptos simples, ese ha sido el éxito.

“Nosotros nos vendemos como empresa líder, pero también es una parte mercadológica. Yo creo que el éxito viene de la comunicación, de lograr traducir algo que aparentemente es tan complicado como los números, a un lenguaje coloquial para que se entienda”, afirma el empresario.

Entre otras cosas la clave del éxito asegura Campos Esquerra, está en el “no casarse con la política”, porque así como ha cantado triunfos del PAN del PRI y del PRD, ha cantado derrotas. Garantiza que al presentar una encuesta, nunca pronostica: “siempre trato de poner el límite, presento la encuesta y ya, no trato de explicar qué va a pasar”.

En cuanto a las encuestas que presenta constantemente para los medios, señala que es necesario establecer la línea entre la opinión personal y el trabajo que se ofrecerá a la gente. Al momento de dar a conocer una encuesta lo que hace es hablar por los votantes, no está hablando por él, su labor es más bien reflejar lo que la ciudadanía anteriormente ha contestado, y dar alguna explicación al porqué de dichas respuestas.

Cuando no presenta encuestas, ese momento es el de la opinión personal porque ya no está dando resultados sino su punto de vista. Ese es el papel que juega al lado de René Casados y Joaquín López Dóriga en el programa de este último.

“Durante la mesa de discusión de los miércoles, nunca doy una encuesta porque no quiero mezclar que voy como encuestador; en caso de hacerlo, lo hago otro día pero en ese programa no. Ahí es lo que opino yo, en ese momento está hablando Roy Campos, otro día habla la encuesta que aplicó Roy.”

Se considera un habitante permanente de las minorías, pues dice no estar normalmente de acuerdo con lo que piensan las mayorías, a lo que añade:

“Yo apoyo totalmente el aborto; es decisión de la mujer en todos los casos. La población no lo apoya. Yo no apoyo la pena de muerte, la población sí, y si yo presento una encuesta a favor de ésta, me dicen que estoy apoyando la pena de muerte, y no es así, eso es sólo un resultado”.

Asegura que es absurdo que la gente tienda a confundir lo que el analista piensa con el resultado de una encuesta, incluso han llegado a decirle que está vendido, pues arroja resultados que se contraponen en cierto modo con lo que piensa.

Propuestas indecorosas

Cuando nacen empresas, todas están sujetas a pruebas, los ofrecimientos para alterar datos se hacen presentes y Consulta no ha sido la excepción. Como presidente de Consulta Mitofsky, Roy Campos Esquerra platica que, efectivamente, ha recibido “propuestas indecorosas” para mover cifras en favor de políticos, sin embargo, afirma que no ha caído en ellas, pues hacerlo sería acabar con la empresa.

Según el empresario, si se trata de datos para decisiones estratégicas normalmente no pasa nada, les gustan o no les gustan. Pero cuando son datos para hacerse públicos, los políticos quieren que salga todo a su favor, y entonces llegan las propuestas. A veces lo expresan abiertamente, otras veladamente y en ocasiones a presión económica, como ofreciendo algo, pero siempre en las carreras políticas pasan este tipo de pruebas, asegura Roy.

“Al hacerle caso a un político para mover una décima, sabe que puede hacerlo en el momento que sea. La empresa tarde o temprano va ser conocida entre los políticos como aquella donde se pueden mover números y cuando requieran contratar a alguien para en verdad saber cómo está la cosa no la van a contratar. Si uno cede la empresa se acaba.”

Mantenerse 16 años en el mercado, ha sido cuestión de elegir entre hacer dinero rápido o construir una empresa que tenga valor.

Es de locos pronosticar

Con un tono bastante serio, el recientemente considerado uno de los 300 líderes de México por una revista mexicana, afirma que su trabajo no es predecir: “Nunca ofrezco verdades, es de locos pensar que puedo pronosticar, yo ofrezco resultados de encuestas; una aproximación a lo que la gente piensa. Es como una radiografía que solita no sirve de nada, alguien la tiene que interpretar”.

“Uno en este negocio siempre quiere estar bien, yo podría alterar resultado pero así no funciona, si no para qué hacer encuestas, para qué medir”.

La credibilidad está limitada a la forma de pensar, asegura Campos; “si tú no apruebas al presidente, vas a creer en el resultado que te diga que el presidente está mal. Este trabajo no es cuestión de credibilidad, no es la virgen de Guadalupe, no es cuestión de fe, esto es un método”.

No hay regla para generar credibilidad, la única regla es mantenerse fiel al principio técnico, “mis clientes no son mis patrones, mis clientes me contratan; mis patrones son mis números.”

“Ojala en mi casa pudiera ser líder”

Sin demeritar su trabajo, el empresario no se considera un líder, se muestra agradecido con la revista Líderes mexicanos, que en la categoría de opinión pública lo posicionó en el número cuarenta y seis como uno de los más influyentes del país. “Me da mucho orgullo”, expresa emocionado, casi sonrojándose por el halago, haciendo evidente su emoción al mencionar el tema.

“Ojala pudiera ser líder en mi casa”, es como Roy pasa de un chascarrillo a una seriedad absoluta expresando que “Sentirse el dueño de la verdad sería absurdo”. Prefiere agradecer el honor de aparcar en la revista y volviendo la sonrisa a su rostro expresa: “no voy a quitar méritos a mi trabajo de haber hecho algo para estar ahí, pero simplemente agradezco y creo que hay un chorro de gente que tiene más liderazgo que yo”.

Una persona que denota humildad hasta la última palabra en cuanto a la cuestión de la publicación de la revista, “no se me sube de más”, asegura Roy.

“Me gusta lo que hago y donde lo hago”

Su entrada al INEGI fue en el año de 1983, sin embargo después del temblor de 1985, en el cual murieron amigos y se derrumbaron instalaciones, la institución se fue a Aguascalientes, razón por la que cambió su residencia a esa ciudad. “Me fui recién casado, dos hijos nacidos en Aguascalientes, uno que actualmente estudia Ciencia Política en Estados Unidos, y la otra que estudia Filosofía en México.”

Roy, quien radica en Aguascalientes, viene al Distrito Federal únicamente por cuestiones de trabajo, y comenta que de hecho la empresa nació en Aguascalientes: “podría decirse que es una empresa provinciana pero su labor está aquí en la Ciudad de México”.

Desde 1988 viaja hacia el Distrito Federal cada semana. A modo de broma y soltando una simpática carcajada asevera que pasar mayor tiempo en la Ciudad de México que en su lugar de residencia, “es el secreto para mantener matrimonios largos”.

En el Distrito Federal, vive solo, lo cual le permite tener más tiempo libre, escribir más, diseñar más, pero también está la cuestión de la soledad, del estarse atendiendo solo, la comida y todas esas cuestiones son lo que no le gusta de vivir aquí sin su familia, platica Roy con cara de resignación.

“Me gusta mucho esta ciudad, me muevo sin problema. Cuando yo recién me vine de Sinaloa, me decían 'cómo aguantas a los chilangos'. Creo que la ciudad es tan grande que uno encuentra el tipo de gente que quiere, hay de todo, cada quien forma su círculo como lo quiere formar, me gusta tanto su anonimato. Es tan grande que uno es anónimo.”

En Aguascalientes no se puede ser anónimo afirma. Recuerda que una ocasión le faltaba una luz a su auto y lo detuvieron para ver si tenía sus papeles en orden y de ahí no pasó. “Al día siguiente yo jugaba beisbol y en medio campo me topé al oficial, era mediocampista, y pues no le dije nada, nos habíamos conocido la noche anterior y si me hubiera pedido mordida ahí mismo le reclamo“.

Entonces, “por eso me gusta el Distrito Federal, porque yo puedo hacer lo que sea y soy anónimo, en cambio en una ciudad como Aguascalientes una ciudad tan pequeña, uno se topa con medio mundo”. En cuanto a su ciudad natal, Sinaloa, lo que más extraña son los mariscos, sólo regresa cada vez que va a ver a su familia, sin embargo, ya no regresaría a residir ahí, ya que su vida está aquí y en Aguascalientes, “estoy contento donde lo hago y como lo hago”.

Lo que se aproxima

Roy Alberto Campos, asegura que su proyecto a futuro inmediato, es pensar en lo que viene en 2012. La carrera presidencial es un reto en cuanto a la parte mediática, atender 2102 puestos que se eligen el primero de julio, significa que habrá trabajo. Después de eso habrá que pensar en otros proyectos, pero por ahora es esa es su prioridad.

Escribir un libro es otro propósito que tiene en mente, pese a no tener un título aún, ya tiene muy claro lo que quiere y cómo plasmarlo, es cuestión de sentarse y dedicarse varios días “a darle”, como él dice.

Este libro va tratar de encuestas, sobre el abuso que hacen los políticos de ellas, las encuestas y su capacidad de pronosticar. Cabe mencionar que la idea de este libro surge de la red social Twitter, donde en frases cortas tiene que explicar concretamente lo que le preguntan.

“En ese libro responderé todas las dudas que me hacen desde hace dos años y medio que cumpliré en febrero próximo de pertenecer a Twitter.”

Un día sin encuestas

Un fuerte suspiro fue el que emanó del sinaloense en cuanto comenzó a explicar que un día sin encuestas en la vida de Roy Campos puede ser muy aburrido para muchos, dice: “me levanto pensando en números y me acuesto pensando en ello; en opinión pública, en noticias...”

El empresario ríe y lo piensa con mayor detenimiento, corrigiéndose a sí mismo y aseverando que además de amante de los números, es futbolero, muy aficionado, “soy de familia deportista, aficionado a prácticamente todos los deportes”.

Detrás de esa simpática sonrisa además de un empresario, se esconden un aficionado deportista y escritor, pues además de dedicarse a la empresa, también escribe para el Economista. “No soy tan aburrido”, afirma con un gesto amigable.

En cuanto a su experiencia con dicho diario mexicano, señala que le satisface mucho escribir para éste, debido a que lo hace cuando quiere y sin presiones. Asegura que le han ofrecido trabajar para El Universal y otros medios de prensa escrita, claro, sin considerar las opciones, pues donde está tiene una gran libertad, dice: “no me tengo que ir de una casa en la que me tratan bien”.

En una palabra, define su vida como “excitante, en este momento. Hoy, excitante. Hoy tengo como muchas ganas...definir la vida en una palabra puede ir cambiando a lo largo de la vida”.






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