EL MOVIMIENTO ESTÁ EN REIVINDICAR EL PLACER: MARITZA URTEAGA

  • Antropólogos opinan acerca del movimiento cultural de los “medievalosos”
  • Iván Gómezcésar considera que se trata de una búsqueda de sentido o identidad
Por Víctor E.Honold Pardo
México (Aunam). Antropólogos especializados en diversas áreas del estudio de la cultura, expresan sus interpretaciones acerca de la joven manifestación cultural de los “mediavalosos”, personas que por su cuenta o formando grupos se dedican a la recreación de la época medieval en México.

Dicha manifestación busca revivir la cultura del medievo occidental a través de sus prácticas culturales. Como la práctica de la cetrería, el arte de cazar con aves rapaces (águilas, halcones); la herrería, para la producción de armaduras, espadas y demás armas de la época; el deporte del esgrima histórico; la danza árabe; la juglaría, que consiste en representaciones cómicas, teatrales y musicales; el combate coreografiado en forma de espectáculo y las justas o combates a caballo.

El historiador y antropólogo, Iván Gómezcésar, considera que toda manifestación cultural surge a partir de una necesidad; en el caso de las no convencionales se trata, dice “de un cuestionamiento” a la cultura actual. Considera que, el hecho de haber tantas manifestaciones culturales en un mismo lugar viene del espíritu de la época, que está ligado a la búsqueda. “En ésta época la cultura es mucho más cuestionada”, afirma el antropólogo de la Universidad de la Ciudad de México.

A su vez, Margarita Maass Moreno, antropóloga de la UNAM, dice que “En la contracultura siempre habrá un proceso de resistencia”, sin embargo, se niega a definir el movimiento medieval como una contracultura.

En la Ciudad de México existen por lo menos quince grupos que se dedican a las prácticas medievales, de los cuales, cinco viven de ello.

Un ejemplo claro está en los integrantes del grupo Hermandad de Guerreros (HEGUE) cuyas actividades abarcan desde el esparcimiento hasta el trabajo que les brinda sustento; así como su parte social, que está en el rescate de aves de presa.

Margarita Maass considera a la manifestación como “la revelación de una necesidad de sentido”, más no una resistencia total contra lo establecido como cultura en México.

“El movimiento está en reivindicar el placer” -es la conclusión a la que llega la Dr. Maritza Urteaga Castro Pozo, quien se dedica al estudio de las contraculturas y los jóvenes en la capital.

“La diversión y el placer tienen que ver con el sentido de la vida”, continúa. “No son frustrados...No son gente que se deja aplastar por corporaciones que les diga como debes jugar y qué debes jugar. La sociedad moderna se ve muy seria y el mercado se encarga de venderlo.”

Agrega que para quien es ajeno al grupo medieval, o a cualquier contracultura podría no hacerle ningún sentido, pues no comparte la misma necesidad simbólica, “ese cierto cariño los une por elementos compartidos, quizá de la infancia, que es lo que lo llena de sentido.”

Tiempo atrás, en un sondeo realizado a 20 asistentes del Festival Medieval de Guanajuato, todos concordaron en una cosa. El primer contacto que habían tenido con el mundo medieval y su mística había sido en la infancia; a través de un objeto o juguete favorito, un familiar o una práctica o incluso un accidente.

Otra teoría planteada por Maritza Urteaga estriba en la necesidad de construir identidades flexibles; “necesidad de ser personajes que no se son” de igual forma enlazada con el principio del placer: “Se busca la intensidad, vivirlo, un second life real. Ser el héroe una vez.” Y así, “Buscan tiempos más largos de placer.”

Históricamente dicha cuestión se abrió con la aparición de la red y los second -lifes; lugares de interacción virtual donde la persona tenía la oportunidad de crear un personaje y una personalidad que lo representara en el ciberespacio, así como la realización de una vida completa detrás de la pantalla. “La red marca un parte-aguas en el concepto de la identidad, pues, a diferencia de lo que decía Freud, La identidad ahora puede ser múltiple... flexible”

Margarita Maass complementa la conclusión al explicar que la dimensión simbólica, es lo que le da sentido a las prácticas de todo ser humano.“Para muchos esa búsqueda de identidad tiene que ver con la globalización” sostiene el Dr. Gómezcésar, y encierra dicha conclusión en una frase: “Ya no hay brújula”.








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