METAMORFOSIS SIN RÉPLICA, PARA SOBREVIVIR AL FIN DEL MUNDO


Por Pablo Saldaña Amador
México (Aunam). Entre hamacas, cucarachas, utensilios de té, un ventilador viejo y una reportera sarcástica e incrédula ante el Apocalipsis infranqueable, se presentó el tercer estreno de Proyecto 2012, Metamorfosis antes del agua-Réplica para sobrevivir; obras cargadas de ironía, sarcasmo, humor negro y las penumbras propias del fin de los tiempos.

Bajo la dirección de Conchi León y Mahalat Sánchez, las actrices Montserrat Marañón y Sandra Avendaño, acompañadas por Israel Islas, abren la historia interpretando a dos hermanas que recuerdan su vida y los momentos en que, para cada una, acabó el mundo a lo largo de sus vidas. Lacónicas, refieren que el fin de la humanidad no es nada comparado con lo que se vive día a día.

Transformarse o morir


Después llega el humor peninsular, enmarcado en el diálogo de una madre y su hija emo, que hablan de la “influencia A HLNL” de Elba Esher Gordillo, de la crisis y la percepción de que todo el argüende es cosa de huaches. Yucatán es el escenario idóneo para ironizar y reflexionar sobre la tragedia nacional.


Luego vendrían inundaciones y transformaciones. En un juego de hamacas de tres pisos, se hace referencia a Kafka y su visionaria capacidad de convertirse en el único animal preparado para sobrevivir al caos: la cucaracha. Y es que, al parecer, no hay otra vía.


Al final del primer montaje, una reportera se comunica por celular con su equipo, habla de la situación, anarquía y locura que los personajes presentados han vivido. Es cruel y despiadada, pero certera.


Sobrevivencia cuestionada


Cuenta regresiva en completa oscuridad. El cronómetro en ceros indica que no hay más y los sobrevivientes deberán ajustarse a las nuevas condiciones terrestres, desconocidas, ambiguas. La comida y el agua serán escasas, al igual que las relaciones humanas.

Una pareja vive el fin del mundo diariamente. Ella, encerrada en una burbuja para evitarle el peligro, como en su propio “Castillo de la Pureza”; él se encarga de proveer lo básicamente necesario y se auto-permite salir. Ambos tratan de sobrellevar una relación repleta de galimatías.


Pasan los días y la situación no mejora, al contrario, el tiempo se encarga de ahondar los sinsabores; sin embargo, una vez más la humanidad demuestra que su mejor arma es precisamente lo que le da dicha catalogación: una mezcla entre inteligencia y sentimientos. Hay entendimiento, hay vida, hay tiempo… resurge la esperanza.

El tercer estreno de Proyecto 2012, Se perderán los hombre, Se perderán los dioses llegó a Santa Catarina con una visión fresca y renovadora, a la altura de lo hasta ahora presentado. El ciclo, ronda de las puestas en escena que lo conforman, estará hasta el 6 de diciembre… quizá después no haya un futuro.




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